La oscuridad nos rodea por completo; el manto de la noche, los arboles, pinos, arbustos, tierra y sonidos de los animales de bosque, son lo único que nos acompaña en el camino. Y no solo eso...

—¡Búsquenlos! ¡Encuéntrenlos! ¡Deben ser capturados y llevados al gran Alfa!. —

El ejercito de papá venia de tras de nosotros.

Me detuve enseguida, mirando a todas las  direcciones posibles buscando una salida que nos llevara al pueblo lo más rápido posible, pero lo único que veía era un callejón sin salida. 

—¿Ahora hacia donde?.— Me pregunta mi acompañante, aquel chico de mirada  triste pero con una extraña mezcla de preocupación y desesperación, tomaba mi mano con fuerza mientras me miraba a los ojos en busca de una solución que nos ayudara a salir de esto.

—Ven, por aquí.— Lo atraje hacia una zanja, la cual no sabia si era profunda o no, pues su interior era oscuro y desconocido.

Yugi me retuvo por unos momentos, me miro aún mas preocupado y preguntándome con ese par de ojos  amatistas que si saltaba a la zanja todo estaría bien.

Lo tome de sus hombros y asentí con la cabeza, luego de unos minutos Yugi solo volteo al oscuro lugar y salto desapareciendo en la zanja. Mire hacia donde venia el pequeño grupo que había enviado mi padre para capturarnos, ya estaban un poco cerca. Volví mi mirada hacia la zanja y después,  salte.

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Una Hora Antes.

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— ¿Qué?. —

Ya estaba, lo había dicho; no de una manera en la que pudiera procesarlo mejor, pero esperaba a que comprendiera rápidamente.

— Estúpido, ¿verdad?. — Seguí, con una sonrisa nerviosa. — Pero es la verdad. —

Yugi retrocedió unos pasos, incrédulo de no poder creer lo que decía.

—¿Estas loco?.—

—¿Te parece?.—Le pregunte, tomando una postura seria.

Me mira extraño, no creyendo en lo que decía.

—Okey, lobito, ¿Qué fue lo que te fumaste antes de venir?, ¿hongos mágicos?.— Me dijo a punto de reírse.

—Que bien que te lo tomes con un humor.—Dije serio. Camine hacia la cama y me senté en esta mientras veía al pobre chico reír, aun sabiendo que estaba comprometido con un sin vergüenza. —Dime.—Dije, sin notar el cambio de mi voz a uno mas severo y estricto.—, ¿También te reirás de esa forma cuando estés en la cama con una bestia que te haga gemir de dolor y no de placer?.—

Su risa desapareció y en su lugar me miro despectivo y finalmente me miro furioso.

Se acerco a mi, alzo su puño para golpearme, pero detuve su golpe antes de que este recayera en mi mejilla. Sujete sus manos con una ligera fuerza, luego o empuje hacia la cama acorralándolo, el estuvo luchando conmigo por liberarse, pero sus esfuerzos eran en vano.

—Así.—Susurre hacia el y sin mirarle a los ojos.—Así es como te tendrá él .—

—Suéltame. —Me gruño—Aléjate, imbécil.—

—¿Quién es el imbécil aquí?, ¿tu o yo?.—Alce mi mirada con los ojos brillantes.—¿De verdad no te das cuenta que te pueden robar tu felicidad?, ¿tu libertad? .—

Lo que paso después me desconcertó por completo, pues todo paso tan rápido, en un momento me encontraba acorralando al frágil humano y luego me encontraba en dirección al  suelo donde mi trasero aterrizo, a continuación, el dolor en mi frente surgió con un intenso mareo que me dejo tirado por completo en el suelo.

Yugi grito:

—¡IDIOTA!.—

Y me desmaye, el golpe había sido, sorprendentemente, fuerte.

Luego desperté por el repentino movimiento de mi cuerpo, el suelo había cambiado de textura una mas rasposa y húmeda, el olor en el ambiente era un poco más fresco y podía sentir el viento recorriendo mi cuerpo.  

Extrañado de lo que pasaba a mi alrededor, abrí mis ojos esperándome encontrar con un sirviente que me llevara hacia un calabozo por oponerme a mi padre o al pozo donde el me encerraba de niño.

Yo realmente me imaginaba algo así, pero grande fue mi sorpresa cuando me vi a mi mismo siendo arrastrado por aquel tricolor menor que ponía todas sus fuerzas por arrastrarme.

—¿Qué crees que haces?.—Pregunte con la voz rasposa.

—¿No lo ves? te llevo conmigo.—Me respondió mirando hacia el frente y sin verme.

—¿Es algún tipo de secuestro?.—Pregunte.

Se detuvo y me miro para luego soltarme bruscamente, naturalmente me queje pero luego me reincorpore.

—Solo salve tu pellejo, pero ahora que veo que estas despierto, puedes irte por tu cuenta. Adiós y hasta nunca.— Comenzó a caminar lejos de mi, sin en cambio comencé a seguirlo.

—¿A donde crees que vas?

—Eso no te importa.

—¿Sabes que esto es un bosque, ¿no?

—¿Crees que le temo al bosque?.—

—Deberías tener miedo a perderte.

—Y tu deberías tenerle miedo a tu padre.—

Me quede quieto y el paro de caminar.

—Perdón, dije demás.—Y volvió a caminar.

Se que debería de preguntar por aquellas palabras de mi padre, pero eso ya no me importaba cuando vi aquel porte serio de el, ¿me habría quedado tanto tiempo inconsciente para saber que el descubrió los planes de su hermano para él? si era así, y me lo afirmaba mi instinto. Debía de ayudarlo a salir de esta, pues si conozco bien a mi padre, él también  estará buscándome.

Y en efecto, no me equivocaba. Mi padre había mandado a su escuadrón de rastreo, podía oler el aroma de uno de ellos, el líder del grupo; Rafael. 

Sin pensarlo dos veces tome la mano de Yugi, este por un momento se sorprendió, abrió la boca para reclamarme, pero sus labios se sellaron enseguida cuando la primera flecha se clavo arriba de nuestras cabeza, en el tronco de un pino, fue cuando comprendió la situación, apretó mi mano y dejo llevarse por mi.

Continuará....