5: Caperucita Roja Y El Lobo Se Conocen.
Mi mano toca lo que es una textura suave y nada rasposa, como si fuera un pelaje de color oscuro.
— ¿Estas bien?. —
Otra vez, esa voz que parece gutural y digna de un monstruo.
Mis ojos buscan de donde proviene esa voz, y cuando mi mirada repara en unos ojos dorados es cuando me estremezco y me quedo en estado de shock.
— ¿Todo bien?. —
El Lobo... El lobo me esta hablando... ¿O estoy alucinando?, ¿seguiré drogado?.
— Niño, contestame. —
—¿No estoy loco verdad?. — Pregunto a la nada, el lobo ladea su cabeza confundido.
— ¿Cómo dices?. — Me preguntó. — ¿Te sientes mal aún?. —
Dios, aún no lo puedo creer... Esto no está pasando.
Lentamente me bajo del lomo del lobo, este me ve con mucha atención.
— Oh, ya puedes pararte. — Me dice con tono contento. —Me alegro. Entonces, venga, te llevaré al pueblo humano, es de ahí donde vienes, ¿no?. Dime, ¿a que dirección vamos?. —
Yo sigo incrédulo y me plantó frente al gran can que está enfrente de mi. Seguramente estoy soñando, no hay manera de que un lobo hable y de que sea de grandes proporciones, aun que debo de admitirlo, su pelaje es hermoso es como la noche, el color de sus ojos lindos, brillan como el oro y el que pueda hablar solo significa que estoy en un sueño por culpa de la droga.
Así que convencido de eso, estiró mi mano hacía lo que parecía ser su cabeza.
— Uh... ¿Qué haces?. —Me pregunta sin retroceder, aún cuando mi mano ya ha tocado su peluda cabeza.
Se siente suave y esponjado, como si se tratara de un peluche de felpa.
— Qué suave. — Me atrevo a decir.
— Ahm... ¿Gracias?. —
Entonces sin darme cuenta comienzo a rascar su cabecita y parte de su cuello y de repente veo como es que el gran perro comienza a menear su cola, cierra sus ojos con gusto y comienza a dar ligeros golpes con su pata izquierda. Le gusta.
— Pa... Para. — Me pide.
— Qué lindo perrito. — Cómo si mis palabras fueran un repelente, el gran perro negro se separa de mi con un gruñido bajo.
— No vuelvas hacer eso, ¿quién te crees que eres, humano?. — Se queja, pareciera estar avergonzado.
— Lo siento, parecía que lo estabas disfrutando. —
—¡C-Claro que no!. —
Suelto una pequeña risa.
—¿De qué te ríes?.—
— De nada. Jamás creí ver a un lobo avergonzado... Dime. — Pare de reírme. — ¿Eres la Criatura que siempre gobierna mis sueños?. —
—¿Qué?. —
— No te hagas el mal entendido. Se que eres el lobo que siempre aparece en mis sueños. — Dije y mire sus orejas puntiagudas, ¿estarán pachonas como su pelaje?. En cuanto estire mis manos hacia sus orejas, el lobo retrocedió y en un mal paso me tropecé y me caí raspadome las rodillas mientras sentía el genuino dolor... Espera....
No puedes sentir dolor en un sueño, eso solo significarían que estas en la realidad.
Entonces...
Mire hacia el lobo negro.
— No soy tu juguete, humano. — Me dijo y volvió acercarse, pero paro en cuanto me vio levantarme de golpe, retrocedí algunos pasos... Sus ojos me examinaron, parecía comprender mis movimientos. — No lo hagas. — Me advirtió.
— Esto no pude ser real. — Jadee, dando otro paso hacia atrás, él dio un paso hacia delante. — Los lobos no hablan. —
— Y las caperucitas, no deberían de estar solas por el bosque y menos a estas horas. —Dio otro paso hacia delante y yo uno hacia atrás. — No corras. —
Pero mi mente me gritó: ¡corre!, y yo corrí por mi vida.
— Ahg, Diablos. —
×Continuará...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro