12: Rareza
— Estas temblando, déjame traerte una bebida caliente y relajante para calmarte los nervios. —
Me dijo aquella mujer amable y bondadosa que me miraba de forma maternal, se acercó a mí y por última vez me arropo con una manta que había traído de su habitación para luego retirarse.
Suspiré con pesadez, mire mis manos y estas aun seguían temblando, de hecho, todo mi cuerpo.
— ¿Quieres algo de comer?. — Mi hermano se acerca a mi lado, acaricia mi espalda y me apega a él. Negué sin decir nada. — Lamento que te este pasando esto, de nuevo. —
Cerré los ojos en automático, mi memoria volvió a recordarme mi duró y sangriento pasado donde lo único que puedo ver es mucha sangre en el suelo, cuerpos sin vida a mi lado y mis manos cubiertas de sangre por aquellos mismos cuerpo mientras sostenía un cuchillo.
Abrí mis ojos lentamente mientras guardo algo de distancia con él.
— Yugi. — Me llama mi hermano, su voz suena lastimera. Note que quería decir algunas cosas, pero fue interrumpido por la puerta que se abrió de golpe haciendo que yo saltará del susto.
— ¿Quién es Yugi Muto?.— La potente voz de aquel hombre que acababa de entrar me estremeció por completo, pero me mantuve en mi lugar.
— Es mi hermano, señor Halackti. — Mi hermano toma la palabra y se planta frente a mí, cubriendome de aquel hombre que se veía imponente.
— No te estaba preguntando a ti, chico. Le preguntó al niño que ocultas detrás de ti. — Responde el hombre con voz grave , escucho a mi hermano gruñir con molestia.
Yo me paro enseguida y salgo detrás de mi hermano.
— S-soy yo. — Respondí con dificultad pues mi voz sonaba frágil, aún que trataba de verme fuerte.
— ¡¿Yugi...?!.— Al verme el hombre parecía que en cualquier momento sus ojos se saldrían de sus cuencas, pues parecía muy sorprendido de verme. — ¿Enserio, tu eres Yugi Muto?. —
—¿M-me conoce Señor?. —
Él se quedó callado me analizó de pies a cabeza y luego me encudriño en sus ojos, su mirada antes poderosa y feroz y fría ahora me veía de diferente forma, como si yo me tratara de alguien muy especial para él.
— Yo... —
— Deja de asustar al hermano de mi amigo, papá. No tienes el derecho. — Mana entra en la habitación, se acerca hasta a mi y me abraza. — ¿No ves que ha pasado por al terrible?. —
El Señor aún seguía viéndome, con su boca ligeramente abierta.
¿Realmente estaba muy sorprendido por verme?.
— T-tienes razon. — Tartamudeo él dejando extrañados tanto a mi hermano como a Mana. — Tengo que hacer unas llamadas, quédense aquí un momento, no se muevan. — Me dio una última mirada y después de fue dejándome completamente extrañado de su comportamiento.
—Creí que haría algo. — Me atrevo a decir.
— Yo tambien. — Dijo mi hermano cruzando de brazos. — Qué extraño es tu padre, Mana. —
— Eso fue raro. — Dijo la castaña soltandome. — Vine a qui para defenderlos si él les decía algo, pero al parecer el se fue por su propia voluntad. — Coloco sus manos en sus barbilla en modo pensativo. — Realmente es raro. —
¿Raro?, me parece más bien, que le parecí familiar como si le recordará a alguien, note su cambio de expresión, me vio primero con frialdad y amargura y después me vio entre una mezcla de sorpresa y cariño.
— Sí, definitivamente fue raro. —Dije.
....
— ¿No sabes nada?. —
— No. — Respondieron del otro lado de la línea. Luego se escucho un suspiro del otro lado. — Pero si pasa algo, no dudaré en decirte. — Ahora la voz se escuchaba preocupada.
— Haré lo mismo por ti. — Dijo el padre de Mana y Atem. — Confía en mí, ¿sí?. —
— Siempre he confiado en ti. No tengo dudas. — Sé escucho cómo reían del otro lado de la línea. — Cuidalos por mí, ¿sí?. —
—Sí. —
… …
—¿Sospecharon de nuestro plan?. — Preguntó la mujer del otro lado de la línea.
El chico sonrió.
—Para nada. Son tan estúpidos que ni siquiera se dieron cuenta que en realidad mate a dos jóvenes. De verdad estaban tan enfocados en aquel chiquillo. — Se burló el asesino.
— Debes dejar de jugar así, ¿no ves que puedes exponernos?. — Hablo otra mujer desde la viollamada.
El chico solo sonrió burlesco hacia sus dos madres.
— Oh, venga, soy tan cuidadoso, lindo y bonito como ustedes. Paso desapersivido. —
*Continuará...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro