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<< Todos dicen que las mentiras tienen pies cortos. O que te llevan a más mentiras. Pues, algo de razón hay en ello. Mis mentiras llevan a que siga mintiendo. Pero, soy demasiado orgullosa para hablar con la verdad. He llegado al punto de mentirme a mi misma. Sólo para vivir en el mundo ficticio que desearía que existiese >>
Gustavo permanecía atento a la clase de Doctrina Social. Eramos los únicos en prestarle atención a las palabras aburridas de nuestra profesora. Había silencio, pero los demás vivían en sus propios mundos. La señora Irene, nos proponía la definición de persona, pero en vista de la religión. Gustavo se veía un poco molesto cuando comenzó a explicar el origen. Fruncía su ceño con cada palabra de mi maestra.
_En la época cristiana, el término persona comenzó a tener propiamente un sentido filosófico_ Mi compañero unió sus manos sobre el banco, luego posó su mentón en ellas _En la historia de este planteamiento, ocurrió una leve discusión. Se formó a partir de la pregunta: ¿Jesucristo es hombre o Dios?_ Antes de que ella diera una sola frase más, él la interrumpió.
_Esa no fue la pregunta que se hicieron los filósofos al cuestionarse esto_ Respondió haciéndola, también fruncir su ceño. Se llevó, así, la vista de todos mis compañeros. Él se percató de su acción, pero, al parecer, estaba decidido a continuar con sus palabras _Profesor, si me permite corregirlo, la pregunta fue: ¿Era posible tal unión o si se trataba de dos sujetos o de uno solo?. Ya que Jesucristo es Hombre y Dios al mismo tiempo_
_No Adrián, Jesús no era Dios_ Dijo de manera amable _Jesús portaba el espíritu de Dios, pero a la vez era hijo suyo. Siempre fueron dos personas diferentes_
_No, profesor, Jesucristo y Dios eran la misma persona_ Se levantó poniendo ambas manos sobre su banco. Nuevos murmullos aparecieron. De seguro ya hablaban sobre que Gus era un religioso de aquellos que odiaban que los demás se equivocaran en tanto a sus ideologías.
_¿Y por qué dices eso, Adrián?_ Ella se cruzó de brazos frunciendo sus labios.
_¡Por qué él me lo dijo!_
_¿Él?_
_Fue... En un sueño_ Volvió a tomar asiento.
_Adrián, todos tenemos sueños. Eso no quiere decir que sea cierto_ Sonrió comprensivamente.
Mi amigo dio un bufido y no volvió a dirigir la palabra en toda la hora.
[...]
Caminábamos hacia la parada del autobús que me deja a unas cuadras de casa. Gustavo se mostró callado durante todo el día. Sentía que algo le molestaba. Con curiosidad, saqué el tema de la religión de hoy temprano.
_Supongo que lo dijiste porque eres católico_ Lo miré de reojo. Hizo caso omiso a mis palabras. _Hey_ Golpeé, despacio, mi codo contra si mismo. Como respuesta, conseguí su mirada apagada y una ceja enarcada.
_En realidad, Él me lo dijo_ Abrió sus ojos y me miró esperando a que le creyera.
_¿Él, quién?_ Era obvio a quien se refería, pero debía confirmarlo.
_¡¡Jesús!!_ Se llevó las miradas de las personas que esperaban junto a nosotros. Un poco inquieta, posé mi dedo en la boca suplicándole que bajara la voz.
_Gus, perdón, pero no creo que tu hayas hablado con Jesús. Tampoco sé si en realidad eres un ángel o yo me estoy volviendo loca_ Susurré en voz baja. _Tal vez, todo esto en un sueño_ Dije intentando llevarme ese pensamiento para mis adentros.
_Te aseguro a que puede ser de todo menos un sueño_ Maldición, ¿Cómo me escuchó? _El vetal dentro de tu profesor, yo con alas, esas cosas no son un simple sueño_ Sonrió posando su mano en mi hombro.
Mis mejillas enrojecieron. Por lo menos, eso es lo que creo que me sucedió al sentir mi cara arder. _Ya cállate que viene el colectivo_ Tomé distancia de Gus y extendí mi mano esperando a que el vehículo parase. _Gustavo, Dios ni Jesús existen. No se que es lo que seas tú, pero ellos no existen_ Pagué mi pasaje con la tarjeta, al igual que mi compañero. Ambos nos ubicamos en los asientos de en medio. _Y si mi mente me está jugando una treta, espero seguir cayendo en esta mentira_ Di un suspiro al pensar tal cosa.
Tan solo, necesito algo de compañía. Estar sola durante tanto tiempo, llega a hacerme mal. Daniel puede ser una especie de compañía. Pero, estando cerca de sus amigos es una verdadera molestia.
_¿Puedo hacerte cambiar de opinión?_ Preguntó haciéndome verlo a los ojos.
_No creo que sea posible Gustavo_ Agaché mi cabeza.
Él chistó al oír mi respuesta.
[...]
<< Un sueño suele ser un suceso de imágenes repentinas sin sentido o, tal vez, representan algo que a uno le gustaría que ocurriese en su vida. No siempre afectan a la persona, pero puede dejarnos pensando un largo rato. ¿Qué me quiso decir?. Bueno, como dije en un principio, puede no llevar sentido alguno. En realidad, me gustaría vivir en mis sueños >>
Gustavo logró hacer más amistades en un solo día de lo que yo en seis años de secundario. Llegando a la casa, notaba aún el enojo que llevaba desde esta mañana. ¿Tan personal se lo había tomado?. Di un suspiro al entrar a mi habitación. Me tiré sobre la cama, con el bolso a un costado y mi ropa aún puesta. No tenía ganas de mirar el rostro de nadie. Ni siquiera de mi ángel.
Ese ángel...
Vaya que era lindo. Más aún cuando se rejuveneció. Sus ojos celestes, casi grisáceos. Sus perfectos rulos. Esa sonrisa encantadora, pero, la que he visto en pocos momentos. Suele ser muy serio de a momentos. Su aroma. Perfecto en toda su silueta.
_Hey_ Vi el rostro de Gustavo encima del mío.
_¡Ah!_ Pegué un salto dando mi frente contra la suya _¡Mierda!_ Ambos sobamos nuestras caras. El golpe había sido duro. Ya, sentándome en la orilla de la cama me atreví a preguntar _¿Qué haces aquí? ¿Cómo pasaste? Si está cerrado con llave_
_No se si recuerdas que soy un ángel. Puedo traspasar cualquier cosa_ Contestaba como si fuese algo normal. Claro, traspasar puertas y paredes es algo totalmente usual en los humanos.
_Ya, ¿Qué quieres?_ Mi humor no cambió en lo absoluto.
_Sólo quería saber si podía tomarme una ducha. Huelo demasiado mal_
Mi ceño se frunció. ¿Mal?. Estaba oliendo a frutas y según él eso era "oler mal". _Sí, ve. Hay toallas en el esquinero del baño_ Agradeció y salió de mi habitación. Esta vez, abriendo la puerta, sin sacar la cerradura. Maldito, creo que puede ser una clase de brujo en vez de ángel.
Volví a tirarme en la cama. Mi frente aún dolía. Pero, se sentía bien tocarlo, al menos, de esa manera. Sentía un poco más fresca mi mente. Sí, estoy loca. Ahora yo mismo lo creo. ¿Algo más puede pasarme?.
Saqué de abajo de mi almohada la carta de mi padre. Entonces, al querer decir que me cuidara, no era de personas, sino de seres sobrenaturales. No podía reportar esto a la policía. En el mismo instante de que hablara sobre esto, terminaría por llevarme al manicomio. Di un bufido y volví a su lugar el papel arrugado. Haciendo un pequeño esfuerzo, me levanté de la cama. Cambié mi ropa y salí en busca de mi merienda.
Pasaba justo al lado de la puerta del baño. Escuché una melodía muy conocida para mí. Su voz gruesa, notas perfectas y una letra tanto difusa pude oír detrás de la puerta. Culpa del sonido de la lluvia artificial, no escuchaba muy bien. Tuve que apoyar mi oreja sobre la puerta para interceptar mejor los sonidos.
_Ah... come de mí, come de mi carne... Ah... Entre caníbales.... Ah... Toma tu tiempo en desmenuzarme_
Era la voz de Gustavo. Una voz ronca, pero suave a la vez. La voz de un ángel cantando se escuchaba así, y yo tenía la primera fila asegurada.
Ho-hola, soy chica_stereo y te apuesto una banana a que leíste esto con la voz de Germán.
Ahre no.
Ya me han dicho mis amigos que no debo pedir perdón por publicar tarde. Que yo debo manejar mis tiempos y los demás deben comprender. PERO... Nunca hago caso a los consejos de los demás así que, AQUÍ TOY... Pidiendo perdón por publicar tarde.
Es que, hasta yo quiero saber como sigo con la novela. Y me emociona como voy escribiendo el transcurso de lo que va sucediendo. Sí, al igual que la protagonista, estoy fallada. Yo misma debería saber como acaba todo. BUT, I DON'T KNOW.
Sin más palabras, agradezco y me voy dejándolas con este nuevo capítulo.
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