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PRÓLOGO.

MUCHO ANTES QUE LA OSCURIDAD EXISTIERON LOS SERES DE LUZ, ángeles, era el nombre que recibían las antiguas míticas criaturas de extrema belleza y delicadas facciones humanoides, muy diferentes a lo que los seres humanos imaginaban incluso sin portar alas fueron concebidos por el universo para traer paz a su propio mundo, el planeta Naaray, donde la vida era próspera y fructífera, reinado por inmensas plantas que servían a sus habitantes, fieles animales que convivían sentientes con los individuos que caminaban entre sus suelos y ricos recursos que se repartían equitativamente por la monarquía.

De la unión de los ángeles nacieron los Arcángeles, niños descendientes con mentes infantes que al llegar a la adultez mantendrían el equilibrio del mundo, amando, protegiendo y enseñando a las futuras generaciones con benevolencia para la posteridad. Fueron naciendo así los nueve elegidos, las nueve musas de sexos indistintos que formarían la agrupación sagrada que establecería la felicidad de los pueblos.

Las nueve musas, creadas a partir del polvo del cosmos y estímulos sensoriomotores. Todos especiales entre sí, sin embargo, habría una distintiva entre todas las musas. La rareza del universo desplegaba a través de su inmenso poderío la creación más artística jamás observada entre estrellas y cúmulos galácticos, una combinación de las Claris, divinas facultades capaces de hacer sucumbir a cualquier criatura sentiente ante su poder, un ser más allá de la medida ficticia que marcaba cuando el sol se oculta o sale había aclimatado la sagrada línea del tiempo para insertar en ella aquel ser resplandeciente que sería capaz de darle vida al universo como faro de honor.

Clarividencia, clariconciencia, clariaudiencia y clarisensibilidad, habilidades que le darían la sabiduría para guiar a sus iguales a la gloria con palabras ecuánimes, la entidad sería la adoración de su raza, un objeto de devoción sagrada sin restricciones ni límites, destinada a bañar con su luz misericordiosa obsequiada por Aquel Que Permanece al universo de primorosa vida. Etérea y beatífica pisaría el suelo descalza la mujer prodigio, y donde pisara la sublimidad sería su acompañante hasta que su sustancia se fusione con su recipiente, aquel que complemente el equilibrio dentro del multiverso para establecer la entropía, la ley máxima que rige el universo sobre el orden y el caos.

Oriela nacida La Primera, despertó del vacío del limbo, donde pertenecía originalmente, siguiendo la voz interior de su propia conciencia en blanco, su mente tabula rasa, lista para ser llenada con el conocimiento que sus experiencias sensoriales le ofrecían, enteramente a su disposición, concebida por las virtudes de la empatía, la lealtad, la compasión y la dignidad renacería cuando se uniera a la Basilia como el personaje de culto para el que fue creada.

La mujer prodigio no sabía que antes de conocer la gloria, estaba destinada también a conocer la deshonra de un destino devastado por el pasado.

La Sacerdotisa del Sol sería la portadora de la luz que cegaría al universo y con ello sabría que estaba maldita.

AÑO 0 DESPUÉS DE ORIELA, NAARAY.

LAS CAMPANAS RESONABAN DE FORMA ESTREPITOSA POR TODO EL TEMPLO, eran tocadas por el divino arcángel Palel el Séptimo que anunciaba el batallón que marcaba el genocidio de la mitad de la población habitante de Naaray, las cornetas celestiales alzaban su ferviente canto de valimiento para proteger a las 8 musas restantes y los alados corceles transportaban a los dignos guerreros a defender lo que les pertenecía con ímpetu.

━━¡Proteged palacio!━━ Gritó una de las voces femeninas empuñando su espada hacia el cielo soleado. Era Sariela La Cuarta autorizando la salida de guerreros del templo.

