19: Algo Que Debes Saber.
Al salir de mi habitación, pude respirar tranquilo, tomar unos cuantos minutos para mi mismo y mis pensamientos.
Qué idiota fuí, ¿por qué le dije tanta cursilería?, no quería cortejarlo, tan solo protegerlo, pero la marca ya estaba hecha y las cosas entre ambos han comenzado a cambiar más rápido de lo que pensé.
Nunca imagine que tener un vínculo iba a sentirse de esta manera tan profunda; siento que cuando estamos juntos ambos sentimos cosas que nos descontrola y que no llegamos a entender, sobre todo él.
Pero espero, y rezo a la Luna, que nos de la mayor voluntad para sobrevivir a esto... Solo, hasta que ambos podamos ir por diferentes caminos, y que cuando llegue ese momento, todo salga para bien.
Me reincorporo en mi lugar y avanzó por el pasillo, con la mirada fija en mi camino y con el objetivo de ir por las cosas que le prometí a Yugi.
Pero al querer bajar las escaleras note las voces de Timaeus y de Akmeth.
— ¡Es que no lo puedo creer!, ¡¿por qué diablos mi hermano!?, ¡de todas las personas en el mundo!, ¡¿por qué fue él?!. —
— Timaeus, cálmate. — Dijo el omega.
—¡¿Calmarme?!, ¡¿CALMARME?!.— Grito el otro. — ¡Mi hermano!, ¡ugh!. —
Escuche un ruido de un golpe, creo que Timaeus había golpeado la pared.
— Todo este tiempo, he tratado de protegerlo, de ser su guardián y protector y mírame; falle. Le falle. —
Con cuidado de no ser visto, me oculte tras los gruesos barandales de las escaleras, por las rendijas que se me otorgaban, podía verlos.
Akmeth postraba sus manos en los hombros del albino mientras este con la cabeza gacha se lamentaba por lo sucedido anoche.
Si realmente estaba lamentando lo de anoche, no debió de haberlo hecho eso a su hermano menor, ¿quién es capaz de hacerle eso a su propia familia?.
La traición jamás me ha gustado y al parecer, Tim lo había hecho... Pero, algo dentro de mi me decía que algo estaba mal, que Tim no pudo haber tomado esa estupidez de desición, quiero decir; tal como lo ha dicho él, quiere mucho a su hermano y lo ha estado tratando de proteger desde que Yugi fue secuestrado.
Entonces, ¿cómo fue que pasaron las cosas?.
— No debí hacerle caso al señor Halackti. — Dijo el albino.
Mi mirada se volvió nuevamente hacia Tim.
— Ni siquiera a mis padres. — Prosiguió.
¿QUÉ?.
— A todo esto. — Dijo Akmeth. — ¿tus padres saben lo que es Yugi?. —
¿Lo qué es... Yugi?.
— Por la llamada que hice anoche, sí. Lo saben. — Respondió Tim. — Nunca imagine que Yugi fuera así.— Tim se volteo a ver a su omega. — Nunca pensé que él podría ser un...
— ¡Ni siquiera lo digas!, ¡es tu hermano!. — Le interrumpió Akmeth a un dolido Timaeus. — No debes de juzgarlo tan rápido, es aún joven para comprender lo que le pasa. —
— Y lo que le pasara después si sigue aquí, en este lugar, con nosotros y con Atem. —
De repente Tim busca en su chaqueta, en aquel bolsillo saca un cajetilla de balas especiales...
Espera...
¿No estará pensando en dispararle a su propio hermano.... O sí?
—Mi madre me dijo que si Yugi llega a tener una reacción como la última vez... — Tim callo y por inercia pase saliva por garganta, los ojos Akmeth se cristalizar on y llevó sus manos a su boca para ahogar un grito mientras negaba una y otra vez. — Tendría que matarlo. —
—No. — Dijo Akmeth. — No piensas hacerlo. –Aseguró. — Es un niño. —
—Y también un monstruo. —
Las palabras de Timaeus me congelaron el corazón.
— ¿No comprendes?, una bestia no puede convivir con nosotros, ni siquiera con los humanos. —
¿Bestia...?
— Cuando tenga la oportunidad, yo... Debo... —
—Recapacita, primero. — Dijo Akmeth, haciendo sus manos puños. —Es tu hermano. —
— Y también un asesino. —
—Pero lo hizo para defenderse. —
—También te hizo daño a ti. — Dijo con amargura Tim, Akmeth ya no supo que decir. — Casi te mata. Casi te pierdo. —
—Él no estaba en sus cinco sentidos, tienes que comprender. Yugi es inocente. Tal vez no sabe lo que pasa o lo que le pasará después, pero te puedo asegurar que ese chiquillo luchará para mantenerse lúcido por el resto de su vida, creeme, reconozco a un guerrero cuando lo veo. —
—¿Pero por cuanto tiempo estará lúcido?, su bestia saldrá tarde o temprano y cuando lo haga... Tendrá sed de sangre. Tanta, que cuando menos lo esperemos, terminará con todo lo que conocemos. —
Tim mira las balas en sus manos y las aprieta.
— Sí Atem no lo hubiera marcado... —
—Sí él no lo hubiera hecho tu hermano estaría con el corazón roto, deprimido y sucumbido por malos pensamientos. Tú y yo sabemos que eso, le da fuerzas a la bestia... ¿Qué no lo entiendes?, tal vez fue por obra del destino, pero estuvo bien que Atem lo marcará. —
Tim aprieta los dientes.
— ¿lo sabes no?. —Siguió Akmeth. — Sabes que hizo bien y una parte de ti se siente aliviado que fuera nuestro líder. De otra forma, si fuera otro, sabes que las cosas terminarían mal. Pero mira a tu alrededor, Yugi sigue vivo y lúcido, Atem esta aquí y lo vigila de cerca, aun que deberias de decirle lo que está pasando con Yugi, mientras tanto, el señor Halackti está abogando tanto por ti, por Atem y por Yugi por qué se queden aquí en el pueblo. —
¿Qué?, ¿mi padre está abogando por nosotros con los jefes de otros clanes?
— Los cuatro necesitan conversar y hacerle saber a Yugi, que pase lo que pase no es su culpa y deben de decirle, lo que él realmente oculta en su mismo ser. De otra forma, si siguen ocultándoselo, tarde o temprano, como dices tú, la bestia saldrá y nos matara a todos por condenarlo a un chico inocente que no sabe de su existencia. —
Akmeth se marcha de la habitación dejando a Tim solo.
Tim por su parte vuelve a ver las balas.
— Tengo fe, de que todo estará bien. —Guardo las balas. — Por favor Yugi, no te vuelvas un ser oscuro. —
Con esas últimas palabras, Tim se marchó.
Yo por mi parte me quedé en mi lugar analizando toda la información.
Recordando... Aquel día, en que... Por primera vez, temí por "un humano".
Yugi.
*Continuará....
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro