17: Compañero.
La mirada retadora que Yugi le daba a mi padre era como ver a un conejo y a un lobo por ver quien viviría y quien moriría.
Una muy graciosa escena a mi parecer, pero debía detenerlos antes de que algo malo pasara.
— Es suficiente. — Dije reincorporando me, haciéndole frente a mi padre, poniéndome delante de Yugi.. — Mi desición esta hecha. Yugi es mi pareja y yo soy pareja de Yugi. Debes respetar eso. —
— ¡Pero es qué tú...!. —
— Ya no proteste más. Ya no tiene caso. — Le interrumpí de inmediato. —Si no aceptas a Yugi como mi pareja podría largarme de aquí, con él. —Mire hacia un rincón de la habitación, alado de la chimenea estaba Timeaus con la mirada más amenazadora que haya presenciado. — Me lo llevaré conmigo y entonces, ya no lo volverás a ver. —
—Estas loco. — Siseo el tricolor albino con rabia.
No me importaba si ellos me concideraban un loco, un chiflado y estúpido, con tal de tener libertad. Nuestra libertad.
—Tienes que aceptarlo Tim. — Tim arrugó su nariz en cuanto le dije mis palabras. — Ya soy pareja de tu hermano. —
—¡Eres un...! —
Tim se acercó amenazante hacia a mi, libero sus garras y apuntó de desgarrar me la cara, Yugi volvió a interponerse haciendo que su hermano se detuviera.
—¡YA BASTA!. — Gritó el menor. —¡Ustedes están locos!, ¡todos ustedes!. —Nos señaló. — Pero tú... — Selo a su hermano mayor. — Nunca pensé que tú me traicionarías , ¿acaso para ti solamente soy una puta barata que puedes regalar?. —
Tim abrió sus ojos espectante y asustado, mi padre por otro lado se puso pálido.
— ¿Qué...?. — Musito Tim sin palabras.
— Sé lo que ibas hacerme. —Prosiguió Yugi y escuché como su voz comenzaba a quebrarse. Dentro de mí sentí el sentimiento de él; del dolor y de la tristeza por la que estaba pasando.
El sentimiento de protegerlo se activo en mi, era la primera vez que sentía esto, un calor invadió mi cuerpo, mi fuerza aumentó y rompí aquella cadenas que me habían puesto desde que había llegado al despacho de mi padre, mi cuerpo retomo fuerzas y me levante con el único deber de proteger a mi compañero, pues nadie podía provocarle daño a mi pequeño.
—Y pensar que mis padres están de acuerdo con esto. — A Yugi se le quebró la voz y antes de que pudiera soltar lágrimas, lo atraje a mi y lo abrace.
— Yu-Yugi. —
— Ha sido suficiente por una noche. —Declare con voz gruesa. —Nos vamos. —
— Atem. — Me llamó mi padre.
—Buenas noches. — Dije y cargue a Yugi en mis brazos mientras este ocultaba su rostro en mi pecho.
Camine hacia la salida para irnos, pero sentí pasos atrás de nosotros, después sentí una mano en mi hombro, mis ojos se volvieron de un intenso rojo y sin esperarlo dos veces, me voltee rápidamente y solté una patada que mandó a volar a Timeaus hacia la ventana rompiendo la en el proceso.
Mi padre corrió auxiliar lo de inmediato y después de que Tim dijera que estaba bien, mi padre me miró sorprendido.
— No se le acerquen, ninguno de ustedes. — Declare con mi voz. — O lo lamentaran.—
Después de eso, me retire con Yugi hacia mi habitación.
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— Siendo sincero, creo que te mereces esto. —
— ¿Tú lo crees?. — Sonreí levemente, Yugi coloco la bolsa de hielo sobre mi mejilla. — Ugh... No importa. — Dije . —Lo que importa es que estamos a salvo por ahora. —
El lazo que había creado con Yugi había comenzado conflictos que anticipaban probablemente discusiones entre ambas familias;la mía y la suya, pero eso poco nos importaba. Yugi estaba tan enojado con su familia y yo con la mía, bueno, solo con mi padre por haberme comprometido con alguien a quién yo no amaba.
— Entonces, esta marca. — Señaló su hombro donde reposaba mi marca, aun con un tono rojo. — Nos une el uno al otro. —
—Así es. — Dije. — Y lo siento, no debía de ser así, pero es que... —
—No tienes por qué darme explicaciones. —Me interrumpió. —, comprendo perfectamente la situación. Me lo dijiste en la zanja. Era lógico que lo hicieras y no te sientas arrepentido, ni siquiera lamentes la decisión, porque ambos la tomamos.—
Lo mire impresionado, Yugi aun siendo tan joven, era comprensivo e incluso trataba de animarme con sus palabras.
— Aún así, quisiera disculparme apropiadamente contigo. — Me acerque a él, me arrodillé.
— ¿Q-qué H-haces?, ¡L-levántate!. —Me dijo nervioso.
—Es necesario hacer esto. Es una tradición. — Levante mi rostro para verlo sonrojado y confuso. — Cuando el Alfa comete un error con su pareja debe disculparse de esta manera, además así demostramos cuando arrepentidos estamos de nuestras acciones que afectaron a nuestra pareja. —
—¡P-pero no hace falta que lo hagas conmigo!. —Me dijo, se inco a mi altura. — Tú y yo, sabemos que no estamos juntos de esa manera. Así que no hace falta que hagas todo eso. —
— ¿Te molesta?. — Le preguntó.
—Sí. —
—Entonces no lo volveré hacer, al menos que me lo pidas. —
*Continuará...
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