13: SECRETO.
— ¿Por qué debemos quedarnos?, ¿por qué no vamos a casa?. —
—Porque por ahora, este es el lugar más seguro que existe para ti. — Me decía mi hermano mientras me arropaba cómo niño pequeño.
—¿Para mí?, ¿por qué solamente este lugar es seguro para mí?. —
Tim me miró por un segundo, la duda en sus ojos estaba latente y persiví que no me quería decir nada.
Comenzaba a pensar que me estaba ocultando cosas de suma importancia.
Llevábamos un par de horas en esta casa, que no era nuestra, me sentía extraño, un forastero en medio de un lugar que lo hacía sentir fuera de lugar.
— ¿Qué tiene que ver el asesino conmigo? — Pregunté, Tim suspiro.
— Hay tantas cosas que pasan aquí Yugi y muchas de esas cosas no te las puedo contar. —
—¿Por qué?, ¿qué pasa en este lugar?. —
Qué no era nada normal desde que llegué; ¿un claro ejemplo? , era aquel chico, el mejor amigo de mi hermano: Atem.
— Es solo qué... —
La puerta fue tocada tres veces, mi hermano retuvo su explicación y yo me quedé con ganas de saber que pasaba.
—Adelante. — Dijo mi hermano y la puerta fue abierta por aquel chico lobo.
— Lamento interrumpir. — Dijo. — Pero Tim, mi padre te solicita en su despacho, dice que tiene algo importante que decirte. —
— No puedo, tengo que quedarme con Yugi. —
— No te preocupes, yo lo cuidare. — Se propuso el chico lobo. — Pero debes de ir, en verdad te necesita. —
Mi hermano me miró por unos largo segundos disculpándose con la mirada, ¿Enserio va a dejarme aquí con él?.
— Timaeus. — Lo llamé con miedo, sujete un pedazo de su camisa, deteniendolo.
—Tranquilo, no tardaré mucho. — Me dijo. — Regresaré por ti. —
Asegurándome eso, se deshizo de mi agarre y avanzó por la habitación hasta estar alado de aquel chico, se detuvo a su lado, le tomó el hombro y le dijo un par de cosas de las que no pude entender. .
Finalmente mi hermano salió y yo me quedé a solas con ese chico que me daba mala espina.
— Bien, entonces...— Camino hacia mi, mi cuerpo se puso en total alerta y se alejo de él, para mi, el hermano de Mana era una gran amenaza, podía sentirlo hasta en los huesos. —Lo lamento, te asuste. —
No respondí, estaba hasta el rincón de la cama, hecho bolita y con la guardia en alto.
Estaba seguro que ni siquiera mi entrenamiento en defensa personal funcionaria con él. Podía ver que él irradiaba mucha fuerza y en sus ojos, podía ver a la bestia que me persiguió sin descanso alguno aquella noche.
Pero....
Esa bestia también me salvo de aquel monstruo que trataba de deborarme.
— ¿Qué eres exactamente?. — Me atreví a preguntar. Él volvió a caminar hacia mí dirección y nuevamente me crispe, él lo noto y volvió a detenerse.
— Mira, Yugi.—
— No te he dado permiso para que digas mi nombre. — Reclame.
—¿Entonces como piensas que debo dirigirme a ti?, ¿por su alteza?, ¿por amo? ¿O por su majestad?. — Intento bromear conmigo, más sin embargo no me hizo gracia sus intentos, era realmente malo con sus bromas. — Veo que no te ha hecho gracia. —
— No confío en ti. —
— Y es natural. — Me respondió. — Pero créeme, no te haré daño. —
— No te creo.. —
Atem hizo un puchero con sus labios, luego se rasco la cabeza como si estuviera pensando en cómo se acercaría a mí.
—¿Acaso no te lo demostré en el bosque?. —
—¿Y acaso no lastimaste al otro lobo?.
Sus labios se sellaron, el silencio inundó la habitación dándome la razón.
— ¿De verdad tú eras el gran perro que me salvo aquella noche?. — Pregunté de repente, desatando el cofre de secretos de mi familia sin saber que eso me afectaría mucho a mi.
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T I M A E U S
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— ¿S-sangre pura?, imposible, Yugi jamás a presentado ser parte de nosotros o bueno, del linaje. — Susurre ante aquel hombre tan imponente.
—Según, ¿quién les dijo eso?. — Pregunto el padre de Atem.
— Todos en la familia lo saben; si Yugi fuera uno de nosotros los sabríamos, su aroma lo delataria. —
—Pero por lo que entiendo, tu padre se caso con una humana, ¿no?. —
— Mi madre. — Dije. — Pero, eso no tiene nada que ver, Yugi es humano por parte de mi madre y yo soy un lobo, de parte de mi padre. —
— A veces uno no puede identificar a uno de los suyos debido al tipo de sangre que porta. Es decir; Yugi es diferente, es uno de los híbridos más raros de nuestra raza, humano por fuera, lobo por dentro, no importa si no porta un aroma como el de nosotros para que nos identifiquemos, importa lo que lleva en su interior;Su lobo: Alfa o Omega, despertará cuando encuentre a su pareja definitiva. —
—¿Qué?, ¿pareja definitiva?, ¡Eso es imposible!. —Replique. — ¡Yugi es un humano!, ¡HUMANO! —
—¿Así?. — Se paro el adulto de su asiento. — Si es tan "humano" como dices, entonces, contéstame esto, ¿cómo fue que Yugi salió de su propio secuestro?, ¿cómo fue que se libero de Askar?. —
Me quede callado, pasmado, y pálido al darme cuenta de ese detalle tan importante.
Es verdad, cuándo Yugi fue secuestrado por Askar, todo fue un verdadero caos en ese momento, mis padres estaban tan alterados, yo mismo estaba aterrado y desesperado por encontrar a mi hermano menor, en ese momento, también estaban ellos, mi manada acompañándome y buscando a mi hermano, y aquel señor, aquel jefe de mi actual manada;el señor Halackti.
—¿No habías pensado en eso, cierto?. —
—La verdad... Es que no. —
—Hagamos una cosa niño, observemos a Yugi de cerca, si mi teoría es cierta hagamos lo posible por mantener a Yugi con nosotros, en nuestra manada donde estará a salvo, sin embargo... —
—Tendría que casarse con uno de los de la manada. — Complete la oración. Esto no estaba bien, aún que así Yugi estaría a salvo, sin embargo debía de discutir esto con mis padres. —¿Qué pasa si Yugi no quiere?. —
—No es una opción para él no querer, debe de aceptarlo. —
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Continuará...
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