Punto de vista de Clau
Tenía la vista perdida en el gran paisaje que se ve desde la terraza de la habitación. El cielo es tan azul con tonos de verdes, imposible de describir, también se ven naves volando y naves suspendidas en el cielo. Además me di cuenta que había un pequeño poblado en las cercanías del castillo pero no podía verlo muy bien, espero que pueda salir a recorrer este lugar y conocer la gente de este mundo.
Estaba tan concentrando que no sentí cuando alguien había entrado en la habitación y menos que estaba tan cerca.
Me brazo por la cintura y repartía besos por mi cuello.
- ¿Te gusta lo que ves? – susurro a mi oído.
- Me encantaría ir a conocer este mundo. – dije dándome vueltas para besarlo en los labios pero no me dejo hacerlo.
- No creo que sea muy seguro que salgas del castillo, al menos no por ahora. Tal vez más adelante.
- No me quedare encerrado, no recorrí todo este trayecto para quedarme entre cuatros paredes.
- Clau, por favor debes entender...
- No Tom. Me dijiste que aquí estaría seguro, si me vas a decir que estoy en peligro y que es mejor quedarme en Palacio, ya te voy a avisando que no me caso nada y que vuelvo a la Tierra.
- Está bien, lo que tu desees iras a conocer las ciudades, no tienes de que preocuparte todo está bien y lo estará – dijo pero pude notar que estaba muy poco seguro de sus palabras.
- Gracias. ¿Cómo te fue con el otro Tahijo? ¿de qué planeta es?
- De AutoSan. – respondido bajo la mirada como intentando ocultar algo.
- Me prometiste no ocultarme nada... ¿Qué paso?
- AutoSan es el planeta de donde vino Alf – Todo mi cuerpo se tensó y empecé a temblar de miedo, Tom me dio un fuerte abrazo tratando de tranquilizarme. – tranquilo él ya fue castigado no va a pasarte nada, aparte no es culpa de él que uno de los habitantes de su mundo quiere verte muerto. El planeta está muy mal, realmente mal, hay mucha pobreza, inseguridad y la esperanza de vida no es muy larga.
- ¿Lo estas justificando?
- Para nada, si Santy no me hubiese detenido él ya estaría muerto, déjame contarte – me tomo de la mano y nos sentamos en unas hermosas sillas que se encontraban en la terraza
Veras AutoSan es uno de los planetas más viejo, pertenecía al consejo de los 13 planetas, incluso más viejo que nosotros. Es un mundo que en la actualidad no tiene espacios verdes, ni muchos menos agua, han edificado tanto que convirtieron su propio mundo en una máquina, al principio ellos no les importaban. Pero al paso de los años se dieron cuenta del error que cometieron. Cualquier mundo en la galaxia necesita en sus plantas árboles, tierra y mares para sobrevivir, al no tener eso tan importante el planeta empezó a fallar, su núcleo, primero fue su atmósfera, despacio por completo. Ellos intentaron crear una artificial. Pero tiene un serio problema, no tiene energía suficiente para todo su mundo, hace muchos, muchos siglos, pidieron ayuda al consejo, los miembros de este aceptaron ayudarlos, al principio las cosas iban bien. Pero los habitantes de AutoSan no saben cuándo decir bastas, empezaron a ser condescendientes con las personas que los ayudaban, siempre pedían más y más, nunca agradecían, se volvieron arrogantes, obstinados y ambiciosos, pensando que podían tener todo sin dar nada a cambio, el consejo intento detenerlos, dándoles a entender que si seguían de esa forma perderían todo, su planeta se volvería inhabitable y no podrían invadir otro planeta para convertirlo en su nuevo hogar, eso está claramente prohibido. Obviamente ellos no hicieron caso y siguieron actuando como si no pasara nada. Hasta que su núcleo empezó tener peores fallas, se vieron en la necesidad de buscar un nuevo hogar, pero como el consejo se lo había prohibido tuvimos una larga discusión que termino en una guerra que ellos perdieron ya que no contaban con la energía suficiente para impulsar su nave o para disparar sus armas, aunque la guerra que ellos empezaron no duro mucho, si consiguió una cantidad enorme de bajas, provocando que por primera vez desde que se creó el consejo se decidiera que uno de los miembros sea expulsado, esto provoco que los planetas que habían ayudado a AutoSan dejaran de hacerlo, y el planeta se hundiera más en la desesperación, los habitantes empezaron a desesperarse, los conflictos entres su habitantes causando guerras civiles el Tahijo de ese planeta decidió usar la fuerza para calmar a su gente. Y lo logro, pero a un altísimo precio. Hoy en día ese mundo es un lugar hostil, inhóspito y peligroso. Los habitantes de ese planeta se volvieron violentos y a falta de suministro provoco que muchos de su habitantes buscaran como sobrevivir por otros medios, sin importan cual sea ese medio.
- Me da lástima – dije después de escuchar cara palabra que dijo y la verdad si sentía algo de compasión.
- No tienes por qué. Si bien ninguno de sus habitantes eligió ese estilo de vida, tampoco hacen nada para cambiarlo, ellos son arrogantes y no les importa nada ni nadie.
Tom se acercó más a mí abrazándome por la cintura y besándome apasionadamente, y como siempre de la nada apareció ella interrumpiendo el momento para ponerse en el medio de los dos, sobre de sus dos patas traseras.
- ¡Luna! – grite emocionando abrazándola, no la puedo levantar ya que es una perra muy grande.
- Los sedantes que le dimos en la nave tardaron más de lo previsto en dejar de hacer efecto, pero ya está despierta y con todas sus energías renovadas.
- Me había olvidado de ella, me siento mal por no tenerla presente – dije sin dejarla de acariciarla.
- Ella está bien. Me aseguré de que los médicos las revisaran – se agacho para también acariciarla – Hay un enorme patio trasero donde ella podrá jugar sin que nadie la moleste, además se asigne dos guardias para que la vigilen todo el tiempo, no tendrás que preocuparte por ella, ahora debemos apurarnos nos esperan en el gran comedor. – se levantó y me tomo de la cintura – Aunque me gustaría quedarme haciendo otras cosas contigo debemos irnos. – No lo deje que se apartara, al contrario lo pegue más a mí y lo bese como hace mucho no lo hacía, después de un rato besándonos se apartó de mi cuando logro recuperar el aliento me dijo que nos apuráramos, pero no le hice caso y lo volví a besar. Sus manos empezaron a recorrer todo el cuerpo generándome una sensación de increíble paz, no sé cómo lo hace pero con el solo hecho de sentir sus manos acariciándome logra que entre en un estado de tranquilidad absoluta increíble.
- Nos están esperando no podemos tardar más, debemos irnos. – decía mientras me besaba el cuello y me sacaba la remera que tenía puesta, yo estaba por hace lo mismo cuando sentí una sensación extraña, sentía que alguien me estaba mirando, un escalofrió recorrió todo mi piel, pude escuchar un fuerte rugido que provenía del cielo. En ese momento me acorde que estábamos en la terraza, mi rosto se tiñó de rojo al darme cuenta de lo que estuvimos a punto de hacer en la terraza de un palacio a millones de años luz de la tierra.
- Es Kasey – dijo Tom mirando al cielo, levante mi vista y pude ver algo que jamás creí ver en mi vida, un ¡dragón! Jamás en mi vida había visto uno, está volando sobre nosotros es enorme, hermoso, su piel es completamente dorada. – el castillo no solo está protegido por tecnología y soldados, existe tres grandes dragones en el planeta, Kasey es uno de ellos, mi padre lo domo hace mucho tiempo. No es muy sociable casi nunca se ve, es muy raro que este tan cerca del castillo.
Nos pusimos de pie para vestirnos, una vez que el dragón había desaparecido de nuestro campo visual. Mis amigos y otras personas más nos estaban esperando y yo tenía muchas ganas de conocer este mundo que aparentemente está lleno de sorpresas.
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