32: Modificados.
- ¿Es aquí?-
Mire hacia mis espaldas donde me seguía aquel omega con rostro cansado.
- No. Todavía falta por llegar. -
Luna solo hace una mueca de fastidio.
Sí, ya lo sabia, hace más de tres horas que habíamos salido de casa para ir a encontrar las cosas que él libro nos había enseñado.
Dando la casualidad que ese libro no solamente eran cuentos para niños. En sus coloridas páginas se encontraban formas de curación temporales para males como los que tenía Yugi, servirían por ahora, en cuanto buscáramos un solución a su problema.
- ¡Ya no puedo! - Grita exasperado el omega y se sienta en una roca.
Vuelvo hacia él, se le nota agotado y muy cansado. Gotas de sudor escurren por su cuello y su rostro.
Busco en mi mochila una pequeña franela para poder limpiarle el rostro, seguido de pasarle una botella de agua que gustoso el chico la toma.
- ¿Te gusta el sedentarismo?. - Pregunta y bebe de la botella.
-Sí, bueno, algo así. - Respondí.
-¿Cómo es eso?. -
- Había muchos problemas en casa, no me gustaba estar ahí, así que el bosque me refugio. -
-Lo siento, no debí preguntar. -
-No hay problema. - Dije. - Aún que tu preguntarás otra cosa yo debo de responderte con la pura verdad. Es parte de nuestra unión como Omega y Alfa. -
Luna sonrió, yo por otra parte saque unos binoculares y comencé a ver alrededor; montañas, árboles y el sonido de la cascada no muy lejos de nosotros podía escuchar, ya faltaba poco.
- ¿Puedo preguntarte algo?. -
- ¿Hmm?. -
-¿Hace cuanto tiempo tienes conciencia propia?, es decir... - Rasque mi nuca, no quería que Luna se sintiera incómodo, solo me daba curiosidad el porqué era tan natural para él tomar posición de Yugi.
- Desde que Yugi era un niño. - Respondió. - yo siempre he estado con él incluso cuando lo secuestraron. . - Dijo de la nada atrayendo mi atención. - Yugi nunca fue un niño normal, él siempre fue diferente al resto. -
- ¿Qué?. -
- Yugi despertó su lado animal a la corta edad de cuatro años. - Se encogió de hombros. - Más bien, él me despertó a mí, su otra mitad. Yo... Nunca pensé que él pudiera llegar hacer eso, quiero decir, cuando desperté me sentía confundido y desorientado, cuando reaccione, Yugi me sonreía y me daba la mano para brindarme la bienvenida, más sin embargo yo lo rechace al principio, incluso lo regañe por haberme despertado en un tiempo inaceptable.
Luna cambia su expresión a una dolorosa.
- Siendo que era un niño y yo su parte animal que despertaría cuando el tuviera la edad adecuada. Yo... Yo lo trate mal. - Dijo con resignación. - Su infancia solo se basaba en mi, trataba de entenderme, de acercase a mi, pero yo lo alejaba y le decía muchas cosas que no eran adecuadas para su edad.
Su voz se quiebra.
- Yugi es un chico bueno que le han pasado muchas cosas malas y una de ellas era yo. - Prosiguió. - Sí tan solo lo hubiera tratado mucho mejor y cuidarlo como debía, él estaría en otra parte y a salvo. Lejos de todo este lío. -
Me arrodillé frente a él y limpie sus lágrimas que salían de sus ojos.
- ¡Es por eso que quiero recompensarlo!. Yugi necesita vivir, aun no lo ha hecho, su vida solo se basa en sufrimiento y yo no quiero eso para mi pequeño. Por eso... Por eso... - Más lágrimas salen de sus ojos. - Si es preciso que me sacrifique por él lo haré. ¡El merece vivir!. -
Sus palabras mostraban valentía.
- ¡Como Alfa, es mi deber proteger a quien lo requiera!. -
Alfa...
Que palabra tan tonta.
- Bueno. - Baje los binoculares. - Estaré a tu lado para lo que me necesites. - Dije.
- Gracias, pero, ¿puedo preguntarte ahora yo a ti algo? -
Lo mire.
- ¿Cuándo fuiste modificado genéticamente? -
Parpadee confundido.
-¿De qué hablas?. -
-Atem, no soy tonto, se que eres un Alfa modificado. -
La incredulidad se cernía en mi mente.
- Yo soy así de nacimiento luna. - Dije. Él negó, se levantó, me regreso la botella de agua para acercarse mucho más, me rodeo en un abrazo, escondió su rostro en el hueco de mi cuello.
