Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Cita 4: Bakugou Katsuki.

Estabas nerviosa, ansiosa, tus piernas flaqueaban como gelatina, y todo porque tenías una cita con Bakugou. 

Esperabas de pie en la estación que habías acordado con el rubio, mirando hacia todos lados por si lo encontrabas con la mirada. El lugar estaba casi lleno, era viernes en la tarde y la mayoría de los adolescentes salían con sus amigos. Solo estabas atrás del todo, apoyada en un pilar. Agarraste ansiosa firmemente el bolso que llevabas colgado en tu hombro.

Bakugou parecía una buena persona, pero con una actitud de temer, o es lo que te dijo tu amiga Mina cuando le contaste que volverías a salir con él. Al parecer ya se conocían, pues eran compañeros de clases. 

Dejaste de pensar tanto y volviste a ojear a tu alrededor. Desde lejos divisaste una cabellera rubia y puntiaguda caminando hacia ti, era Bakugou con una cara de fastidio, lo normal. Llegó hasta donde estabas y te saludó.

—Hey —dijo saludándote con un movimiento de cabeza.  

—Hola, Bakugou —respondiste levantando la mano—. ¿Cómo estás?

—Bien.

Esperaste otra respuesta y que te preguntara por como estabas, pero siendo el chico como es, solo suspiraste incrédula. Este puso sus manos en los bolsillos y empezó a caminar cerca del andén, tú lo seguiste desde atrás. 

Estaban esperando juntos el siguiente tren. Por lo que te había comentado, irían a uno de sus lugares favoritos. Viste de reojo al rubio a tu lado, su perfil era iluminado por el sol atrás de él. Te quedaste mirándolo unos segundos, el chico podía ser un hueso duro de roer, pero no se notaba cuando estaba contigo. Sonreíste, aún mirando, y agachaste la mirada para que no viera que estabas sonrojada. 

—No eres para nada disimulada. —Lo escuchaste decir cerca tuyo. Te sobresaltaste por lo que dijo y lo miraste sin saber qué decir.

—Eh... no, yo solo... estaba mirando el sol atrás tuyo, a poco no está bien bonito, ¿no? —Mentiste tratando de pasar desapercibida—. Ja ja, ja...

El chico te miró serio para después dejar de verte y mirar el tren que ya estaba llegando. Pensaste que ya ni empezado la cita lo habías arruinado, pero todo lo contrario. Bakugou estaba feliz, aunque no se notara, de que tú lo miraras de esa forma. El rubio mantenía una sonrisa ladina sin que te dieras cuenta.

—¿Nos vamos en este? —Decidiste hablarle mientras las puertas del tren se abrían al frente de ustedes. El chico te respondió con un sí y te tomó de la muñeca para que entraras junto con él. Si no lo hacía la multitud de personas que entraban y salían del vagón los separaría. No había asientos disponibles, así que les tocó quedarse parados.

El tren empezó a moverse haciendo que tambalearas, desequilibrándote.

—Estúpida, afirmate —dijo agarrándote del hombro con una mano, mientras que con la otra estaba afirmándose del barandal del techo. Asentiste y lo abrazaste—. ¡Pero no de mí, mierda!

—Pero tú me dijiste que me afirmara, te estoy haciendo caso. —Seguías abrazándolo como si tu vida dependiera de eso—. Si me suelto, me caeré. ¡¿Acaso quieres que muera?! Qué malo eres Bakugou.

Viste como el chico cerró los ojos con una mueca de fastidio, solo lo escuchabas murmurar groserías fuertes que una dama como tú no puede repetir.

xxx

—Ya llegamos —dijo mientras paraba en la entrada del gran recinto.

—¿Qué es esto? —preguntaste mirando la entrada de rejas. Te volteaste a él dudosa.

—Es un circuito de motocross, ¿qué no lo ves?

El rubio dejó de estar a tu lado para adentrarse al lugar; tú como siempre lo seguías para no perderte. Cuando ya estaban adentro, pudiste ver mejor el lugar. Era un lugar de tierra y montículos creados en la pista, seguramente para los saltos en moto. Bakugou se acercó a un tipo azabache con lentes de sol y un casco entre su brazo; empezaron a hablar entre ellos mientras que tú mirabas las motos correr. Estabas impresionada por cómo algunos hacían piruetas en el aire.

—Oye, mirona —llamó el explosivo, tú te volteaste a su dirección—. Ven para acá. 

Asentiste y fuiste hasta donde se encontraba, junto con el chico de lentes. Este te saludó y tú hiciste lo mismo. El rubio te dijo que ya volvía y se fue al otro lado de la pista.

—Mucho gusto, soy el encargado del recinto, Tatsurou Hasu. —Se presentó con una inclinación de cabeza.

—Un gusto conocerlo Tatsurou, soy [Apellido] [Nombre] —respondiste también con una reverencia.

—No me digas así, me hace sentir viejo. Sólo dime Hasu —dijo riendo con una mano detrás de la cabeza 

—Está bien, entonces me puedes decir solo [Nombre]. —El chico rió y se acercó un poco más, el sonido de las motos hacían mucho ruido cuando pasaban cerca de ustedes.

—¿Eres amiga de Katsuki? —Asentiste a su pregunta—. Vaya, que suerte tiene de tener una amiga tan linda.

Sonreíste nerviosa, y le agradeciste por lo que dijo. Eran estos momentos con los chicos que siempre te ponían nerviosa. El chico volvió a hablar.    

—Katsuki me ha dicho que es tu primera vez en esta actividad —dijo sonriendo.

—Bueno, en verdad... 

No pudiste terminar porque el ruido de una moto y los gritos de Bakugou te interrumpieron.

—¡Apártense de mi camino, imbéciles!—gritaba a todos los que sobrepasaba en el trayecto.

Lo viste dar un par de vueltas cerca de ustedes. Sentiste la risa de Hasu y lo miraste extrañada.

—Está tratando de lucirse. —Te miró cómplice. Entendiste a que se refería y volteaste a ver a bakugou. Este ya iba hacia ustedes.

El chico paró justo al frente tuyo y se quitó el caso.

—Es tu turno, —Te lanzó el casco y se bajó de la moto—, si es que puedes.

Frunciste el ceño por lo que dijo, siempre hacía lo mismo. Te pusiste el casco que había lanzado y te acercaste a la moto; el chico de lentes hizo lo mismo y te ayudo a sujetarla. El empezó a explicarte un poco sobre lo que tenías que hacer, aunque tú sabías que no lo necesitabas.

—Ve despacio, la primera vez es difícil de manejar la movilidad. Si sientes que no puedes, aprieta esta manija —decía mientras te mostraba todo—. No quiero que te pase algo —dijo preocupado.

—Tendré cuidado, gracias. —Sonreíste.  

El rubio estaba un poco mas atrás, viendo la escena entre ustedes. Su sangre hervía de los celos, pero no diría nada por orgullo.

El de lentes te dejó sola y fue al lado del rubio, que tenía una cara de perro rabioso. El rubio te iba a gritar algo, pero antes de que pudiera hacerlo tú ya habías comenzado por la pista de tierra.

—¿Qu...? 

La cara de desconcierto de Bakugou era un momento de retrato, estaba sorprendido por como estabas manejando la situación. Tus maniobras eran fluidas y parecía que te dominabas en la moto. El chico al lado del rubio silbó asombrado.

—Esa chica es una caja de sorpresas ¿no habías dicho que no sabía manejar? —preguntó al explosivo.

Este chasqueó la lengua en son de fastidio.

—Eso creí.

Seguías demostrando que te manejabas muy bien, obviamente tratabas de evadir las piruetas extremas. Unas vueltas más fueron suficiente para volver al sitio de partida con los chicos, el rubio estaba con el ceño fruncido y su amigo con asombro.

—¡Wao, [Nombre]! No nos dijiste que manejaba tan bien —dijo sonriendo. Bakugou lo miró irritado, se había dado cuenta que te llamó por tu nombre, y eso no le gustó para nada. 

—¿Cómo mierda sabes andar en moto?—preguntó el rubio, posicionándose entre tú y Hasu.

Te sacaste el casco y acomodaste tu pelo antes de contestar.

—Mi padre me enseñó hace un año atrás —respondiste mientras te bajabas de la moto y le ponías el seguro—, él es un fanático.

—Que genial debe ser él entonces, igual que su hija. —Te miró intensamente.

Antes de poder responder, sentiste como el rubio te jaló de la muñeca bruscamente.

—Nos vamos de esta mierda —dijo irritado. Trataste de zafarte, pero no podías, solo miraste a Hasu pidiendo perdón. Te despediste de él deprisa ya que el rubio seguía tironeándote del brazo.  

Tratabas de hacer entrar en razón a Bakugou mientras se estaban yendo; en verdad parecía enojado y cada vez apretaba más tu agarre. Le pedías que parara, pero no te escuchaba.

—¡Bakugou, para! Me haces daño. —Tu grito lo alertó, te soltó del agarre y chasqueó la lengua—. ¿Qué te pasa? Apenas y estuvimos media hora allí y ya te quieres ir. La estábamos pasando bien, y Hasu... —No terminaste de hablar porque el chico te interrumpió.

—¿Hasu? ¿desde cuándo tienes tanta confianza con él? ¿Por qué mierda le dices por su nombre?

—Bakugou...

—¡No me llames así, mierda! —gritó enojado. No entendías el porqué estaba enojado, parecía histérico—. Viniste conmigo hoy, no con él. —Los nudillos de sus manos estaban blancos de la fuerza con que apretaba sus puños.

Fue en ese momento que entendiste todo. Él no estaba enojado, estaba celoso, y su orgullo no te lo diría. Trataste de tomar su mano, pero él la quitó con brusquedad.

—Bakugou. —recriminaste—. Bakugou, mírame. —El chico seguía sin verte a la cara—. ¡Katsuki deja de ser un orgulloso y mírame a la cara, idiota! 

—¡No me grites, estúpida! —gritó de vuelta.

—¡No me digas estúpida, celoso!

—¡Ehh! ¡Yo no estoy celoso, mierda!

—¡Deja de insultam...!

No pudiste terminar porque el chico te había dado un beso fugaz, callándote al instante. Se separó de ti y se dio vuelta para seguir caminando hacia la salida. Estabas atónita por lo que había pasado, tu cara estaba ardiendo. Llevaste tus dedos a los labios, aún impresionada. Desde atrás mirabas como el rubio seguía caminando sin ti, aunque desde lejos se notaban sus orejas rojas. 

Corriste hasta su lado y desaceleraste el paso cuando ya estabas con él. Ninguno de los dos se dirigió la palabra, ni se miraron. Estabas absorta en el beso, y él también.

Pero aunque ninguno decía nada, los dos sabían que ese no iba a ser el final de su extraña relación.

Cita 4: ??/10

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro