
Capítulo 16
Especial Aniversario
Maratón 3/7
Solo una hora.
Una hora más y finalmente llegarían a su destino, podrían conocer a detalle el lugar donde vivirían y se transportarían de ahora en adelante y finalmente podrían descansar.
Nezu prometió darles al menos una semana para adaptarse al cambio de horario, al clima y a la gente, y aunque Aizawa en un principio consideró que era demasiado, ahora estaba considerando seriamente en pedir un par de días más.
—Entonces... ¿cinco horas en tren? —preguntó Iida completamente a la nada, y es que todos sus compañeros de asiento parecían estar en la mejor parte de su siesta—. Iremos directo a Roma —murmuró viendo la minuciosa guía que Nezu se había encargado de preparar para cada miembro del circo.
Aunque aparentemente, era el único interesado en leerla y estudiarla a fondo.
—Esto es increíble, está muy detallado pese a que no estaremos en Venecia más que una noche.
—¿Tú nunca duermes? —preguntó una somnolienta Kyoka mientras se restregaba el ojo derecho con su mano—. No dejas de murmurar cosas extrañas.
—¿Te he despertado? —preguntó el de anteojos con evidente preocupación y gesto de culpa—. Lo lamento, pero no puedo evitarlo. Además, estamos a nada de llegar a nuestro destino.
—Y es por eso por lo que deberías estar descansando —aseguró la muchacha con los ojos semi abiertos—. Será aún más agotador adaptarnos una vez bajemos del avión.
—Oh vamos, solo está emocionado —intervino Momo con una dulce sonrisa—. ¿No es así?
—En absoluto —respondió Iida de manera veloz—. Sin Toshinori-san aquí, estoy aún más preocupado, y si quiero ser de ayuda, me viene bien estar informado.
Yaoyorozu no pudo evitar reír ante aquello, considerando totalmente adorable y a la vez, muy válido el que el chico quisiera estar bien informado. Él era así de todas formas, alguien tan correcto y siempre preocupado por encontrar una manera de aportar y aligerar la carga al resto de sus compañeros.
Le encantaba sentirse útil, y la verdad es que lo era bastante.
—Reconoce que es emocionante —comentó Jirou—. Estamos realmente lejos de nuestro país natal —dijo con cierto deje de nostalgia—. Y como tú eres un cerebrito, de seguro estás muriendo por bajar de este cacharro y conocer otras culturas.
—Kyoka-chan no es una apasionada a viajar en avión —susurró Yaoyorozu sin dejar de sonreír.
Y aquel comentario fue lo que logró poner un sonrojo sobre las mejillas de la chica de cabello corto.
—Huí de sentarme con el poco refinado de Mineta para poder dormir en paz, y ahora resulta que ustedes no dejan de hablar —intercedió Aoyama, ahora también siendo parte de la conversación.
Junto a la ventana y al final de esa hilera solo quedaba Mina, quien parecía dormir plácidamente gracias a sus auriculares y al antifaz felpudo y rosa que cubría sus ojos.
—Es culpa de Tenya —aseguró Kyoka—. Él ha comenzado todo.
—Jirou-san —se defendió el aludido—. Solo murmuraba —indicó algo apenado—. Y estoy seguro de que ya me he disculpado.
—Devuélveme mi sueño —reclamó a modo de broma.
—Yaoyorozu, detén a tu mujer —comentó el rubio intentando imitar a Ashido mientras se colocaba un antifaz lleno de lentejuelas de color violeta sobre sus ojos con intenciones de volver a dormir—. Necesito evitar el tener ojeras a toda costa, de lo contrario, prometo que les haré unos trajes muy vergonzosos y con telas de pésima calidad en el primer show que den.
Momo dejó escapar una risita y luego se disculpó de manera breve con Yuuga por el bullicio.
Jirou simplemente se cruzó de brazos y bufó.
—¿Por qué soy la única a quien regañan?
—Esto no pasaría si hubieses aceptado mis disculpas en primer lugar —susurró Tenya con la mirada fija en la guía.
Kyoka sonrió y entonces buscó entre las pocas pertenencias que tenía al alcance y sacó la guía que le había sido otorgada, logrando de paso, que Momo se uniera a la lectura también.
Iida solo pudo sonreír ante eso, y es que le encantaba estar bien informado todo el tiempo, le fascinaba leer y hacerlo en buena compañía el fascinaba el doble, por supuesto.
—Entonces... ¿cinco horas más? —preguntó Jirou sonando realmente agotada—. Creo que moriré antes de subir a ese tren.
—Por supuesto que no, estoy seguro de que disfrutarás cada segundo —afirmó sin reparos—. Además, dicen que Venecia es un lugar precioso y de lo más romántico —luego pareció meditar un poco sus palabras, y finalmente sonrió—. Y hay tanta historia en cada esquina, un lugar tan rico en cultura. No puedo esperar.
Jirou y Momo intercambiaron una mirada y luego simplemente suspiraron.
Yaoyorozu fue la primera en intentar persuadirlo.
—Es cierto... es un lugar precioso e ideal para los enamorados —dijo con toda la calma del mundo—. ¿Tienes algo en mente? —inquirió sin querer presionarlo—. ¿Alguien con quien recorrer quizá?
—¿Eh? ¿Yo? —cuestionó confundido—. ¿De qué hablas? —dejó la guía de lado y entonces la observó con total intriga—. No tengo pareja.
—No... —sonrió la azabache de manera algo forzada al darse cuenta de que el chico no había cogido el anzuelo—. Por ahora, pero... con alguien querrás compartir esta aventura ¿no?
—Por supuesto, con todos ustedes, son mi familia después de todo.
—Pero... alguien especial... tal vez —dijo haciendo énfasis en la parte de especial.
—Bueno... mis amigos son...
—Diablos Tenya, está hablando de Ochako —interrumpió Kyoka perdiendo la paciencia.
—¿Ochako? —cuestionó terminar de entender—. Bueno, claro que compartiré con ella parte de esta aventura, después de todo ella es... una amiga muy especial.
—¿Cómo rayos ha hecho esa chica para no darte con un ladrillo en la cabeza? —cuestionó la de cabello corto—. ¿Es eso solamente? —preguntó—. ¿Una amiga especial y ya?
—¿Cómo pasamos de Venecia a hablar de Ochako? —inquirió con un leve sonrojo en sus mejillas—. No considero correcto hablar de otras personas cuando no están presentes para opinar o participar en la conversación.
—Oh, si quieres puedo intercambiar asientos con ella —sugirió Jirou—. Por mi no hay problema.
Yaoyorozu contuvo la risita que quería dejar escapar ante la reciente situación mientras observaba con ternura como su amigo de anteojos se sonrojaba inevitablemente al mencionar a la castaña.
—Vamos... ¿te gusta no? —preguntó Kyoka de una vez—. Eres muy malo ocultándolo, pero a la vez, eres igual de malo captando las indirectas o sus para nada sutiles insinuaciones.
—¿I-Insinuaciones? —inquirió totalmente apenado—. Kyoka-chan ¿qué cosas estás diciendo?
—¿Sinceramente? —dijo sonriendo—. Creo que podría haber un letrero brillando en su frente y aún sin poder ser más obvia, seguirías sin captar el mensaje.
¿Era eso cierto?
¿Ochako sentía algo por él? ¿Sería mutuo el sentimiento de nerviosismo al estar cerca el uno del otro?
No... no había forma de que fuese tan ciego.
Pero a la vez, Uraraka no era la persona más sutil que conocía, por lo que, de hacerle saber algo como eso, no le daría tantas vueltas.
¿O sí?
Una vez en el aeropuerto Marco Polo en Venecia, en lugar de escuchar jadeos de asombro o risas nerviosas por estar en otro país, todos los integrantes del circo parecían soltar suspiros, bostezos y quejas por dolor en sus espaldas.
Aizawa parecía estar pidiendo a gritos litros y litros de café para poder mantenerse en pie.
Pero no podía, no podía siquiera pensar en dormir hasta que no apareciera Nezu.
Una vez apareciera el hombrecito de canas, podría entregar el poder momentáneamente y desconectar su cabeza de tantas preocupaciones. Aunque aún se sentía culpable por no ser él quien llevara a Eri en sus brazos mientras dormía.
Mirio en cambio se le había adelantado, y pese a que parecía disfrutar cada segundo que pasaba con la menor, sabía que también lo hacía para darle una pequeña ayuda. Todos estaban realmente agotados, y un viaje tan, pero tan largo había resultado ser algo imposible de manejar para la pequeña Eri.
—¿Y ahora qué? —preguntó Ashido para luego bostezar—. Estoy muerta, no quiero pisar otro aeropuerto en lo que me resta de vida.
—Ídem —respondió Kyoka alzando la mano.
Pronto el numeroso grupo asintió de manera que casi parecía planeado.
El azabache dio un rápido vistazo a todas esas pobres almas de las que debía hacerse responsable y suspiró.
—Los entiendo... no es como que yo tenga planeado tomar un avión en un largo, largo tiempo.
—Entonces... ¿Qué hacemos aún aquí? —cuestionó Kaminari intentando en vano de desperezarse.
—Esperamos a Nezu-san —respondió Shinsou mientras le revolvía el cabello de manera cariñosa y totalmente despreocupada—. Él acordó de recogernos aquí y llevarnos al tren.
Shinsou realmente parecía ser el menos afectado por la incomodidad del avión, los cambios de hora y la falta de sueño. Aunque claro, aparentemente el dormir poco era algo a lo que había logrado acostumbrarse.
—A todo esto... él ya sabe que estamos aquí ¿verdad? —preguntó Tenya uniéndose a la conversación.
—Mierda —murmuró Aizawa tomando su teléfono con rapidez—. Vayamos fuera —señaló mientras comenzaba a caminar y mensajear al mismo tiempo.
—Aizawa-san —murmuró el de gafas con cierto espanto—. Modere su lenguaje.
A sus palabras le siguieron un par de risas y una leve palmada en la espalda por parte de Kaminari.
—Viejo, no exageres —dijo en tono bromista.
—Hey... ¿han visto las delicias que rondan por este aeropuerto? —preguntó Mineta con una sonrisa un tanto escalofriante—. Ya me está gustando este sitio y ni siquiera hemos visto la ciudad.
—Amigo, no importa en que parte del mundo estemos, las chicas de todas formas no te harán caso —aseguró Denki con una sonrisa victoriosa.
—Oh claro, como tú ahora andas de enamorado con Shinsou... —le reclamó—. Traidor, creí que eras de los míos.
—Si no corres ahora, comenzaré a contarte los detalles de lo divertida que se ha vuelto mi vida sexual ahora.
Mineta se cubrió los oídos con ambas manos y se marchó, dejando nuevamente a Iida en compañía de Kaminari.
—No sé si quiero saber los detalles —murmuró Tenya con fingida calma, y es que un sonrojo se había acentuado en sus mejillas y su frente estaba levemente arrugada a causa de fruncir el ceño.
No había siquiera que preguntarle para saber que estaba incómodo con el tema sin importar de quién se tratase.
—No te preocupes, solo era para espantar al enano —señaló el rubio mientras caminaba a su lado siguiendo a los otros miembros del circo a través del enorme sitio—. A no ser...
—Kaminari, ni siquiera lo pienses —advirtió moviendo sus manos de manera casi automática y algo divertida—. Además, estarías faltando a la confianza de tu pareja si andas contando esas cosas como si nada, no es solo tu privacidad.
Denki se echó a reír y entonces palmeó la espalda del más alto de forma juguetona.
—En serio, eres muy divertido.
No, en realidad no lo era.
Es más, él mismo se consideraba una persona de lo más aburrida.
Sabía que su manera de expresarse en ocasiones podía ser muy "a la antigua"
Moralista quizá y muy conservador, pero simplemente era algo inevitable, lo criaron de esa manera. Creció en una casa donde toda su familia era igual de respetuosa y tradicional —por decirlo de alguna manera.
La verdad es que Tenya de alguna manera, hacía cierto esfuerzo por adaptarse a sus amigos y dejarse llevar como ellos lo hacían, pero en realidad era más complicado de lo que sonaba.
Cosas como esa solían desanimarlo y bajar su autoestima en cuanto a quienes le rodean.
Quizá por eso había decidido huir hasta ahora de los evidentes sentimientos de Ochako hacia su persona.
Ella era alguien alegre, vibrante, era como si una luz la rodeara cada vez que sonreía. Era una chica llena de confianza y muy divertida, alguien que cualquiera quisiera tener cerca.
Él era todo lo contrario.
Se hartaría tarde o temprano de tener a alguien así a su lado.
Uraraka no parecía entender que cada que huía de ella, en realidad le estaba haciendo un favor.
—Le estás dando demasiadas vueltas —canturreó el rubio mientras observaba con calma su entorno en lo finalmente salían del enorme aeropuerto.
—¿A qué te refieres?
—¡Tsuyu-chan, ayúdame con un asunto! —gritó mientras agitaba la mano en el aire para llamar la atención de la muchacha—. Viejo, si no haces algo ahora mismo, prometo que haré todo lo posible porque te toque dormir en el vagón continuo a Bakugo y Kirishima —le susurró a modo de advertencia. Luego de eso, terminó por correr donde Asui, dejando a Ochako completamente sola y perdida.
Pero no tardaría en unirse a otro grupo o en pegarse a Izuku.
Iida tomó una bocanada de aire y le dio una última mirada a Kaminari, quien desde la distancia alzaba su pulgar y sonreía de manera cómplice.
Finalmente se armó de valor y se acercó a la castaña.
No era algo terrible, después de todo, ellos llevan años siendo amigos muy cercanos, no había nada de raro en que se acercaran a charlar o quisieran pasar el tiempo juntos. Sin embargo —y hasta cierto punto— ahora parecía ser lo más difícil del mundo para el chico de anteojos.
¿Por qué ahora era tan consciente de la atracción que sentía hacia ella?
Todo era culpa de sus amigos, todo iba bien, las cosas estaban de maravilla y entonces ellos comenzaron a sembrar la duda en él.
Estaban llevando una linda amistad.
Pero ahora que la tenía en frente sentía que quizá no era tan loco imaginarla como algo más que una simple amiga.
Bueno, Uraraka de una u otra forma siempre fue más especial que el resto ante sus ojos.
—¿Dónde demonios te habías metido? —preguntó la castaña con los mofletes inflados mientras hacía una especie de puchero al más alto—. Aizawa se roba a Deku, ahora Kaminari a Tsuyu-chan —dijo quejumbrosa—. Si te vas también, juro que me vengaré cuando todos duerman.
—No lo haré, no te preocupes —sonrió en su dirección.
—Por dios, mira este lugar —comentó ella ahora con una sonrisa y cierto brillo en la mirada—. ¿Creíste alguna vez que llegaríamos tan lejos?
—Siendo sincero —dijo meditándolo unos segundos—. No creí que saldríamos de Tokio siquiera.
Ante eso, la muchacha comenzó a reír y se colgó del brazo del más alto.
—Bueno, es normal que pienses así —aseguró divertida—. Después de todo, mover a tantas personas problemáticas de un país a otro no es tarea fácil.
—Nuestro maestro de ceremonias se ha quedado en Japón después de todo.
—Oh... había olvidado ese pequeño gran detalle.
Aizawa entonces comenzó a dar indicaciones a todo su grupo como si él fuese el maestro guiando a un grupo de preescolar en su primera excursión.
—Bien, sé que todos mueren de hambre y a la vez, están ansiosos por recorrer la ciudad —señaló hablando lo suficientemente alto para que todos le escucharan—. Pero será en otro momento —finalizó luciendo realmente agotado—. Nezu-san estará aquí pronto, así que, por ahora, cuiden sus maletas y... ya saben todo lo demás.
—Si lo piensas, somos un blanco fácil para cualquier ladrón —murmuró Iida—. Somos un numeroso grupo de personas con muchos bolsos y grandes maletas, tan solo un descuido y...
—¿Qué cosas dices? —inquirió sonriendo la castaña sonriendo—. Aquí no hay ladrones.
Tenya la observó entre divertido e incrédulo.
No sabía si ella le estaría tomando el pelo o en definitiva era alguien muy inocente.
—Ochako, en todas partes hay ladrones —aseguró acomodándose los anteojos que parecían resbalar por el puente de su nariz.
Uraraka pareció notar ese pequeño e insignificante detalle, por lo que se puso de puntillas y le quitó las gafas con cuidado para analizarlas como si fuese una completa experta en el tema.
—Creo que tendrás que comprar gafas nuevas —aseguró sin quitar la vista del objeto entre sus manos—. Estas están demasiado sueltas —indicó mientras movía con cuidado las varillas.
—¿Lo crees?
—Por supuesto —contestó sin dudar—. Yo puedo acompañarte si quieres —sugirió sin verle aún a la cara—. Lucirás muy guapo sin duda alguna...
—Es una cita entonces —se adelantó Iida sin ser completamente consciente de sus palabras.
Luego de unos segundos en silencio, ambos parecieron percatarse de lo que acababan de decir y de la extraña cita que habían acordado tener, por lo que inevitablemente terminaron sonrojándose a la par y desviando sus miradas.
En serio, quienes los veían a la distancia encontraban aquella escena tanto molesta como encantadora.
Ambos se gustaban y era muy obvio, ambos parecían saberlo y ninguno parecía ser capaz de lanzarse por completo al río.
Pero tal vez era mejor de esa manera.
Después de todo, cada quien llevaba su ritmo, y hasta ahora, parecía estar funcionando para ese par.
No los presionarían, eso sería entrometerse demasiado y en lugar de ayudarlos, podrían terminar por empeorar todo. Estaban de acuerdo en eso, aunque, de todas formas, intentarían darles uno que otro empujón si la situación se presentaba.
Por ahora, lo más sano sería dejarlos por su cuenta, viviendo ese enamoramiento que parecía ser tan inocente como irritante a la vez.
¿Qué más podrían hacer después de todo?
Solo apoyarlos en silencio y celebrar de manera anticipada que una nueva relación parecía florecer en el circo.
Sí, nada más que eso, después de todo... para eso estaban los amigos.
Se me hizo tarde para subir este capítulo, y es que pese a ser el más breve hasta ahora, tuve bastantes complicaciones 😅
Pero en fin, no quiero darme muchas vueltas porque seguramente ya lo habían dado por perdido. Pero aquí está, y ojalá con el de mañana (hoy, dependiendo de la hora en que lean esto) no tenga problemas.
Gracias por recibir tan bien estos mini capítulos de este mini especial 😂
Me llena el corazón leer tantos comentarios bellos y saber que de alguna u otra manera esperan estas actualizaciones chafas.
Muchísimas gracias, de todo corazón 💕
Ahora, me despido porque creo que ahora comienza lo bueno 🌚
Pero no eleven sus expectativas, porque les puedo fallar xD
Bueno, en fin, que me enrollo demasiado.
Paz y amor 💛☀️
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