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Estabas nerviosa, ansiosa, inquieta y todos los sinónimos posibles de tus manos de gelatina. La boda de tu prima materna era hoy, y tus padres no iban a poder ir por asuntos familiares de parte de tu padre, pero como no querían quedar mal como familia decidieron por mandarte solamente a ti en representación de todos. Te habías negado el ir sola, así que decidiste por invitar a Mina para que te acompañara la fiesta por lo menos; peor fue que dijo que no podría ir, pero que podrías invitar a Todoroki, con quién habías salido ya varias veces. No pensabas que el chico dijese que sí en el momento que le preguntaste en su anterior cita, pues apenas y se estaban conociendo.

Te estabas terminando de arreglar en el hotel donde tus padres te dejaron, pues la boda sería en una ciudad adyacente a donde vivían. Todoroki no tuvo mayor inconveniente, pues vendría listo para recogerte e ir directo a lo que sería la recepción y la fiesta después; pues era preferible no ir a la ceremonia.

Tu celular vibró sobre el mueble de noche y lo tomaste contestando la llamada.

—¿Aló?

—Me encuentro afuera del hotel, [Nombre]. —Era Todoroki anunciando su llegada. Te sorprendiste de la puntualidad del chico.

—¡Ya bajo! Espérame. —Desesperaste y le colgaste sin más. Empezaste a arreglar detalles mínimos de tu vestido y tu peinado. Tu vestimenta era un simple vestido color caqui que dejaba ver tus hombros y espalda, el pelo lo mantenías en su mayoría suelto sin contar las pequeñas dos trenzas a los costados y unidas atrás.

Saliste de la habitación después de verte en el espejo por última vez, y bajaste por el ascensor de la residencial. Cuando las puertas se abrieron en la recepción, divisaste al bicolor parado en la puerta de vidrio del hotel con un traje completo negro azulado, zapatos negros y una corbata azul sobre la camisa blanca. Miraba desinteresado su celular, seguramente pasando el tiempo hasta que llegases.

—Shouto —llamaste acercándote a él con confianza. Todoroki reaccionó a tu llamado y levantó la cabeza a tu dirección. Sus labios formaron un círculo de asombro al verte, y un ligero "oh" salió de su boca. Ya al frente de él guardó su celular.

—[Nombre] —susurró—, te ves bonita.

—A-ah, gracias —tartamudeaste en tu respuesta al cumplido del bicolor, tus mejillas empezaron a obtener un color rosado. Siendo el chico serio, no pensaste que te dijese algo—. Tú también te ves muy bien...

—Gracias —respondió asintiendo ante tu elogio. Extendió su mano, dejándola en el aire—. ¿Vamos? —preguntó. Miraste su mano y la tomaste mientras le dabas una sonrisa al chico.

—Sí.

ooo

—Tu novio es muy lindo, prima —susurró la novia mientras te daba un guiño y un codazo. Las dos estaban mirando como Todoroki hablaba con un par de familiares tuyos, su elocuencia y donaire le hacían ver un ser maduro, raro en chicos de su edad.

—No es mi novio, es solo un amigo —respondiste. Todoroki dejó de hablar con el pequeño grupo que se había formado alrededor de él y empezó a caminar donde ustedes.

—Con amigos así... —piropeó divertida tu prima antes de irse de tu lado e ir donde su reciente esposo.

Negaste con la cabeza y miraste al chico como se sentaba al lado tuyo. Estaban agrupados con otros familiares que igualmente no hablaban mucho, así que solo conversaban entre ustedes dos.

—Tus tíos son buenas personas —comentó Todoroki al ver como la gente empezaba a levantarse al escuchar las canciones reproduciéndose—, muy alegres.

—Es verdad, no estás acostumbrado a tanta informalidad —dijiste mirando a tu alrededor. Ahora estabas entendiendo un poco de dónde salieron tus genes alocados.

—Tal vez no lo estoy, pero no me disgusta. —Buscó bajo la mesa tu mano, y la entrelazó con la suya mientras te acariciaba con su pulgar—. Gracias por invitarme, [Nombre].

Le sonreíste enternecida, estar con Todoroki era lo único que necesitabas para pasar el tiempo. Ibas a hablar, pero la aparición de tu prima interrumpió su momento romántico.

—¿Qué hacen sentados? —preguntó mientras agarraba el brazo del bicolor y los tiraba hasta donde todos estaban bailando—. ¡En mi fiesta no se duerme!

Sus manos se soltaron cuando el chico fue tirado, suspiraste por la inoportunidad de tu prima. Pronto llegó el novio en tu siga, como lo hizo la novia con Todoroki. A fin de cuentas fuiste arrastrada al baile como lo hicieron con el bicolor.

Un par de piezas suaves fue lo que bailaron, hasta que se escuchó el cambio de música a un vals lento. Tu prima se acercó a su esposo y se fueron un poco más alejados, suspiraste al verlos felices y enamorados.

—Espero seas feliz, prima —susurraste dando ánimos a la futura pareja.

Después de decir eso, tu hombro fue tocado lo cual te asustó por estar metida en tus pensamientos, pero solo era Todoroki. El heterocromático tomó tu mano y la entrelazó con la suya como antes.

—¿Me permites? —preguntó acercándose a ti abrazando tu cintura con su otra mano. Asentiste mientras dejabas caer tu mano libre en su hombro. El sonido de la música era perfecto para los cortos pasos que daban—. Estás preciosa.

—Ya me dijiste eso antes, Shouto. —Reíste.

—No —habló. Te atrajo hacia él un poco más, quedando cara a cara y a centímetros uno del otro—, te dije que estabas bonita, pero ahora estás preciosa; como una bella flor creciendo sobre espinas.

Tus mejillas volvieron a subir de tono, y un rojo carmín se visualizó en tu rostro. Todoroki no era de decir esas frases tan galante. La vergüenza no pudo sobre ti y empezaste a reír.

—Shouto, ¿de dónde sacaste eso? —dijiste cuando ya estabas más calmada.

—¿Acaso lo dije mal? —preguntó sin entender tu risa—. Tu tío dijo que así podría enamorarte.

Suspiraste, y buscaste con la mirada a la persona responsable de que tu cita dijese algo tan lenguado. Desde lejos divisaste a tu tío levantarle el pulgar arriba al chico, cosa que él solo dio una reverencia de agradecimiento. Rodaste los ojos por lo absurdo.

—Shouto —llamaste, el chico te miró esperando que continuases—, no necesitas decirme esas frases burdas, —Acariciaste su mejilla con suavidad, aún en ese vaivén suave de la música—, con solo ser tú ya me enamoras.

Todoroki dejó de bailar, y apricionó con un apretón tu cintura. Se acercó lentamente a tus labios y depositó un beso sobre ellos. Ambos cerraron los ojos dejándose llevar, aunque hubiese personas a su alrededor. Siguieron así unos segundos más, hasta que se separaron casi al terminar la canción.

—Me gustas.