Especial [+18]: Bakugou Katsuki.
Especial 100k lecturas [+18]
Una de las pocas cosas que implicaba conocer a alguien, es que puedes descubrir cualquier cosa en cualquier momento. Tanto bueno, como malo.
—Tengo una idea.
—No me importa.
Hiciste puchero al escuchar las palabras secas del rubio, pero se convirtió en una sonrisa juguetona de un segundo a otro. Te acercaste al chico y le diste un beso fugaz antes de pararte del sillón y salir corriendo a la cocina. Solo pudiste escuchar las maldiciones de tu acompañante.
Reíste por su forma de expresarse, pero no te molestaba, era una de las cosas que te encantaba de él.
Siempre fuiste de enamorarte de chico malos, a veces creías que eras masoquista por querer siempre a los más idiotas y grotescos (en personalidad). Pero tuviste suerte de encontrar al chico en la red social.
Ahora ya iban por los 4 meses de conocerse, aunque novios formales no eran, era lo menos que te importaba si podías estar con el cascarrabias.
De un cajón sacaste las llaves del mueble de reservas de tu padre, y tomaste una de las botellas de allí. Seguro no se daría cuenta que le faltaba una.
Saliste de la cocina con la botella y dos vasos. Te sentaste de un salto al sillón, llamando la atención del chico que estaba mirando su celular.
—¡Tada! —cantaste mostrándole las cosas que habías traído. Los dejaste en la mesa de centro y abriste la botella para empezar a rellenar los vasos.
—¿Pero qué mierda haces?
—Un poco de alcohol va a animar el ambiente —dijiste aún sirviendo.
Bakugou puso una mueca extraña cuando le extendiste el vaso casi a tope.
—No bebo esa porquería ni muerto —dijo empujando tu mano a un lado.
Bufaste por su actitud, no pensaste que sería tan quejica. Te quedaste con la mano extendida, meneando el vaso de un lado a otro.
—Oh, vamos. No pensé que serías tan delicado —Te burlaste—. ¿O acaso tienes miedo de no durar ni medio vaso?
El rubio chasqueó la lengua, soltando un sonoro sonido de molestia. Tomó el vaso que tenías en la mano y le dio una probada.
—Hey, pero no te lo tomes todo —dijiste agarrando el vaso sobrante—. Juguemos.
—¿A qué?
—Al "yo nunca nunca".
×××
—Yo nunca... he sido esposada por un policía.
Viste como el rubio tomó un trago de alcohol. Te reiste por su cara roja, aunque la tuya no estaba mejor.
—Yo nunca... he besado a alguien del mismo sexo.
Dejaste de reír al instante y le diste un rápido sorbo al líquido. Bakugou te miró con una ceja alzada.
—Solo fue una vez —excusaste.
—Como sea.
—Yo nunca... he acosado el perfil de alguien que me gusta.
Allí fuiste la única que tomaste. El chico ahora sabía que eras una acosadora, y esperabas que no supiera que el acosado era él.
—Yo nunca... Me he enamorado.
Te quedaste viendo como el chico le daba un sorbo a su bebida, sin embargo tú solo miraste el vaso medio vacío. No sabías si beber o no.
—Oye.
Levantaste la mirada hacia el chico, que de sorpresa te tomó de las mejillas bruscamente con una mano y te dio un sonoro beso. Su aliento olía a alcohol, aunque el tuyo seguro estaba peor.
Tus ojos se nublaron por un segundo, pero pudiste apreciar como el chico dejaba a un lado los vasos. En ningún momento se dejaron de besar.
Te dejaste llevar por la sensación de calor que estaba emanando el rubio. Sus manos, ahora agarrando fuertemente tus mejillas, no dejaban que te separaras de él.
Bakugou se alejó de ti para luego bajar a tu cuello. Llevaste tus manos a sus hombros, para así poder agarrarte de él en el momento que empezó a empujarte hacia atrás.
Tu espalda llegó a los cojines del sillón, quedando abajo del rubio ceniza, que aún no paraba de besar tu cuello.
—Katsuki —susurraste en un suspiro ligero, sus acciones iban subiendo de nivel. Bakugou alcoholizado era mucho más candente.
Entendías a dónde quería llegar el chico, pero tu falta de experiencia te retrocedía un poco.
—Maldición, [Nombre]. —De pronto, Katsuki paró todo lo que estaba haciendo y se quedó quieto, escondido entre tu cuello. Los dos tenían la respiración un poco agitada—. ¿Por qué mierda no bebiste?
Te confundiste un poco por su comentario, que parecía hecho para sí mismo.
—¿De qué hablas? —preguntaste.
El chico levantó su cabeza apenas para que solo pudieras mirarle a los ojos.
—¿Acaso no soy lo suficientemente bueno como para que te enamores de mí? —habló entre somnoliento y tartamudez—. Maldición. Maldita seas, [Nombre].
Te quedaste anonadada, pero abrazaste del cuello al chico, mientras que este apoyaba sus brazos para no aplastarte. Empezaste a darle suaves besos por el cuello, hasta llegar con un camino de besos a la boca del rubio.
—Eres el mejor.
Volviste a besarle, pero ahora con más intensidad. Bakugou no se quedó atrás, y empezó a retomar sus movimientos.
Prenda por prenda empezaron a desaparecer de los cuerpos de ustedes, quedando cada vez con menos ropa. Siendo solo unos adolescentes, se estaban dejando llevar por la excitación del momento.
Ahora la única vista que tenías, era la desnudez de tu contrario. Y lo mismo para el chico.
El chico empezó a juguetear con tus pezones, uno en su boca y el otro con una mano. Los suspiros al aire que tirabas aumentaban la excitación del rubio.
Katsuki apoyó los codos sobre el sillón, y con sus antebrazos te atrajo hasta él en un semi abrazo.
Sentías su miembro entre tus piernas, frotándose contra ti. Eso aumentaba cada vez más tu irregulada respiración, era una sensación que ya conocías, pero que nunca fue estimulada por un tercero.
Tus caderas empezaron a moverse junto con el vaivén del miembro de Bakugou, tu cuerpo lo quería ahora.
Katsuki no dijo nada, tampoco tú. Lo único que hiciste fue cerrar los ojos con fuerza. De todo lo que leíste alguna vez, la primera era doloroso.
Empezaste a sentir como la virilidad del chico empezaba a entrar de a poco, seguramente para no hacerte daño. Entre ustedes no había más que sonidos guturales y respiraciones agitadas.
Tu cuerpo empezó a acostumbrarse a sentir el miembro del chico dentro tuyo en cada movimiento que él hacía. Al principio más que dolor, era miedo. Pero ahora otra era la sensación en tu ser:
Placer.
Bakugou Katsuki te daba placer.
Agarraste con firmeza la espalda del chico, sintiendo cada vez como este iba aumentando la velocidad de las estocadas.
Para ser dos simples inexpertos, cada uno lo estaba disfrutando a su manera.
Bakugou te dejó de mantener abrazada, levantó el torso y llevó sus manos hasta tus caderas, agarrándola con fuerza. Te quedaste viéndolo desde tu posición, y empezaste otra vez con el movimiento de caderas, para que así llegara más profundo.
El sonido característico del choque de cuerpos iba sonando cada vez más y más rápido.
El palpitar de tu entrepierna era más grande. El chico seguramente podía sentir como tus paredes internas iban apretándose cada vez más sobre su miembro, como si quisieran encerrarlo allí para siempre.
—Katsuki yo...
Y así, tu cuerpo se encorvó en el momento que llegaste al clímax. Todo tu cuerpo dejó de percibir su alrededor, centrándose solo en esa ola de placer.
Mientras que tú ya habías pasado esa sensación, Bakugou siguió penetrandote hasta que sacó su miembro de ti unos segundos antes de esparcir todo su esperma sobre ti.
Los dos se quedaron mirando agitados, pensando en lo que acababa de pasar. El alcohol en sus venas no fue más que un detonante de lo que realmente querían hacer.
—... te quiero.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro