Abrí mis ojos muy lentamente, estaba en una de las habitaciones de las naves, mire hasta encontrarme con mis amigos que estaban sentados en unas especies de sillas, salvo Leo que miraba por la ventana.

- ¿Qué paso? – dije llamando la atención de todos.

- ¿Cómo te sientes? - Horacio que era el que se encontraba más cerca y pudo llegar más rápido.

- Bien - rápidamente lleve mis manos a donde había tenido clavado los cuchillos, me llamo la atención no tener vendas, levante un poco la frazada que me cubría para mirar mis heridas o cicatrices pero no encontré nada.

- Si buscas alguna marca o algo no encontraras nada, Tom nos explicó que gracias al Kaiu que tienes dentro no tendrás ninguna marca de lo que esa persona te hizo – Me informo Horacio – Es sorprenderte lo avanzado que están en la tecnología.

- Muy avanzado no pueden estar por que no puede arreglar el hiperimpulsor de esta nave – Comento algo enojado Mariano mientras se acercaba a mí.

- Y bueno nadie es perfecto.

- ¿Y ahora que vamos a hacer? – Pregunto Juan sentándose en la cama – yo les dije que no era buen idea.

- ¿Dónde está Tom?

- Él dijo que las naves que enviaron de Cisne están por llegar, y que ni bien aparezcan nos trasportaran a ellas y nos iremos de aquí antes de que la bestia despierte. También nos dijo que puso dos guardias más custodiando la puerta y activo un par de Dromer, Aunque no sé qué eso.

- Ya veo. Ok.

- Clau ¿Aun piensas continuar con esta locura? Pudiste haber muerto – Volvió a decir Juan.

- No lo sé, necesitó hablar con él.

Todos se callaron, yo no sabía que hacer una simple palabra rondaba por mi cabeza, no podía irme, no podía quedarme con la duda, debería hablar con él. Debo saber la verdad, ¿Padre? Ahora entendía porque tenían los mismos ojos y porque eran tan cercanos, no, no podía ser. Él siendo padre. Pero la edad que aparenta ese chico es casi a la edad de él. No entiendo.