Miles de tropas abordaban suelo firme con armas avanzadas conquistando la tierra que pisaban con violencia y devastación, los pocos recursos que quedaban a la vista de aquel increíble pasaje que alguna vez pudo ser Naaray era ahora saqueado por la Orden Oscura en nombre de un tirano falsamente llamado salvador, sin importar que pidiesen clemencia el vocabulario de aquellos seres infernales sólo conocían la sed de poder y la desolación.

Amaela La Segunda sólo tenía una tarea. Proteger junto a las 8 musas restantes a la primera de todas para completar el místico ritual. Bañados en sangre ahogaban el dolor de las pérdidas de su pueblo ante la impotencia de quedar firmes cuál marfil para salvaguardar el cuerpo inconsciente de Oriela La Primera dentro de la cúpula sagrada del templo. 

━━Amesha, ¿ya está listo el ritual de la Basilia?━━ Preguntó Graciel El Tercero con su telepatía a la guardiana de la Basilia.

━━Aún no━━ Graciel hizo saber a todos sus compañeros que aún no era el tiempo para atacar a la Orden ━━El cuerpo de Oriela no la soportará.

━━Hazla soportar, no tiene otra opción━━ Su grito mental se hizo escuchar como una orden en la mente de la rubia apresurando el conjuro del encantamiento ━━En la Sacerdotisa del Sol confiamos━━ Susurró al lado de Dayaela La Novena a quien lloraba desconsolada del miedo, ambos unieron sus manos en una plegaria a Oriela.

Sin preverlo, Amaela observó como poco a poco el arca que habían construido alrededor del templo se fragmentaba para dar entrada a los chitauris que devastaban a su pueblo. 

━━¡Observen!━━ Pidió haciendo a todos voltear concentrando sus percepciones en el arca.

━━Están inquietos, es porque Thanos está por llegar━━ Anunció Rosanel El Sexto intentando acceder a sus consciencias.

━━No aguantará mucho━━ Susurró Sariela haciendo a Amaela escuchar con su clariaudiencia.

━━Hermana━━ Llamó Dayaela a Amaela, quien le tomó de la mano para reconfortarla.

━━Ten fe━━ Pidió Amaela acariciando su mano. Dayaela podía leer de su hermana la ansiedad y el desasosiego, por lo que no sabía si realmente se podía fiar de ella ━━Quédate aquí.

Como pudieron, bajaron brevemente a atacar a algunos de los soldados enviados por Thanos para devastar Naaray y hacerse con su plan de un universo perfectamente equilibrado por su propia mano. Amaela consiguió deshacerse de la mayoría de atacantes a su alrededor hasta que inesperadamente uno de ellos consiguió sujetarla del cuello desde su espalda asfixiándola, arañó su armadura hasta que sintió otra presencia ayudándola. Era Rosanel.

Juntos pelearon espada con espada hasta que Rosanel fue abatido por una gran mayoría. La subió a su propio caballo dándole un golpe que lo hizo impulsarla por los aires para alejarla del suelo donde la atacaban. Rosanel amaba a Amaela con su propia vida.

━━¡Arcángel!━━ Amaela, consternada en llanto, llamó a su fiel compañero herido por las armas traídas por la Orden Oscura.

━━Debes proteger a la Basilia━━ Gritó de vuelta Rosanel, extendiendo su espada a su compañera sabiendo que una vez él descendiera completamente, jamás volvería a saber de él.

━━Déjame ir contigo, déjame sacrificarme por ti━━ Antes de que Rosanel pudiese responder al llamado de Amaela, Próxima Midnight hábilmente atravesó su pecho perforando su corazón y matándolo al instante ━━¡No!━━ Su caballo alado la alzó por los aires antes de que la hija de Thanos la cobrara víctima.

Los naarayanos comunes podían morir por un sólo tipo de herida, la apuñalada.

