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I (Don't) Care

Jack revolvía sus cosas en su habitación, había recordado el cráneo de Jack, el verdadero propietario de su identidad, mientras más buscaba y tiraba las cosas más era su desesperación, no había señal alguna del único vestigio del hombre que lo ayudo.

—¡No pude perderlo! ¡No me pudo pasar esto a mi! — vociferaba por toda la casa — tenía la mente en otro lado, ¿Pero perder algo tan importante?

Se quedó sentado en una esquina de la cama, pensando que quizás Scott se la habría llevado al ingresar en su casa, dejando al monstruo melancólico.

***

Lester despertaba, podía observar de manera borrosa el techo de madera, no era capaz de enfocar su mirada, incluso sus movimientos eran limitados por cadenas en cada extremidad, estaba encadenado a la pared del sótano, desesperado de su situación intento gritar, pero de su boca no salía ningún sonido.

—Ya despertaste, es una pena que fueras tan intuitivo — decía Cleotilde con disgusto — supongo que era obvio, solo así pudiste llegar a mi. Pero eso te hace un peligro ya que debes recordar que la forma más sencilla de librarte del hechizo es matarme.

Lester intentaba deshacerse de sus amarres con su fuerza bruta, pero por algún motivo su anormal fuerza lo había abandonado, quedando a merced de la bruja.

—No temas, no te mataré, te necesito para protegernos de los demás monstruos, ya que son incapaz de usar hechizos o tomar una posición agresiva — su noticia no calmaba al hombre, quien con su poca fuerza seguía retorciéndose.

Mayers se dirigió a una mesa de madera repleta de frascos y un recipiente redondo, donde vertía diferentes frascos, cuánto más batía en dicho recipiente más nervioso se sentía Lester, volteo nuevamente con su invitado con un vaso en mano.

—Solo bebe esto y todo estará arreglando — su lenta marcha era un mal presagio para el hombre.

Sin fuerza de voluntad, ni las energías suficientes para oponerse bebió todo lo del recipiente, todo le daba vueltas, se sentía peor, su cuerpo tenía espasmos violentos y ver cómo Cleotilde disfrutaba el espectáculo no lo hacía sentir mejor.

—Créeme, esto es mejor a qué seas acosado por tus víctimas — le contaba la anciana con una sonrisa.

Casi sin fuerzas se perdió en la oscuridad de su mente inconsciente, donde descansaría por un largo tiempo, solo para despertar siendo un nuevo Lester.

“¿Te someterás? Yo esperaba más de ti, me recuerdas al marica de mi hijo.”

Jack llegó con un traje un saco café bastante grande para él, venía junto con Franklin y Dayana, en un auto modesto, estaban en un estacionamiento, la luz era muy leve, la monstruo olfateo el lugar.

—No tenemos mirones, solo un perro encerrado — informo la mujer sin pálida.

Jack desacomodo su corbata y procedió a cambiar de aspecto, volviéndose un hombre un poco más mayor, adquiriendo más altura y peso, al igual que unas cuantas canas a los lados, Franklin le entrego unos lentes y el renovado Jack subió al centro comercial, con bastante distancia le seguían sus compañeros. El hombre castaño se acercó a una pareja homosexual con una cara de desagradó.

—¡Pero que asco! ¡No soporto está clase de espectáculos en público! — vocifero a los cuatro vientos, esto molesto a uno, el otro apenado salió corriendo — ¡Eso, entiende que estás mal!

—¡Que rayos se cree! — empujó el hombre molesto ante el daño causado.

—¡Hago lo que debo! — contesto para darle un puñetazo, todos lo miraron asombrados de sus acciones Jack miro a ellos y con voz triunfante grito — ¡No solo eso haré, también a todos los inmigrantes los haré sacar de mi ciudad! ¡Olvídense de tantas ayudas a los menos afortunados, ellos son un lastre! — Jack parecía disfrutar la actuación que ofrecía — ¡Es hora que se enteren a dónde se va sus contribuciones! — mostró su reloj y sacudió su saco.

La respuesta del público no se hizo esperar le arrojaron batidos, verduras, también lo agredieron físicamente, sin tener más opciones se retiró  del lugar, teniendo una muchedumbre a sus espaldas, todo esto era grabado y subido a la red, gracias a Dayana, junto con espectadores enfurecidos.
Jack volvía a su aspecto original en un callejón, envolviendo la ropa llena de todo tipo de sustancias encima, para poco después ingresar a un coche que llegó con ropa nueva.

—El plan funcionó, ensuciamos al oponente — se le escuchaba contenta tras el escándalo ocurrido.

—Si, solo que el verdadero tenga pruebas de que el no estaba allí — declaro el mal humorado monstruo.

—No puede, está con gente que no le gustaría que supieran tiene lazos, ya no tiene escape — le contó mostrando una carpeta llena de fotos indecentes — y claro que estás fotos serán enviadas de manera anónima a la prensa.

Franklin parecía disfrutar la fechoría, tras ver el contenido de la carpeta.

—El camino está despejado para nuestro candidato — respondió con tranquilidad.

—Ese tipo me agrado, puedo ver qué desprecia a los suyos — comento sorpresivamente — pero por eso debemos tener mayor cuidado con él.

—Esta siendo vigilando muy de cerca por Glob, lo siento bastante capaz de manejar la situación — intentaba ignorar su acción indebida.

—Pero sigues sorprendiéndome, nunca creí que tuvieras tanto tiempo para investigar al tipo — añadió el monstruo, Jack no dijo más.

Los medios no se tardaron en dar a conocer lo sucedido, inclusive el candidato para reelección no tuvo nada que decir, solo sus fotos donde se le veía escapando de la prensa, dándole un auge al nuevo contendiente, Gabriel Oldman.

—Es un gusto ponerme a la orden de todos los ciudadanos, antes me gustaba apoyar a las personas con sus problemas en los tribunales, ofreciendo mis servicios legales a los desafortunados, hoy quiero hacer algo más grande. Quiero evitar que las personas sufran, quitarles un peso de encima — habla Gabriel frente cientos de cámaras y personas de la prensa — vengo a traer un nuevo mañana a esta ciudad. Uno donde el crimen pague y las personas trabajadoras tengan paz junto a su familia.

Los aplausos no se hicieron esperar al terminar su monólogo, para dar paso a las preguntas de los medios, esto dejaba muy nervioso a Oldman, quien sentía la abrumador peso de la entrevista, tantos ojos, tantas miradas, su corbata apretaba tanto como si estuviera siendo estrangulado, todo indicaba que caería desmayo, pero existía una mirada que no ansiaba su caída, ese mirar traía un sentimiento cálido y reconfortante, está sensación no podía darle un nombre, no porque no tuviera, sino porque no era muy común para Gabriel, solo una persona le miraba de esa forma, su hija. Ahora Jack lo miraba así, el creía en él, toda su fe estaba depositada en el hombre trajeado, con un respiro se lleno de fuerza y exhalo toda la negatividad, miro entre el público y señaló a una persona de la prensa.

—Soy Daniel Connor, del New Reader. Mi pregunta es está ¿Cómo un abogado de poca monta se lanza a postularse para alcalde?

—Vera señor Connor, yo siempre tuve ese deseo de ayudar a las personas desamparadas, al ciudadano ordinario y se que no suelen hacer mucho ruido en el avispero, pero me hace sentir pleno como ser humano. Pero si usted se refiere a quien apostaría por este hombre, deje le presento a mi estimado colega Jack Miller, quien como yo tenemos grandes planes — señaló a Jack, todas las cámaras y luces fueron a él.

—Es triste, ver cómo sigo avanzando y que no estés a mi lado, mi buen amigo — pensaba Jack al saludar, sin poder olvidar el cráneo del verdadero Jack Miller.

***


Al llegar la noche, el reptiliano salió junto a Dayana, su aspecto volvió a empeorar, su coche se dirigía a uno de los barrios más violentos, pero su coche se detuvo de improviso, Jack salió abriendo el capo, para revisar el motor, un hombre vio su oportunidad y golpeo la cabeza del descuido conductor, pudo ver a la mujer durmiendo con su aspecto pálido, subió junto a ella viéndola detenidamente, su deseo lo llevo a besarle el cuello, escuchando un gimoteo de la mujer, sus inquietas manos desabrocharon su camisa, al tener el gusto de verla notó como su pecho se abría, sus ojos salían y sus manos jalaron al sujeto a sus fauces, siendo comido en vida, sus gritos nunca lograron ser oídos por otros en aquella solitaria calle.
El celular de Jack suena bajo el tono de enjoy the silence de Depeche Mode, extrañado reviso el mensaje recibido.

“Se que lo usaste a tu beneficio, fallaste a nuestro acuerdo.
Pronto tendrás noticias mías.”

—Maldito “Druida Azul” — mascullo molesto Jack, pensando — otro problema más que sumar en mi lista, pero era obvio que sucedería tarde o temprano, mi informante quería exponer la información, sin que nadie saliera ganando por ello y con las elecciones sería solo cuestión de tiempo que supiera de nosotros. Será un problema si sabe de mi identidad.

El auto seguía agitándose al seguir comiendo su compañera.

—Tal vez deba posponer lo de Mary y ponerle mayor prioridad a este hacker, si se enteran esos monstruos será mi fin — recordó la soledad que sufrió en el bosque y su ansiedad por encontrar su fin bajo las ruedas del auto de Jack — no puedo volver a eso. Debo estar atento, el vendrá a mi, esto se volvió personal para él, me burle de él al usarlo.

***


El vehículo del monstruo llegó a la cochera del padre Tom, quien los recibió, Dayana caminaba mejor y su apariencia era infinitamente más grata.

—Es un gusto ver qué la joven madre está bien — festejaba dando un aplauso el hombre de Dios, pero miro a Jack, este parecía muy nervioso, mirando que nadie los viera llegar allí — ¿Todo bien?

—Si, solo que no me gustaría ser visto por gente indeseada — contesto el monstruo sin estar en paz.

—Perdona, no debí pedirte tu ayuda — se disculpaba Dayana apenada por ser un estorbo.

—No, no es un problema — se volvió hacia sus compañeros — para mí no me es ningún obstáculo mi gente.

Su compañera se retiró a una de las habitaciones del padre, con una sonrisa, el monstruo de papel lo notó, pero Jack regreso a mirar el exterior.

—Veo que te estás ganando más que su confianza, pero no te recomiendo hacer roces con tu gente — le advertía el falso creyente, pero Jack seguía perdido en las afueras, pese estar dentro del garaje de su compañero — Estamos en confianza, puedes contarme lo que sucede.

—No sé si deba, todos son muy cercanos a Edgar — le respondió mirándolo por un breve instante.

—Necesitas confiar si vamos a tomar la ciudad, es demasiado grande para que un solo monstruo la tenga bajo control y lo sabes.

—Si, me habría gustado conocerlos mejor antes de estas épocas tan importantes — confesó el reptiliano, pero no estaba dispuesto a abrirse — quizá mañana mi amigo.

Se retiró del lugar, saliendo al estacionamiento de la iglesia, donde estaba su auto aparcado.

—Jack, es extraño que alguien me haga sentir algo, pero tú has estado allí para mí, aún cuando no deberías, incluso no he sabido nada de mi “esposo” — decía en la soledad de la habitación la criatura de grandes mandíbulas — ¿Solo fui un estorbo para mí compañero previo? Mañana le buscaré.

***


Al llegar a su casa notó a Mary caminando por los suburbios, apenas logro llegar a su hogar abandono su vehículo y fue con la rubia.

—¡Mary! ¡Mary! — le alcanzó, deteniéndola al sujetar su brazo, obteniendo su atención.

—Necesito pedirte perdón — susurro al verla, su rostro por algún motivo le parecía cautivador.

—Oh, eso — respondió sin darle importancia — tu no estabas en la mejor condición y sobre eso ¿Cómo está tu brazo?

—Creo que va mejorando — contesto recuperando la compostura — vi que ahora vives con Cleotilde, fue una inesperada sorpresa.

—Si, ella me ayudó cuando lo necesitaba, creo que llegue a juzgarla mal.

—Se está alejando — se percató Jack, parte de si quería abrazarla, pero no podía evitar pensar en su padre — esto sin duda es lo mejor para los dos.

***

En la casa de Mayers, Lester seguía amarrado, con su mirada pérdida respondía las preguntas sin omitir nada, Cleotilde lo amarró con plata y no existía forma alguna para librarse.

—Ahora dime, alguien más sabe lo que ocurrió en estos días. Ya sabes sobre el nuevo vecino y tú asesinato.

—No, pero alguien lo sabrá, guarde todos los videos, fueron enviados a una persona en quien confío — hablaba sin voluntad propia.

—¿Quién es? — le pregunto molesta.

—Beatriz Black, los archivos fueron enviados desde la nube, ya debería estar viéndolos — confesó, Cleotilde se disponía a subir, pero entonces Lester volvió a hablar — y yo tengo algo muy interesante, lo encontré en casa de Jack Miller, está en mi chaqueta.

Sin más ella fue a la habitación que le proporciono, el lugar estaba igual a como se lo entrego, solo que con la chaqueta café del hombre sobre una silla, ella al levantarlo notó el inusual peso, sin mucho esfuerzo encontró el cráneo, con una olfateada pudo detectar dos aromas, el de un humano y el de un monstruo.

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