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38; Romeo y Julieta (2/2)

Segunda parte del one shot "Por siempre "
Sólo porque lo pediste Girl_Otaku_Forever

* * *

Lisa sentía el cuerpo pesado y exhausto. En verdad quería dormir, pero el miedo que sentía de que en algún momento Jungkook apareciera, era más grande.

Desde lo sucedido Yoongi y Rosé se quedaban en su casa, acompañandola. Pero ella también entendía que sus hermanos tenían una vida afuera de todo esto y que debían atender sus compromisos; así que hace un par de días les dijo que ya podía estar sola y que no se preocuparan.

Ahora mismo se estaba arrepintiendo.

Se removió en la cama, mientras intentaba cubrir su cuerpo con la sábana lo mejor que podía.

Había intentado de todo para poder dormirse, pero simplemente no lo lograba. Tomó un poco de té de manzanilla e incluso algunas pastillas para dormir, pero nada le ayudaba. Parecía como si el insomnio no quisiese abandonar su cuerpo.

—Maldición.—Masculló quitando las sabanas y dejándolas de un lado.

Sus pies descalzos tocaron el frío suelo de su habitación. Se puso rápidamente las pantuflas y estiró su cuerpo, sintiendo como cada músculo se contraía y el estrés acumulado le causaba un tremendo dolor en la nuca.

Con toda la pereza y un poco de miedo, se dispuso a bajar por las escaleras. Su casa era muy grande y por primera vez en la vida, eso le disgustó. Al principio, cuando la compró, se vio fascinada por su tamaño; pero esta vez aborrecía que tuviese tantas habitaciones innecesarias y que todo se viese tan oscuro.

Habitaciones en las cuales él se podía esconder y oscuridad que lo ocultaba.

Lisa tragó fuertemente al pensar en esas cosas. Intentó tranquilizarse cuando notó que sus manos temblaban y sacó un poco de agua fría de la nevera.

Su corazón salió disparado cuando empezó a escuchar algunos pasos detrás de ella. Eran pausados, arrastrados y casi que lentos. La pobre chica sintió como todo a su alrededor empezó a verse borroso y el pánico fue palpable en ella.

Agarro aún más fuerte el vaso de agua y con su otra mano libre, se apoyó en el mesón de la cocina sin querer mirar detrás de ella.

—Date la vuelta.— Dijo con voz ronca y dura. Lisa quiso llorar y se negó completamente a seguir sus órdenes. No quería hacerlo, no quería volver a verlo.

No quería ser su juguete de nuevo. No otra vez.

Por favor...

— ¡Date la vuelta!

Dio un pequeño brinco cuando Jungkook gritó aquello y dio un golpe en el mesón. Para ese instante Lisa ya estaba llorando silenciosamente, su mano tapando su boca mientras intentaba ahogar los sollozos que querían salir sin parar.

—Lisa te juro por Dios que si no haces lo que te digo en tres segundos...— Jungkook tomó una fuerte respiración intentando tranquilizarse.

Lisa se volteó lentamente, la mirada gacha y las manos temblando levemente.

Jungkook sonrió:—Buena chica.—Dijo con ese tono terrorífico que asustaba a Lisa.

La tailandesa pudo sentir como Jungkook avanzaba hacia ella rápidamente, pero no quería mirarlo. No quería que aquellos recuerdos volvieran a atormentar su mente.

— ¿Por qué tan nerviosa?—Susurró acercándose a su oreja. Lisa se movió nerviosa e incómoda bajo él y puso una mano entre ellos, casi que haciendo una barrera.

— Suéltame.— Espetó con rabia, dándose cuenta de que tenía que hacer algo para salvarse de ese hombre que algún día había amado tanto.

Jungkook gruñó molesto al escucharla y la acerco aún más a su cuerpo, rozando su entrepierna contra ella. Lisa se quejó.

— ¡Te dije que me sueltes!—Gritó y con toda la fuerza que tenía, lo empujó lejos de ella.

Antes de darle tiempo a Jungkook para reaccionar, tomó aquel vaso de agua y lo estrelló contra su cabeza.

Justo cuando quiso irse de ahí, en busca de ayuda. Sintió como Jungkook envolvía su mano en su cabello llevándola hacia atrás. Lisa chilló al sentir como su rostro era tomado de forma abrupta hasta quedar cerca de otro.

—¿Cuántas veces debo decirte que no me gusta que te hagas la lista conmigo?— Preguntó mientras atrapaba las mejillas de Lisa entre sus manos, de forma brusca.

Lisa sollozó fuertemente mientras intentaba soltar su cabello de las manos de Jungkook, que cada vez la apretaban más y más.

—Por favor. No más.—Suplicó poniendo sus manos encima de las del chico, que cada vez más aumentaba la fuerza y presión de estas.

—No estaría haciendo esto, si no me hubieses dejado.—Susurró cerca de su boca.

Lisa apretó los labios, bloqueando el beso de Jungkook. Simplemente le daba asco. Le daba asco sentir los labios de él sobre los suyos.

Todo el amor que alguna había sentido por Jungkook, se había convertido en un despreciable odio.

—Nos vamos a ir juntos.—Dijo Jungkook casi que afirmando. Lisa se asustó. No podía irse con él.

Cuando sintió que el agarre en su cabello se suavizaba, un dolor punzante en el cuello la hizo cerrar los ojos fuertemente. Se volteó y notó como Jungkook buscaba algo en alguna gaveta de la cocina.

Es mi oportunidad. Pensó Lisa, al verlo tan distraído.

Con la poca fuerza que quedaba en su cuerpo, apoyó las manos en el piso y se levantó. Lo primero que sus ojos captaron entre tanta oscuridad fueron las sartenes que colgaban desde arriba.

Tomó una fuerte respiración y con toda la delicadeza del mundo, agarró una. Preparándose mentalmente y dejando de lado los nervios, le dio un buen golpe a Jungkook. Con todas las ganas que había retenido por tanto tiempo.

Abrió sus ojos como platos y se dispuso a correr.

Pero no todo sale como uno lo espera.

Una mano agarrando su tobillo le hizo caer de frente, sobre el piso. Se quejó cuando su cuerpo impactó la superficie dura y fría.

La mano seguía agarrandola con fuerza y sin intención de dejarla ir. Sollozando, empezó a mover su pie intentando liberarse; pero nada aparecía útil.

El cuerpo débil y somnoliento de Jungkook se fue arrastrando por el piso. Su nuca sangraba a gotas, pero no planeaba dejar a Lisa.

No a su Lisa.

—No sé porque lo sigues intentado.— Susurró cuando estuvo completamente encima de Lisa. Puso su mano libre en su mejilla.—Intentaste matarme.

Lisa entró en pánico cuando la mano de Jungkook envolvió su cuello, lentamente el agarre se volvía más y más, fuerte y apretado.

—Por favor. —Sollozó.

—¡No!—Se sobresaltó.—Si yo me voy, te vas conmigo.

Y con esto dicho, clavó aquel cuchillo en el pecho de Lisa. Robandole el aire y las esperanzas de salir con vida.

Jungkook había estado en las gavetas buscando aquello. Si Lisa planeaba matarlo, ella también se iría con él.

—¿Recuerdas que antes comparabas nuestra relación con Romeo y Julieta?— Preguntó apoyándose en el pecho de Lisa, su visión volviéndose más y más borrosa.

Lisa solo mantenía la mirada clavada en el techo, el peso de Jungkook sobre su cuerpo ya había dejado de molestarle. Empezaba a sentir como la sangre brotaba de su boca; pequeñas gotas que se deslizaban hasta el final de su cuello. Apretó la tela de su pijama cuando sentía que se quedaba sin aire.

Jungkook sonrió débilmente y cerró los ojos.

—Que ironía...—Susurró, cuando dejó de escuchar sus latidos.- Nosotros también terminaremos como ellos.

Y al decir esto, su corazón también dejó de latir.

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