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Capítulo 11 [Parte II]

Hola criaturas.
Antes de que comiencen la lectura, les agradezco por seguir hasta este punto, porque siento que he tardado mil años en hacer este capítulo, y me ha llevado horas solo la escena del show, pero considero que ha quedado bastante decente tratándose de mi, espero que les guste.

Lo importante aquí, es que les he dejado el video que utilicé para guiarme en cuanto al orden de las canciones y el ritmo que tomarían en mi cabeza.

Espero puedan disfrutarlo, ahora me retiro y nos leemos más abajo.

—Vomitaré, estoy segura que vomitaré en cuanto ponga un pie en el escenario —aseguró la castaña mientras temblaba de pies a cabeza.

—Bueno, si te sirve de algo —se unió Kirishima—. Yo también creo que voy a vomitar.

— Vaya, esta última semana se ha pasado en un abrir y cerrar de ojos —comentó Iida—. Pero... ¿No creen que el día está precioso? —preguntó tomando una gran bocanada de aire, luego sonrió satisfecho y colocó su mano derecha sobre el hombro del pelirrojo.

—Viejo, estás temblando.

—¿Qué? —inquirió fingiendo calma—. No, claro que no, tú estás temblando.

—Chicos, estamos a dos horas de darlo todo ahí dentro —intervino Uraraka sin dejar de temblar.

Los dos presentes la observaron y asintieron temerosos.

—¿¡Y dónde demonios está Izuku!? —exclamó intentando con toda su fuerza de voluntad no arrancarse el cabello.

Esa en realidad, era un muy buena pregunta, pues estaban a dos horas de dar un show muy importante, uno para el que llevaban semanas preparándose y el responsable —en su mayoría— de que aquello fuese a ocurrir, no aparecía por ninguna parte.

¿Dónde podría estar escondido?

Si ellos estaban nerviosos, Midoriya sin duda alguna lo estaba el doble, y ni siquiera saldría al escenario, pero siempre se escondía antes de afrontar un espectáculo de tal magnitud.

Y sí, esta vez era de vida o muerte, pues el representante sería o su salvación, o su verdugo.

El circo no tenía los suficientes recursos, no solían visitar grandes ciudades, por lo que el vender las entradas a precios elevados no era siquiera una opción, y eso lejos de ayudarlos, parecía sólo perjudicar.

Sin embargo, el tener la carpa llena y ver sonrisas en los rostros de las personas parecía ser el motor de todos quienes vivían de aquel arte.

Pero ya no podían vivir de la caridad, mucho menos luego de estar tanto tiempo sin funcionar, estuvieron meses inactivos, aquella ciudad donde se encontraban actualmente era su regreso, es por eso que el representante los visitaría ahí, él sería quien tuviese la última palabra.

Ellos ahora rezaban porque fuese su cuerda de salvación, no la guillotina que acabaría con todos los sueños y la magia.

—Oigan, creo que me desmayaré —anunció Ochako mientras agitaba sus manos de arriba a abajo de manera desesperada—. ¿Y si no les gusta como lo hago? —preguntó al borde del colapso—. Debemos cantar en algún momento, aún si son dos líneas, no deja de ser aterrador.

—Verás... —habló Eijiro por fin—. No todos cantamos.

La castaña abrió sus ojos ante la sorpresa y observó entre indignada y aterrada a su amigo.

—¿De qué demonios me estás hablando?

—Creo que solo serán Yaoyorozu, Kyoka y tú.

—¡Ah! —gritó Uraraka—. ¡Muerde tu lengua, eso es una mentira, es una sucia mentira!

—¿Por qué gritas?

Los tres presentes voltearon a ver al dueño de aquella voz y el pecoso juró que en cuanto lo vieron, todos estuvieron a segundos de echarse a llorar.

—¡Deku-kun! —exclamó la castaña en lo que se lanzaba los brazos del rizado—. ¿Dónde te habías metido? —preguntó luego para darle un golpe en la cabeza.

Izuku se quejó y entonces tomó distancia.

—Buscaba mi móvil... —se excusó—. ¿Lo han visto?

—Amigo, a nadie le importa tu teléfono ahora mismo —aclaró Kirishima—. Todos aquí estamos al borde del colapso.

—Por cierto... ¿Y Toshinori-san?

Todas las miradas ahora se centraron en Tenya.

Entonces Midoriya se llevó ambas manos a la cabeza y el pánico se reflejó en todo su rostro, como si acabara de recordar algo de lo más aterrador.

—¡Por eso busco mi móvil! —dijo asustado—. Toshinori no aparece por ninguna parte y necesito llamarlo, pero no puedo hacerlo si no encuentro mi teléfono, entonces necesito encontrarlo o...

Eijiro colocó ambas manos sobre la boca del pecoso y suspiró.

—Iida, llámalo, luego buscaremos el teléfono de Izuku —comentó—. Ahora tú, cálmate.

El pelirrojo tomó al más bajito por los hombros y lo zarandeó, intentando acabar con los nervios de su amigo y de paso, con los propios.

Tenían menos de dos horas para darlo todo, menos de dos horas para dar el show de sus vidas y las personas más importantes no se dejaban ver.

Toshinori era quien guiaba todo dentro de la arena, y no lo habían visto desde hace mucho.
Aizawa y Shinsou seguramente ya se encontraban con el —posible— representante.

Nadie más que Izuku estaba ahí ahora para darles el apoyo moral que necesitaban.

Él lo sabía, era muy consciente de la responsabilidad que recaía sobre sus hombros en un momento como ese, pero también estaba muy nervioso, también necesitaba de alguien que le dijera que todo saldría bien, y el único que siempre lo hacía no estaba por ninguna parte.

—Deku-kun, necesito que me digas que no seré la única que cantará... —dijo Uraraka en tono suplicante.

—No serás la única que cantará —aseguró temeroso.

—¡Chicos, la gente ya está comenzando a llegar! —gritó Denki a una cierta distancia.

—Oh dios, oh dios, oh dios —comenzó a decir la muchacha dando pequeños saltitos sin moverse de su posición.

—¿Dónde demonios se metió ese nerd?

Cierta cabellera rubia apareció entre ellos y en cuanto dio con su objetivo, le dió un golpe en la cabeza y entonces suspiró.

—Todos están esperando por ti —anunció molesto—. Apresúrate o harás que me enfade.

Ante eso, Kirishima y Ochako comenzaron a reír como dos desquiciados. Nadie entendía qué ocurría, ninguno ahí comprendía qué había resultado tan gracioso, sin embargo, pronto el pelirrojo habló.

—Viejo, pero si tú siempre estás enfadado.

Izuku intentó aguantarse la risa al igual que Iida, Kirishima pese a recibir un golpe, continuó riendo en compañía de su amiga.

Los nervios estaban a flor de piel, la carpa estaba llena, desde palco a tribuna, no había un solo asiento libre, y es que aparentemente, el último show del circo en la ciudad había logrado atraer toda la atención, pero el detonante sin duda alguna fue el rumoreado número musical.

¿Qué tendrían preparado esta vez?

¿Cuán mágico sería el circo aquella noche?

El bullicio dentro era impresionante, desde murmullos hasta charlas muy animadas, las risas mezcladas con los gritos de los niños se volvían ensordecedoras, sin importar eso, los colores y dulces aromas lograban crear una armonía perfecta.

El circo en su máximo esplendor.

Todo estaba en su lugar, todo preparado para dar paso al show.

—Diablos, sí que hay gente —susurró Kaminari asomando su cabeza dentro de la carpa.

—Cierra la boca —intervino Kyoka asomándose con él—. Diablos, yo ni siquiera debería salir con ustedes ahí, solo me encargo del sonido.

—Oye, lo haces por tu chica.

Jirou se sonrojó de golpe, desvió la mirada y optó por volver a esconderse junto a todos sus compañeros, entonces fue que la vio.

Sonrió de manera involuntaria, Yaoyorozu lucía tan segura y preparada para dominar el mundo si quisiera, en esos momentos, ella se encontraba de pie a un lado de Izuku, ambos motivando a todo el equipo y entregándoles toda la seguridad que habrían de necesitar.

Lucía poderosa, incluso inalcanzable con ese vestido precioso que literalmente fue confeccionado solo para ella.

Pero Kyoka sabía que solo era una fachada, y es que llevaban semanas hablando de lo importante que era este día para ambas, para todos en realidad, pero Momo había invitado a su familia al espectáculo, y hasta esa mañana, no había obtenido respuesta alguna.

Estuvo deprimida gran parte del día, pese a que intentó disimular para mantener los ánimos elevados, pero entonces, cuando almorzaban, llegó la respuesta que tanto esperaba.

Sus padres estarían ahí.

Por supuesto que estaba nerviosa, incluso había llorado minutos antes de estar ahí parada hablando como si todo estuviese bien.

"Daré todo, verás que sí, si no entienden con palabras, les haré entender con mis actos lo importante que esto es para mí, que esta es la vida que elegí"

Kaminari tenía razón en parte, todo esto lo hacía por ella.

Por ambas.

—Entonces... ¿Están listos? —preguntó Midoriya con una sonrisa deslumbrante.

Estaban literalmente a diez minutos de presentarse, todos estaban en posición, Toshinori había aparecido a último momento, listo y dispuesto para mostrar al mundo su circo de los sueños.

—Y tú muchacho...

El pecoso alzó la mirada hacia el hombre rubio a su lado y esperó, luciendo confundido.

—¿Estás listo? —preguntó con una gran sonrisa.

—¿Listo? —cuestionó ahora nervioso—. ¿Para qué?

Todos sonrieron de manera cómplice cuando Aizawa apreció con un sombrero de copa en sus manos.

—Digamos que, hemos llegado a la conclusión que dos maestros de ceremonias siempre serán mejor que solo uno —comentó el azabache—. Así que agradecería que fueras con Aoyama y te vistas muy rápido.

—Es... ¿Es una broma? —inquirió temeroso—. Díganme que lo es.

—No lo es, ahora ve, el  show está por comenzar —advirtió Aizawa.

Toshinori tomó al rizado por los hombros con entusiasmo y le dio una enorme sonrisa, una que intentaba transmitirle confianza, eso y su apoyo incondicional. El hombre rubio tenía muchos asuntos que resolver, y uno de los más importantes, era intentar devolverle la confianza a aquel que veía como un hijo.

Esa noche, Midoriya Izuku saldría al escenario, compartiendo con todo su equipo la alegría y emoción de poder estar en el centro de la arena, después de todo, el que llegaran tan lejos fue gracias al trabajo en equipo, y esa noche, todos merecían brillar.

—Y-Yo... no sé si estoy listo para algo así, sabes que yo...

—Hey, lo harás grandioso, además, no te dejaré solo... lo sabes ¿verdad? —susurró el más alto.

Aquel se volvió rápidamente un momento íntimo entre ellos, pues todos estaban preparándose para salir y dar lo mejor de si mismos.

—Pero no sirvo para esto, tú eres el maestro de ceremonias.

El mayor comenzó a reír y le revolvió el cabello en un gesto paternal.

—Pero yo no seré eterno —comentó—. Y nadie podría tomar mi lugar además de ti.

—No digas esas cosas, nadie...

—Bien, bien, no diré nada, pero entonces obedece a Aizawa y ponte el traje adecuado, porque saldrás conmigo al escenario —sentenció dando la conversación por terminada.

Demonios, Midoriya no podía no obedecer, le debía todo a ese hombre, y pese a sentir que se desmayaría en cualquier segundo, no podía defraudarlo.

—¿Pueden escucharme un momento? —preguntó Toshinori alzando un poco la voz.

Sin pensarlo dos veces, todos detuvieron lo que sea que estuviesen haciendo en cosa de segundos, entonces se agruparon y rodearon al hombre rubio para escuchar con atención.

—Han trabajado duro durante semanas —comenzó—. Sé que todos están muy nerviosos y ansiosos por terminar esto pronto, pero quiero que sepan, que ese hombre que está ahí fuera no es nada que no hubiésemos visto antes —aseguró—. No importa lo que pase, estoy orgulloso de ser parte de esto y que ustedes decidieran confiar en mí para unirse a este circo.

Muchos sonreían, otros parecían retener las lágrimas, unos pocos simplemente disimulaban una sonrisa leve, pero sin importar la reacción o lo que aquellas palabras removieran en su interior, todos sabían una cosa con certeza, y es que pase lo que pase, ellos brillarían como nunca y dejarían a todos con la boca abierta.

—Ahora... ¿empezamos, cigotos? —dijo finalmente.

Hora del show.

La primera parte consistía en una rutina divertida, algo que mantuviera al público atento a cada segundo, todos los artistas se presentaron como acostumbraban, todos y cada uno de ellos actuó sin problema alguno, los nervios desaparecían una vez pisaban dentro de la arena, era como meterse dentro de otra piel.

Izuku en tanto, observaba todo desde su escondite, ya vestido y nervioso ante la espera del número musical.

Tomó aire un par de veces y se abanicó el rostro con las manos en repetidas ocasiones, entonces se llevó una mano al pecho y dejó escapar un gran suspiro, creyendo que con eso todos sus temores se irían, entonces decidió observar todo lo que ocurría a su alrededor.

Sonrió inevitablemente al ver lo bien que parecían estar llevándolo todos, sus amigos, uno a uno cumplían con su rol, todos ellos con grandes sonrisas en sus rostros, luciendo asombrosos, seguros y lo más importante de todo...

Felices.

Pronto se enfocó en sus otros amigos, aquellos que no salían al escenario, sin embargo eran responsables de que todo estuviese funcionando a la perfección.

Tokoyami parecía estar en su paraíso personal al jugar con las luces y Kyoka a su lado maniobraba unos cuantos aparatos que Izuku simplemente no entendía.

Aoyama sonreía orgulloso, pues sabía que su trabajo había sido simplemente espléndido —como siempre.

Incluso Bakugo lucía menos atemorizante.

Cuando sintió su corazón volver a la calma, Shinsou apareció a su lado, logrando que diera un pequeño brinco en su lugar por el susto.

—Al fin te veré en acción —comentó el de ojeras mientras se cruzaba de brazos y enfocaba toda su atención en el centro de la arena donde todo ocurría.

—No digas nada, cada que lo pienso siento que moriré del pánico —confesó apenado—. Shinsou...

El aludido lo observó de reojo y esperó.

—Tú ya has visto al posible representante —dijo jugando con sus dedos—. ¿Cómo luce? —preguntó ansioso—. ¿Luce muy rudo, atemorizante, malhumorado?

—¿Nezu-san?

—Entonces ya lo conociste —aseguró aún más nervioso.

El de cabello alborotado sonrió de manera discreta y entonces decidió hablar.

—Veamos, tiene una gran cicatriz que cruza su ojo derecho —comentó distraído—. Cabello tan blanco como la nieve.

Aquello en lugar de calmarlo, parecía solo empeorar su estado de ánimo.

Realmente sonaba como alguien aterrador.

—¿C-Cicatriz? —inquirió con pánico en la mirada.

—Oh sí... —aseguró mientras asentía.

Entonces alzó una de sus manos y con su dedo índice apuntó en una dirección.

—¿Ves ese hombrecito de allá?

Midoriya siguió la dirección señalada con la mirada y entonces se sintió confundido al ver un señor bajito, más bajito que él y de aspecto extrañamente adorable pese a ser alguien mayor, aunque tampoco era un anciano, pero cuando se fijó en la gran cicatriz en su rostro fue que su boca se abrió a causa de la sorpresa.

—Ese es Nezu-san.

El pecoso entonces comenzó a reír de manera despreocupada, la verdad es que tampoco estaba confiado, pero el ver al hombre que tanto le aterraba y notar que no era en absoluto alguien amenazante le calmó bastante.

—Gracias.

—¿Por qué?

—Simplemente por estar aquí.

Shinsou entonces volvió a observar el espectáculo, esta vez, sin disimular la sonrisa en su rostro.

En tanto, el rizado no pudo evitar el pensar en cierto muchacho, uno que buscó de manera apresurada entre el público, sin embargo —y para su sorpresa— solo vio a Fuyumi en compañía de una mujer que por alguna razón, se le hacía conocida.

Pero no habían rastros de Shoto y eso en verdad lo decepcionaba un poco —o mucho más de lo que quería reconocer.

—¡Chico, es nuestro turno! —gritó Toshinori.

Los artistas restantes volvieron a reunirse fuera de la vista del público y entonces las luces se apagaron, generando un jadeo de sorpresa colectivo.

Come alive, come alive

Go and ride your light

Let it burn so bright

Todos estaban en el escenario, cada quien en su posición, y cada vez que la música parecía sonar con más fuerza, las luces creaban cierta ilusión en donde solo podían apreciarse las siluetas de cada artista en el centro de la arena.

Pronto, todos los ojos estaban atentos a lo que ocurría, nadie parecía querer perderse un solo detalle, entonces en lo que la melodía se volvía más y más intensa, cada artista quedó expuesto, uno a uno bajo un gran foco que solo les pertenecía a ellos.

When the world becomes a fantasy

And you're more than you could ever be

'Cause you're dreaming with your eyes wide open

Entonces, Toshinori y Midoriya hicieron acto de presencia, ambos sonriéndose mutuamente, para luego saludar con entusiasmo y elegancia al público presente.

Las trompetas marcaron el ritmo y entonces Tsuyu y Ashido aparecieron de pie sobre un blanco y bien entrenado corcel, en el momento en que se cruzaron, ambas dieron un salto y terminaron por montar el caballo de su compañera, logrando así, el primer aplauso en lo que comenzaba el número musical.

And you know you can't go back again

To the world that you were living in

'Cause you're dreaming with your eyes wide open

So, come alive!

Y entonces, la magia cobró vida.

Come one!

Come all!

Come in!

Come on!

To anyone who's bursting with a dream —entonces la dulce voz de Kyoka se escuchó sobre la música, logrando sorprender a los presentes ante lo inesperado y bien integrado que resultó.

Se habían encargado de que las partes cantadas quedasen perfectas, como si estuviese grabado con anterioridad, cuando en realidad, las chicas demostraban que también tenían el don del canto.

Sí, ese circo sin duda alguna estaba lleno de sorpresas.

Come one!
Come all!
You hear
The call

To anyone who's searching for a way to break free —en ese momento, Momo apareció con una enorme sonrisa, cantando con real entusiasmo.

La canción continuó, los artistas chocaban sus manos entre sí, como si estuviesen recreando un juego de niños, con la diferencia de que todos estaban perfectamente sincronizados, parecía una verdadera coreografía donde las manos eran lo esencial.

Mirio, Tamaki y Nejire aparecieron, ellos dando volteretas hasta llegar al frente y ella corriendo para dar un gran salto, entonces, los chicos unieron sus manos, simulando un soporte para la muchacha, quien entusiasta dio un gran brinco y su cuerpo giró en el aire para luego ser atrapada por sus amigos.

Era como si cada artista se estuviese presentando al son de la música, era interesante, llamativo, y desbordante de alegría.

From now on

These eyes will not be blinded by the lights

From now on

What's waited till tomorrow starts tonight

It starts tonight

Toshinori se colocó en medio cuando la melodía cambió, y alzó un bastón negro para señalar a cada uno de los que le acompañaban en el escenario creando un recorrido visual que la gente no se negó en seguir.

And we will come back home

And we will come back home

Home, again!

Mineta, Sero y Kaminari brincaban de un trampolín a otro en diagonal mientras el resto de sus compañeros alzaba las manos y aplaudía siguiendo el ritmo de la canción, en tanto, poco a poco comenzaron a salir de la carpa, no sin antes, lograr que todo el público se uniera a los aplausos de manera rítmica.

And we will come back home

And we will come back home

Home, again!

Cuando todos parecieron marcharse, las luces bajaron de manera tenue y breve, para darle paso a Bakugo, quien provocó una gran llamarada cuando la canción cambió.

Don't you wanna get away from the same old part you gotta play

'Cause I got what you need, so come with me and take the ride

It'll take you to the other side

Kirishima no tardó en unirse a él en el escenario, marcando su entrada con un gran látigo que hizo eco en todo el lugar al dar un golpe seco en el suelo, asustando a algunos, sin embargo, provocando el ambiente perfecto.

'Cause you can do like you do

Or you can do like me

Stay in the cage, or you'll finally take the key

Pronto, parecía una competencia entre ambos para ver quien era mejor y llevaba el control de la situación.

Se sonrieron de manera cómplice, como si se tratara de un secreto que solo le pertenecía a ellos dos. Kirishima parecía cortar el viento y la tensión entre ellos con el látigo de una manera que parecía danzar, Bakugo en cambio, lo desafiaba al hacer llamas enormes que parecían querer devorar a quien se cruzara en su camino.

Oh, damn! Suddenly you're free to fly

It'll take you to the other side

La última llamarada fue la señal para que los chicos abandonaran la arena, dando paso a Uraraka, quien sentada desde las alturas, cantaba con cierta melancolía, luciendo preciosa, pudiéndose apreciar aún a la distancia que se encontraba.

Hand in my hand and you promised to never let go —fue entonces que se puso de pie con cuidado, con ligereza y una gracia que solo ella parecía poseer, comenzó a caminar por la cuerda floja—. We're walking the tightrope

Sus pasos eran certeros y no se le veía temblar ni dudar en ningún segundo, la iluminación era tenue, logrando transmitir a la perfección lo que la muchacha cantaba.

High in the sky, We can see the whole world down below... We're walking the tightrope —finalmente, cuando llegó al medio de la arena en las alturas, un gran trozo de tela —o eso simulaba— de color rosa pálido apareció frente a ella, dando paso a la siguiente canción.

Las luces ahora volvían al piso, dando la bienvenida a Iida, quien con una sonrisa alzó la mirada, ansioso por encontrarse con aquellos ojos que le transmitirían la calma que ahora necesitaba.

You claim it's not in the cards

Fate is pulling you miles away

And out of reach from me

But you're here in my heart

So who can stop me if I decide

That you're my destiny?

En lo que Tenya se acercaba al centro de la arena con paso lento y cuidadoso, la castaña se dejaba caer con gracia hacia él, con la tela enrollada a la cintura, dándole protección, provocando un descenso espléndido, delicado y casi de fantasía.

Las luces y el silencio de los expectantes lograban que todo estuviese resultando simplemente perfecto.

Cuando Uraraka llegó abajo, comenzó a jugar con la tela entre sus manos y piernas, como si coqueteara constantemente con su compañero.  

What if we rewrite the stars?

Say you were made to be mine

Nothing could keep us apart

You'd be the one I was meant to find

El muchacho tomó impulso y con cuidado de no lastimar a Ochako, se acercó lo suficiente y amarró sus muñecas a la tela que hacía de soporte, ambos se quedaron viendo de frente y entonces comenzaron a girar, solo unos centímetros los separaban, si ella quisiera, podría robarle un beso ahí mismo.

Se escucharon jadeos y gritos de sorpresa cuando ambos se elevaron mientras giraban, ahora los dos con sus piernas cruzadas, intentando darse soporte mutuamente en lo alto de la carpa.

It's up to you, and it's up to me

No one can say what we get to be

So why don't we rewrite the stars?

Maybe the world could be ours

Tonight

Antes de dar paso a la siguiente canción, Uraraka terminó por abrazar a su compañero, logrando robar más de un suspiro entre el público que observaba atento y emocionado.

Toshinori y Midoriya volvieron a aparecer en compañía de los payasos, quien con alegría y amabilidad comenzaron a relacionarse con el público, regalando flores y dulces tanto a grandes y chicos.

'Cause every night I lie in bed

The brightest colors fill my head

A million dreams are keeping me awake

El hombre rubio cruzó su brazo derecho sobre los hombros del chico pecoso a su lado y con una sonrisa le dió a entender lo que harían a continuación.

Izuku, muy a su pesar, entendió de inmediato y pese a sentir que temblaba de pies a cabeza, obedeció.

I think of what the world could be, a vision of the one I see... A million dreams is all it's gonna take —cantaron juntos mientras el dueño del circo le daba apoyo al apretar su agarre y sonreír mientras los payasos comenzaban a saltar nuevamente de un lado a otro—. A million dreams for the world we're gonna make —finalizó Toshinori.

La luz que los enfocaba se apagó de golpe, apareciendo ahora sobre Jirou, quien lucía un hermoso vestido de encaje, largo hasta el suelo, de color negro y reluciente como si hubiese sido hecho con las mismísimas constelaciones del cielo nocturno.

All the shine of a thousand spotlights, all the stars we steal from the nightsky... Will never be enough... Never be enough... —alzó sus manos y las movió con gracia y delicadeza—. Towers of gold are still too little —cerró sus ojos y cantó aún más fuerte sin dejar de ser melodiosa y encantadora—. These hands could hold the world but it'll... Never be enough... Never be enough... For me...