Cerré los ojos poniéndome nervioso de inmediato, el aroma de Yugi me ponía de los pelos de punta, pero no de una manera que me hiciera sentir mal, si no más bien, como si su cercanía me pareciera atractiva, fuerte, muy masculina y de mi tipo de persona que me gustaría.
El aroma a vainilla de Yugi comenzaba hacerme agua la boca, mis mejillas se ponían rosada y ese calor en mi cuerpo surgía poco a poco.
Sentí la respiración de Yugi aún más cerca de mí cuello, solté un jadeo en cuanto sentí un par de colmillo raspar mi piel.
“Deseo eso. Bésame en ese lugar. Muerdeme , ¡marcame, alfa!”.
Mordí mis labios conteniendo aún más jadeos y las súplicas por aquellos pensamientos de mi lobo.
Luna se separó de mi con un rostro serio, una respiración rápida pero audible, sus mejillas estaban rojas y sus ojos tenían un precioso color lila claro brillante y hacían denotar aquella parte animal que deseaba con todas sus fuerzas tomar posesión de mi.
- Tu aroma, no es el mismo de antes. - Suelta con fuerza, como si sus palabras les costará salir de su preciosa boca. - Huele bien. Hueles a rosas. -
- ¿Sí?. - Preguntó con un tono dulzón. - ¿Cuánto?. -
- Hueles a Omega. - Me confiesa. - A pesar de estar modificado, tu aroma aún es perceptible, al menos, para mí.- Suelta otro exquisito jadeo y mi corazón brinca por ello.
Debo controlarme.
- Tu hueles mucho a vainilla. - Confieso. - Ni siquiera a los dos aromas que portabas anteriormente. -
Luna suelta una risita.
- Lo sé, es porque originalmente yo soy...
- Un alfa. - Dije.
- Y tu un precioso Omega. - Me miró directamente a los ojos. - ¿Desde cuando estas modificado?. -
- Yo... Soy un alfa. - Dije, pero mis palabras se sintieron falsas, como si mi propia alma me dictaba otra cosa.
- No, no lo eres. - Dijo Luna, cerró sus ojos, normalizando su respiración y tomando su auto control en su mismo para no lanzarse a mi.
Ese pensamiento me detuvo los pensamientos, ¿por qué lo haría?, no habría ninguna razón por la que Yugi debería lanzarse a mi.
- Luna. - Intentó regañarlo, pero él me interrumpió.
- Debieron hacerlo cuando eras niño. No se como, pero tal vez te dieron algo en tu comida, ¿o mientras dormías?, no lo sé. -
-¡Qué no soy omega!. - Recalque cómo berrinche. Luna soltó una carcajada.
- ¿Enserio? ¿Y qué fue eso entonces?. -
Hice un leve puchero.
- Cualquiera puede hacer un berrinche. -
- Pero no uno tan adorable. - Comentó él. - Además, en tu diario decía que tu comportamiento en la infancia siempre fue uno tranquilo, aprendiendo herbolaria y hacias otras actividades, sobre todo destacaba mucho cuidando a los niños de tu Manada y eso a los más pequeños, dime, ¿acaso eso no te dice algo?. -
- Solo fue una época donde me sentía el hermano mayor. - Me excuse. Eso no tenía se todo para mí.
- Vamos, piénsalo bien Atem, cuidaba de cachorros se tres a 6 años, e incluso recién nacidos y hablabas de los en tu diario de forma maternal. -
- Bueno eso no podía evitarlo, ya que yo sería el futuro Alfa, debía de convivir con mi Manada.
Luna suspiro y negó.
- No puedo creer que te niegues a tu naturaleza verdadera. -
- Pero no la estoy rechazando. Acepto lo que soy un alfa. -
"Mentiroso." Hablo mi lobo.
Yugi solo se me quedó viendo unos segundos luego sus ojos volvieron a tener esos ojos azulados, empezaba a a volver a la normalidad y el fuerte aroma a vainilla disminuyó al igual que el de rosas que apenas me acaba de dar cuenta que era mio.
Muy extraño, o a lo mejor ya estaba alucinando.
- Solo hay que seguir nuestro camino. Ya falta poco. -
Luna chillo por eso y siguió avananzo hasta adelantarse mientras yo veía por el rabillo de mi ojo, como algunas ramas se habían movido y no creía que por si solas.
Alguien nos estaba espiando.
*Continuará...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro