¿Te Acuerdas De Mi?
- Es extraño. -
-¿El qué?. - Murmura Mana viendo al peli-plata mientras a este le recorre un escalofrío.
- Siento como si algo estuviera fuera de su lugar. - Dijo Timaeus con aquella sensación extraña que recorría su interior, ¿qué sera?.
- Tal vez sea cansancio, no has dormido nada desde que Yugi, bueno, tu sabes... Este cambiando. -
Tim arruga su nariz en desagrado total al recordar en lo que su pequeño hermano se estaba transformando, de a poco en poco en una bestia sedienta de sangre y ganas de destruir.
Pero eso solo era el 25 % de su problema para dormir, un 5% era la falta de comunicación con su omega, el cual seguía enojado con él y no quería hablarle y el otro 70 % era el problema interno en su mente, pues a un ko sabía si debería contarle a sus padres de la situación de Yugi.
- No hay tiempo de dormir, debo de encontrar una solución para Yugi. - Dice el joven alfa para luego envolverse en el montón de libros que habían por todos lados en aquella biblioteca; en el suelo, en los sofás, en los muebles, un libro sobre otro libro, incluso arriba de las lámparas de noche.
- Vas a colapsar si sigues así. - Le comenta Mana viendo a su amigo como es este tomaba del estante otro libro y comenzaba a ojear lo desesperado.
- No te preocupes, tengo una gran resistencia al cansancio. -
-¿Así?. - Mana se acerca a él y le acomoda bien el libro de forma que esté no estuviera al revés. - Me impresiona tu resistencia. -
-Fue un descuido. -
-Aja. - Mana, se sienta sobre la mesa, importandole poco que unos cuantos libros se cayeran. - Oye Tim. -
-¿Hmm?. -
-¿Qué pasaría si no encuentras un remedio para Yugi?. - Tim para en su búsqueda y mira fijamente a la morena que lo ha dejado desconcertado. - ¿De verdad serias capaz de matar a tu propio hermano?. -
Maná lo mira fijamente y Tim puede sentir aquella sensación extraña crecer en su interior.
Internamente pensaba que Mana sólo hacía esas preguntas por el cansancio mental o para distraerse un rato ya que ella le había ayudado a buscar posibles soluciones para Yugi y no cometer aquel acto sangriento en contra de su hermano. Sin embargo, la castaña no paraba de verlo como si tratase de averiguar algo de él.
- Quiero encontrar una solución sin querer lasti-.. .. -
-No es la respuesta que busco. - Interrumpe Mana. - ¿Realmente serias capaz de matar a Yugi?. - Vuelve a repetir y está vez su voz es más seria.
Tim pasa saliva, no quiere contestar ni pensar en aquello, pero ¿por qué Mana le preguntaba eso? ¿Acaso sabía algo que él no?.
-¿Y bien?. -
-¿Por qué la pregunta?. -
- por simple curiosidad. - Responde ella.
¿Curiosidad?, no, no creo que sea eso.
- Si todo se saliera de control, no tendría otra alternativa. - Responde Tim con pesar.
-vaya, no esperaba menos de ti. - Ríe un poco Mana.
-¿Qué quieres decir?. -
- Oh, nada. - Ella se levanta y se estira un poco. - Iré a comer algo, buena suerte con tu búsqueda. - Mana se retira y deja solo al peli-plateado en aquella sala para luego caminar por el pasillo.
Cuando de pronto en su campo de visión divisa alguien familiar pero con una esencia diferente, poderosa y abrumadora.
Ella sabe quién es y sólo pasa a su lado como si no existiese.
'Al parecer alguien va a tener una sorpresa.'
Tim paso de hoja, analizando el largo texto que este tenía, algunas palabras no entendía, parecían estar en otro idioma que no reconocía. Las imágenes que portaba el libro tan poco le daban tanta fe, pues estas ilustraban sacrificios humanos o hacia otras razas, incluso de su especie.
Tim se dejó caer en la silla, exhausto, rendido y perdido, pues no sabía que hacer. Se encontraba frustrado y desesperado al no encontrar una mínima pista para poder frenar a la bestia interna de su hermano.
El tiempo se le acababa, sabía que si no se daba prisa en encontrar alguna especie de freno para Yugi, sus padres no tendría más remedio que intervenir, y eso no era una buena idea.
Ya que ellos no matarían a su hermano. No, ellos usarían a Yugi para su propio beneficio.
Y eso, era algo que no estaba dispuesto a que pasara.
Escucho la puerta siendo abierta, a lo que le resto importancia.
'Volvió Rápido.' Pensó Tim con los ojos cerrados.
-Tal vez tu consejo no sea tan malo, Mana. -
Siento los pasos acercarse hacia él.
-Tal vez vaya a mi habitación a dormir un poco y cuando despierte seguiré mi búsqueda. -
Un par de brazos rodearon el cuello del chico como si lo estuvieran abrazando delicadamente.
Cómo el abrazo de una madre, que se siente cálido y seguro.
'¿Vainilla y chocolate?'.
- ¿Mana?. - Preguntó una vez más el nombre de su compañera, cuando de repente. - ¿Estas...?, ¡AGH!. -
¡Los brazos que lo rodeaban cálida ente, lo estaban horcando enserio!
Tim sintió como su garganta era aprisionada, su respiración se le entre corto de inmediato.
¡¿QUÉ CARAJO PASABA?!
Trato de quitarse a su atacante, intentó ponerse de pie pero su enemigo estaba usando una abrumadora fuerza que ni siquiera lo dejaba pararse, trató quitar los brazos con sus manos pero eso no funcionaba.
Comenzó a ver borroso, el poco aire que retenía en sus pulmones se estaba acabando, golpeó como pudo a su atacante, pero no funcionaba, sus ataques eran débiles. Su fuerza se desvanecía al igual que él.
Hasta que vio, con la mirada aún borrosa, aquel libro que parecía más una enciclopedia que libro. Agarro con sus manos el libro, junto todas sus fuerzas y golpeó a su enemigo que lo soltó de inmediato.
Tim escapó de los brazos de su enemigo, cayó al piso y comenzó a toser con desesperación mientras tomaba bocanadas de aire, pero eso no impidió el voltearse para encarar a su enemigo y enfrentarlo, pero cuando se volteo.
Bio claramente una cabellera familiar, parecida a la suya, una bata de hospital, el chico venía descalzo, parecía que el chico miraba hacia otro lado cubriendo su rostro, más sin embargo pudo reconocerlo al instante.
- ¡¿Y-Yugi?!
Tim estaba impresionado, ¡su propio hermano lo atacó!, ¡estuvo a punto de matarlo!... No podía creerlo, no podía creerlo, ¡NO PODÍA CREERLO!
'Un momento...' Pensó él.
El chico parado enfrente de él, se descubrió la cara, dejando notar un pequeña herida roja en su mejilla. Volteo a verlo con unos intensos ojos azules que buscaban asesinarlo hasta el alma, su piel era blanca como la nieve haciendo resaltar aún más esa abrumadora mirada.
- N-no puede s-ser. -
Luna sonrió al ver el terror en la cara de ese niño.
- ¿Aún te acuerdas de mí?. - Dice con voz suave y se acerca hacia Tim hasta poder tomar ambas mejillas de su "querido" hermano mayor.
Tim al sentir el tacto frío de la muerte sobre el, comenzó a temblar, su lobo no respondía, se encontraba abrumado por el poder de esa bestia.
- La última vez que nos vimos, aún eras un niño. -
-Y-yo... L-luna... -
-Shhh. - Luna tapa la boca de Tim con el dedo indice, mientras a este se le cristalizan sus ojos. - Estoy hablando, ¿Acaso tus padres no te enseñaron a respetar cuando uno está hablando?. -
Tim asintió.
- ¿Entonces por qué no me respetas?, ¿A caso quieres que te castigue?. -
Tim negó varias veces y un par de lagrimas salieron de sus ojos.
-Pobre cachorrito , ¿por qué lloras?, ¿Hmm?, no llores. - Luna retira gentilmente las lágrimas de Tim. - Aún no te hago nada para que llores, pero te prometo. - Luna hace crecer sus garras y lentamente va rasguñando la piel de Tim hasta que lo hace sangrar. - Qué de mi te acordaras siempre. - Dice Luna y luego se aleja de Tim un par de pasos para señalar su mejilla herida. - Admito que me impresionó tu golpe. -
Comenzó a caminar en círculos rodeando a Tim mientras este veía como la herida en la mejilla de Luna se curaba al instante.
- Te lo perdonaré, sólo por esta vez. - Le sonrió nuevamente luna. - Pero lo que me hiciste en el pasado. - Su sonrisa se borra. - Te lo haré pagar después . -
-L-luna yo... R-realmente, t-trate de poder... -
-¿Qué te dije de interrumpirme?, ¿realmente quieres ese castigo?. - Eleva un poco la voz Luna y Tin solo vuelve a quedarse en silencio y mirando hacia el suelo. - De verdad, que si no fuera por Yugi, ya te abría matado hace años. -
'¿Qué?'.
- Pero te necesito con vida, renacuajo. - Prosiguió luna. - Escucha, Timaeus. -
Luna desapareció aquel aura amenazante que hizo y en su lugar los sustituyo por un aroma a vainilla, que hizo que Tim pudiera relajarse poco a poco, sus feromonas maternas siempre lograban tranquilizar a todo aquel que estuviera cerca de él.
- Tu hermano y ese Alfa tonto estan en peligro. Necesito tu ayuda. -
*Continuará...
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