Otras luces se sumaron al momento, enfocando también a los trapecistas, que desde lo alto hacían su magia saltando de un lado a otro, ambos sin interrumpir el contacto visual, prometiéndose que no se dejarían caer, en tanto, la muchacha desbordaba pasiones al cantar.

Never enough...

Never, never

Never enough... —pocos podían notarlo, pero incluso pequeñas y brillantes gotas de sudor comenzaron a caer por su frente mientras cantaba y alcanzaba cada vez notas más altas.

Never, never

Never enough... For me.

For me

For me... —alzó sus manos con gracia y cuando todos pensaron que era el final, Momo apareció en compañía de Nejire, Asui y Mina, quienes hacían volteretas para dar así, paso a la próxima canción.

But I won't let them break me down to dust, I know that there's a place for us —cantó la azabache mientras observaba fijamente a un punto entre los espectadores y sostenía la mano de Kyoka con fuerza—. For we are glorious...

Tras las chicas, volvieron a entrar todos aquellos que ya habían participado, dándoles nuevamente la bienvenida al escenario con una gran llamarada provocada por Katsuki.

Look out 'cause here I come.

Look out 'cause here I come.

And I'm marching on to the beat I drum —cantó con energía en lo que todos parecían apoderarse de la arena pisando fuerte, marcando el paso y haciéndole ver a todos los presentes que ellos eran dueños del mundo, de su mundo—. I'm not scared to be seen, I make no apologies, this is me...

Bakugo y Kirishima se cruzaron por delante de todos cuando parte de la canción en la que fueron protagonistas volvía a sonar.

Hey, this is the greatest show

Todos aplaudieron nuevamente en sincronía con la música.

Entonces, en lo que todos se movían de un lado a otro, Izuku a la derecha, Yaoyorozu en medio y Toshinori a la izquierda, dieron fin con la grandiosa voz de la muchacha como broche de oro.

I am brave, I am bruised —cantó levantando un poco su vestido para poder mover libremente su pierna izquierda, adoptando una postura desafiante, sin perder su elegancia y belleza que tanto la caracterizaban—. I am who I'm meant to be... This is me.

Momo pisó con fuerza en el momento preciso que Toshinori arrojó sobre su cabeza el bastón para alcanzárselo a Izuku, quien al mismo tiempo en que la muchacha pisó, dió un golpe seco al suelo, declarando así, el final del show.

Las luces se apagaron.

La música se detuvo.

Se hizo un silencio sepulcral en todo el lugar, uno que no se extendió por más de unos segundos, pues pronto se hicieron escuchar los ensordecedores aplausos de la multitud, acompañados de vitoreos entusiastas y gritos de felicidad por parte de los más desinhibidos.

Había llegado a su fin.

El circo acababa de dar su último show en la ciudad.

—¡Lo hicimos! —exclamó Uraraka en lo que junto a sus amigas, formaban un abrazo grupal—. ¡Realmente lo hicimos!

Yooyorozu estaba convertida un mar de lágrimas, Kyoka la abrazaba en un intento desesperado por calmarla.

Tamaki parecía estar en una crisis, pues aún no asimilaba que habían cumplido con su trabajo, y mientras Mirio mantenía una mano en su espalda como muestra de apoyo, Nejire corría en busca de una botella con agua para su amigo.

Kaminari y Sero no podían dejar de reír, era como si todo el nerviosismo que intentaron ocultar, estuviese manifestándose a través de un incontrolable ataque de risa.

Aizawa observaba con un cierto deje de orgullo a todas las personas reunidas.

Toshinori y Midoriya aún no aparecían, por lo que nadie sabía en qué condiciones estaría el pecoso.

Habían pasado meses, casi un año que el circo estuvo sin funcionar, todos estaban con alguna especie de crisis post espectáculo, puesto que temían que las cosas ya no fuesen como antes, pero había resultado incluso mejor de lo que esperaban.

Incluso Bakugo se encontraba consolando a Kirishima, quien temblaba de pies a cabeza y no parecía querer soltarlo.

—Bueno, habrá que darles un descanso antes de soltar la bomba ¿No? —preguntó Shinsou posicionándose al lado derecho de Aizawa.

El azabache sonrió dándole la razón.

Todos ellos merecían un descanso.

Mientras las charlas se confundían entre sí, los llantos y las risas no parecían detenerse, Eri comenzó a correr a la distancia, alejándose de Nemuri y Hizashi que la cuidaban mientras el show tenía lugar.

La niña pronto se robó toda la atención, entonces cuando llegó donde todos estaban reunidos, se lanzó hacia Mirio y lo abrazó como si no lo hubiese visto en mucho, mucho tiempo.

—Oh, que fuerza —dijo el rubio entre risas mientras correspondía el abrazo—. ¿Te ha gustado?

La pequeña solo asintió mientras escondía su rostro en el pecho del más alto.

—¿Entonces por qué lloras? —preguntó con cautela.

Eri solo lo abrazó más fuerte.

