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El tono de su celular hizo eco en la habitación.
Yoongi gruñó cuando alcanzó el teléfono, era por ahí de las cinco de la mañana, demasiado temprano para que alguien le estuviera llamando tan temprano.
-¿Quién? -habló con su voz áspera y profunda por apenas haber despertado.
-Vaya, por fin atiendes el teléfono -la voz sin inflexión de la otra línea hizo que Min frunciera el ceño.
-¿Quién mierda habla? -gruñó pasando su gran mano por su rostro y alejando el teléfono para notar que era un número desconocido. Genial, algún idiota lo estaba llamando a las 5 de la mañana, para quién sabe que cosa. Pensó con un bufido.
-Tú padre
Yoongi se tensó en cuanto recordó a ese bastardo. Hizo un sonido de incredulidad a pesar de que del otro lado de la línea se podía escuchar una respiración pesada, como si haber pronunciado esas palabras hubieran sido dolorosas.
-¿A qué se debe tú desagradable llamada? -preguntó con veneno en su voz.
Yoongi no entendía porqué Min Heechul lo estaba llamando, había cortado lazos con él cuando su madre murió hace un año y no volvió a saber nada de él. No le hallaba sentido alguno a qué siquiera lo hubiera contactado.
Sus padres se habían separado cuando él era un niño, su madre lo llevó con él alejándolo de su padre. Yoongi realmente puede contar con una mano las veces que lo vió. La última había sido meses antes de la muerte de su madre, ni siquiera se había dignado a asistir al funeral de la mujer que fue su esposa. No es como si él lo hubiera querido, por Dios, tenía veintiocho años, no era un niño. Pero hubiera al menos asistido para dar sus respetos a una mujer que muchos años atrás fue su compañera.
Yoongi estaba tentado a cortar la llamada, pero lo dejó hablar, Heechul podría ser muy insistente cuando quería obtener algo.
-He escuchado que estás desempleado -Arrugó el ceño ¿Cómo Heechul sabía aquello? Bueno, aunque técnicamente era un desempleado no era así del todo.
Él era asesor financiero, pero hace un mes había renunciado a su trabajo al ver irregularidades en la empresa. No es que fuera un santo, pero incluso él sabía las ramificaciones legales en las que se metería si la empresa era acusada de lavado de dinero. Por lo que prefirió renunciar en cuanto se dió cuenta inventando una excusa creíble a su ex jefe.
Para ser un desempleado no estaba muy preocupado, era un hombre soltero con una buena cuenta bancaria, tenía ofertas de trabajo pero aún no las había visto todas. Él era bueno en su trabajo y siempre le pagaban bien, por lo que él consideraba estaba de vacaciones hasta que decidiera agarrar alguna oferta, de hecho hoy cuando se levantara iba a checar eso precisamente, o eso se suponía que debía hacer hasta que Heechul decidió llamarlo.
-Dejémonos de rodeos y dime lo que quieres -habló sintiendo un dolor de cabeza solo con saber que estaba hablando con el hombre que se supone era su padre. Aunque no lo viera como tal.
Yoongi no era tonto, sabía que su padre siempre lo llamaba por algún tipo de asunto implícito, no era del tipo de una llamada porque sí.
-Cuida tú tono conmigo, mocoso --Yoongi resistió el impulso de mandarlo a la mierda.
-Habla, son las malditas cinco de la mañana no estoy de buen humor para escuchar tu desagradable voz -le dijo de forma seca.
--Tampoco es un deleite para mí hablarle a un hijo tan ingrato y malcriado.
-No soy un maldito niño, di lo que quieres o colgaré -masajeó su cien, reteniendo sus ganas de colgar y volver a dormir. Estaba curioso por saber el motivo de la llamada, aunque sentía un mal presentimiento de todo esto.
-Mi antigüo asesor financiero renunció ayer. Da gracias y ven, ahora tienes un nuevo empleo. Te contrato -La orden impresa en la voz de su padre casi le hizo sacar una risa sardónica a Yoongi que miró su celular con diversión e irritación. Min Heechul ni siquiera le estaba preguntando o dando una sugerencia. Aquello era solo una afirmación.
Él había esperado demasiado del hombre que había puesto el esperma para su creación.
Alguien tan malditamente machista como un despota del orden y control, quién nunca preguntaba nada y daba por hecho todo. Un ser que creía que su palabra era la ley, un bastardo total.
Yoongi sabía que Heechul era dueño de un gran circo llamado "La carpa de la fantasía". Era muy popular en la ciudad y algunas veces podía ver folletos en la calle. Sabía perfectamente que el antiguo asesor financiero de su padre había sido un viejo amigo de él. Era incluso hasta halagador que lo tuviera en cuenta para manejar las finanzas de su preciado circo. Sin embargo no quería tratar con nada que tuviera que ver con Min Heechul. Un hombre que simplemente había abandonado a su familia por su negocio.
-No soy ninguno de tus perros para que me des órdenes, Heechul -habló entre dientes, con la mandíbula apretada.
-Cuida tus palabras, soy tu padre.
-Que tuvieras que ver en algo con mi nacimiento no te hace mi padre, no te equivoques conmigo -espetó con su voz tensa. El silencio en la línea duró unos cinco segundos, los segundos más eternos para el pelinegro.
--El circo necesita un asesor financiero y no estoy dispuesto a dejar mis finanzas a cargo de un inepto que puede robarme en cuanto pueda -el tono de Heechul era monótono, como si las palabras que había dicho Yoongi no hubieran sido nada para él.
Aunque era interesante, Heechul había dicho que no confiaba en nadie más para encargarse de la contabilidad de su preciado circo, Yoongi casi quiso sonreír al saber que confiaba en él para darle un trabajo como ese. A pesar del orgullo del hombre, podía ver cómo había requerido de toda su fuerza llamarlo para pedirle ser su asesor financiero. Ummh, cierta parte de él estaba satisfecha con saber que lo necesitaba, a él. Era una situación hilarante, pero que estaba sucediendo. Parte de él estaba renuente en siquiera aceptar tan oferta, pero otra parte de él se le hacía tan atractiva la idea de que ese hombre estoico y todo control, le debiera un gran favor.
-Es decir que me necesitas -Yoongi sonrió de forma sardónica cuando hubo un silencio por la otra parte. Podía escuchar la exhalación abrupta del hombre que lastimosamente era su padre, fue casi divertido.
--¿Quieres el trabajo o no? --preguntó con exasperación cargada que solo alimentó el ego de Min. No había negado que lo necesitaba, casi podía verlo fruncir el ceño y cerrar su puño hasta dejar sus nudillos blancos. Fue divertido para Yoongi.
-Solo si me das el veinte por ciento de las ganancias.
-Me estás tocando las pelotas -espetó Heechul, su tono seco con ira contenida.
-Es eso o nada -Yoongi no planeaba negociar, pero parte de él estaba divertido con solo escuchar la voz molesta de Min. Molestar a un hombre que tenía pleno control de sus emociones le era satisfactorio para su gran ego.
-Diez -gruñó Heechul.
-Veinte o nada -dijo Yoongi con su voz cuidadosamente imperturbable como firme.
Pudo escuchar algunas maldiciones por parte de la otra línea, después de unos momentos de silencio, el tono seco y duro de su padre se escuchó.
-Bien
¿Bien? Yoongi había pensado que su padre iba a desistir y mandarlo a la mierda, pero al parecer estaba tan desesperado por un asesor financiero, aún con lo que estaba pidiendo Yoongi.
-Increíble que el gran Min Heechul esté tan desesperado por tenerme como su asesor financiero, de cierto modo es halagador -le dijo con voz seca y desdeñosa.
-Deja de joder, te quiero mañana aquí.
-No es un placer aceptar una oferta de un hombre como tú, pero saber que me deberás un gran favor es realmente tentador.
-No te debo nada, te estoy contratando -el rastro filoso en la voz de su padre no hizo que Yoongi se echara para atrás.
-Ambos sabemos que no hay amor perdido entre nosotros, si estoy aceptando es un favor para ti, tómalo o déjalo
Lo que era claramente cierto, Heechul sabía que Yoongi lo odiaba y que podía rechazarlo desde el principio, que estuviera aceptando era simplemente una suerte o una maldita estupidez, que podía torcerse en cuando le dijera algo más. El silencio ensordecedor de la otra línea y la respiración pesada que podía escuchar le dió la respuesta. Realmente su padre era un hombre tan orgulloso que nunca demostraría o aceptaría ese hecho.
-Bien -colgó de inmediato cuando Heechul no dijo otra palabra.
Se alborotó el cabello, con su respiración agitada, su cuerpo en completa tensión y la sensación de adrenalina que poco a poco se estaba drenando. Hablar con su padre era tan agotador, como si hubiera corrido un maratón sin beber alguna gota de agua.
Salió de su cama, ya sin poder siquiera dormir. Sentía una inquietud en su pecho, sabía que se había dejado llevar por un impulso y la sensación de su ego siendo alimentado. Pero eso no quiere decir que había sido correcto aceptar, pero no había marcha atrás, él no era como Heechul, a pesar de todo era un hombre de palabra.
Ciertamente no sabía nada sobre cómo eran las cosas en un circo. No recordaba mucho del gran negocio de su padre, solo unos recuerdos borrosos de como era el interior y lo que había visto en los folletos. Aún así era un nuevo terreno.
Suspiró con ganas de beber algo amargo. Por lo que fue a la sala de su departamento para buscar alguna una botella de alcohol que tenía guardada.
Cuando el sabor amargo y fuerte del Whisky descendió por su garganta, se permitió relajarse, y aún así no era una relajación por completo. Era demasiado temprano y él no solía beber con continuidad. Pero se permitió aquello.
-¿Qué mierda hice? -se preguntó así mismo, pero lo hecho hecho estaba, no iba a lloriquear.
Solo debía hacer su trabajo, aunque odiara al hombre que se lo había dado.
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Bienvenid@s a la saga de historias cortas: Multiverso.
1. Kimi wa Dekinai Ko [YM]
2. Alien [YM]
3. Circus [YM]
[No es necesario leer las historias en orden, ya que son historias muy diferentes, pero todas son YoonMin💛]
Gracias por la Hermosa portada DGrapicx 💕
-Luna🌙
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