El descenso.

"Se encontró el cadáver mutilado del Sr. Silian Malcolm Romanov Colombo quién era el director de la agencia de seguridad privada Thunder Safe en su vivienda propia, misma agencia que proporcionaba protección al viceministro del Ministerio de Cuidado y Protección al Menor, Kiliam Soprano. Según la información proporcionada por las fuentes policiales hay señales en la víctima de que sufrió brutales torturas antes de su fallecimiento, hallando en el cuerpo laceraciones, huesos rotos y otras agresiones. Los vecinos aseguran haber visto a dos personas ser perseguidas fuera de la casa por un grupo violento no identificado, el cuál se presume que es un posible grupo desestabilizador simpatizante de la homicida con alias Arise"

El sonido del televisor es el que me despierta, me siento desorientada al hallar primeramente un techo blanco pulcro ante mis ojos en lugar de el cielo descubierto del callejón en que me desmayé. La noticia de los hechos entra en mi sistema como si se tratara de un acontecimiento cotidiano, incluso es como si una parte de mí no le extrañara, como si le fuera familiar toda la situación de despertar y escuchar cosas que yo no recuerdo haber hecho.

Me siento como si estuviera fuera de mi cuerpo, veo todo en primera persona pero me cuesta relacionarlo conmigo, las manos delgadas de chica ahora limpias, el cabello marrón bien peinado sin nada en él, las sábanas cubriéndome hasta el torso y la habitación de la casa de Mocka.

El tacto de mi piel contra las telas es reconfortante mientras me levanto con pesadez, me siento con las extremidades adormecidas y no sé cómo llegué acá.

"Se encontraron 4 cuerpos desmembrados en las inmediaciones del lugar del asesinato del ciudadano Silian Romanov, se cree que fueron víctimas del grupo terrorista no identificado"

Arrugo el entrecejo al escuchar el informe mientras llegan los recuerdos a mi mente como flashes.

Sangre goteando.

El ruñir de las ratas.

El cuerpo inconsciente de Mocka.

Y el corazón latiendo fuerte contra mis costillas resistiéndose a todo paso de aire, mientras el peso de ser la causante de todo eso caía sobre mí.

Sí, ya recuerdo qué pasó, esas personas murieron por mi culpa porque dejé que la bestia en mis entrañas tomara el control sobre mí, pero ¿Realmente hay algún remedio sobre eso? Es decir, ¿si compartimos un cuerpo yo podría restringir su acceso al mismo siempre?

Según las cosas que he recordado antes cuando trataba de evitar que ella me consumiera, no dejaba de repetir el mismo mantra una y otra vez como si estuviera adherido a mi corteza cerebral en una segunda fibra muscular.

Te frenarás, te atarás, te frenarás, atarás. ¿Es la clave?, ¿lo que evita que ella tome el control? Siento la cabeza pesada de tanto pensar, una presión extraña causada de apretar tan fuerte la mandíbula, como el inicio de otro dolor de cabeza.

Qué agotador.

Estoy cansada de ser yo, de tener tantas mentiras y secretos, es como si me ocultara incluso de mí misma.

Una lágrima lánguida resbala por mi mejilla hasta las sábanas níveas, pronto la pequeña gota es seguida de dos caudales que bajan por mi cara. Quiero tener paz, solo eso, quiero vivir una vida normal. Llorar parece ser lo único que tengo ganas de hacer porque me vuelvo a acostar en la cama por horas, tiempo en el que no trato de comer a pesar de que ruge mi estómago, no escucho el televisor a pesar de que habla de la masacre del comité de seguridad del vicepresidente del ministerio, a pesar de que siento la mandíbula a punto de desintegrarse.

Da igual todo, no importa cómo me sienta quizás le haría un favor a esta gente si solo desapareciera.

Estoy tan hundida en mis lamentos que no oigo llegar a Mocka, deposita su mano en mi hombro en gesto de apoyo aunque lo recuerdo todo: su gesto atemorizado, la desesperación, el instinto intrínseco de huir del depredador sediento de sangre.

Solo ese toque me hace querer derrumbarme entre sus dedos, hacerme arcilla y que haga de mí la forma que quiera.

Lo dejo levantarme, sentarme en sus piernas y acunarme en su pecho con el sonido calmante de su corazón, siento que mi dolor se aletarga con el toque de su cuerpo. Sus dedos en mi cabello son como si flotara entre el oleaje sereno de un rincón paradisíaco, entrelazándose con las hebras en un vaivén melódico, su cuello en mi frente se asemeja a estar bajo la sombra refrescante de palmeras llenas de cocos y su aliento a la brisa con olor a arena tocándome la nariz.

Mocka poco a poco se está volviendo alguien importante para mí otra vez, alguien confiable que está logrando darme la paz que ni yo misma puedo darme.

Lo que me inquieta es mi incapacidad para ofrecerle al menos la seguridad de no hacerle daño.

Mocka me pasa un paño para secarme los mocos porque, ciertamente, llorar no es nada romántico.

—¿Estás bien? —consulta cauteloso mientras me escanea cada centímetro del cuerpo.

¿Cómo le puedo explicar que me siento como una amenaza inminente capaz de destruirlo todo e incluso a él  sin decirle eso? Imposible, ¿no?

—Tan bien como puedes estar al darte cuenta de que toda la mierda que dicen de ti es cierta y que no lo puedes arreglar porque ni siquiera eres dueño de tu cuerpo.

Suspira dándome un apretón de hombros.

—Tuviste que hacerlo, eso nos salvó —Me reconforta con una caricia en mi mejilla— solos no habríamos podido.

—¿Sabes qué sucedió? Ya sabes, —Trago saliva— mientras no estuve.

Mocka suspira y aparta la mirada antes de responderme.

—No realmente, solo sé que quedé inconsciente mientras me golpeaban y cuando desperté estabas abrazándome. —Se encoge de hombros— Después de que te dormiste solo traté de limpiarte lo más que pude, te cargué en mis hombros para que no fuera tan sospechoso luego conseguí el auto dónde lo dejamos y nos traje a la casa. —Me ve afligido— Estaba preocupado, tenías 5 días inconsciente creí que tal vez necesitabas un hospital.

Me hace sentir mal entender que estuve preocupándolo todos estos días, tal vez estuvo pensando que moriría o algo así, además de la pesadilla que tuvo que vivir al ver esa carnicería en el callejón, porque si para mí fue traumático y visceral no quiero pensar cómo fue para un individuo externo.

—Lo siento —musito enterrando la cabeza entre mis manos.

Mocka deja un beso en mi coronilla.

—No fue tu culpa, no puedes controlar lo que esa cosa hace con tu cuerpo, tú eres perfecta como eres Arise.

—No estoy muy segura, ya no sé qué creer de mí y todavía hay muchas cosas qué descubrir.

—No tenemos que seguir investigando si no quieres, podemos irnos a un lugar retirado, —propone apoyando su frente en la mía, un mundo de sueños brilla en sus ojos— lejos de todos, dónde estemos solos tú y yo.

Mi corazón se calienta no solo con su propuesta sino también con la adoración que hay en su mirada, es imposible que no la haya visto antes definitivamente, creo que probablemente lo noté pero la cantidad de secretos que me tenían hundida eran tantos que, incluso ahora, si pudiera dejaría a Mocka de lado, lejos de todo esto cuánto pueda.

—Lo sé y eso suena grandioso, —acepto con pesar— pero, sé que no podré seguir adelante con mi vida sin saber qué pasó en realidad, —Pongo una mano en su mejilla pasando los dedos por el piercing en su ceja— necesito conocer esta parte de mí, incluso si es peor de lo que imagino porque así sé a qué atenerme y cómo proteger a los otros de mí misma.

—¿Aunque esto siga haciéndote daño?

—Me da más miedo hacerte daño a ti la verdad o que me veas como un monstruo —admito con los labios suyos rozando los míos tentativos.

—Yo nunca podría verte como un monstruo, ahora no lo entiendes, pero eres mi más preciado tesoro Arise.

—¿A qué te refieres? —consulto curiosa.

Él niega.

—Quizá algún día esté listo para decírtelo, pero por ahora no.

Ladea la cabeza un poco permitiendo que ahora nuestras bocas estén prácticamente una sobre la otra, no nos estamos besando, pero definitivamente se están tocando cuando muerde el labio inferior con una lentitud angustiante.

Una mano me recorre las costillas por encima de la camisa holgada, repartiendo escalofríos deliciosos mientras me hace abrir la boca con su lengua para recibir el aliento cálido de Mocka antes del beso. Se me eriza la piel con cada barrida de sus labios, me aprieta contra su cuerpo pasando el brazo por mi cintura como si me reclamara como suya, la otra mano la entierra entre mi cabello para jalar de él con la suficiente fuerza como para no lastimarme pero sí ser dominante.

Tira mi cabeza hacia atrás para morder mi cuello y luego besarlo en una rutina que me hace arquearme mucho más, me siento un poco desesperada a pesar de la lentitud porque el dolor ansioso entre mis piernas me hace pegar mi pelvis más a él. Mocka me agarra un pecho masajeándolo, provocando que me retuerza un poco entre sus brazos con un suspiro placentero, baja por mi estómago lentamente para jugar con el dobladillo de mi ropa y luego casi pierdo el aliento cuando está por meter la mano debajo de mi camisa.

Detente.

Mi mano se mueve sin consentimiento, aprieta la de Mocka con fuerza alejándola de mi cuerpo, nos vemos sorprendidos un segundos en los que él intenta soltar su mano de mi agarre pero es muy fuerte.

—Arise, —pregunta cauteloso— ¿Puedes soltarme?

Niego con la cabeza mientras el temor va escarbando por mi garganta.

—Yo no soy.

Una sombra de temor tiñe la cara de él al entender que quién controla esa mano no soy yo, es el monstruo. Mocka trata de soltarse con toda su fuerza mostrando los dientes por el esfuerzo, suelta un gruñido antes de darse cuenta de que es imposible. Es demasiado fuerte para él.

¿Cómo puñetas soy más fuerte que un tipo cuatro veces más grande y musculoso que yo? Incluso si es el otro usando mi cuerpo, ¿no deberíamos tener las mismas capacidades físicas?

Trago saliva.

—Mocka, creo que quiere que te alejes de mí.

—Bueno, está bien supongo que no hay problema —cede precavido, alejando la otra mano de mí.

Me levanto de sus piernas y no es hasta que estoy sentada al frente de él que mi mano vuelve a responder a mis órdenes, eso apaga por completo cualquier llama que hubiera entre nosotros, ahora solo nos vemos mutuamente con el peso de la realidad saliendo a flote nuevamente.

No, yo no puedo tener una vida normal, no mientras no sepa qué pasó y cómo controlar a esta cosa.

—Tenemos que conseguir toda la información posible rápido, al menos, si queremos descubrir cómo exactamente lo controlaba antes.

Mocka asiente.

—Intentaré hacer lo posible, aunque ya no hay mucho donde podamos buscar sin ser detectados —objeta.

"El gobierno de Ciudad Laika interrumpe la programación actual para dar un anuncio oficial de suma importancia"

La tv capta mi atención con el cambio tan radical de programa, Mocka ve las noticias como yo expectante a lo que dirán, no es común ver estas transmisiones nacionales.

—¿Ahora qué pasa? —musito.

En la imagen del televisor se ve la figura de un hombre canoso y flaco, está luciendo un traje formal bien planchado con cada hebra de cabello en un peinado bien firme hacia atrás.

"Buenas tardes a toda la comunidad de Ciudad Laika, a estas horas de la noche hemos hecho esta rueda de prensa con fin de informar a nuestra población acerca de los hechos del pasado día 25 de Junio del 2025, nuestros cuerpos policiales han encontrado fuerte evidencia de una banda criminal y agresiva que apoya un ideal creado a partir del asesinato del ministro Magnus por la asesina conocida popularmente como Arise."

Mocka sube el volumen de la tv más interesado que antes.

   "Se cree que este grupo delictivo busca desestabilizar nuestra sociedad armónica, creando violencia innecesaria con el fin de tomar el poder de los diferes órganos del país. Se han capturado algunos simpatizantes de su causa en las últimas horas entre ellos el vocalista de la banda de rock Strusk, Danger Marcovitz, hijo del fallecido analista y criminalista Arturt Marcovitz, a continuacion veremos el momento de su captura."

Quitan la imagen del hombre para colocar un vídeo grabado por un aficionado que enfoca la retención  agresiva de un chico pálido cuál papel con un brazo completamente tatuado y sin camisa, tiene la cara llena de sangre al igual que el cuerpo pero la mueca fiera de su cara me hace erizar los vellos de la nuca, una sola mirada de esos ojos de intenso azul eléctrico te traspasa de una estocada furiosa.

"¡Son unos cerdos de mierda, no voy a descansar hasta acabarlos a todos lo juro!"

Pelea contra los policías que tratan de colocarle las esposas, dice todo un repertorio de groserías en el proceso mientras recibe golpes que no menguan su ira, al contrario, la avivan mientras pelea con la misma fuerza que un león embravecido.

—Son unos monstruos —Me cubro la boca con las manos sorprendida por tal agresión por parte de la autoridad.

¿Siempre ha sido así?, ¿nadie nunca ha dicho nada? ¿Todo esto es normal?

"El Ministerio de defensa y orden público ha estado haciendo todo en su mano para capturar hasta el último de estos terroristas, no tendremos ningún tipo de preferencia u omisión con cualquiera sin importar su estatus social e instigamos a la población de Ciudad Laika a reportar a cualquiera que fuera visto como simpatizante de esta propuesta genocida."

—Esto se está saliendo de control están apresando a gente inocente, —Señalo a la televisión— tenemos que hacer algo esto tiene que parar, algún día van a matar a alguien.

—Arise ya tienen toda una vida matando personas, ahora solo está el ojo público en ellos pero aún así nadie hará nada —discute Mocka con una ceja enarcada hacia mí.

—¿Por qué? —cuestiono afligida— ¿Por qué permiten esto?

—Porque no tienen el poder, —explica— el gobierno los mantiene lo suficientemente alejados como para que no se unan en una lucha, cada quien está demasiado inmerso en sus problemas como para notar todo lo que se esconde debajo del sistema.

"Así mismo, por el bien de los ciudadanos inocentes se decretará un toque de queda, a partir de las 6 de la tarde estará terminantemente prohibido movilizarse bajo ninguna excusa o serán arrestados, investigados y procesados con una condena de 1 mes en cárcel correctiva en caso de hallarse inocente de cualquier cargo posible."

—Pero es extraño, ¿no te parece demasiado extremista?

—Bueno, encontraron 5 cuerpos descuartizados a dos meses del homicidio de un Ministro, también estuvo la revuelta el día de la conmemoración de Magnus la verdad puede resultar un poco alarmante a los ojos correctos—Mocka se encoge de hombros.

—Sí pero todo lo atribuyen a que es un movimiento afín a mi causa inexistente, ni siquiera tienen pruebas.

—Arise es política, nada es 100% legal aunque ellos digan que sí —Blanquea los ojos.

Entonces me llega a la mente un recuerdo.

—Cuando escapamos saqué la carpeta que estabas leyendo en la casa del Sr. Romanov, ¿Lograste salvarla?

Mocka se mantiene pensativo para luego verme arrepentido cayendo en cuenta de su error.

—Lo siento, es que teníamos que huir rápido, no recordé que habías traído la carpeta contigo.

Entonces la realidad nos cae como un balde de agua fría.

Dejamos la carpeta en el callejón, mismo donde dejamos los cuerpos de esos tipos, lugar que revisó la policía y obviamente consiguieron mi carpeta con lo que sea que diga ahí adentro.

—Ya saben que estás viva, por eso están haciendo todo esto.

—No, pero no pueden relacionarlo conmigo probablemente por eso lo atribuyen a un movimiento conectado conmigo.

—No importa si sospechan van a investigar, es cuestión de tiempo que estén acá lo primero que van a purgar en los órganos del estado —señala Mocka con urgencia.

"Queremos hacerle un recordatorio a la ciudadanía de Ciudad Laika acerca de la peligrosidad de estos individuos. Durante las pruebas y recopilación de evidencia en la escena del crimen no se encontraron huellas o pista alguna de las personas que perpetraron este hecho, por lo que se presume que estamos tratando con una banda bien organizada y se aconseja a cada uno tener la cautela pertinente al salir de sus viviendas."

—¡Levántate tenemos que sacarte de aquí!

Mocka me hala de la camisa fuera de la cama.

—¡¿Pero a dónde vamos?!

—¡Usa la salida que usamos la última vez para escapar, ya te alcanzo!

Hago caso a lo que dice bajando las escaleras que me llevan a la salida trasera con prisa, dejándome justo bajo el frío de la tarde con el sol ya casi oculto tras abrir la puerta. Mocka me alcanza con las llaves en una mano y una bolsa en la otra.

—¿Qué vamos a hacer?

—Te vas a ir a la casa abandonada, espero que hayas memorizado cómo llegar porque no podré llevarte.

—¿Qué? —balbuceo mientras deposita todo lo que trae en mis brazos—, pero ¿Por qué no puedes llevarme?

—Arise escúchame, —Pone sus dos manos a ambos lados de mi cara viéndome fijamente con la luz de la calle, iluminando parcialmente sus ojos menta— si esto significa lo que creo estarán acá para hacer otro registro de mi casa, no solo eso sino que me tendrán bien vigilado y en ese tiempo cada paso que de podría delatarnos, necesito que te vayas por un tiempo.

Aprieto la bolsa que me dió contra mi pecho un poco angustiada y cansada, apenas acabo de despertar de un coma de 5 días.

—Entiendo, ¿cuánto tiempo tendré que esperar a que vengas?

—No sé la verdad, será un poco difícil que vaya si me vigilan con mucho escrutinio. —Con un ademán da por cerrado ese tema—  En la bolsa está tu disfraz con una peluca nueva, tienes dinero y un teléfono.

—Vale, si pasa algo llámame y ponte el difraz lo antes posible, no quieres que te reconozcan mientras manejas.

Dicta su última orden antes de abrir la puerta del cacharro, me siento en el asiento del piloto encendiendo el auto.

—Espera no sé si yo aprendí a manejar antes —digo con cierta histeria.

—Arise te conozco desde siempre, claro que sé que sí sabes manejar. —Cierra la puerta de un golpe antes de verme desde la acera del callejón y entrar a su casa.

Y entonces tengo que solucionar e irme antes de que lleguen los del ministerio a checar la casa Mocka.

Nunca estuvimos seguros, pero ahora con seguridad empezó la caza del ratón.

Y esa soy yo.