No podía decirlo, porque le daba mucha vergüenza, pero la verdad era que había quedado maravillada con lo que había visto, no podía creer que vivía en un lugar tan mágico y rodeada de gente tan maravillosa, ser consciente de aquello, fue lo que logró llevarla hasta las lágrimas.

Tenía ganas de decirle a todos que eran simplemente maravillosos, abrazarlos y agradecerles por dejarla formar parte de algo tan grande y bello.

Pero no podía, porque moría de la vergüenza, ahora quería también abrazar a Izuku, pero él no estaba ahí.

—Oigan... —dijo Denki una vez pudo calmarse y respirar con normalidad—. ¿Qué ha pasado con el representante? —preguntó al fin—. ¿Si nos iremos a recorrer Europa?

Hitoshi y el azabache a su lado intercambiaron miradas, entonces el mayor suspiró cruzándose de brazos.

—Bien, no puedo hablar si no estamos todos aquí...

—Lamento la demora —intervino Midoriya en lo que corría a reunirse con todos sus amigos.

No hizo falta que preguntaran, sus ojos hinchados dejaban en claro que también estuvo llorando, seguramente Toshinori se quedó con él hasta que se calmara.

—Bueno, ahora sí están todos —susurró Shinsou.

—Siendo así...

El azabache suspiró y observó a todos y cada uno de los presentes. Sin duda habían trabajado duro, pero pese a todo el nerviosismo y temor que sentían al comenzar, ahora lucían satisfechos, y eso era algo que le alegraba.

—Nezu-san no esperó a que terminara el show —comenzó diciendo.

—Un momento... —intervino Kirishima—. ¿Entonces ni siquiera nos vio a todos? —preguntó desanimado.

—¿Cómo que no nos vió a todos? —cuestionó Bakugo a punto de golpear a alguien.

—Eso significa... —habló ahora Mineta—. Que todo se acabó —dijo dramatizando, logrando de paso, que la gran mayoría entrara en pánico.

Shinsou suspiró y negó con la cabeza, Aizawa cerró sus ojos y contó hasta diez.

Pero eso no bastó.

—Basta ya —ordenó sonando cansado— ¿Me dejarán terminar o puedo ir a dormir?

—¿Nos dejará con la duda? —preguntó el pecoso intentando disimular sus recientes lágrimas.

—Sabes que sí lo haría —respondió Aizawa sonriendo de manera un tanto tenebrosa, pero nuevamente suspiró y decidió dar fin al drama—. No esperó hasta el final porque dijo que se había decidido con la primera mitad del número musical.

—Eso significa... —murmuró Kaminari con duda.

—Significa —intervino el de ojeras—. Que ahora mismo debe estar firmando un contrato junto a Toshinori-san.

—¿Eh? —Izuku y todos los presentes se quedaron sin habla, sin querer asumir nada, pero al borde del colapso.

—Preparen sus maletas, ahora irán a causar desastres por Europa —anunció Aizawa.

Silencio.

Nada más que silencio, todos parecían haber muerto.

O eso hasta que Denki abrazó a Shinsou al tenerlo más cerca, Kirishima a Bakugo y todos los demás formando un gran —y muy extraño— abrazó grupal.

—¡Nos iremos a Europa! —gritó Ashido sin poder creerlo.

—¡Chicos, chicos, recorreremos Europa! —dijo Uraraka corriendo donde Izuku e Iida y abrazándolos sin ya poder contener sus lágrimas.

—Sí —susurró Midoriya luciendo aún muy incrédulo—. Saldremos del país.

—Calma ya —comentó Aizawa, logrando con una simple mirada que el silencio nuevamente se apoderara del lugar—. Mañana nos encargaremos de arreglar todo lo legal, ya saben... pasaportes y más, luego, tendremos otro día para ordenar todo y despedirnos de esta ciudad que tan bien nos ha recibido.

—Espere un segundo —habló ahora el pecoso con seguridad—. ¿Solo tendremos dos días para arreglar todo?

—Nezu-san calculó que podríamos hacerlo —contestó Aizawa encogiéndose de hombros—. Y no intentes discutir con él, sus cálculos nunca fallan.

—Pero... solo dos días... pensé que tendríamos una semana.

—Midoriya, esta gira nos llevará al menos un año, no hay tiempo que perder —declaró el mayor—. Si tienes algo pendiente, será mejor que lo resuelvas cuanto antes, pues el tiempo corre.

Eso se sintió como un golpe a la realidad demasiado duro.

—Lo mismo para todos ustedes, el tema de Hagakure sigue pendiente, pero ya mañana sabremos qué pasará —aseguró—. Ahora, pongan sus mejores caras y vayan fuera que su público espera ansioso por sacarse fotos con ustedes.

—¿Fotos?

—Sí —respondió Shinsou esta vez—. Hay personas que preguntaron si podrían sacarse fotos con los artistas.

—Oh, eso es algo a lo que nunca me acostumbraré —susurró Eijiro.

—Bakugo —le llamó Aizawa.

El aludido se acercó y escuchó con fingido desinterés.

—También quieren fotos contigo —comentó.

Katsuki sonrió satisfecho, como si fuese algo obvio. Pero cuando iba a dar su primer paso, Aizawa lo detuvo de golpe.

—No golpees a ningún espectador —advirtió—. Será un gran problema si esta vez deciden demandarte o demandar al circo.

El rubio hizo un chasquido con la lengua y desvió la mirada luciendo molesto.

—No volverá a pasar —murmuró.

—Buen chico.

El azabache entonces le permitió irse, puesto que él ahora debía reunirse con Toshinori y Nezu para pulir algunos detalles.

Todos comenzaron a moverse, entusiastas por compartir con el público que tanto les había dado y felices por las recientes noticias.

El único que parecía desanimado era cierto muchacho pecoso.

Suspiró y se decidió a ir directo a su caravana, pero pronto sintió que tenía muchas miradas sobre él, y cuando levantó la cabeza para saber de quién se trataba y por qué, fue que se encontró frente a la persona que buscó durante todo el show.

Con manos en los bolsillos y una leve sonrisa, Todoroki estaba de pie frente a él.

—Deberíamos ir con la gente, ya saben, Aizawa lo dijo —comentó Uraraka empujando a sus amigos lejos de ahí y viendo de manera amenazante a quienes se negaban a dejarlos solos.

—Tú... espera... ¿has visto el show? —preguntó Izuku sintiéndose muy avergonzado.

—Prometí que lo haría.

—Pero no te he visto entre el público.

—Oh... ¿me buscaste? —preguntó sin pensar—. Quiero decir... tuve ayuda y conseguí un asiento privilegiado.

—¿Ayuda? ¿De quién?

—Prometí no decir nada, lo lamento —se excusó—. Pero... quería... quiero —se corrigió—. Quiero felicitarte, ha sido... ni siquiera sé qué decir.

Midoriya ante esto comenzó a reír.

Primero lágrimas y ahora un ataque de risa, sí que estaba aterrado.

—L-Lo siento... —dijo a duras penas—. Estaba muy nervioso y ahora que ha terminado no sé cómo reaccionar.

Shoto simplemente se quedó ahí, de pie frente al muchacho pecoso, escuchando gustoso aquella risa nerviosa.

Cuando Izuku se detuvo, fue que le ofreció tomar asiento, lo que Todoroki aceptó sin rechistar.

Rayos, cuanto lo había extrañado, ahora no podía mantener sus ojos lejos de él.

—Gracias por estar aquí hoy —dijo al fin.

—Oye, cumpliste tu parte y yo debía cumplir la mía.

—¿Mi parte?

—Prometiste ser parte del show, y yo prometí estar ahí cuando eso sucediera —aclaró— ¿Recuerdas?

Oh, así que el semi albino no lo había olvidado.

—¿Cómo podría no hacerlo? —preguntó con una leve sonrisa.

—Sabes... tenía la esperanza de que sabría aprovechar mejor el tiempo que estuvieses en esta ciudad.

—¿Eh?

—Digo, solo fui un tonto y pues... ahora te vas ¿verdad?

Midoriya bajó la mirada a sus manos y comenzó a jugar con sus dedos.

—En dos días —confesó en un murmullo.

Dos días.

Vaya, si que dolía.

—Ya veo.

—Lo lamento...

—¿Por qué?

—No lo sé, pero siento la necesidad de disculparme contigo —dijo apenado.

Todoroki frunció levemente el ceño y pensó...

—Midoriya... —cuando consiguió su atención, lo vio directamente a los ojos—. Por favor, no vuelvas a disculparte.

—Pero...

—Conocerte me cambió la vida —confesó al fin—. Y no puedo permitir que te vayas sin que lo sepas.

El pecoso tragó con dificultad, ahora si estaba muy, muy aterrado.

En serio, tengo un problema con actualizar cuando todos duermen, eso y que de seguro wattpad no avisa como lo ha estado haciendo con todo lo que he hecho.

Pero bueno, aquí está, cada vez más cerca del fin....

No, no es cierto 😂

Este fic va a cumplir un año y no llevo ni la mitad, así que tienen de esta locura para mucho tiempo más 😂😂😂

Como siempre, quiero agradecer por todo el amor que le han dado a esta historia y la verdad es que yo le tengo mucho cariño también, digo, es mi primer fic de estos dos seres tan bellos y no puedo convertirlo en una basura, así que si tardo, es porque mi mente está trabajando para ustedes 😂

Ahora, importante.

A la señorita stelfy94 le quiero dedicar este capítulo que para mí es importante por varios motivos, pero fuera de eso, porque es mi intento (mi pobre y triste intento) por hacerte sentir un poquito mejor. 💕🐧
Te agradezco por tanto, por ende, sabes que cuentas conmigo si lo necesitas, usted no dude en solicitar mis servicios 🌚

No, no se vayan por ahí 😂

Ahora pues, me despido y ya planeando el otro capítulo, que igual ahora tengo tres historias más que seguir 😂😂😂😂

Amor y paz preciosuras 💕

Por cierto, perdonen los dedazos, pero es que me emocioné un poco 🤭💕

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