Amaela ahora sólo debía proteger a la Basilia, la más brillante de todas las estrellas en la galaxia, de traspasar su poder a su contenedor tendrían el poder suficiente para derrotar al titán loco. Tiró del fino cuero que sostenía la silla para caballo y cabalgó hacia palacio derribando chitauris a su paso, observando al resto de sus hermanos guerreros pelear.

El Sol de la estrella que alumbraba su mundo poco a poco fue extinguiéndose dejando el planeta en penumbra, era este el momento que marcó el destino de la mujer prodigio, Amaela suspiró aliviada sabiendo que eso sólo podía significar una cosa. Oriela estaba a punto de portar la luz que pertenecería a la estrella.

━━¡Amaela!━━ La morena se giró a atender el llamado con su clariaudiencia haciendo eco en sus oídos observando como Brunel El Octavo también había sido apuñalado, esta vez por Corvus Glaive, miró con horror la escena.

Palel descendió para tratar de matarlo pero fue abatido rápidamente ante la oscuridad jamás antes vista de Naaray, la morena cabalgó finalmente para dirigirse al templo para asegurarse de que el ritual había sido completado y Oriela saliera a poner orden a todo el enfrentamiento, tenía la esperanza de que su hermana podía detener toda esa masacre y hasta cierto punto la envidiaba, porque de estar en su lugar, tal vez lo habría hecho mejor.

Debía llegar rápido si es que aún quería salvar la vida de los pocos hermanos guerreros que le quedaban, hasta que observó una luz brillar con intensidad erguirse sobre los cielos repletos de oscuridad, alumbrando todo a su paso. La delicada figura femenina de Oriela se hizo presente entre el resplandor que su cuerpo expedía, de su mano izquierda liberó su cetro imponiendo respeto y desintegrando los Leviatanes que aún flotaban en su atmósfera. De la unión entre Oriela y la Basilia había nacido un nuevo tipo de magia, la magia del Sol y las estrellas.

Observó a su hermana Amaela quien había recuperado un poco de la esperanza que creía perdida y empuñó su espada dispuesta a pelear junto a ella.

━━Amaela━━ Le habló parsimoniosa ━━Debemos parar la devastación, a cualquier costo━━ Las morenas asintieron cómplices antes de que Oriela bajara a destruir todo lo que pudiera amenazar su mundo.

Libraron una reñida batalla antes de que el escenario completo de Amaela cambiara totalmente a uno donde había un calabozo, volteó a todas partes sin saber qué estaba pasando hasta que observó a su hermana Oriela con un tenue brillo amenazar a cada uno de sus hermanos, incluyendo a Rosanel, antes de que pudiese pararla observó como los mataba uno a uno con las 7 dagas sagradas hasta que finalmente era su turno, estaba inmovilizada por su recientemente adquirido y extraño poder sin oportunidad de escape.

Volvió a la realidad, en el campo de batalla ahora vacío y la mitad de la población inevitablemente erradicada.

━━¿Estás bien?━━ Preguntó Oriela a la par que los súbditos restantes se socorrían entre sí ━━¿Amaela?━━ Con el ceño fruncido, Oriela ayudó a su hermana a ponerse de pie.

━━¿Qué hiciste?━━ Cuestionó Amaela en confusión.

━━No pude evitarlo completamente, pero he impedido más bajas━━ Señaló el campo de batalla hecho un desastre, se giró a contemplar un mundo ahora destruido.

Amaela, al levantarse, observó como su hermana continuaba masacrando a la civilización restante, cegando a todos con su brillo, sintió temor de ella pero esa idea se esfumó, al igual que lo que observaba. ¿Qué estaba pasando?

━━¿Estás segura de que estás bien?━━ Oriela la despertó de su trance.

━━No━━ Susurró. 

Amaela se tambaleó, mirando el suelo como lo conocía por última vez antes de que su mente se viera perdida y consumida por el caos, atemorizándola y haciéndole ver imágenes emergentes como fobias. 

Y por 20 años, Oriela no volvería a ver la libertad.