29 km
N/A: ¡Hola! Quería agradecerle a @WaitJay, ya que por ella esta historia está nominada en los premios Worthy Awards. También vi que varios de ustedes están votando, así que les agradezco también por eso ¡Aprecio muchísimo todo el apoyo! Deseo que la alegría que me dan les sea devuelta multiplicada por mil.
¡Muchas gracias!
-
La rama cayó, provocando un ruido estruendoso. Lila pudo sentir la madera estrellándose en el suelo muy cerca de ella. Sin embargo, no percibió su roce debido a que Justin había formado un escudo con su cuerpo para protegerla, mientras la sujetaba con fuerza entre sus brazos.
Después del impacto se produjo un silencio repentino que se extendió varios segundos. El murmullo de los presentes comenzó a resonar en el mismo instante que Justin buscó el rostro de Lila con su mirada y tanteó el rostro de la misma con sus dedos.
—¿Estás bien?— Preguntó, haciendo evidente su preocupación.
La aludida asintió, aún paralizada debido al pasmo. Escudriñó el rostro del muchacho que la sostenía.
—¿Te has lastimado?— Murmuró, sintiendo la falta de aire.
—Estoy bien— Se limitó a responder.
Sin poder evitar el impulso, enredó sus brazos alrededor del cuerpo de la joven nuevamente y la estrechó contra sí. Lila le devolvió el abrazo, aferrándose a él con el ímpetu que la situación le generaba.
—¡Lila!
La potente voz de Green hizo que ambos recobraran el sentido del marco donde se encontraban. Separaron presurosos sus anatomías, pese a que ninguno deseaba hacerlo. La muchacha fue apartada y rodeada de inmediato por un grupo numeroso de personas.
—Lila ¿Estás bien? ¿Estás lastimada? ¡Vamos a la clínica!— Urgió su hermano, posicionándose frente a ella.
—No, no es necesario. Estoy bien, en serio— Prometió la chica, buscando vislumbrar a Justin entre la multitud.
—Deberías ir, Lil. Eso estuvo muy cerca, quizás te ha dado en alguna parte— Sugirió Mary.
—No. De verdad, no me pasó nada. Aún deben correr la última vuelta.
—Luke, corre la carrera por mí— Pidió Green, ignorando las protestas de su hermana y obligándola a meterse en su coche.
Durante el trayecto hacia la sala de urgencias y mientras las enfermeras conocidas revisaban a Lila, el muchacho guardó silencio. Una vez que se cercioraron que la chica se encontraba en buen estado, visitaron la habitación de Brown. El pequeño estaba dormido, pero su padre aprovechó para dejar plantado un largo beso en su frente.
Finalmente, en el camino a su casa, Green habló.
—¿Qué diablos con Bieber?— Soltó.
Lila se irguió en el asiento, tensa por los nervios.
—¿Qué? ¿Yo? Nada... ¿Qué?— Se precipitó a decir.
—El complejo de héroe no encaja con él— Siguió diciendo el chico, ajeno a la inquietud de la muchacha. —Son las carreras clandestinas, por consiguiente, han ocurrido muchos accidentes y no recuerdo que él se inmutara por ninguno.
—Estuve a punto de morir, o probablemente de quedar en un coma grado 5...Él lo notó y me salvó la vida— Explicó Lila, haciendo énfasis con su tono en la última parte. —Es ingeniosa esa imagen de cuerpo sin alma que has creado en tu mente de Justin Bieber, pero creo que incluso él no dejaría morir a alguien.
—¿Y qué onda el toqueteo y el abrazo?— Mientras hablaba, la voz de Green iba adquiriendo mayor enfado. —¿Qué es lo que intenta hacer?
—¡Me salvó la vida!— Repitió la joven, exasperada ante la actitud de su hermano.
—Con algún motivo oculto, eso es seguro— Masculló el chico. Quitó la vista de la carretera solo un segundo para mirar a su acompañante y agregar: —Mantente alejada de él ¿De acuerdo? Y si lo ves cerca tuyo, me avisas.
Lila exhaló y negó con la cabeza, incrédula ante aquello. Evitó conversar el resto del viaje y, cuando llegaron a su destino, se dirigió directamente a su habitación. Cerró la puerta y se recargó en ella, pensando que era hora de mudarse de la casa de su hermano.
-
El sol de la mañana era opacado por grises nubes que desprendían una intensa llovizna. La enfermera llegó a la clínica para cubrir su turno, cerrando su paraguas en el momento que cruzó las puertas de la sala de espera.
Ingresó al ascensor para elevarse al tercer piso, planta de pediatría, y Justin Bieber entró justo detrás de ella. La chica lo miró sorprendida hasta que las puertas automáticas se cerraron.
—Hola, Lila— Murmuró él, dando dos pasos para quedar frente a la joven.
Utilizó sus dedos para acariciar la mejilla de la muchacha con suavidad, mirándola fijo a los ojos, los cuales aún delataban preocupación.
—¿Cómo estás?— Inquirió.
—Bien— Respondió la enfermera, poniendo su mano sobre la de él. —¿Cómo estás tú? ¿Realmente no te has hecho daño?
—No. Ninguno. Estoy bien— Aseguró.
Inclinó su rostro para besar sus labios. El timbre del ascensor los alertó y tomaron distancia cuando las puertas se abrieron y quedaron al descubierto. Ambos descendieron en la planta.
—Ayer, cuando vi que esa rama estaba cayendo directo hacia ti...— Comenzó a decir el chico, mas interrumpió su relato. El recuerdo de lo que había sentido en ese momento le quitaba en aliento.
—Gracias— Ella lo interrumpió, sonriendo. —¡Justin, me salvaste la vida!
Sus palabras tuvieron un efecto extraño. La expresión del aludido se transformó en conmoción pura, como si acabara de percatarse de aquello.
—¡Muchas gracias!— Volvió a decir ella, abrazando al chico con fuerza.
Él demoró en devolverle el gesto, pero cuando lo hizo empleó con delicadeza todas sus fuerzas.
—Solo fue un acto egoísta— Susurró en el oído de la joven. La sonrisa era evidente en su voz. —Después de todo, lo único en lo que pensaba en ese momento era que preferiría morir contigo a vivir sin ti.
Cuando Lila escuchó aquello, se aferró aún más cerca de él. Sintió crecer en su interior una emoción incontenible. Siempre había sido la encargada de cuidar a los demás, de hacerse cargo en las situaciones difíciles. No había conocido a otra persona que se preocupara por ella, descontando la protección fraternal de Green. No creía posible que, alguna vez, alguien estuviera dispuesto a dar todo (siquiera algo) por ella.
—Pues... Gracias por ser tan egoísta entonces— Bromeó, tratando de ocultar el temblor de sus cuerdas vocales.
—Soy el único que debe darte gracias— Musitó en un tono de voz tan bajo que Lila no llegó a entender lo que decía, mas antes de que pudiera indagar, él continuó: —Tengo algo que decirte.
Se separó de ella unos pocos centímetros y la observó.
Al verla el día anterior interactuando con los miembros del grupo de Porter, tan jovial y amigable entre ellos, por primera vez Justin deseó que Lila estuviera a su lado en las carreras. Sabía que eso era imposible, pero la escena le había provocado una frustrante inseguridad por no poder darle más que algunos encuentros a escondidas.
—Mi familia suele celebrar un gran almuerzo por las Pascuas y este año no es la excepción— Anunció entonces —Todos estarán allí. Mis padres, Zacky, mi hermana y su marido. Ellos son unos revoltosos y entendería que... Bueno, yo no me ofendería si prefirieras no asistir...— Balbuceó, nervioso.
Lila intentó reprimir una sonrisa divertida.
—¿Estás invitándome o qué?— Se burló.
El chico resopló y un ligero rubor se expandió por sus mejillas.
—Sí. Me encantaría que fueras conmigo, pero no hay problema si tú...
—Está bien— Lo atajó ella. —A mí también me encantaría ir contigo.
-TatianaRomina
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro