Capítulo 1.- Visita inesperada
Estaba frente al espejo, como cada día, como cada mañana, con la prisa que caracteriza a una persona impuntual, tal vez fuera por pereza o tal vez era por la rutina; tediosa, cansada y sobre todo, aburrida.
Miró su reloj de mano y se dio cuenta que era más tarde que de costumbre, todo por culpa de sus clips de cabello; se le habían perdido y cuando los encontró, por acomodar su cabello debajo de su gorra, perdió valioso tiempo, su jefe la regañaría de nuevo por llegar tarde.
Ya lista con su uniforme de trabajo, apresurada cerró la puerta de su hogar con un portazo. Dio solo un par de pasos y se detuvo, frente a su casa había un taxi estacionado y a un lado, un chico de su misma edad bajando unas maletas.
—Diego...
Susurró con el corazón latiéndole en los oídos, tenía diez años de no verlo y ahora aparecía frente a ella.
Tragó saliva y casi corrió hacia su trabajo, procuró no ser vista, trató de ser invisible. Diego alzó la mirada hacia la persona de gorra azul que corrió al lado opuesto al que él se encontraba, pero no pudo verle bien, se había ido.
Correr le sirvió para llegar a su trabajo en tan solo quince minutos. Agitada por la pequeña carrera, entró al pequeño mini-súper en el que trabajaba acomodando víveres.
—Llegas tarde Abiel, otra vez. Un día de estos te quedarás sin trabajo por impuntual, es la última oportunidad que te daré.
—Lo siento, señor Flavio, no volverá a pasar.
—Siempre dices lo mismo y siempre vuelves a llegar tarde muchacho, estás agotando la poca paciencia que me queda.
—Lo siento, de verdad que sí...
—Ya no me des más excusas y empieza a trabajar, que para eso te pago.
Molesto, el jefe se retiró a su oficina que estaba pasando una puerta en el final del pequeño mini-súper.
Ella respiró hondo varias veces e inició su jornada laboral. Tomó una pequeña escalera e inició a acomodar unas cajas de cereal en el estante más alto. Caja a caja, acomodaba todo de forma perfecta, más su mente no estaba allí, en esa actividad, su mente estaba en Diego y en la última noche en que lo había visto hacía tanto tiempo. La noche previa a su partida...
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