Aliado.
Los rayos del sol recién salían a iluminar el extenso bosque que se expandia enfrente de el.
Luna se encontraba contemplando el amanecer como si fuera lo más hermoso que había visto ante sus ojos y se preguntó así mismo como es que algo tan normal para los humanos no le pudiera resultar fascinante?.
Cada día, a cada hora, minuto y segundo, el sol no faltaba en cumplir con su deber.
Comenzó a toser, su garganta picaba un poco y dejaba sentirle algo de ardor, pronto sintió aquel conocido sabor metálico, llevó una de sus manos a su boca y limpio sus labios.
-Mierda. - Sonrió al ver la sangre de si mismo. - ¿Ya a comenzado tan pronto?. - Su sonrisa se borra de inmediato, lleva su otra mano hacia su pecho y da una pequeña caricia, intentando reconfortar a su parte humana que se removida inquieta y algo adolorida.
¿No era muy pronto para que su parte humana sintiera también el dolor?, ¿o solamente son las punzadas del corazón?
-Tranquilo Yugi, ya he pedido ayuda, vas a estar bien. Te lo prometo mi pequeño. -
Dándose un abrazo así mismo para sentirse seguro, intento no quebrarse y venirse para abajo, porque si lo hacía, ¿que clase de lobo seria si dejaba a su niño solo en esta asquerosa enfermedad que su propia madre le había provocado?.
Luna limpio sus lágrimas las cuales habían salido de sus ojos sin su permiso.
No, no había tiempo para llorar, ¡debía ser fuerte hasta el final!
Retendría el veneno el tiempo suficiente para que a Yugi lo salvaran, no le importaba si el método lo mataría a él, con tal de que su pequeño sobreviva, ¡él iba a sacrificarse!.
-¿Yugi?. -
Luna se quedó estático al escuchar la voz de Atem adormilada detrás de él.
- ¿Todo está bien, pequeño?. -
La voz preocupada de Atem se acercaba más al cuerpecito de Yugi para poder ver si el chico estaba bien, ya que, el sentimiento de dolor y tristeza lo habían despertado alarmandolo de que el menor se encontraba sufriendo.
—¿Yugi?. - Está vez Atem solo se dejó llevar por aquel sentimiento de querer proteger al menor y lo abrazo por la espalda seguido de soltar feromonas que hicieran relajar a su compañero y hacerle sentir que no estaba solo.
Luna no quería dejarse llevar por aquel alfa tonto que intentaba reconfortarlo.
El lobo podía sentir tristeza y enojo, al saber que ese alfa no le pertenecería . Y si lo hacía ahora, sólo era temporal, ya que tanto el lobo de aquel alfa sabía que destinados, no eran.
Y eso le partía el corazón a Luna.
- Ha sido suficiente. - Hablo secamente, se alejo de aquel toque cariñoso de Atem, quien lo miró extrañado y algo dolido por el rechazo. - Tenemos que hablar. - Luna volteo a verlo y Atem supo de inmediato que no estaba tratando con Yugi originalmente. - Alfa tonto. -
-¡¿Tu?! ¿Pero por qué?, ¿por qué aun sigues aquí?. ¡Se supone que Yugi debería haber tomado el control de su propio cuerpo!, ¿por qué sigues manipulandole?. -
-Porque si dejo que tome el control, el morirá. -
Atem se quedó callado.
- De eso tenemos que hablar. - Luna se acerca a Atem y toma su temperatura a pegando sus frentes. Atem al sentir dicha acción se queda estático en su lugar, embelezado por aquel aroma a vainilla que lo relajan a y al mismo tiempo lo hacía sentirse bien.
Luna, luego de asegurarse de que Atem no tuviera fiebre, procede a tomar de las mejillas del moreno y a cuestionarlo mientras lo examinaba detalladamente.
-¿Has sentido mareos?, ¿Dolores de cabeza o de cuerpo?. -
Atem aún sin entender niega con la cabeza.
- ¿picazon en la garganta o salpullido en la piel?
Atem vuelve a negar.
- Tu lobo se ha sentido mal?. -
-No. - Respondió seguro y luego nota como Luna se aferra a su cuello y hunde su nariz en la cobertura de su cuello.
Aquel punto erogeneo, hace que el mismo alfa se sonroje, fue un movimiento inesperado, ¿que planeaba hacer el omega? ¿Marcarlo?.
- Aún sigues oliendo bien. - Luna se retira de aquel punto, sintiéndose aliviado de que su compañero aún no tuviera los mismo efectos que él.
-Hmm, ¿gracias?. -
- No agradezcas. - Dijo Luna y pasó hacia dentro de la habitación, para buscar papel y algo con que escribir. - Solo hago mi trabajo. - Prosiguió, agarro un bolígrafo de un mueble y una libreta que estaba en el mueble de noche.
- ¡Oye! ¡Espera!. - Atem le quito aquella libreta a Luna.
- ¿Qué pasa?, ¿tu diario?. -
-¿Lo leíste?. - Se asustó el Alfa.
- Te diría que no, pero eso sería mentirte. - Respondió luna. - En todo caso, no te preocupes, no le diré a nadie de tu secreto. -
Atem baja la mirada y luna solo se acerca a él para tomarlos de los hombros y sonreírle.
- Créeme. Confía en mí. -
Atem entregó su diario y Luna lo tomó para luego abrirlo y en una hoja blanca comenzar a escribir.
-Muy probablemente esto ayude a las futuras generaciones por sí alguien de tu pueblo o algunas aldeas cercanas de aquí, solicitan ayuda. - Luna escribía sus síntomas de la enfermedad.
- ¿Tos con sangre y ardor?. - Atem miro a Luna. - ¡¿Estas enfermo?!. - Exclamó preocupado. - ¿Por qué ko me lo dijiste antes?, ¡vamos! Voy a llevarte con un médico para que te cheque y luego... -
Luna miraba divertido las acciones del alfa. Atem había corría por toda su habitación cambiándose tan rápido que casi se cae a la hora poner un pantalón de mezclilla negro.
- Je, je, que considerado de tu parte. - Dijo Luna, notando que Atem había tomado unas llaves de algún vehículo. - Pero ningún doctor curará mi enfermedad. - Se queda callado por unos segundos. - al menos que seas un hechicero o un curandero de más de 110 años. -
Atem paro de colocarse aquella chaqueta de cuero.
- ¿Qué?. -
-Mis síntomas...- Prosiguió Luna. - Pueden parecerse a la enfermedad de un humano, pero no lo es. - Toca su pecho y luego su garganta. - Un humano moriría en menos de 5 minutos. La enfermedad que poseo es letal y es infecciosa. -
-¿Infecciosa?. -
-Es lo que creo. - Dijo Luna y su semblante cambia. - Yo... Mas bien, nosotros... - Luna no sabe como proseguir.
No sabía si debería contarle su pasado y el Pasado de Yugi, incluso, no sabía si contarle lo que él y su niño habían pasado el tiempo que consideraban a Yugi desaparecido.
- ¿Luna?. -
-¿Eh?. -
-¿Es infeccioso?. - Volvió a preguntar Atem. - ¿Cómo?, ¿qué te... No... ¿Qué les hicieron a ambos?. -
-... -
-¿Luna?. -
La puerta es tocada tres veces, la conversación acaba apenas Luna se para y va hacia la puerta para abrir y cuando lo hace, aquel hombre alto y fornido pasa a la habitación de la pareja.
- No creí que estuvieran despiertos tan temprano, pero que importa?, eso me ahorra la molestia de despertarlos. Díganme, ¿cómo están?, ¿todo va bien entre ustedes dos?. -
-Papá. - Interrumpe Atem. - ¿Qué diablos se supone que estas haciendo aquí?. -
- Solo quería ver a mi hijo y a su compañero, ¿tan malo es eso?. - Dijo el hombre con una ligera sonrisa.
- Ni de chiste tu padre nos quiciera ver ahora. - Dijo Luna y se acercó al padre del Alfa. - Pero tú, ¿por qué realmente estás aquí?. -
Extrañado, Atem mira a Luna y este mira aquel hombre.
- Los rumores eran ciertos sobre ti. - El padre se acerca con tranquilidad hacia el omega y este solo se mantiene en su lugar, no persive ninguna amenaza de ese lobo adulto.
- Dime, ¿por qué tomaste el mando de ese cuerpo?. -
Aquel lobo se sonrojo por ser descubierto.
- Hueles a madera, tu aroma es fuerte a comparado al aroma de tu parte humana. - Prosiguió Luna.
-Tu olfato es... -
-¿Escalofriante?. - Ríe Luna.
- Extraordinario. - Corrige el Alfa mayor. - Ningún otro lobo sabría que he tomado posesión del cuerpo de mi humano, pero tú...-
El alfa mayor acarició la mejilla del dulce omega que le sonreía tierno, mientras ambos se miraban fijamente.
- Bueno. - Atem se interpone entre ambos y aleja al lobo de padre del omega. - ¿y la visita para que era? - Pregunta casi en un gruñido.
Luna se ríe por la acción del joven Alfa, mientras el otro Alfa adulto retrocede con una sonrisa avergonzada y suplicando perdón hacia su cachorro por casi cruzar la línea.
- Vengo a dar mi ayuda. -
*Continuará...
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