Capítulo12: El corazón de Ryo
Habían pasado ya varios días de lo ocurrido con Keiko y Ryo en aquel parque, era un día muy especial ya que se realizarían las compras del traje nuevo de Keiko para su competición de patinaje.
Emiko quien le pidió a Keiko acompañarla para aprovechar y ver una película juntas; pero claro, Ryo le acompañaría al ser el guardaespaldas de Keiko y él a su vez aprovechó para invitar a su amigo Kenta.
Emiko no quería estar con Kenta, ya que su relación de amistad se había roto hace muchos años pero en fin, eran deseos de Keiko y su amigo Ryo y por ellos haría lo que fuese.
Paseando por el centro comercial Emiko pretendía que Ryo y Kenta no estuvieran siguiéndoles, en los establecimientos había de todo, adornos realmente bellos, según lo pactado con Vega la madre de Keiko, Kenta le daba su opinión a Emiko para que el traje quedará perfecto y hermoso.
Por su parte Ryo era abofeteado de vez en cuando por alguna que otra señorita que se le cruzaba en el camino y que él trataba de sobrepasarse de vez en cuando, cosa que no hacía cuando iba con Keiko a su lado, incluso parecía un chico normal.
"Qué linda pareja" dijeron unas chicas que paseaban cerca de la tienda donde Kenta y Emiko compraban todos los accesorios que utilizarían en el traje de Keiko.
Para Ryo que no había tenido ningún progreso después de aquel abrazo ya que cada vez que él intentaba sobrepasarse con ella la fuerza misteriosa lo embestía, por otro lado las indirectas no funcionaban con ella, pues alguna vez trató de decir que su sonrisa era cómo una droga para él; a lo que ella respondió que drogarse era malo, le dió el teléfono de una clínica de rehabilitación y le pidió que en verdad fuera.
— ¿Los has escuchado, Keiko? creen que somos pareja—Ryo se tocaba su cara con su dedo índice como un tic de vergüenza, pero al no haber respuesta de Keiko volvió a insistir — ¿Keiko?
Al abrir sus ojos miró a Keiko agachada acariciando a un cachorro negro y blanco de raza Pointer en una caja que decía adóptame, era difícil recriminarle algo a la chica, era demasiado inocente y tierna para poder enojarse con ella.
Así qué Ryo estaba feliz por tan tierna escena pero triste porque Keiko no escuchó lo que las chicas dijeron al salir de la tienda.
Kenta le preguntó a Ryo que si todo estaba bien. A lo qué Ryo respondió que sí.
Emiko tomó una fotografía a Keiko con el cachorro, después de despedirse de él y sus hermanitos perrunos y con las compras hechas se dispusieron a ir la sala de cine.
Cuando uno de esos molestos X-Con apareció agujereando el piso y saliendo subterráneamente.
—¿Qué diablos es eso?— para Kenta era la primera vez que veía un X-Con, al igual que para Emiko, quién se asustó.
Ryo al saber cuál peligrosos son, ya que esta sería la segunda vez que veía uno le pidió a Keiko y a Emiko ocultarse en un baño pequeño para empleados hasta que se pudiese controlar la amenaza.
Ryo y Kenta persiguieron a la enorme máquina quién parecía un tornillo grande giratorio entrando y saliendo del piso; comenzaron a abrir fuego intentando pararle sin ser efectivo ninguno de los disparos, incluso los de Ryo ya que esa cosa parecía estar blindada.
La mano de Keiko comenzó a palpitar, ella intentando esconder su pulsera de la witchblade tomó su mano y comenzó a llorar.
— ¡Ahora no por favor no!— Keiko le rogaba al artefacto sin ser escuchada por él mismo; Emiko al ver su reacción se acercó a consolar a su amiga, la abrazó y comenzó a ver como sus cabellos color chocolate cambiaban un verde pistacho, también el tono de Keiko cambió, los sollozos eran diferentes.
— ¿Qué... Qué te sucede Keiko?— Emiko estaba muy extrañada.
—No me mires Emiko... soy un monstruo, seguro que después de que me veas jamás querrás ser mi amiga— Keiko siguió llorando y no se percató que sería la primera vez que al transformarse no era totalmente controlada por su armadura.
—No importa como luzcas Keiko o lo que hagas o cuál lejos estés, siempre serás importante y especial para mí— Emiko quitó las manos de Keiko ya transformada por su Witchblade, cogió un pañuelo y limpio los ojos de Keiko — ¿ves? Sigues siendo muy bonita y sigues siendo tú— Emiko le sonrió a su amiga, pues su rostro reflejaba a una pequeña Keiko muy asustada.
— Emiko yo... debo ayudarlos, es mi deber como portadora de la Witchblade— Keiko estaba tremendamente impresionada de Emiko y de cómo tomó su transformación.
— Pero ten cuidado y vuelve aquí cuando todo haya terminado.
— lo haré Emiko— y así Keiko salió del baño saltando y corriendo a toda prisa, la gente del centro comercial al verla y al reconocer a la chica del periódico tomaron fotos y videos de ella que no le interesó, estaba preocupada por Ryo y Kenta.
Aquella cosa era demasiado inhumana, no se podía ver partes humanas en ella, por tanto no tenía mucha debilidad, sin previo aviso Shadow apareció con su cuchilla, qué es parte de su brazo.
Comenzó a atacar aquella máquina en la parte superior donde se supone que debería de estar su cabeza; Shadow esquivaba cada uno de los ataques subterráneos a la superficie del X-Con, ella seguía atacando el mismo punto del X-Con, ¿con qué finalidad?, Ryo no lo entendía hasta que miró que la chica, en la parte superior había hecho un corte recto y justo en el centro había un poco de sangre y carne humana.
Al salir la próxima vez el X-Con, Shadow logró detenerlo colocando su cuchilla de su brazo en la línea recta, ella misma atrasó y puso otra cuchilla de la pierna justo en el centro y fue ahí donde Ryo lo entendió, pero sabía que era tarde, solamente alcanzó a decirle a Kenta que se volteara.
Cuando Shadow sonrío y soltó una de sus navajas y la del centro la dejó; al rotar nuevamente para escapar el X-Con destrozó la humanidad que tenía y sin que Ryo pudiese decirle nada a Shadow se fue, dejando a Kenta y Ryo manchados de sangre.
Al volver Keiko al baño dónde se encontraba oculta Emiko y al ver a Keiko llena de sangre decidió mentirle a Ryo diciéndole que habían tomado un taxi rumbo a su casa y se quedaría Keiko por ese día en su casa.
Ryo por su parte llevo a Kenta a su casa y él volvió a su edificio.
Al día siguiente Ryo contacto a Kenta, su colega al llegar Kenta al edificio Ryo le dijo que había algo importante que decirle.
—Y bueno ¿Qué es eso tan importante que tienes que decirme Ryo?
—Me he enamorado— Ryo hizo una pose de victoria y una cara de alegría, que no era compartida por Kenta, quien se quedó helado sin poder creerlo.
—Tú...tú... ¿tú enamorado?— Y es que para Kenta, Ryo no tenía remedio, él las amaba todas.
— Si yo, ¡yo me enamoré definitivamente!, en mi habitación hay una foto que yo mismo he puesto en tamaño póster como símbolo de mi amor.
—Bueno... pues hay que ver para creer— y así Kenta se preguntaba quién sería la chica que haría cambiar a Ryo y tal vez sentar cabeza; aunque le sonaba disparatado ya que, llegar y al abrir la puerta, se quedó helado y confundido.
—¿Te has enamorado entonces no es así Ryo?— Kenta volteó a ver a su descarado amigo.
— Así es— Ryo lucía orgulloso de su decisión.
—¿De las dos?— Kenta volvió a preguntar intentando que entendiera que estaba mal su lógica.
—¡Si¡ son las mujeres de mis sueños— insistía firme en su decisión.
—Pero Ryo, normalmente uno suele enamorarse de una sola persona— Kenta lo miró fijo.
—Sí, pero yo tengo todo el amor del mundo para dar—Ryo ignoró la mirada fija de su colega para seguir orgulloso y firme en su decisión.
—Venga ya... si tú lo dices—Kenta no tuvo más remedio que aceptar la decisión de su amigo "enamorado".
Por otro lado Keiko y Emiko despertaron temprano y Keiko no tenía buen semblante, estaba ojerosa y con sueño.
— Qué sucede Keiko ¿no pudiste dormir?— Emiko se preocupó por su amiga, pensó que tal vez estaba fatigada por lo de ayer.
— No, es que creo que me enamoré de él, vamos los dos solos ahí afuera en la tienda de mascotas y justo ahí lo comprendí, creo que lo necesito en mi vida— Keiko suspiro.
Emiko estaba realmente asustada, de que Keiko se enamorara de Ryo; ¿hablaba de Ryo? definitivamente era de Ryo, pero ¿Por qué? El tío era un súper pervertido más — Pero solo es muy pervertido— le dijo Emiko a Keiko
— No, no es para tanto, sólo fueron unas cuantas lamidas y ya, más con lo lindo que es todo se le perdona— Keiko sonrío.
Además le había hecho algo así en un centro comercial — ¿Estás segura de tu decisión? ¿No crees que es algo pronto?— Emiko intento disuadir a su amiga.
— ¿Tú crees? Pero lo pensé toda la noche— Keiko se puso a pensar un poco más.
— Pero necesitas más tiempo, recuerda que aceptar los sentimientos de esa manera lleva una gran responsabilidad — dijo Emiko tratando de dar el golpe final.
— Si comprendo— Keiko agachó la cabeza y sacó su celular y miró la foto que Emiko les tomó a ella y al cachorro en adopción — Ni modo pequeño... Emiko tiene razón, que te adopte alguien que te haga muy feliz— Keiko guardó su teléfono, se despidió de Emiko y se fue a su práctica.
Por otro lado Emiko se quedó pasmada sentada en una silla sin probar alimento alguno, Keiko hablaba del perro.
Créditos
Dibujo: Candynecroft
Historia: Trishiana
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro