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Cita 28: Shigaraki Tomura.

Una de las cosas más difíciles de estar todo el día en casa sola, era tener que auto sustentarse. Tus padres trabajaban todo el día, y cuando llegabas de la escuela nadie se encontraba allí más que tu mascota.

—Hola lindo —saludaste al animal al momento de entrar a la casa.

Estabas feliz de verlo y él a ti. Dejaste de acariciarlo cuando sentiste el vibrar de tu celular, te había llegado un mensaje de la aplicación. Suspiraste un poco fastidiada, ya sabías que sería. Sacaste tu celular y revisaste una de las tantas notificaciones que te llegaban.

No eras popular, para nada. Lo que pasaba era que un perfil sin imagen ni información hace un par de semanas que te molestaba, día y noche.

Suspiraste otra vez, otra notificación te llegaba. Siempre era lo mismos:

"Quiero verte" "Déjame verte" "Aquí estoy" "Tú vendrás" "Búscame" y el mensaje de ahora; "Ven conmigo".

Estabas hasta la coronilla de tanto misterio, solo era un idiota.

Otra vez vibró tu celular, ibas a denunciar la cuenta pero justo llegó el último mensaje.

"Si no vienes, voy yo."

Frunciste el ceño al leerlo con detenimiento, ya era el colmo. Denunciaste la cuenta y se bloqueó automáticamente. No dejarías que un loco te molestara.

Dieron las doce del día en el reloj. Dabas gracias porque hoy habían terminado las clases antes por un ataque a un curso mayor.

Fuiste directo a la cocina, era hora de comer. Abriste el refrigerador, pero no encontraste más que un par de huevos duros, siempre era lo mismo cuando tus padres se ausentaban por semanas.

Saliste de la cocina y agarraste tu mochila, irías a comprar algo rápido a la tienda más cercana. Lo único buenos era que tus padres te proporcionaban el dinero sin rechistar.

Después de despedirte de tu mascota y salir de casa, empezaste a caminar hasta la tienda de conveniencia de siempre. Ibas saludando a los vecinos que te conocían.

—No puede ser —susurraste al ver que la tienda estaba cerrada por remodelación—. Y ahora ¿dónde hay otra? —Te quedaste pensando, agarraste el celular y buscaste alguno cercano.

El celular te marcó un lugar un poco alejado, pero decidiste ir. Tenías varias cosas que comprar.

Seguiste tu camino, no conocías mucho de las calles, pero podías llegar bien. Lo malo fue cuando empezaste a darte cuenta que las calles estaban estrechándose, estabas entrando a una residencial un poco vacía.

—Qué raro —dijiste al ver que la tienda que marcaba el celular también estaba cerrada por remodelación.

Viste salir justo de la tienda a un señor de mayor edad, te acercaste a preguntarle por qué estaba cerrado.

—Hace unos días vinieron a destrozar todo —dijo—, escuché que es una banda de criminales que han hecho lo mismo por estos lares.

—¿Y no sabe dónde puede haber una tienda abierta?

—La única que conozco está a unos 10 minutos de aquí, por allá —dijo apuntando a la dirección—. Creo que es la única que no han atacado, pero nunca van los clientes porque queda muy lejos de la residencial.

—Mmm... Gracias, que tenga un buen día.

Después de despedirte del señor, decidiste por ir, era la última esperanza de poder comprar.

Ya estabas un poco aburrida de caminar.

—Debí venir en bici.

Las calles cada vez eran más estrechas, ya no pasaba ni un auto, era exclusivo de peatones. Viste desde lejos la tienda al final de la calle, decidiste apresurar el paso.

Llegaste y entraste, saludaste al vendedor y empezaste a buscar lo que necesitabas. El lugar no era muy grande, pero tenía lo que necesitabas.

—¡Gracias! —agradeciste después de pagar y salir del lugar. Ahora tocaba devolverte todo el trayecto hasta casa.

Ibas caminando de regreso a tu hogar, lo único que querías era llegar, comer y relajarte.

Tu celular vibró, lo sacaste y revisaste como tenías un mensaje de un número desconocido.

"Cuidado."

Justo al leer, te distrajiste y chocaste con el hombro de alguien.

—¡Perdón! —dijiste disculpándote con la persona. Tus cosas se habían caído al suelo, así que te agachaste a recogerlas con ayuda de la persona que también se agachó.

—No importa —susurró.

Empezó a poner las cosas en su lugar y te devolvió la bolsa con las cosas intactas.

—Gracias, y lo siento denuevo por empujarte. —Pediste disculpas otra vez con una reverencia. Sacaste uno de los dulces que habías comprado y se lo extendiste—. Para usted.

El tipo, que mantenía su rostro escondido con todo su cabello, agarró el objeto completamente, pulverizandolo de paso.

—Oh. Qué... —Te quedaste muda al ver el espectáculo, miraste al tipo que había levantado la mirada hacia ti. Sentiste un escalofrío por la espalda, pero no hiciste mucho caso—. Wow, ¿Ese es tu Quirk? —preguntaste. Este dijo que si y guardó sus manos en los bolsillos de su poleron—. Es asombroso, debe ser estupendo para deshacerte de lo que no te gusta.

El tipo no hizo más que una mueca y susurrar algo indescifrable.

—¿Vives por aquí? —preguntaste empezando a caminar denuevo.

—Lejos, pero vine por alguien.

—Oh, debe ser importante si viniste de lejos —dijistes dándole conversación. El tipo extendió su mano, dando entender que el llevaría las cosas. Te negaste pero el te quitó las bolsas de tus manos—. Gracias. Yo vivo un poco más alejado, pero como todas las tiendas estaban cerradas, tuve que venir por acá.

Siguieron conversando, más tú que él pero cuando le preguntabas algo te respondía por lo menos.

Siguieron la misma ruta que hiciste desde el inicio, algo raro siendo que era él el que comandaba la caminata.

—¿Así que tienes un grupo revolucionario? ¿Algo así? —preguntaste curiosa cuando te habló sobre sus ideales—. Genial, me gustan mucho los movimientos cívicos. Aunque siempre que trato de ayudar me dicen que solo soy un estorbo.

El chico apretó los puños al escuchar eso, parecía un poco disgustado.

—Esas personas no saben nada —dijo en un tono grave—. Si estuvieras conmigo seguro que harías grandes cosas.

—¿De verdad? Entonces sí me gustaría algún día ir a ver tu trabajo. Tal vez y me anime a participar contigo.

—Seguro que sí.

—Hey, no te he preguntado tu nombre —reíste al darte cuenta que estuvieron hablando sin siquiera conocer eso—. Me llamo [Apellido] [Nombre], ¿y tú?

—Shigaraki... Tomura.

Te quedaste mirándolo, te gustaba su personalidad y sus ideales de una sociedad. Creías que tenía grandes ideas.

El chico paró su caminar, haciendo que hicieras lo mismo.

—Llegamos —dijo pasándote las bolsas. Le agradeciste por todo.

—Fue un gusto conocerte, Shigaraki. Espero poder volverte a ver, no sé, salir algún día y conversar más de ti y tu trabajo.

Tomura asintió y se despidió de ti.

Entraste a tu casa y dejaste las cosas en su sitio. Esperabas volver a ver al chico, era misterioso y eso te atraía mucho más.

Tu celular, que no había sonado en todo el camino hasta casa, lo hizo ahora con una llegada de un mensaje.

El mismo escalofrío volvió y pasó por tu espalda al darte cuenta de quién era el de los mensaje. El mismo número de antes, ahora con otro mensaje.

"Eres más hermosa en persona, [Nombre]."

Cita 28: ??/10

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