Episodio 6
La hipótesis.
—¡Rompieron la cerca!
Bajo los pies del escritorio estupefacto.
Veo a uno mis chicos entrar sudado y pálido, debió correr todo el camino hasta aquí.
—¿Qué pasó? —inquiero con la gravedad que requiere la situación.
Traga fuerte.
—Estábamos haciendo las patrullas de rutina y encontramos un hueco en la cerca del parque, como del tamaño suficiente para que entre o salga una persona.
La piel de la nuca se me eriza.
¿Será posible que ella haya podido escapar? Bueno, realmente pudo irse mucho antes si ella hubiera querido pero no lo hizo, ¿qué cambió ahora?
No quiero ni pararme a pensar en lo que me haría el Sr. Remus al saber de esto.
Me pongo de pie para ponerme en marcha.
—Llévame al lugar, llama a los demás y pídeles que se reúnan acá mientras regresamos —ordeno saliendo de la oficina central.
El aire me desorna el cabello que ahora me llega a la altura de los pómulos, el chico me guía al frente mientras mantenemos nuestro paso justo al lado de la cerca, no es hasta unos minutos más tarde que conseguimos el agujero cortado en la cerca que delimita a la reserva Sparrow.
Hay huellas de zapatos en la tierra y aunque suene cruel eso me alivia, porque significa que ella no se fue de acá y podré vivir un día más al menos, pero, también significa que alguien entró y sea quién sea no tengo idea de qué asuntos tiene que resolver aquí.
Joder.
¿Vendrán a buscarla a ella?
¿Sabrán el monstruo asesino que es?
—¡Señor! —otro de mis hombres me llama desde afuera de la cerca, tiene el uniforme sucio así que asumo que habrá usado el hueco para salir a la vía principal— Revisé la calle hasta unas cuadras más abajo, hay una camioneta estacionada y es de un canal de televisión.
Siento como un puñetazo entender que quizás es más grave de lo que creí.
Hay personas que no saben nada allá adentro con ella, no solo eso, son periodistas. Si llegan a grabar algo y sobreviven para contarlo estaremos en problemas, la solución más lógica sería dejarlos morir con el secreto de lo que esconde Sparrow y luego notificarle al Sr. Remus, eso sería lo más inteligente, lo que no arriesgaría mi vida.
—Jefe, ¿qué hacemos?
Ambos hombres me miran expectantes, con la urgencia marcando sus miradas junto al terror.
El grito desgarrador corta el ambiente entre los pinos, los recuerdos escarban entre la tierra aferrándose a mis pies y traen consigo la imagen de la niña asustada, la misma pequeña que deje morir hace meses porque estaba aterrizado, aparece en mis retinas el temor que debió sentir Hannah.
Y siento culpa, una pesada y muy fuerte que hace decidir lo siguiente:—Armen grupos de cinco, van a patrullar la zona en busca de las personas que entraron, manténganse en las áreas del borde exterior del bosque hasta máximo tres kilómetros alejados de la cerca.
—¿Y si están más adentro? —pregunta uno preocupado— ¿Quién verá allá?
Suspiro.
—Yo —respondo.
Nos devolvemos a la oficina central donde ya me esperan todos, transmito mi decisión trans informar acerca de la gravedad de la situación.
—Si nos encontramos con el animal, ¿debemos cazarlo?
—No, —niego con énfasis— Huyan, vengan al punto de control o al refugio más cercano, pero no traten de luchar contra él.
O ella, omito decir.
Veo a cada uno de mis hombres partir y aunque no siento afecto alguno por ellos siento algo de responsabilidad por sus vidas.
Vuelve a mi cabeza el recuerdo de ese día, la sangre chorreando de su mandíbula y los tejidos musculares ramificándose entre sí para crear una extremidad nueva, el temor palpitante en mi sien, el sudor barnizando mi espina vertebral, sus ojos hermosos y penetrantes sobre mí fijamente, mi cuerpo tembloroso a la espera de una muerte horrorosa.
Y luego huyó.
Así, sin decir nada o hacer algún otro gesto, no hubo enfrentamiento épico, no preguntas ansiosas o una persecución desesperada, no, solo se dió la espalda y fue caminando lentamente con sus pies descalzos, la bata manchada de barro y el cabello tan largo que rosa sus tobillos ondeando con el viento.
No he vuelto a verla en los últimos nueve días.
Los animales muertos empezaron a aparecer de nuevo y la extraña calma que se había instaurado anteriormente fue rota.
Tomo respiro profundo, la puntas de los dedos me tiemblan justo cuando dejo atrás la caseta de control para internarme a las entrañas de Sparrow.
El bosque sigue en el mismo caos eterno de antes, solo que ahora la vegetación ha estado apoderándose de los troncos caídos y las ramas viejas, incluso cuerpos muertos me dan la bienvenida cada tantos metros de caminata.
¿A dónde me dirijo? No tengo idea de qué ruta habrán tomado o cuantos son exactamente, sinceramente por ahora mi único plan es caminar y tener la esperanza de encontrarlos antes de que ella los encuentre.
¿Qué es ella exactamente? ¿No es humana? Los humanos no tienen esa capacidad de regeneración tan asombrosa, cualquier otro hubiera muerto en su lugar, ahora entiendo cómo sobrevivió al derrumbe se me hizo raro que no tuviera ni una sola herida al quedar sepultada bajo peñascos de ese tamaño.
Pero, ¿No debería tener una pizca de razonamiento? Porque antes pudo matarme pero aún así decidió no hacerlo, tal vez no sea humana pero debe tener algo de inteligencia ¿Cierto?
Un escalofrío de recorre al recordar cómo tiró de mi brazo por la abertura en cuánto tuvo oportunidad, de verdad estuve muy cerca de perder una mano.
Sigo en ese tren pensamientos durante las próximas cuatro horas en las que por más que he caminado lo único que encuentro es naturaleza, el corazón me palpita temeroso de no encontrarlos a tiempo, pero teme mucho más por encontrarme con ese monstruo antes que nadie y no poder escapar.
Minutos más tarde lo encuentro:
Una cámara profesional destrozada es mi única pista.
La adrenalina me estalla por las venas, las probabilidades de que ya se encontraron con la chica son altas, se me acelera la respiración y antes de darme cuenta estoy corriendo sin rumbo fijo.
Quizás logre llegar antes de que alguno muera desangrado, podría intentar ayudarlos o algo.
He pasado mucho tiempo buscando y ya está anocheciendo así que la luz diurna ha empezado a menguar, corro entre la hierba alta del bosque con la esperanza de hallar a alguien vivo, mi angustia va en crescendo entre el musgo húmedo y el reflejo del arrebol en las hojas caídas sin duda no son un buen consuelo.
Es como si la muerte se hubiera instaurado en olor a tierra del bosque.
El pecho me quema cuando por fin decido detenerme a descansar, me apoyo en mis rodillas tratando de recuperar el aliento y no sé si el destino, suerte o un sexto sentido recién desbloqueado, pero algo me hace ladear la cabeza para ver a la distancia a una persona vestida de civil.
Solo es un instante.
Un pequeño segundo en el que veo de perfil al hombre despeinado y de camisa naranja.
Luego cae inerte al suelo.
Pego un respingo que me hace rebosar de energías de nuevo pero contrario a lo que pensaba, la verdad no tengo ese deseo de salvarlo, tengo demasiado miedo pellizcando mis tendones para ignorar la amenaza inminente que acecha el bosque.
Trago grueso.
Los dedos me tiemblan.
Toma mucho más de mí dar un lánguido paso de lo que esperaba y cuando por fin lo hago, me petrifico en mi lugar apenas pudiendo respirar.
No podría abrir más los ojos.
No podría respirar más lento.
Y no podría describir el frío que me sonríe en la nuca al ver una figura pálida y de largo cabello negro liso erguirse entre la hierba, la bata de papel está un poco desgarrada dejando a la vista uno de sus pechos, pero está tan llena de sangre que ningún detalle es realmente visible.
Siento que estoy al borde de un desmayo con solo verla a lo lejos, es tan dolorosamente hermosa pero tan aterradora como una serpiente y entonces, como si no pudiera empeorar, la veo subir un brazo humano hecho jirones y pegarle un mordisco.
Se me revuelve el estómago y antes de darme cuenta estoy vomitando.
Siento que me quedo sin aliento dejando todo caer al piso, me esfuerzo por no hacer ruido aunque no se si ella tenga algo así como un súper oído o alguna otra cosa igual de sorprendente, me arde la garganta cuando vuelvo a reunir las fuerzas para ver la escena de nuevo.
Y no hay nada.
Ella no está.
El corazón se me acelera pensando que puede estar detrás de mí, pero por más que veo a mi alrededor no veo a nadie, un nudo en la garganta me hace pensar en el hombre que cayó inerte hace unos segundos, tal vez está vivo.
O muerto.
Trago fuerte con el olor a vómito llenando mis fosas nasales y doy un paso inseguro hacia donde debía estar ella, respiro tan rápido que a este punto debería estar al borde de hiperventilar, el sudor me pega el cabello a la piel mientras me desplazo lentamente.
Contrario a lo que esperaba solo encuentro en cuerpo cercenado de una mujer, la mueca de terror aún congelada en su rostro y el brazo arrancado de su cuerpo a unos metros.
No hay rastro del hombre desmayado.
No hay rastro de ella.
Y no sé qué me pasa, pero de pronto siento que por más que inhalo no puedo respirar, las manos me tiemblan demasiado, mis ojos se mueven por cada rincón incoherente del bosque y mis pensamientos se vuelven una maraña caótica, solo quiero un refugio, quiero sentirme a salvo sin importar dónde.
Entonces corro.
Corro de nuevo aterrado sin saber a dónde.
Paso árboles, piedras, troncos caídos y quizás hago demasiado ruido a mi paso pero no me interesa.
Solo quiero irme lejos de ella.
Sin darme cuenta mis pies me llevan hasta mi viejo puesto vigilancia, donde dejaba las croquetas para Lemon. Abro la puerta y entro desesperado, me tropiezo con algo y caigo contra el suelo ruidosamente.
Me arden las manos por frenar el impacto pero el dolor me sirve para despejar mi cabeza, mi respiración se va calmando poco a poco mientras miro el suelo de madera bajo mis palmas.
Una gota de sudor cae al suelo mientras volteo a ver qué me hizo caer y vuelvo a perder el aliento.
El hombre de camisa naranja está acostado es el suelo.
Respira.
Frunzo el ceño desconcertado antes de mirar a mi alrededor dentro de la estrecha cabaña, la chica no está por ninguna parte, no hay señales de ella de alguna forma pero es claro que es la única que pudo haberlo traído hasta acá.
¿Por qué lo hizo?
¿Piensa torturarlo?
¿Se lo piensa comer después o lo conoce?
Dejo las preguntas para después y me apresuro a cerrar la puerta con llave, enciendo la luz antes de intentar despertar al hombre. Tarda lo que parecen unos minutos, pero luego de echarle un poco de aire el hombre de unos treinta años se despierta.
—¿Dónde estoy? —pregunta ronco y desorientado.
Entonces no sé qué responderle, ¿debería decir la verdad y arriesgarme a morir a manos del Sr. Remus? O ¿Debería mentirle y sacarlo de acá de alguna manera sin que sospeche nadie?
Suspiro.
No hay una forma fácil de hacer esto en definitiva.
—En un punto de control de la reserva Sparrow, —explico algo dudoso— ¿Qué es lo último que recuerda?
De pronto cae en cuenta de la gravedad de la situación y no necesito escuchar su respuesta para saber que él definitivamente la vio.
—Mis compañeros... —balbucea con los ojos muy abiertos, reviviendo lo que pasó— la chica los mató.
Cierro los ojos al escuchar lo que tanto me temía.
¿Ahora cómo lo obligaré a qué guarde el secreto? Si el Sr.Remus descubre que no hice bien mi trabajo de cuidar la cerca me matará, también matará a los chicos por mi culpa y a este hombre.
—¿Qué pasó exactamente?
Intento saber qué tanto sabe y qué sucedió.
—Entramos para filmar sobre la relación entre el extraño cierre de la reserva y el accidente de hace unos meses, creímos que el bosque estaba tomado por terroristas. —explica abrumado.
—Por eso rompieron la cerca —reprocho a lo que él me dedica una mirada de disculpa.
—Estabamos en busca de una primicia. —excusa— Pero sentimos que algo nos perseguía, el camarógrafo se quedó atrás cuando salimos corriendo y cuando quisimos regresar a la reportera le saltó encima ese monstruo.
—¿La chica?
Él asiente.
—Sí, era muy fuerte solo con sus manos le atravesó el pecho, —Le observa con los ojos aterrados y llorosos— ella ni siquiera pudo gritar por ayuda y yo solo me quedé ahí viendo cómo la mataba, empezó a comérserla como un animal y después le arrancó el brazo.
—No tienes que seguir si no quieres, entiendo que es difícil para ti —lo interrumpo.
—No, —dice contundente— luego ella arrancó un pedazo y me ofreció la carne cruda, después me asusté tanto que me desmayé.
Frunzo el ceño extrañado.
¿Le ofreció carne?
No solo eso, lo cargó y lo trajo hasta aquí pero no le tocó ni un solo cabello, ¿qué está pasando aquí? ¿Por qué hace esto?
Antes tampoco me atacó aunque pudo hacerlo y los padres de la niña antes también lograron llegar a salvo a la entrada de la reserva, ellos pusieron morir fácilmente si ella hubiera querido, obviamente es rápida y más fuerte que un humano promedio.
Jesús, ni siquiera sé si es humana.
Eso me hace pensar que efectivamente hay algo que acciona la reacción agresiva de su parte.
Si lo que pienso está en lo correcto entonces tal vez sea salvaje, teniendo en cuenta que la vez que probó los sandwiches tuvo cierto recelo hacia ellos podría decir que quizás era la primera vez que los probaba, tampoco habló conmigo pero progresivamente tuvo gestos un poco más dóciles hacia mí, es probable que no sepa comunicarse o conseguir comida entonces por eso ataca los animales, para poder alimentarse de ellos.
Quizás no conoce otra comida.
Tal vez, toda su vida se ha alimentado de esa forma.
Pero tiene una bata médica puesta, ¿no significa que estuvo en contacto humano recientemente? Pero a juzgar por su cabello y conducta aparentemente hostil me hace pensar que, puede ser, ¿que estuvo bajo condiciones no idóneas?
No tengo idea.
No sé en dónde estuvo todo este tiempo, ni por qué el gobierno parece tener miedo de ella, no ordenaron atraparla de inmediato ni intentar luchar es como si supieran que no tiene sentido.
¿Entonces significa que saben todo esto?
¿La verdadera intención del Sr. Remus era hacer de la reserva una prisión para ella?
Si eso es cierto, entonces es posible que quizás... ¿no sea tan mala?
—¿Quién es ella? —cuestiona el tipo asustado— No es normal ni siquiera puede ser humana, una persona de su contextura no puede romper costillas con una sola mano.
Trago saliva.
No tengo idea de qué decirle, ¿cómo ocultas algo como esto?
Me debato durante unos segundos en los que el silencio llena el ambiente de incertidumbre e inquietud, pienso detenidamente qué podría justificar algo como esto pero es imposible, es demasiado mórbido, demasiado aberrante y aterrador para ocultarlo con una mentira.
—Bien, tienes que escucharme atentamente y no vayas a alterarte.
Entonces le digo todo lo que ha pasado, quién es ella y mis sospechas, las amenazas y las acciones cuestionables de nuestro gobierno, además de la mafia y sus órdenes. Para cuando termino el relato el hombre de edad media está estupefacto, la esperanza fue drenada de su rostro mientras escuchaba la historia y cae en sus hombros la gravedad de la situación.
Sin querer se metió justo en la boca del lobo.
—¿Por qué no me mató? —murmura para sí mismo.
—¿Hiciste algo que los otros no? Cuéntame más adetalle, quizás descubra algo.
Asiente.
—Escuchamos ruidos entre los arbustos y creímos que era algún animal, el camarógrafo la vio primero y se alteró, entonces le lanzó la cámara y nosotros corrimos pero a él lo alcanzó. —hace una pausa— Espera acabo de recordar algo, cuando nos acorraló a nosotros ella fue cautelosa parecía oler el ambiente como una especie de perro o algo así, después saltó encima de la reportera pero intentó hurgar en su bolso luego ella se alteró e intentó golpear a la chica y fue cuando se tornó agresiva.
Según lo que creo, es posible que hayan al menos dos accionadores de su conducta agresiva:
El hambre.
Y ser blanco de ataques.
Si es así podríamos decir que es una respuesta de protección instintiva, todos tenemos ciertos mecanismos de ataque y defensa basados en el instinto solo que al ser criados en la civilización nos enseñan a suprimirlos.
¿Qué hace un niño si se molesta? Llora.
Pero, ¿qué hace un niño con problemas de ira si se molesta? Intenta golpear cosas.
¿Y si no hay nadie que le diga dónde está el límite? Entonces, las consecuencias pueden ser escalofriantes.
No sé si estoy en lo correcto porque me faltan muchas piezas de este rompecabezas, porque está teoría sobre todo no explica el motivo del ataque en el falleció Hannah, tal vez los uniformados que vinieron después murieron porque la hicieron enojar pero según él testimonio de la familia no hicieron nada para generar su ira.
No escatimó en incluso matar a la niña.
Si no es eso entonces, ¿qué lo ocasiona?
—Creo que es salvaje, no sé dónde estuvo todo este tiempo pero creo que no entiende el comportamiento humano —respondo tras meditarlo.
—¿No deberíamos decirle a las autoridades?
Resoplo.
—Las únicas medidas que ha tomado el gobierno es cerrar la reserva y ocultarle la verdad a la ciudad.
Él asiente desalmado.
—¿Crees...? —duda un poco antes de preguntar— ¿Crees que tenga que algo que ver con los terroristas? Tal vez hayan pasado más cosas así antes, pueden estarlo ocultando para no desatar caos.
Niego.
—No ha habido actividad terrorista por acá nunca, no sé de dónde venga ella pero no podemos decirles que entraste si quieres vivir, ellos no pueden saberlo o te matarán.
—¿Ha pasado antes?
Asiento sudoroso.
—Los obligan a firmar un contrato y algunos luego desaparecen —declaro.
El hombre se restriega la cara con las manos afligido.
—Mierda sabía que esta era una mala idea pero ellos no dejaban de insistir en conseguir una premicia importante —Golpea el suelo frustrado.
Le pongo una mano en el hombro.
—Necesito tu palabra de que no dirás nada acerca de ella, a nadie, —hago énfasis en mi petición— o no solo tu vida si no también la mía estará en riesgo.
De pronto el espacio entre nosotros se siente más tenso y cargado de desesperación, como dos personas que no tienen más remedio que ser cómplices el uno del otro.
El sol se esconde en el firmamento bañando el punto de control de colores naranjas y púrpuras, quedan como mucho unos treinta minutos para que se oculte por completo.
—Bien.
Y esas palabras me sacan un enorme peso de encima pero no evita que piense en el siguiente paso, uno que es más aterrador que este incluso, un paso que podría acabar con mi vida si el lobo feroz huele mis mentiras.
Debo darle el informe al Sr. Remus.
Y no estará feliz por esto, aún habrá una posibilidad considerable de ser asesinado.
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