“— Qué enormes ojos tienes. —” Dijo caperucita.

“—Es para verte mejor. —” Respondió el lobo, rodeando al de Capucha Roja, mientras este estaba atento a los movimientos del lobo negro.

“— Qué orejas tan grandes tienes. —”

“— Son para escucharte mejor. —”

El lobo dejó de rodear al de Capucha Roja para luego caminar directamente hacia él, mientras su transformación quedaba atrás volviéndose a su forma humana.

Una vez que el hombre, antes lobo, se plantó frente a su caperucita, este le tomó gentilmente las mejillas para acariciarla.

El chico de Capucha Roja, levantó sus manos y las posicionó en el pecho de aquel hombre de tez morena y ojos brillantes.

Ambos se miraron el uno al otro, grabando en su memoria aquella mirada llena de amor y deseo.

— Lobo. — Mencionó el oji- amatista.

— Caperucita. — Mencionó este con un ronroneo juguetón que llamó mucho la atención de Yugi.

Atem por su parte, vio los labios rosados del menor.

“— Qué enormes dientes tienes. —”

Atem sonrió mostrando sus dientes tan blancos y sus colmillos.

“—Son para comerte mejor. —”

Susurro bajamente para los dos mientras se acercaba al cuello de Yugi, mientras este sonreía juguetón.

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“¿Quién dice que caperucita y el lobo feroz, no pudieron llevarse bien?, ¿quién dice que el lobo debe ser siempre el malo?, ¿Quién dice que ellos deben  de seguir las reglas de los cuentos de hadas?, ellos las rompen.”

Clan de lobos te da la bienvenida.