15
Si las miradas mataran, Lion ya estaría tan debajo de la tierra que el magma derretiría su cuerpo.
Él sonrió con suficiencia mientras se acercaba a mí como si fuese el dueño del mundo entero. Tenía tanta valentía en ese momento solo porque yo estaba atado a la camilla y no podía partirle la cara como me hubiese gustado, sino saldría corriendo como la gallina que era. Lo conocía lo suficiente como para saber lo cobarde que podía llegar a ser la gran mayoría del tiempo.
―Ahora ya no eres tan fuerte, ¿verdad, Colton?
Me encogí de hombros como pude.
―Estoy disfrutando de este descanso por el momento. Apenas me canse créeme que te inyectaré una bomba para hacerte volar por el aire.
Sus ojos se llenaron de una furia que me dio una satisfacción increíble.
―No entiendo que es lo que ella vio en ti.
―Lo que tú no tienes.
Había acabado en esa situación de una forma tan estúpida que me seguía cacheteando mentalmente por semejante tontería. Luego de que me separaran de Danáe en ese hotel, me habían subido a una camioneta, equipado con todo lo que sería necesario para aquella misión y dejado a las afueras de Valquiria con una mujer y un hombre cuyos nombres no me interesaban. Entramos a las instalaciones por los conductos de aire y me pareció sumamente extraño que los sensores de movimiento que había allí dentro estuvieran desactivados, pero quería salir tan rápido de ahí que no le di la importancia que merecía. Nos deshicimos de un par de guardias y tomamos su lugar. Nuestro objetivo era simple: reunir todos los expedientes de la mayor cantidad de Valquirias posibles. Y lo hubiéramos logrado de no ser porque yo me desvié de mi posición y choqué de frente con Lion Dutscher, el hijo adoptivo del maldito científico que nos había hecho lo que éramos a Danáe y a mí. El mismo científico que se había ido con la esposa de Josh, Valerie.
Lion había sido cercano a Danáe desde que ella ingresó al orfanato hasta que yo ingresé y le robé toda la atención de ella. El maldito era un jodido resentido que no superaba que su amor de la infancia se hubiera enamorado de otro. Luego había sido adoptado por los Dutscher y yo no pude más de felicidad cuando por fin me dejó el camino completamente libre con Danáe.
Una felicidad que duró hasta que me lo crucé en Valquiria y descubrí que el científico lo había adoptado a él.
Lion se acercó, dispuesto a pegarme un puñetazo, pero se detuvo a centímetros de mi mandíbula.
―¿Qué pasó? ¿Ya te acobardaste como siempre?
La sonrisa que apareció en su cara no me gustó para nada.
―No, pero no podría ser capaz de hacerle daño a una mujer embarazada. No soy como esos estúpidos que te torturaron ayer tratando de aparentar que te sacaban información.
Cada músculo de mi cuerpo se tensó de tal manera que terminé por delatarme.
―¿Creerías que Josh no pararía esta guerra sin sentido cuando se enteró del maravilloso error que cometieron con Dan? Vino como un perrito pidiendo comida a informarnos de su brillante plan para deshacernos de ustedes y quedarnos con su abominación ―dijo, sosteniendo unos papeles que parecían ser análisis sobre su cabeza―. Ayer me envió esto. La tortura a la que te sometieron fue una distracción perfecta para que ella sufriera y no tuviera más remedio que dejarse ser atendida. Tu feto parece estar bien y desarrollándose de una manera asombrosamente rápida para ser humano.
Tiré de las cuerdas que me mantenían atado, con la intención de ir y arrebatarle aquellos papeles que confirmaban y condenaban la vida de mi hijo. Pero por mucho que intentara liberarme, no podía. Estaban muy bien atadas.
―Como le toques un cabello a Danáe...
Lio rodó los ojos.
―Sí, sí, ya sé, ya sé: me quitarás los ojos o las extremidades. Tus amenazas no podrían afectarme menos ahora, Demian ―agitó los papeles―. No ahora que yo tengo la vida de ellos dos en mis manos.
―No le harías daño ―aseguré―. No podrías asesinar a Danáe ni a nuestro bebé por mucho que me odies a mí. La amas demasiado a ella. Acabas de decir que no eras tan estúpido como para hacerle daño.
―Y no lo soy. Pero cuando nazca el niño no habrá nada que me impida meterles un tiro a los dos en la cabeza ―afirmó―. O quizás lo haga antes. Ahora que lo pienso, si ha estado comiendo lo que Josh le dio, no será muy necesaria.
La sola imagen de Danáe sin vida lograba que me volviera mucho más violento de lo que el Proyecto Valquiria había logrado que fuera estos dos últimos años. Empecé a tirar con absoluta desesperación de las cuerdas y maldije que la tela fuera lo suficientemente resistente como para no haberse roto ya. Tenía que estar modificada para poder soportar la fuerza de una Valquiria, una tela común habría cedido hacia rato.
―Trata de soltarte todo lo que quieras, no lo conseguirás.
Su teléfono móvil sonó y se alejó en dirección al pasillo, con una sonrisa triunfante, para atender. Puse toda mi atención para oír con la mayor claridad posible lo que estaba diciendo.
―Ella está yendo para allá. Déjala que lo libere y los atrapas a la salida.
Entendí a quien se referían sin necesidad de pensar mucho.
Danáe venía a sacarme, pero no sabía que por mucho que intentáramoshuir, ya no veríamos la luz del sol mañana. Nos habrían matado antes.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro