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Capítulo 10

BoxR tenía una espectacular fiesta en uno de los hoteles Prince de los que René era dueña. Siendo Carmen, la homenajeada de esa noche, por su inmenso valor. Por fin se había hecho justicia y los culpables habían sido condenados a cadena perpetua.

Luna Negra se había agotado por completo y se colocó en la posición número uno en la revista más vendida del año. En la recepción se encontraban muchos escritores famosos, otros no tanto y otros que aún no habían sido descubiertos. Directores de varias editoriales, de periódicos y varias celebridades del mundo literario.

En ese momento Sharaman tomó la palabra.

–Necesito su atención por favor.

Todos guardaron silencio.

–Es un honor tenerlos a todos aquí. A nuestros familiares, amigos, conocidos y miembros de este mundo que nos encanta como es la Literatura. Y es honor porque hace un tiempo atrás yo no conocía este mundo y tres mujeres me dieron la oportunidad de entrar en él y es lo mejor que le ha pasado a mi vida. Esas tres mujeres son mis heroínas. Con ustedes ¡Rachelle Rice! ¡René Roberts! ¡Roxanne Rains! ¡BoxR!

Las tres hicieron una entrada triunfal. Rachelle tenía un vestido palo de rosa sin tirantes, corsé tipo sirena, su cabello afro estaba suelto y lucía brillante; René tenía un vestido rojo de una sola manga, que se amoldaba a su cuerpo, su cabello estaba recogido en un tocado y varios rizos se habían escapado dándole un toque sexy. Por último Roxanne, llevaba un hermoso vestido blanco de tirantes y su cabello corto tenía unos rizos hechos a mano.

La multitud las recibió con un fuerte aplauso. Sharaman le dio el micrófono a Rachelle, esta se lo pasó a René y esta se lo pasó a Roxanne. La última las miró con cara de pocos amigos y esto ocasionó que el público estallara en risas.

–Gracias a todos por estar aquí, para nosotros como revista independiente es muy importante. Hemos crecido con el paso de los años, dando a entender que no nos rendiremos y que nuestra lucha continúa. Hasta que la dignidad se haga costumbre. Esperamos que puedan disfrutar de lo que tenemos esta noche para ustedes. Gracias.

Todos aplaudieron y prosiguieron a felicitarla. Roxanne se entretuvo hablando con algunos escritores jóvenes y no se había percatado de una insistente mirada.

Marcus Canady hizo su presencia logrando que todos estuvieran consternados. Aunque hubiese limpiado su nombre, la sombra de su desagradable familia lo acompañaba.

Roxanne se dio cuenta del rechazo hacia él y se acercó a él de inmediato.

–Hola–lo saludó–Gracias por venir.

Él suspiró y luego le sonrió–No sabía si venir o no y creo que fue mala idea.

–Pero Marcus tú eres inocente.

–Lo sé, pero no quiero incomodar a tus invitados.

Ella lo tomó de la mano y lo instó a pasar. Le hizo señas a René y a Rachelle y ambas arrastraron a sus novios al centro del salón. Estaba feliz porque Darian había decidido renunciar a ser mulsulmán o "dejarlo en pausa" como dice él para probar un noviazgo pleno con su amada. Roxanne le tenía mucha lástima a ese pobre hombre que no sabía con qué mujer se estaba metiendo.

Por el contrario, la pareja comprometida estaba feliz y en cuatro meses se estaría celebrando la boda Rachelle-Tonny. Su amiga no dejaba de mostrarles su hermoso anillo de compromiso y aunque ambas fingían estar hastiadas, tanto René como Roxanne estaban dichosas por su amiga.

–Roxanne los invitados están mirando mal a tu novio–le dijo René.

Esto ocasionó que Tonny y Darian se echaron a reír. Marcus sonrió avergonzado.

–Marcus no es mi novio René–le dijo esta furiosa–las llamé porque me gustaría que hablasen con él, para que las personas dejen de mirarlo así.

–Si no es tú novio ¿Que hacía mirándote como un idiota hace como media hora?–le preguntó René.

–Ya basta–le dijo Rachelle y ella le sonrió a Marcus–Bienvenido, puedes sentarte en la mesa con nosotros.

–Muchísimas gracias–le dijo este–pero antes esperaba robar unos minutos del tiempo de la señorita Rains.

René se echó a reír–"Señorita Rains" Puedes decir "Mi novia" estamos entre familia.

–Darian ¿Puedes llevarte a tu irritante mujer de aquí?–le pidió Roxanne.

–Claro cariño, tus deseos son órdenes para mí–le dijo este y se la llevó.

–Canady te esperamos en la mesa–le dijo Tonny y este asintió murmurando un "Gracias".

Roxanne lo miró. Estaba guapo de traje completamente negro, tenía peinado su cabello hacia atrás y por alguna razón le gustaba cómo la miraba.

–Me preguntaba si te gustaría acompañarme pasado mañana a Colombia.

Ella alzó las cejas–¿ A Colombia?

–Sí, Cartagena de Indias. Hay un pueblo llamado San Basilio de Palenque, fue el primer pueblo libre de la esclavitud en toda América.

Roxanne no había escuchado nada semejante y le encantó.

–¿Qué dices? ¿Te gustaría venir conmigo?

–Sí, mil veces sí.

Él le sonrió ampliamente–Entonces me iré a sentar con Tonny, no te preocupes por mí.

Ella lo vió marcharse y el corazón le latió de prisa. Pero el sentimiento fue efímero porque René y Rachelle se colocaron junto a ella.

–Ay Rox lo apruebo rotundamente–le informó Rachelle.

–Es como tarado, perfecto para ella que no le gusta que la contradigan–añadió René.

–¿Quién les está pidiendo a ustedes su aprobación? Él y yo sólo somos amigos.

Ambas se echaron a reír y su mirada se cruzó con la de Marcus. Él le guiñó un ojo.

***

San Basilio de Palenque, Bolívar. Colombia.

Una vez que Roxanne colocó un pie fuera de la camioneta, deseó volver a subir. El calor era abrumador en Palenque.

Era un pueblo que fue liberado por Benkos Biohó, un africano que en 1599 que desempeñándose como boga, después de tres intentos de escaparse del yugo español logró internarse inicialmente en la ciénaga de Matuna y luego en los montes de María junto con otras personas esclavizadas. Este tenía una estatua en la plaza del pueblo, que a Roxanne le dio mucho dolor. Este se encontraba con una mano encadenada extendida, como si emitiera un grito solemne.

–¿Quieres una foto?–le preguntó Darian cuando se colocó a su lado. El guía turístico les había explicado que Palenque tenía su propia lengua.

–Ya le tomé una, pero no quiero tomarme ninguna. Me produce mucho dolor–le confesó.

–Entiendo. Nos darán una muestra folclórica ¿Quieres ir?

–Sí, aunque me gustaría aprender la lengua ¿Crees que no la quieran enseñar?

–Bueno, no creo que en los pocos días que estemos aquí, aprendamos.

Ella lo miró–¿Días? No me iré hasta sentirme como si fuera una palenquera.

Él la miró profundamente.

–Te acompañaré aquí todo el tiempo que quieras estar... si me lo permites.

Ella no le respondió porque en ese momento llegó el guía turístico.

–Les tengo buenas noticias–les dijo en inglés–logré conseguirles una habitación.

–¿Una?–preguntó Roxanne–Eran dos habitaciones.

Él los miró a ambos–¿No son pareja?

–NO–dijeron ambos.

–Encontrar esa habitación lo veía difícil, encontrar dos, lo veo imposible. Estamos en pleno diecinueve de enero, en las fiestas del "Moja Moja" y todo está lleno.

–¿Moja Moja?–preguntó Marcus.

–Sí, los hombres mojan a las mujeres y viceversa–respondió el guía.

–Bueno...–comenzó a decir Roxanne–podemos compartir la habitación.

–¿Estás segura? Porque puedo buscar una en el siguiente pueblo.

–No, está bien.

Él le sonrió y a ella el corazón le latió de prisa.

***

Roxanne daba infinitas gracias que la habitación tuviera aire acondicionado, las temperaturas altas de Palenque la estaban matando. El guía había podido conseguir un colchón para Marcus y este se encontraba durmiendo profundamente en el suelo, ella se levantó un poco y lo miró; el comportamiento de aquel hombre la estaba volviendo loca, se sentía confundida.

¿No se suponía que no debía conciliar el sueño porque estaba junto a la mujer que le gustaba?

"Pero él aún no ha dicho tal cosa" se recordó.

Se levantó con mucha cautela y salió al pasillo con su teléfono celular. E hizo lo que cualquiera haría en su condición: marcarle a sus amigas mediante WhatsApp porque no tenía cobertura en Colombia.

Rachelle contestó de inmediato.

–¿Rox? ¿Pasa algo? Tú no llamas a esta hora.

Justo cuando iba a explicarle, René se unió a la video llamada.

–¿Qué pasó? ¿No se le paró?–le preguntó esta.

–Aún peor, estamos durmiendo en la misma habitación, obvio en camas separadas porque solo tenían disponible una y está profundamente dormido–explicó.

–Descártalo–le aconsejó René.

–Mis últimas dos relaciones fueron mujeres–continuó Roxanne–creo que ya no sé cómo es la cuestión con los hombres.

–Lo mismo, sólo que con un pene real–le dijo René.

–A ver silencio ambas–les ordenó Rachelle–¿No pueden pararse a pensar que Marcus es un caballero? Rox acabamos de pasar una situación traumática, de seguro te tiene en consideración.

–¿Traumática para quién?–preguntó René.

–Él está luchando por limpiar su nombre y está tratando de levantar su patrimonio familiar–continuó Rachelle–te invitó a Colombia no sólo para que respiraras otros aires, sino que también es una terapia para él.

René suspiró–Odio decirlo, pero Rachelle tiene razón. Es más, sólo escúchala a ella.

–Me gusta que él te respete–le dijo Rachelle–y si lo que se está cosechando entre ustedes es una relación amorosa, me gusta que la lleve con calma. Es lo mejor.

–Entonces–dijo Roxanne luego de suspirar–¿Yo soy la que tiene mucha prisa?

–No entiendo por qué estás tan nerviosa–le dijo René–es tan impropio de ti.

–¿Acaso no lo ves?–le dice Rachelle–Le gusta y mucho.

–Es muy inteligente–comenzó a decir Rox–Hemos durado horas y horas hablando por teléfono y es... como si lo conociera de toda la vida. Nos gustan los mismo autores, tenemos discrepancia en lo que el arte significa, acepta que los hombres no pueden ser feministas y es consciente de su privilegio como hombre, blanco, heterosexual y está de acuerdo en que la sociedad debe cambiar.

–No me quiero ni imaginar esas conversaciones–comentó René–es como hablar con Dan Brown.

Rachelle le sonrió–Es el hombre perfecto para ti Rox.

–No me hago ilusiones–le dijo esta–A la final, todos mienten.

–Todos son unos bastardos egoístas–añadió René.

–¿Por qué tienen que ser tan pesimistas?–se quejó Rachelle.

–En el pesimismo me ha ido bien–se defendió Roxanne.

–Piensa mal y acertarás–agregó René.

–Rox vete a tu cuarto, ya nos contarás tu experiencia por allá–le aconsejó Rachelle y así lo hizo. Colgó la llamada y volvió a su cuarto, vio la hora, eran las cuatro de la madrugada y de repente la albergó un cansancio, así que se metió a la cama de inmediato.

En ese momento escuchó un ruido proveniente del techo, pero no le prestó atención y pensó que era un roedor. Cuando pensó que iba a conciliar el sueño, lo sintió más fuerte y abrió los ojos. Vio a Marcus dormir profundamente y aquel ruido que ya parecían pisadas, la alertó.

–Marcus–lo llamó–¡Marcus!

Este abrió los ojos y la miró confundido.

–¿Qué sucede?–le preguntó este mientras se sentaba.

–Creo que hay alguien en el techo–le susurró y este alzó las cejas mientras trataba de ponerse de pie.

Las pisadas se hicieron más audibles y él le hizo una seña para que se acercara y se pusiera detrás de él. De repente, una de las tejas del techo se abrió y por allí se asomó un nativo.

Asina ría kombilesa mí–les dijo.

–¿Qué dijo?–le preguntó Roxanne a Marcus.

–"Buenos días mis amigos"–le respondió Marcus. Este le había mentido con que era su primera vez en Palenque, ya había venido dos veces.

Asina ría–respondieron ambos.

Como ya saben llegaron justamente en enero, donde se celebran las fiestas de San Sebastián. Mi kuagro y yo vinimos a mojar a la dama, si usted se opone, lo mojamos a usted también.

Roxanne miró a Marcus–¿Qué dijo?

Este hablaba español perfectamente.

Marcus le sonrió y se dirigió a los chicos–¿Ahora? La dama en cuestión visita por primera vez el pueblo ¿Lo podrían dejar pasar?

No podemos.

Todos bajaron del techo y tenían un balde de agua.

–Marcus ¿Qué está pasando?–le preguntó una vez más–¿Qué hacen ellos aquí?

Este suspiró–¿Recuerdas que están en fiestas? Los hombres mojan a las mujeres y viceversa.

–¿Me estás diciendo que vinieron a echarme esa agua fría en la madrugada?

Este asintió mientras se encogía de hombros.

–No debes permitirlo–le dijo está furiosa–diles que soy nueva, que no somos de aquí.

–Las reglas aplican para todos–le dijo este sonriendo.

Ella le tiró una mirada asesina–Lo estás disfrutando ¿verdad?

Este se echó a reír mientras sacaba su celular y empezaba a grabar. Ellos se le acercaron y la condujeron muy amablemente al pasillo y vaciaron el balde desde su cuello para abajo, aquella agua estaba helada. Y Marcus lo grabó todo mientras reía.

Los chicos también rieron y le dieron las gracias mientras se iban.

–¿Te divertiste?–le preguntó ella furiosa y él no paraba de reír. En el fondo Roxanne también quería reír, pero dio media vuelta y se fue a la habitación. Aquel viaje lo estaba disfrutando.

***

Era veinte de enero por la noche y ambos estaban empapados. En realidad no había nadie seco en Palenque, todos se arrojaban agua y Roxanne estaba contenta porque obtuvo su venganza cuando a las siete de la mañana vinieron unas mujeres a mojar a Marcus, ella contribuyó con eso también. Había un concierto en la plaza central donde cantaban artistas nativos de la comunidad y ella estaba extasiada. No entendía la lengua palenquera, pero ya sabía algunas palabras.

De repente ella tropezó mientras bailaba. Habían estado bebiendo el trago local y este era adictivo.

Marcus la sostuvo de inmediato.

–¿Te encuentras bien?–le preguntó este preocupado.

Esta asintió y gritó–¡Asina noche kombilesa!

Él se echó a reír y le quitó la botella.

–No más ñeke para ti.

Esta lo miró con cara de poco amigos–¿Y quién te crees que eres?

–Tú responsable en tierras lejanas.

Ella se acercó a él y sus rostros quedaron separados en un centímetro.

–¿Quién te ha dado ese derecho?–le preguntó ella.

Él le sonrió–Nadie, pero no vas a tomar más y no quiero que lo tomes como una orden, sólo estoy cuidando de ti.

–Sonó como una orden.

Él suspiró–Mañana no podrás levantarte de la cama si sigues tomando así.

–Eso a ti no te importa.

–Claro que me importa.

Ella alzó una ceja–¿Yo te importo?

Marcus asintió seriamente–Por supuesto.

–¿Por qué?

Él no respondió y solo la miró fijamente.

–Odio a los cobardes–le dijo ella.

–No soy ningún cobarde Roxanne, sólo...

–¿Sólo?

–Sólo te respeto y mucho. No quiero que tu nombre sea manchado con el mío, no quiero que nadie te señale diciendo que te uniste al enemigo, que eres una farsa, no quiero... no quiero que manchen todo lo que has logrado por ti misma y yo sin querer lo haré.

Ella parpadeó dos veces. No se esperaba aquella confesión.

–Siento que todas las miradas están puestas en ti ahora–continuó él–y no quiero que la oscuridad que me rodea, opaque tu luz.

Roxanne se acercó a él y le dio un tierno beso en los labios.

–Gracias–le susurró–Gracias... Marcus. No sé qué decir... me duele todo lo que te está pasando. Tu familia te odia porque los condenaste a una vida en la cárcel y...

–No me importa, ellos están recogiendo lo que cosecharon. No me importa lo que ellos piensen, sólo me importas tú. Por eso quiero hacer las cosas bien... por los dos. Por nosotros... porque hay un nosotros en tu vida ¿Verdad Roxanne?

Ella le sonrió y lo besó. Fue allí donde entendió las palabras de Rachelle.

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