Lugar seguro
El cielo era un gran muro gris que se oscurecía más a cada instante, el viento soplaba con fuerza meneando las ramas de los árboles y embraveciendo aún más el movimiento del mar. Aquel sector de la empedrada playa estaba completamente desolado.
El pequeño barco tocó fondo y el grupo de diez personas que iban en el, se apresuraron a descender y correr hacia la playa. El viento ahogaba los gritos de sus perseguidores, pero no lo suficiente. Algunos voltearon a ver los tres botes que se acercaban repletos de hombres y más allá de ellos un barco en llamas.
—Lucius se acercan —gritó uno de los hombres.
—Lo sé, muévanse —vociferó el hombre rubio que iba a la cabeza, antes de voltear a ver a sus compañeros, justo en el momento en que unas cuantas flechas cayeron cerca de ellos—. Kyr toma a Neville y Luna y sácalos de aquí.
Un hombre barbudo y calvo con la cabeza llena de tatuajes lo miró completamente serio por un instante, luego sujetó del brazo a un joven castaño de unos 14 años y se apresuró, tirando del muchacho, a acercarse a la única mujer del grupo quien se preparaba para disparar su arco, detrás de ella había una niña rubia de 8 años a la que el hombre sujetó.
—Mamá —dijo la niña al verse siendo arrastrada por el hombre.
—Ve con Kyr, él los mantendrá a salvo —vociferó la mujer arrojando una flecha tras otra a los hombres que se acercaban cada vez más a ellos.
La lluvia comenzó a caer con fuerza cuando el grupo fue alcanzado por sus perseguidores. Las espadas, hachas y cuchillos resonaban en sus choques unas contra otras entre los sonidos de la lluvia y los gritos de los hombres, de tal forma que Luna podía escucharlos a la distancia en aquella colina, aunque las figuras se veían pequeñas y lejanas. Los tres dieron una última mirada a aquel grupo que peleaba en aquella playa que de a poco se cubrían de sangre y cuerpos sin vida de ambos bandos. Kyr volvió a tirar del muchacho y la niña, los llevaba con tal prisa que Luna no dejaba de tropezarse. Pronto estuvieron entre las ruinas de una vieja construcción, el piso era de piedras y lo que quedaba de las paredes no era más alto que Neville.
—No se muevan —dijo Kyr dejándolos a ambos junto a los vestigios de pared, antes de tomar la vara de madera que llevaba en la espalda junto a una espada.
El hombre sujetó la vara con ambas manos y esta creció hasta tener la misma altura de Kyr. Lentamente el hombre comenzó a girar sobre sí mismo dibujando en el piso con la base de la vara, rápidamente las líneas que dibujaba comenzaron a brillar y la lluvia dejó de caer en ese sector, luego Kyr volvió a sujetar a Luna y Neville y los ubicó donde había estado él.
—¿Kyr que haces? —preguntó el castaño mirando las brillantes líneas dibujadas en el piso.
—Los voy a enviar a un lugar seguro... ¿Luna tienes el cuchillo que te dio tu padre? —la niña asintió y le ofreció un cuchillo con mango de madera donde había varios símbolos tallados, los cuales se repetían en la hoja, Kyr lo tomó y lo clavó en el piso entre dos rocas—. Luna necesito que recuerdes que tu familia te ama, eres muy importante para ellos, por eso tenemos que sacarte de aquí... Neville en verdad no sé dónde van a aparecer pero tienes que buscar a un hombre llamado William Nott, tiene que tener un cuchillo igual a este, él es amigo de Lucius cuéntale lo que sucedió, se hará cargo de Luna luego tú usa esto para volver conmigo —agregó dándole al muchacho un pequeño frasco con un líquido azul.
—Bien... ¿qué hago con esto? —dijo Neville apretando aquel frasco con su mano izquierda y sujetando la mano de Luna con la derecha.
—Solo bébelo, sirve solo para uno así que asegúrate de que Luna esté en buenas manos... cuídense —sin más se alejó de ellos hasta quedar fuera de aquel brillante sello que él mismo había dibujado.
Dio una última mirada al muchacho y la niña, antes de comenzar a murmurar en un dialecto que solo él y los de su tipo conocen, los símbolos en el piso brillaban cada vez más, hasta que apareció una enorme barrera de luz que se unía arriba, encerrando a Neville y Luna. Kyr golpeó aquella barrera con su vara y en un instante la barrera comenzó a cerrarse hasta convertirse en una pequeña esfera de luz y desaparecer, llevándose consigo a ambos jóvenes, el cuchillo y los símbolos dibujados en el piso.
—Gran Yué cuídalos, que lleguen bien... —susurró el hombre mirando el tormentoso cielo mientras la lluvia seguía cayendo sobre él, luego de unos segundos giró sobre sí mismo, apretando la vara con una mano y desenvainando la espada con la otra.
.......
Luna y Neville repentinamente se vieron rodeados por árboles, el piso estaba cubierto de pasto, ramas y hojas, no llovía y el cielo mostraba algunas nubes, pero estas no anunciaban lluvia. Ambos miraron a su alrededor, inspeccionando el lugar y finalmente se centraron en el cuchillo clavado en el suelo.
—¿Nev dónde estamos? ¿Y Kyr? —susurró Luna apretando con la mano la piedra negra que colgaba de su cuello.
—No sé dónde estamos... Seguro que Kyr está bien, no te preocupes —respondió el castaño sacando el cuchillo de la tierra y devolviendolo a la niña—...será mejor que nos movamos ¿lista?
Luna colgó el cuchillo en el cinturón de su vestido y solo asintió a la pregunta de Neville. El pelirrojo guardo el frasquito en su bolsillo, le ofreció una mano a la niña y la otra la posó sobre la empuñadura de su espada, en cuanto Luna sujetó su mano comenzaron a caminar. Pronto estuvieron en un camino que bajaba hacia un pequeño poblado.
—Bien tenemos que buscar a Nott ¿lo conoces? —la pequeña rubia negó con la cabeza—... preguntaremos en cuanto encontremos a alguien... no hables a menos que yo te lo diga.
—No lo conozco pero mi padre me habló de él, es su mejor amigo y un excelente guerrero...
—Necesitaremos saber más que eso para encontrarlo...
—Según mi madre nadie sabe de él desde hace más de diez años.
—¿Y sé supone que nosotros lo encontremos? ¿Por qué Kyr no te envió directo con tu abuelo? eso hubiera sido más fácil.
—¿No sé supone que eres su aprendiz?
—Por lo visto hasta que encontremos a este Nott solo soy tu guardaespaldas.
Después de un buen rato caminando llegaron a una bifurcación, uno de los caminos se desviaba hacia la izquierda rodeando parte del bosque y volviendo a subir, y el otro continuaba bajando hacia el poblado, pudieron ver que por este último camino, a unos cuantos metros más adelante había una pequeña casa de roca y madera. Sin dudarlo continuaron por ese camino hasta llegar a la casa.
El lugar se veía muy tranquilo y de no ser por las plantas tan bien cuidadas cualquiera hubiera pensado que allí no vivía nadie. Neville caminó los pocos metros que había hasta la puerta sin soltar a la niña y con decisión golpeó varias veces esa crujiente madera que servía de puerta. Esperaron unos minutos pero nadie salía y cuando el castaño se disponía a volver a intentar, la puerta se abrió dejando ver a una mujer de unos setenta u ochenta años, de cabello ya blanco sujetó en una trenza, con el rostro surcado por muchas arrugas que enmarcaban unos bellos ojos grises, su remendado y desgastado vestido gris tenía unas cuantas manchas de tierra al igual que sus callosas y delgadas manos.
—¿Quién eres tú? —preguntó la mujer centrando sus ojos en el castaño.
—Disculpe la molestia señora pero necesitamos ayuda, buscamos a un hombre quizás lo conozca... William Nott.
—No digas ese nombre —respondió la mujer con una expresión algo nerviosa y temerosa antes de hacerse a un lado—, entren rápido.
Neville y Luna se miraron y luego volvieron a mirar a la mujer. No entendían que sucedía pero por lo visto esa anciana sabia algo, así que finalmente entraron en aquella pequeña casa, allí no había más muebles que una mesa, dos sillas, un catre y unos cuantos cacharros y una olla junto a la chimenea.
—Ten cuidado con ese nombre, podrían encerrarte si lo mencionas en el pueblo ¿Por qué lo buscan? —preguntó la anciana asomándose a la ventana.
—Es... nuestro tío —respondió Neville después de dudarlo un momento. La mujer los miró a ambos y después de un rato suspiró.
—Suban por el camino, a unos cuantos metros se divide, tomen el que rodea el bosque y sigan por el hasta encontrar una casa con un sauce a un lado. Será mejor que se apuren no querrán que los agarre la noche en el camino —concluyó la mujer volviendo a abrir la puerta.
—Gracias —susurraron ambos al salir de allí.
—Tengan cuidado, díganle a Cler que Mint le manda saludos.
Neville y Luna volvieron al camino, por lo visto les quedaba un buen rato más de caminata. Cuando llegaron nuevamente a la bifurcación Luna volvió a mirar hacia atrás.
—Nev... ya no está.
—¿Qué? ¿de qué ha...? —el muchacho no pudo terminar la palabra, pues al girarse noto que la casa de la anciana ya no estaba allí.
—¿Neville?
—Vamos —respondió tomando la mano de la niña y comenzando a caminar con prisa—... dijo que nos apresuremos y tengamos cuidado...
—Pero... ¿Por qué desapareció? ¿Qué era?
—No importa sea lo que sea solo demuestra que este lugar es peligroso.
—¿Y es seguro ir a donde nos dijo?
Neville ignoró la pregunta y continuó caminando sin soltar a Luna. La niña simplemente no insistió conocía a Neville desde que tenía memoria y si algo había aprendido él de su maestro, Kyr, eso era ignorar las molestias y seguir con lo que debía hacer, por lo que ni ella ni nadie lo iban a detener. Luna siguió caminando y solo rogó para no estar yendo hacia una trampa.
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