El día estaba más hermoso de lo normal. Era un día de semana, pero igualmente el lugar de encuentro estaba lleno de gente. Estabas esperando en el punto de encuentro que habían elegido entre los dos, y era los dos pues tendrías una cita ese día. 

Sacaste tu celular y miraste la hora que aparecía en la pantalla, habías llegado unos minutos antes de la hora acordada, pero es que estabas ansiosa, pues irían al zoológico de la ciudad y habías escuchado por la televisión que ese día podrían interactuar con los delfines en el agua.

No esperabas a decírselo al chico.

Como quedaban unos minutos más para que el chico llegara, decidiste ir a por algo para tomar, ya que el sol estaba pegando un poco fuerte, siendo que no era época de calor. Te fuiste de ese lugar, buscando por las tiendas de allí alguna que vendiera algo para tomar. Al otro lado de la calle divisaste una tienda de conveniencia, así que te apresuraste a cruzar la calle.

Como estabas tan apurada para no perder el tiempo, cruzaste por un lugar que no debía de ser y sin mirar a ningún lado, grave error. Escuchaste el toque de bocinas a tu derecha, giraste tu cabeza a la dirección viendo como un auto se aproximaba hacia ti. No alcanzaste a reaccionar, pero de alguna manera lograste esquivar el vehículo por apenas unos centímetros. 

—¡¿Estás bien?! —gritó el conductor después de parar el auto de golpe unos metros más adelante. Asentiste nerviosa por lo ocurrido—. Ten más cuidado la próxima, puede que la siguiente tu amigo no te pueda salvar.

El hombre se adentró de nuevo al auto y siguió su camino, quedaste un poco extrañada por lo que dijo, pero luego bajaste la mirada al sentir una opresión en tu cuerpo. Te asustaste un poco al ver como una sombra gigante te tenía envuelta del torso.

—¿Qué...? —Habías quedado anonadada, un poco por el shock del momento. 

—Eso fue muy peligroso. —Te tambaleaste un poco al momento que la sombra gigante te soltó, pero fuiste atrapada por el chico que al parecer te había salvado. Levantaste la mirada para ver que el que te había salvado había sido el mismo que tendrías la cita ese día. Este te miró con preocupación y te ayudó a erguirte—. ¿Te encuentras bien? —Asentiste a su pregunta, pero saltaste del susto al ver la misma sombra salir de su cuerpo, convirtiéndose con una apariencia de ave—. Dark Shadow, la asustaste.

Miraste la sombra encogerse y quedarse atrás del chico, aunque salía de su pecho. Le diste una sonrisa amena y suspiraste. Dirigiste la mirada al chico y le sonreíste igualmente.

—Gracias por salvarme, Tokoyami —dijiste mientras te alejabas y le dabas una reverencia en agradecimiento.

—No te preocupes, solo ten más cuidado la próxima vez. —Levantó la mano negando con esta y te dio una sonrisa. 

—Pero si yo la salvé...  

Miraste atrás del chico y viste a la sombra gigante salir de su escondite y ponerse al frente tuyo, te echaste un poco para atrás por el asombro. Pestañeaste un par de veces mirando a la sombra, pero luego cambiaste tu mueca de asombro a uno divertido. Al igual que como lo hiciste con el chico, le diste una reverencia a la sombra al frente de ti.

—Gracias a ti también, Dark Shadow.

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Después de todo ese incidente, decidieron calmar el ambiente yendo a donde irían desde un principio, el zoológico. 

Ya adentro, estuvieron viendo los diferentes animales que concentraba el lugar, aunque a veces tenían que irse pues Dark Shadow empezaba a inquietarse con algunos animales.

—Wow, me encanta ver a los animales como las jirafas —dijiste mientras mirabas la extensión del cuello del animal, tomándole fotos con tu celular.

El chico solo se quedó en silencio ante tu comentario, como si de un guarda espaldas se tratase. Te giraste a su posición y le sacaste una foto sin que se diera cuenta. 

—Estás muy serio, Tokoyami —dijiste mientras llevabas una mano a su hombro y le dabas una pequeña sonrisa. Sabías que estaba de esa manera por lo sucedido antes, pues en todo momento hasta ahora a estado en guardia en vez de divertirse contigo —. Sé que quieres protegerme por lo que pasó, pero en serio quiero que te diviertas conmigo.

El chico se quedó anonadado por lo que le dijiste, pero miró hacia otro lado pensando en tus palabras.

—Solo no quiero que te pase nada.

Le diste una mirada dulce por su preocupación, rascaste tu cuello un poco culpable. Tal vez si no hubieras sido tan despistada en ese momento, no le hubieras preocupado tanto. Suspiraste y te acercaste a él, abrazándolo de lado. El chico se sorprendió pero luego sonrió cerrando los ojos.

—No te preocupes por mi —dijiste—, eso solo fue un mal momento. Te juro que voy a ser más cuidadosa, o lo intentaré.

—Está bien —respondió y se alejaron un poco, este miró a su alrededor—. ¿Qué quieres hacer ahora?

Te quedaste pensando un poco, hasta que te acordaste de la nueva temática que iban a dar hoy y que querías ir con el chico al principio. No le dijiste nada, pero sí le tomaste de la mano y empezaste a caminar con él siguiéndote por el jale. Tokoyami se sonrojó casi sin notarse por como estaban ahora, pero no dijo nada y dejó que lo llevaras hasta donde querías.

Siguieron caminando hasta el lugar que querías ir y cuando por fin llegaron a la entrada del área acuática, sentiste como el chico empezó a dar un poco de resistencia a su caminar. Te volteaste para verlo, y cuando lo hiciste lo viste un poco retraído a entrar.

—¿Qué pasa, Tokoyami? —preguntaste un poco preocupada por su actitud. Al preguntar eso, el chico soltó tu mano y de él salió la gran sombra.

—Le da miedo el agua —susurró Dark Shadow mientras se ponía a tu lado. Asentiste entendiendo lo que pasaba, y le diste una mirada suave al chico al frente tuyo. Este apartó su vista nervioso, le tomaste ambas manos manteniéndolas unidas a las tuyas.

—No te preocupes, Tokoyami —dijiste mientras besabas sus manos—. Ahora yo te cuidaré.—Ante tu acto el chico se ruborizó por completo, nunca pensó que harías eso—. Déjame ayudarte.

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—¿Estás preparado? —preguntaste al aspirante a héroe mientras te acercabas a él. 

Al final convenciste al chico de entrar contigo al agua con los delfines, estaban esperando que su turno fuese el siguiente para poder entrar al gran estanque que mantenían en el lugar. Podías sentir el aura nerviosa que Tokoyami expulsaba, aunque normalmente estaba serio, ahora veías un semblante más tímido. 

El traje que tenía en ese momento era un poco incómodo para moverse, pero igualmente hiciste el intento de tomarle de nuevo la mano al chico y así sus nervios se calmaran. Al hacerlo, este se dio vuelta para mirarte, le diste una sonrisa tranquilizadora.

—No te preocupes, todo saldrá bien —dijiste. Este asintió a tu comentario y volvió su vista al frente cuando los llamaron para entrar al agua.

Entraste primero al agua con ayuda de uno de los ayudantes del recinto, siendo guiada por otro dentro del agua. Viste como Tokoyami se quedó quieto en la orilla, siendo llamado por el ayudante para que entrara. Te acercaste nadando hasta sus pies, quedando bajo su mirada.

—Tokoyami, si no puedes hacerlo está bien —dijiste. Extendiste tu mano cuando este te miró—, pero yo estaré aquí para ti como tú lo estuviste para mí.

Tokoyami te dio una mirada profunda, tragó en seco y empezó a agacharse para poder entrar al agua. Al ver que entraría, sonreíste alegre. Si podías ayudarle con su miedo, lo harías sin cuidado.

Este tomó tu mano que aun mantenías extendida hacia él. Empezó a entrar en el agua, siendo ayudado por ti. Después de entrar completamente en el agua, le abrazaste feliz por su logro. No le pedirías nada más que eso, pues sería mucho estrés para él.

—Lo lograste, Tokoyami —dijiste mientras mantenías el abrazo. Este correspondió a tu abrazo un poco temeroso, pero al fin de cuentas lo hizo.

—Gracias a ti.

—Y a mí —habló Dark Shadow, haciendo que cortaran el abrazo.

Reíste por todo lo que estaba pasando. Ayudar a Tokoyami siempre sería un gusto, obvio con la ayuda de la sombra.

Cita 19: ??/10