Después de aquel acto, a Ryo se le imposibilitaba el poder descansar, él quería observar a Keiko descansar todo el tiempo, se preguntaba una y otra vez, porqué había pasado, claro que él nunca dudaba de sus encantos pero no podía olvidar aquel extraño resplandor en los ojos de ella, tantos pensamientos que rondaban su mente una y otra vez.

Lo único que si sabía es que realmente se sentía con suerte a pesar de los problemas que surgirían, abría y cerraba sus ojos para descansar momentáneamente.

Entonces ella comenzó a abrir sus ojos, para ella fue una sorpresa ver a Ryo descansando a su lado, pero... ¿Qué es lo que había pasado?

Intentaba recordar, ¿Qué ocurrió después de aquel combate extendido? Intentaba fallidamente recodar; lo único que vino a su mente fue el hecho de haber entrado a la habitación de Ryo, era todo tan confuso, todo lo que había hecho.

Solo había una forma de saberlo y comprobarlo, le daba algo de miedo comprobarlo, pero necesitaba salir de dudas, así pues, levantó la sábana que la cubría y era tal y cual temía, un sentimiento de vergüenza la inundó y recorrió todo su cuerpo en ese instante solo pudo exclamar un pequeño "demonios" a su estilo —¡oh porras!— dijo Keiko.

Lo que a Ryo le despertó y le sonrío tranquilamente, el gesto de gentileza de Ryo a Keiko la intranquilizó y al cruzarse sus miradas, Keiko se puso más roja que un tomate bien maduro, quien recordó un poco más de lo sucedido, ella después de haber entrado a su habitación lo había besado ¿Cómo había sido posible eso?.

Se levantó de golpe, buscó su ropa y comenzó a vestirse para luego pedirle disculpas e intentar salir corriendo.

Para Ryo era realmente extraño la forma en la que ella se comportaba, tímida como siempre pero debía salir del shock, después de todo no debía verse como un error, pues él había pasado la mejor noche de su vida, así que se levantó y corrió a detenerla y la alcanzó justo en la puerta de su habitación.

Para su mala suerte Kaori quien siempre desconfía de Ryo y lo trata como pervertido sin control, volvió a hurtadillas escondiéndose por el pasillo y ahí estaba ese viejo zorro agarrando de los hombros a esa pobre oveja blanca, se iría acercando poco a poco para poder escuchar y así sorprenderle, claro que no dejaría que ese viejo zorro se aprovechara de la situación, lo detendría y le daría la paliza de su vida, usaría el mazo más pesado que tuviese y le daría con todas sus fuerzas.

—Señorita Keiko, ¿Por qué me has pedido disculpas? — Ryo miró a Keiko muy firmemente y por dentro estaba realmente confundido.

—He hecho algo malo, realmente lo siento— ella agachó su cabeza muy apenada de su comportamiento.

Ryo al ver su expresión triste, la tomó de la barbilla y levantó su rostro —hasta donde yo sé señorita Keiko, necesitar a alguien no es un delito.

Los latidos de Keiko se aceleraron de una manera extraña, para ella él era como un príncipe y cuando ella por fin pudo animarse un poco Ryo cambió su semblante a uno más gracioso y pervertido — Keiko me encantaría hacerlo más veces contigo, ¿Qué dices si volvemos a mi habitación? — en ese momento Keiko comprendido que Ryo era un príncipe pervertido, una nueva clase de príncipe, pero al final un príncipe.

El corazón de Kaori crujió y le dolió, había llegado tarde pero no había dolor que un buen mazo no arreglara y sus impulsos de furia, Keiko miró a Kaori cuando ella gritó: —¡viejo zorro!.

Ella se separó de Ryo y él se quedó como pasmado de ver lo que se venía, él le pidió a Kaori que le dejara explicarse, pero Kaori no quería escuchar y no estaba dispuesta a saber de razones y lo golpeó duramente, el gigantesco mazo hizo a Ryo estamparse y quebrar un espejo grande y quedar suspendido en el aire tan solo salvándose con una pared sujetándola con sus manos y el casi suspendido en el aire.

—Kaori ayúdame a subir— dijo Ryo desesperado.

—No, bien merecido te lo tienes viejo zorro— Kaori estaba muy molesta con Ryo, por otro lado Keiko se acercó de inmediato y lo ayudó a subir, a pesar de lo avergonzada que estaba, lo más importante era la seguridad de Ryo.

Cuando pudieron hablar un poco más tranquilos de lo sucedido, se tornó un Ryo vs Kaori, parecía que Keiko no estaba ahí, aunque ella trató muchas veces de decir que ella lo había hecho, Kaori solía decirle que no estaba bien que se culpara por las cosas horribles que le había hecho Ryo.

Por otro lado Ryo estaba realmente divertido haciendo enojar a su colega que podría esperar dejándolo a solas con una mujer tan hermosa como Keiko, o bien si lo conocía, para que se iba Kaori reaccionaba bruscamente ante cualquier ataque de Ryo.

Keiko no podía defender el honor de Ryo, él le pedía que lo mantuviera en secreto poniendo su dedo índice en su boca cada vez que Kaori hacía un berrinche y le callaba.

Al final de toda la disputa para proteger sus empleos decidieron guardarlo en secreto, Kaori dormiría esa noche con Keiko y algunas cuantas más para cuidarle.

Al despedirse, Ryo la tomó de la mano, la abrazó y le dijo —Disculpe... Señorita Keiko, lo podemos considerar nuestro primer secreto de amor.

Kaori llamó a Keiko y ella, aunque avergonzada, asintió con la cabeza para ir con Kaori, y fue ahí donde Keiko comprendió que se había enamorado de su príncipe pervertido, el gran Ryo Saeba.

Creditos

Dibujo: Candynecroft

Historia: Trishiana