Hace unas ochos horas aparecí en Imperio, no quise salir de la habitación de donde estaba, me acosté en la cama y empecé a llorar, no puedo creer lo que paso en tan poco tiempo, jamás creí vivir todo esto hasta hace, un año atrás, era una persona común, con un trabajo común, donde el único lugar donde podía dar órdenes era en mi casa, incluso a veces no eran escuchadas, quisiera volver el tiempo atrás, volver a donde era feliz con lo poco que tenía, al tiempo donde la muerte no estaba tan cerca de mí, ahora siento que me persigue a donde valla, Primero fue Saya y su tripulación y ahora todo un mundo, ¿Qué sigue? ¿Cuantas personas más tendrán que morir para que esta locura termine?, quiero volver a casa. Pero... si me rindo ahora...Saya habrá muerto por nada, los habitantes de AutoSan también, no puedo dejar que eso pase, Tampoco puedo arriesgar el mundo en el que vivo, en el que crecí, no puedo bajar los brazos, muchas personas murieron por esta causa.

Me levante de la cama, una enorme cama, empecé a mirar a mi alrededor, este castillo que ellos llaman Imperius, una fortaleza y uno de los más antiguos que existen en este planeta, aunque yo ya no me siento del todo seguro.

La habitación es muy distinta a la que estuve antes. Es mucho más grande y tiene un estilo muy antiguo, parece que nadie la hubiese usado en mucho tiempo, hay un gran cuadro en una de las paredes, es de un joven con cara de serio, no pude reconocerlo, camine al gran ventanal que daba a una terraza y a diferencia de la vista que tenía desde la terraza de Palacio, Aquí podía ver árboles y más árboles, muy a lo lejos lograba ver un azul muy intenso que parecía agua. No había ni un rastro de civilización.

Después de un baño relajante, en ese enorme cuarto de baño, por lo visto aquí todo es enorme, cuando abrí la puerta de del ropero, me encontré con otra habitación llena de ropa, y toda mi talla.

Fui hasta la puerta y la abrí un poco y como me lo imagine había 6 guardias afuera de la habitación, pero esto se veían diferentes, no tenían puestos los uniformes blancos como los que conocí anteriormente, estos tenían un traje totalmente negros y sus mangas eran blancas con el signo real, pero este signo era distintos ya que tenía dos espadas que lo atravesaban, ninguno me miro, todos tenían las manos en la espalda con la frente en alto y los ojos cerrados.

Con un poco de miedo me acerque a uno de ellos.

- ¿Hola? - pregunte tímidamente, el guardia ni se movió – ¿Hola? - Volví a decir con un tono de vos un poco más fuerte, pero como la primera vez no tuve respuesta.

- ¿Quién te crees que eres? Tu SayTahijo, te está hablando - de la nada y asustándome, apareció una persona que jamás había visto, aparentaba tener muchos años, es no recuerdo ver una persona tan vieja como el en este mundo. Tenía un aire de superioridad, sus ojos eran los mismos que los de Tom y los de Santy.

- Los guardias reales son muy irrespetuosa pero son los mejores a la hora de hacer su trabajo.

- Disculpe, no quiero sonar descortés pero ¿Usted quién es?

- Sabes debes cambiar tu actitud todos aquí estamos para servirte, olvídate de pedir por favor o de disculparte, ahora eres el SayTahijo y no hay nadie superior a ti. Sé que a ti esto no te importa nada. Pero lo deberías hacer por él. Que está haciendo todo esto por ti o mejor dicho por tu planeta.

- Te equivocas, si me importa. - lo que acaba de decir me puso de muy mal humor, me importa y demasiado.

Me miro de arriba abajo como buscando algo, no sé qué. Hasta que sus ojos se fijaron en mis ojos.

- No te permití mirarme. - no sé dónde saque la fuerza pero lo dije fuerte y claro, hasta yo mismo quede sorprendido.

- Tengo entendido que a los miembros del consejo les dijiste que te miren a los ojos.

- Si pero tú no eres miembros del consejo ¿o sí?

- Jajaja. Ya veo por qué te eligió, ven te llevare con tus amigos – empezamos a caminar por los pasillos – Por cierto me llamo Aragon.

Pasaron varios días desde el accidente con AutoSan, Pensé que Tomas esperaría más días o incluso cancelaría la boda, pero me equivoque, dos días después de la destrucción de ese planeta, se realizó una emotiva ceremonia donde todos en el planeta salieron a la calle, en todas partes del mundo, se arrodillaron y prendieron una vela, no solo por sus habitantes perdidos, sino también por los habitantes de un Planeta que era gobernado por un Tahijo que perdió el control tratando lo de buscar lo mejor para su mundo, y... si a mí me pasa lo mismo.

Voy a estar a cargo de un mundo que no conozco y si me llega a pasar lo mismo, no sé si quiero... no miento... Si quiero, pero no sé si pueda hacerlo, esa es la palabra que quiero usar. ¿Puedo?... no sé si podré hacerlo. Nunca fui muy bueno ordenando nunca tuve la necesidad de hacerlo, era feliz si pasaba desapercibido. Pero aquí no puedo, todos están pendiente de lo que hago, no puedo moverme sin que cincuenta guardias me sigan a mi o a mis amigos, si cincuenta, Tom mando a traer a los guardias de la realeza, esas personas que vi en Imperius resultaron ser los guardias más fuertes y más leales. Aunque su presencia me incomoda mucho.

Se hicieron dos enormes monumentos, a esta gente le gusta hacer las cosas en grandes, y muy rápido. Uno de los dos es para los enfermeros y soldados que estaban en el planeta a la hora de la explosión. Y otro para los habitantes de ese mundo. La idea de los dos monumentos fue mía y por lo que me dijo Tomas a todos en el planeta les gusto mi idea incluso al consejo. Me dijo que fue una brillante idea y que había logrado hacer que varios miembros del consejo no opinen tan mal de mí que si seguía así iba a lograr que el consejo me aceptada rápido, El consejo esta para escuchar nuestras ideas, la del Tahijo y SayTahijo, dar su opinión y nada más la decisión final siempre es nuestra. Todavía no me acostumbro a todo esto, sigo con varias interrogantes, Tom me prometió respuestas pero ahora debemos enfocarnos en la boda y ese día llego.

Por suerte Korin se había encargado de todo.

Estoy sentado en la habitación frente al espejo, vestido completamente de blanco, Keiki me trajo una bata de color blanco con algunos detalles de color dorado, tengo que cumplir varios pasos antes de ir con Tom al gran salón donde se encuentra los tronos reales. Una de ella es estar en el dormitorio solo encerrado por un par de horas, ya llevo cinco horas, no entiendo para que, según ellos para que podamos analizar bien todas las opciones y decidir si realmente me quiero casar, según lo que dicen los habitantes de este planeta aman a una sola persona el resto de sus vida, no sé si creer o no, pero estos meses eh visto tantas cosas que no sé qué creer o que no.

Otra de las tradiciones antes de la boda es elegir a un Ark, es uno sacerdote o una persona que va a ser quien realice la unión entre dos personas que se aman, Tom me dijo que esa elección se hace entre los dos, pero que él ya había elegido a Santy, y aunque me molesto no dije nada, en el fondo tiene razón es la persona indicada ya que si o si tenía que ser alguien de este planeta.

- SayTahijo – Korin entro a la habitación seguida de mis amigos – en unos minutos debemos ir al salón del trono para la ceremonia

- ¿Podrías dejarme unos minutos con mis amigos?

Si decir una palabra se retiró dejándome solo con ellos, desde que paso lo de AutoSan no puede estar solo con ellos.

En el momento que Korin se fue no aguante más y empecé a llorar, los chicos se acercaron y me abrazaron.

- ¿Qué sucede? ¿No te quedes casar? ¿Quedes cancelar todo?

- No, no es eso, es que.... Siempre soñé con este momento y ahora... que estoy acá, tan cerca de conseguirlo me parece todo tan irreal que si no fuera porque ustedes están aquí no me atrevería a hacerlo, amo a Tom y con todo lo que paso estos últimos meses me sirvió para darme cuenta que lo amo y lo amare por el resto de mi vida y quiero convertirme en el SayTahijo de este planeta.

- ¿Estás seguro?- Cuestiono Juan.

- Lo harás bien y serás el mejor SayTahijo que jamás haya existido y nosotros vamos a estar ahí para apoyarte. - Mariano le dio un codazo a Juan mientras me decía esto.

- Gracias, soy hijo único, cuando perdí a mis padres pensé que era mi fin, luego los conocí a ustedes que llenaron de vida cada parte de mi casa y deje de sentirme solo. Después de eso llego él, y con miedo me fui entregando poco a poco a él, fue lo mejor que me pudo haber pasado. Estoy muy feliz.

Nos quedamos unos minutos más en la habitación hablaron de lo loco que todo esto resulto, hasta que Korin volvió a llamarlo ya que estamos algo retrasados.