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Punto de Vista de Tomás


Punto de Vista de Tomás

Salí de la habitación con una gran sonrisa y con Clau tomando mi mano, mostrando sus dos hermosas marcas en el cuello, había prohibido que lo miren al rostro por lo tanto no podía exhibirlas como a mi me gustaba, me gustaba que lo hiciera para que todos se den cuenta que él es mío y de nadie más, el tiempo que nos habíamos tomado en la ducha realmente fue maravilloso, y aunque tenía ganas de hacer demasiadas cosas con él, tenemos una misión que cumplir, y una obstáculo que pasar, sus amigos.

No es que me lleve mal con ellos, pero si puedo evitarlos mejor. Sé que harán muchas preguntas, y no van a ser tan fáciles de evadir como lo es Clau.

Al llegar a la habitación de transporte estaban todos preparados para llevarnos a la Tierra, esta vez me aseguré de llevar el comunicador, igualmente antes de de que nosotros lleguemos había enviado a un grupo de guerreros para que verifiquen que no nos íbamos a encontrar con ninguna sorpresa.

-Hay algo que tengo que decirte, es muy importante, creo que debes saberlo antes de irnos a Cisne. - le dije a Clau, es muy importante lo que tengo que decirte, puede cambiar todo.

-Me estás asustando. ¿Es algo malo?

-Señor estamos listos - Por suerte Sheppear interrumpió.

-Muy bien, hagamos esto, Sheppear, si no quieres terminar como comida para dragones, más te conviene que esta vez no haya sorpresas - advertí, medio en serio.

-¿Dragones? - preguntó Clau, pero no pude responderle por que una potente luz nos cegó, cuando volvimos a abrir los ojos nos encontrábamos en un lujoso departamento amueblado muy cerca de donde era nuestra antigua casa.

El lugar donde ahora nos encontrábamos era muy bonito y muy distinto a la otra casa, Clau parecía maravillado por el lugar, pero no solté su mano, después de la experiencia anterior no quería corres riesgos, miré el lugar detenidamente y escuché cada ruido tratando de percibir cualquier indicio de peligro, Clau se dio cuenta de lo que estaba haciendo y se acercó más a mi, por suerte todo parecía normal. Solté su mano muy lentamente y caminé hasta el gran sofá que se encontraba y me senté. Llevé mi mano a la oreja para poder comunicarme con la nave.

-Ya estamos aquí, todo parece normal, tengan todo preparado para nuestro regreso. -Clau caminó y se sentó al lado mío, parecía nervioso.

-¿Realmente crees que ellos van a tomar todo tan fácilmente y se irán con nosotros sin muchas vueltas? incluso a mi me cuesta creer todo esto, y todavía hay cosas que no me cuentas, ¿qué querías decirme en la nave?

-No, sé que no será fácil incluso sé que no aceptarán nada de lo que les diga. Y después de decirte lo que tengo que decirte.... sé que te querrás ir y no volverme a ver nunca más, pero tengo fe. Hace mucho una persona dijo "en los lugares más oscuros o más silenciosos siempre habrá esperanza." y quiero tener esperanza.

-¿Qué es tan importante lo que me tienes qué decir? - Por suerte sonó el timbre del apartamento avisando que los amigos de Clau habían llegado.

Uno por uno los amigos entraron y nos saludaron mientras preguntaban qué había pasado con nuestra antigua casa, habían escuchado que hubo una explosión pero no sabían nada más, la policía y los bomberos no habían dejado pasar a la prensa, y nadie tenía información de lo ocurrido, según vecinos fue una gran explosión, me reté mentalmente por qué la explosión había sido por parte mi culpa, también preguntaban por el lindo departamento, que era muy caro, como lo habíamos conseguido, si siempre lo tuvimos y por qué no les habíamos dicho nada, por suerte callé sus preguntas cuando les dije que tenía algo muy importante que contarles.

-¿Se van a casar? - Exclamó Juan muy emocionado tomando la mano de su pareja Leo.

-Sí. Pero no aquí.

-Se van a México, siempre quisieron ir ahí, tenemos que ver si podemos ir todos - comentó Mariano mientras se sentaba al lado de Horacio, su marido.

-No es en este continente

-¿En Europa? - Volvió a exclamar/gritar Juan - Siempre quise ir a Europa, Tienen que casarse en París, es tan romántico.

-Nos casaremos en un lugar mucho más romántico que París.

-¿Australia? es Hermoso pero siempre hace mucho calor, ¿no sería mejor París? - Volvió a interrumpir Juan.

-Juan, si me dejas hablar te podré explicar donde...

-Clau, tenemos que organizar la despedida de soltero, escuché hablar de un restaurante que te atienden unos meseros súper sexys con muy poca ropa - Volvió a interrumpir Juan, decidido, esta persona muere hoy, pensé para mis adentros.

-Juan, deja que Tomás nos cuente ¿y como sabes de esos restaurantes? - interrumpió su novio Leo.

-Me contó un amigo que fue la semana pasada - Dijo algo avergonzado, cosa que me causó gracia.

-Chicos, por favor no me interrumpan que es importante lo que tengo que decirles y no tenemos tiempo.

-¿Qué, ya sale su avión? - otra vez Juan

-No Juan... no... - Dije un poco molesto pero me volvió a interrumpir.

-¿Se fijaron bien el tema de los asientos? ¿Y del peso de la valija? ¿Por qué aerolínea viajan?

-¡Juan! - Gritamos todos al mismo tiempo.

-Por favor, trata de no interrumpirme - esta vez no habló, solo movió la cabeza en modo de afirmación, tomé aliento y pensé las mejores palabras para decirles - No soy humano - todos me miraron y se empezaron a reír, creyendo que era un chiste - Enserio no soy de este planeta, Clau y yo nos vamos a casar en mi planeta y queremos que ustedes nos acompañen. Más risas estallaron.

-Me imaginé que no me iban a creer, y estaba preparado para eso. - Una vez que las risas habían disminuido me levanté y caminé hasta la cocina, volví donde ellos se encontraban con un cuchillo en la mano, todos incluso Clau me miraron atentamente y antes que pudieran decir algo con el cuchillo corté mi muñeca, de ésta empezó a salir sangre pero no de color rojo como la de ellos, sino de color azul. Todos se quedaron mirando sorprendidos, pero nadie dijo nada, todo era silencio.

-¿Era necesario hacer eso? - preguntó Clau después de unos minutos - ¿No podías solo transportarlos a la nave?

-¿Y perderme sus rostros?, míralos - Dije con una gran sonrisa.

-¿Nave? - dijeron todos al mismo tiempo.

-Muy bien, Haz, estamos listos. Dije llevándome la mano sana a la oreja donde tenía el comunicador.

-¿Haz, nos va a estar esperando? - Preguntó Clau evidentemente preocupado.

No tuve tiempo de responderle, una luz nos cegó y cuando abrimos los ojos estábamos en una habitación blanca con un gran ventanal desde donde se podía ver el planeta Tierra.

-Bienvenidos al Dedalos - dijo una voz robótica detrás nuestro.

Cuando los chicos girando se encontraron con Haz, la expresión que pusieron no era nada bonita.

-¿Qué es esto? ¿Dónde estamos? ¿Esa es La Tierra? - preguntó Juan muy nervioso mirando para todos lados tomando con fuerzas la mano de su novio.

-Juan, Tranquilo - Intentó tranquilizarlo Clau, cosa que me sorprendió muchísimo.

-Como dijo Haz, este es el Dedalos la nave insignia del planeta Cisne, y sí, ese que se ve ahí es el Planeta Tierra - Clau estaba muy tranquilo, y eso me llenó de orgullo. Mientras él hablaba yo me ponía una venda en la mano para tapar la herida, el Kaiu que tengo dentro se encargara de hacerla desaparecer.

-Les voy a pedir que me acompañen a la otra habitación donde les contaré toda la historia, lo lamento, pero estamos cortos de tiempo.

Milagrosamente todos caminaron sin decir nada, miraron a su alrededor como niños curiosos, Se asombraron cuando Marie y Per se pusieron detrás de Clau para escoltarlo hasta la otra habitación, este estaba muy tranquilo, por suerte, no se lo notaba nervioso y si lo estaba lo disimulaba muy bien. Yo en cambio estaba mucho más nervioso que de costumbre, aunque trataba de disimularlo.

La habitación en la que entramos era completamente blanca con una gran mesa redonda de cristal, varias sillas y un ventanal que daba a la Tierra, en el medio de la mesa blanca había una gran fuente con agua.

-Por favor, tomen asiento - Todos se sentaron, este silencio me está empezando a incomodar, en la sala aparte de estar Merie y Per, los guardias de Clau, también estaban, David y Oniell mis guardias, mi hermano, el chico rubio que me dio una sonrisa de apoyo y Sheppear que no se qué está haciendo aquí.

-Por favor, les voy a pedir que no me interrumpan hasta que termine de contar todo. - lo miré serio a Juan y este movió la cabeza en modo de afirmación - Muy bien aquí voy.

Les conté todo, desde que Clau llegó a la nave hasta hace un par de horas, omitiendo el hecho de la ducha. Les conté la decisión del consejo de destruir la Tierra y la historia del nacimiento de nuestro planeta. Las semejanzas que hay entre su mundo y el nuestro. Todo.

-Esta es una parte de la historia, ¿Alguna pregunta? - dije tomando un poco de aire después de tanto hablar.

-Sí, yo, en realidad, tengo varias - quién otro más que Juan.

-Les recuerdo que tenemos poco tiempo - nos interrumpió Sheppear.

-Yo no voy a ningún lado si no aclaro todas las dudas que tengo - esta vez Leo habló, este es un chico al que respeto mucho, es él único que me agrada.

-Lo sé, solo digo que si tienen dudas las aclaren lo más rápido posible el Joyride está listo y en espera para llevarlos a Cisne - Volvió a insistir el Capitán.

-¿Te piensas que me voy a subir a una nave e ir a otro planeta del cual no conozco nada? esto se tiene que analizar, pensar, no pueden pretender que hagamos todo lo que ustedes quieran.

-Muy Bien todos cálmense – El chico rubio se levantó e intentó tranquilizar las cosas, que se estaban poniendo feas – ambos tienen razón, no hay tiempo y ustedes merecen que todas sus dudas sean respondidas, pero hay algo que deben entender. Mientras nosotros estamos discutiendo qué hacer y qué no hacer, el Consejo se está reuniendo para tomar una decisión sobre su planeta, y estos no tienen dudas si tienen que destruir la Tierra lo harán sin importarles nada, la única opción que tienen es que mi...digo el Tahijo se case con Clau y así poder interferir en nombre de todos los habitantes del planeta Tierra, por favor, si no quieren ver como su planeta es destruido, confíen en nosotros. – Nunca lo había escuchado hablar de esa forma, me llena de orgullo.

-Sus dudas van a ser respondidas, todas - dijo mi hermano - sin excepción - me miró fijo a mí, era evidente que eso iba para mí.

-Ok, - dijo Horacio - Lo haremos, pero queremos toda la verdad. No queremos que nos ocultan nada, y si alguno de nosotros decidimos irnos nos iremos y ustedes deben dejar que nos vayamos sin problema.

-Me parece bien.

-¿Cuánto tiempo estaremos afuera? tengo que hablar con mi jefe y la facultad, no tengo días disponible no sé si podré ir - empezó a cuestionar Juan

-Por eso no se preocupen - Lo interrumpí - tenemos contactos en todo el país, antes que ustedes llegaran a la nave sus respectivos jefes fueron informados que se ausentaron por un tiempo.

-¡¿Qué?! - Dijeron todos al mismo tiempo.

-Eso - dije tratando de sonar normal - Movimos un par de contactos para asegurarnos que ustedes puedan venir sin problemas.

-Lo que el Tahijo quiere decir es que tenemos todo cubierto, Ustedes pueden venir con nosotros sin problemas - Dijo el chico rubio.

-Ok, pero aun así, tenemos que ir a buscar ropa, nuestras cosas.

-Tampoco hace falta, en Cisne recibirán ropa y accesorios de cuidado.

El silencio reinó en la habitación, todos estaban procesando la información, Sheppear me miraba con odio pidiendo que me apure, realmente estaba muy preocupado.

-Hay otra cosa qué tienen que saber antes de partir - Dije llenándome de valor. Es ahora o nunca - Lo que les voy a contar seguramente cambiará muchas cosas, Clau, antes de juzgarme por favor escucha......

-¿Crees que es el momento? - me interrumpió el chico rubio poniendo su mano, en mi hombro.

-Santy, tú y mi hermano tienen razón, él debe saber la verdad, antes de llegar a Cisne - Dije sin despegar la mirada de sus ojos.

Hace años, muchos años, antes que la vida llegara a su planeta, el nuestro sufría una enfermedad que amenazaba con exterminar toda nuestra raza, nuestros científicos y médicos buscaron durante años una solución, tenemos mucha tecnología en nuestras manos e infinito conocimiento, y aliados en todo el universo. Pero aún con todo ese poder, no podíamos curar a nuestros enfermos, cada día que pasaba moría gente, muchos pensaban que esta enfermedad era una maldición del falso dios. No sabemos exactamente qué la provocó, o sí, pero eso no es lo importante, lo importante fue la cura, uno de nuestros científicos, después de años de investigación encontró un antídoto, que nos curaría, el problema era que este antídoto debería cultivarse dentro de un organismo vivo... Todos en la sala me miraron... Después de un intenso debate, que duró muchos años, se decidió, buscar un planeta no muy lejano al cual usar para sembrar, o sea, mmm no se como explicarlo, se decidió... crear organismos vivos similares a nosotros y usarlos como recipientes para que este antídoto en forma de enzima pudiera crecer y desarrollarse sin problemas. - Pude ver que algunos se estaban asustando - era necesario, no podíamos cultivar la enzima en nuestro organismo y no podíamos plantarla en otro ser vivo para luego matarlo, para extraerlo - Ahora todos me miraron con pánico, Juan iba a decir algo pero lo callé antes de que me dijera algo - se creyó que lo mejor en ese momento era buscar un planeta, sembrar la semilla de la vida, alterar ese organismo para que la enzima creciera sin problemas, y asegurar que esa nueva forma de vida creciera diferente a nosotros. Ya que sería más fácil para nosotros si no se parecían tanto a uno mismo a la hora de levantar la cosecha.

-¡Alto! - exclamó Clau horrorizado levantándose de la mesa - ¿Qué estás intentando decir? ¿Que ustedes crearon la raza humana y pusieron en nuestro cuerpo su estúpido antídoto para que no mueran? - estaba furioso nunca lo había visto de esa forma, se acercó de forma amenazante, Oniell y David estuvieron apunto de ponerse en medio, pero les hice señas para que no se movieran.

-Entiende, no pensábamos que ustedes evolucionarán como lo hicieron, fue un error - me di cuenta que fue una muy mala idea haber dicho eso cuando sentí la cachetada que me dio mi Clau. Me miraba con mucho odio y no lo culpaba.

-No fuimos un error.

-No quise decir eso. Nunca pensaría eso. Por favor déjenme terminar la historia. - Quise tomar su mano pero no me dejó, se fue y se sentó nuevamente en su asiento mirándome con desprecio. Los otros quisieron decir algo pero no se los permití.

La idea era dejar en distintas partes del mundo un grupo reducido de humanos, y que estos se reproduzcan. Ustedes... rompieron todos los esquemas, no deberían haber evolucionado como lo hicieron. Lo único que tenían que hacer era permanecer en un solo lugar y comportarse como animales salvajes, pero no. Después de 200 años de haberlos dejado, cuando volvimos al planeta, ustedes estaban formando tribus y adaptándose a su entorno como ningún otro ser vivo, cosa que nos pareció sorprendente. Pero no fue suficiente. En apenas 200 años, no había suficiente población humana como para generar suficiente enzima para todo Cisne, la razón era simple. Sus cuerpos eran frágiles, de hecho aún lo son, pero en ese entonces, no llegaban a vivir lo suficiente, sino no era por frío morían de hambre, o de alguna estúpida enfermedad o eran devorados por algún animal más grande. No se imaginan lo difícil que fueron los primeros pasos de la humanidad en el planeta Tierra, si no hubiese sido por nosotros que les enseñamos a cultivar, a cazar, a protegerse del frío o de algún animal salvaje nunca hubiesen llegado hasta donde están ahora, incluso varias veces en la actualidad los hemos ayudado a salir adelante, quisiéramos ayudar más pero simplemente no podemos, no es correcto. Cada vez que volvíamos a visitarlos ustedes estaban más evolucionados que antes y eso nos hizo generar la duda de si teníamos el derecho que creíamos tener.

Toda la habitación se quedó en silencio, probablemente, procesando toda la información que acaban de recibir. Sé que es difícil de asimilar. Pero por su bien espero que lo hagan pronto.

De repente toda la nave tembló, algo nos había golpeado, todos se levantaron y las luces rojas que indican peligro empezaron a prenderse y apagarse.

Por mi comunicador me informaron que la nave de Saya nos había disparado.

-¿Qué, cómo qué la nave de Saya nos dispara? - pregunté muy enojado - Comuníquese ya con ella - grité.

Después de un breve minuto y otro disparo más, escucho a Saya por él comunicador.

-¡Saya! ¿Qué rayos sucede? ¿Por qué nos atacas?

-Alguien está controlando las armas de mi nave, no puedo recuperar el control.

-Señor, nuestros escudos cayeron - dijo Cristal por el comunicador.

-¿Qué? ¿Cómo pasó eso? - Preguntó mi hermano.

-Los escudos estaban al treinta por ciento cuando recibimos el primer disparo, ese disparo dio cerca del generador de energía principal, no pudimos levantar los escudos.

-¿El camuflaje funciona? - Pregunté.

-Sí Señor - Otro disparo.

-¡SAYA!

-Estoy en eso, dame algo de tiempo. - se notaba que estaba muy nerviosa.

-No hay tiempo. Debemos transportar al SayTahijo y a sus amigos a las otras naves para evitar... - dijo Santi pero fue interrumpido por otro disparo.

-Señor, los motores no responden

-¡Saya! no hay tiempo, enviaré a mis soldados a tu nave - miré a David y a Oniell, estos movieron su cabeza en forma afirmativa, entendiendo qué quería decir.

-No necesito a tus hombres aquí - Dijo una muy enojada Saya.

-No te lo estoy preguntando.

-Señor, hay sectores de la nave muy dañados

-Cristal transporta al Saytahijo y a sus amigos al Prometeo - grité mientras miraba a Clau temblando de miedo, pero antes de que pudiera acercarme pude ver como desaparecía ante mi.

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