DESCRIPCIÓN Donde Jungkook es un chico "nerd" y Lisa una chica "popular".

* * *

Todo estaba como de costumbre en la gran cafetería del colegio.

Estaban los chicos de la izquierda leyendo tranquilamente aquellos libros de matemáticas y sus gafas adornando su rostro. Mientras que en el lado derecho había otro tipo de personas, portando atuendos glamurosos y caros que los hacía lucir de alta clase.

Todos tan separados e indiferentes de la existencia del otro.

— Yo no puedo creer que me haya rajado. Sólo fueron dos puntos y hubiese ganado.— Chilló la tailandesa, para después arrugar la hoja y tirarla en el centro de la mesa.

Rosé frunció el ceño y miró a su amiga mientras comía su hamburguesa.

— Te dije que estudiaras y no me hiciste caso.— Susurró sin dejar de comer.

— Y yo te dije que tenía que irme de compras con Jennie. Es culpa de ella por decirme que había descuentos en Chanel. — Se quejó.

— ¡Oye!— Gritó la nombrada.— Yo a diferencia tuya sí estudié. No me iba a cagar matemáticas sólo por ir de compras, toda la noche la pasé estudiando.

— Fuiste la única estúpida que no estudió y fuiste la única estúpida que perdió el examen.— Dijo Jisoo al otro lado de la mesa. Lisa la miro mal, su amiga se encogió de hombros y siguió comiendo de su pollo.

Lisa suspiró frustrada y dejó salir un chillido que alarmó a sus amigas.

— Chicas se supone que mi cumpleaños se acerca. Si le digo a mis padres que voy mal en matemáticas no me dejarán salir como si estuviese en cuarentena.

— Puedes pedir que te haga una recuperación.

Lisa ríe sarcástica.

— Hay que ser sinceros, así me hagan recuperación ¿Ustedes en verdad creen que yo puedo ganarla?

Las tres chicas se dieron miradas y sonrisas nerviosas que sólo le confirmaron la respuesta a Lisa.

— ¡Exacto!— Dijo sobresaltandolas. — Ni de suerte podré ganarla. Ni siquiera sé como he ganado esa materia todos estos años ¡Ya está!

— Puedes pedirle ayuda a alguien.— El comentario de Rosé hizo que Lisa levantara la mirada, una sonrisa pícara en su rostro.

Sus ojos viajaron al lado izquierdo del lugar y su sonrisa se agrandó más al dar con un chico sonriente, casi que parecía un conejo. Traía su cabello perfectamente peinado, gafas de marco fina y por la buena vista de Lisa, el libro que sostenía era de geometría.

Era perfecto.

— Me da miedo esa sonrisa.— Espetó Rosé. — Sólo era una idea. No lo tomes tan a pecho.

— Tranquila Rosie. No lo tomaré tan a pecho.

* * *

— ¿Estas segura de que no quieres venir?— Preguntó Jennie extrañada.

Las chicas irían de compras después de que salieran del colegio, pero Lisa no podría ir. Debía convencer a ese chico de que le enseñara matemáticas, no le importaba que fuese uno de... ellos.

Sólo necesitaba que le ayudara y ya.

— Está bien. Saldré con ustedes otro día.

Las tres asintieron sin estar muy convencidas aún y se marcharon. Lisa suspiró y arregló su ropa. Aclarando su garganta y poniendo la mejor sonrisa que podía darle a alguien, se dirigió hasta donde estaba el chico.

Con miedo y un poco de nerviosismo estiró su mano para tocar su hombro.

El pobre chico se volteó confundido ante esto e hizo una reverencia rápido saludando a Lisa, que ella imitó. Sus gafas se resbalaron de su rostro y casi se cae su libro de historia, pero la tailandesa pudo ayudarle alcanzando sus cosas.

— Muchas gracias.— Respondió levemente poniendo las gafas en su lugar.

— No hay de qué. — Susurró Lisa.

Todavía nerviosa se removió en su lugar y acomodó su cabello negro.

( Soy la única que está loca por el cabello negro de Lisa??? )

— Eres Jungkook ¿cierto?— Preguntó después de unos segundos.

El nombrado se sorprendió al saber que Lalisa Manoban tenía claro cuál era su nombre.

Con las mejillas un tanto sonrojadas y una sonrisa nerviosa, asintió.

— Sí. Ese soy yo.— Respondió esbozando una leve sonrisa que a Lisa se le hizo mi tierna.

— ¿Podría pedirte un gran favor?— Preguntó la tailandesa, jugando con sus manos casi que poniendo carita de cachorrito.

Jungkook no pudo evitar pensar que era muy linda y tierna. Por un momento se le olvidó que ambos estaban a niveles muy diferentes.

— ¿Qué tipo de favor?— Preguntó unos segundos después.

Lisa suspiró y arregló su flequillo:— Perdí el examen de matemáticas, lo cual significa que estoy perdiendo la materia. No sé que hacer, Jungkook. No puedo decirle eso a mis padres, así que necesito estudiar porque la recuperación será para mañana. Por lo tanto mi mente me dijo ¿Por qué no preguntarle a Jungkook que es tan bueno en matemáticas? Además, se que eres muy buena persona y me ayudarás ¿Verdad?— Al terminar entrelazó sus manos debajo de su barbilla poniendo la mejor cara de ternura que tenía.

Jungkook alzó una ceja.

— ¿En verdad cree que puede aprender todo para mañana?— Preguntó no muy convencido.

Lisa bufó.

— Si me puedo aprender canciones en un solo día, estoy segura que eso también. Así que... ¿Me ayudarás?

Jungkook pensó en que no sería mala idea. Ayudarle a Lisa sólo sería salir de su aburrida rutina que sólo consistía en libros y más libros. Él necesitaba algo nuevo.

Tal vez Lisa se lo daría.

— ¿En tu casa o en la mía?— Preguntó provocando una gran sonrisa en el rostro de Lisa.

* * *

— Ahora entiendo por qué perdiste el examen.— Exclamó Jungkook mientras corregía por décima vez las respuestas de Lisa.— ¿Por qué estás tan distraída?— Preguntó esta vez mirándola fijamente.

Lisa desvió la mirada y suspiró mientras llevaba sus piernas a su pecho. Estaban en la casa de la tailandesa, específicamente en la sala. Agradecía que sus padres no estuviesen ahí, porque se ahorraba explicaciones.

— Es difícil, Jungkook.— Susurró sólo para ambos.— Es difícil llenar las expectativas de mis padres. Es difícil ser todo lo que ellos esperan. Es difícil ser perfecta en todo.

Jungkook se sintió mal al escuchar sus palabras. En algún punto de su vida, él también se había sentido así. Pero supo recapacitar y entender que ese no era el camino.

— Te entiendo. Yo también era así.

Lisa alzó una ceja viéndolo:— ¿Tú? Pero sí tú eres el mejor en todo ¿Por qué te preocupaba por eso?

— Exacto. Al ser el mejor tienes la presión de seguir siendo el mejor.— Explicó. — Mis padres al ver que siempre era el primero en todo, me exigían seguir siendolo a pesar de que me estaban exprimiendo y llenando de pensamientos negativos.— Admitió.

— ¿Y ahora qué cambió?

— Cambió que...— Tomó una respiración.— Cambió que me di cuenta que sólo hay una persona a la cual quiero impresionar con todo lo que hago.

Lisa hizo un ademán con la cabeza, señalando para que siguiera.

— Por mí debo luchar, por mi debo esforzarme y ser mejor en todo lo que haga. Porque después de tantas personas, la que se queda aquí soy yo. Al que debo amar hasta el final soy yo.— Le dijo.

La chica no pudo evitar sentirse emocional con sus palabras y teniendo toda la confianza del mundo envolvió a Jungkook entre sus brazos.

— No sabes lo mucho que necesitaba escuchar eso.— Se separó dándole una linda sonrisa.

No se habían dado cuenta, pero la cercanía que tenían era tanta que ahora sus narices se rozaban.

— Jungkook...— Lisa susurró. — ¿Te he dicho antes lo mucho que me gustan tus ojos?— Preguntó bajito.

Jungkook sintió sus mejillas rojas como manzanas y negó de una manera tan tierna que Lisa quiso comérselo a besos.

-— ¿Por qué no te había notado antes?— Preguntó de nuevo.

— Tal vez estababas muy ocupada en tu propio mundo.— Respondió.— Todo pasa por algo y si no hubieses perdido ese examen no estaríamos aquí.

Lisa sonrió:— Ahora no estoy tan enojada por haberlo perdido.— Comentó y casi se ríe al ver que Jungkook tapaba sus mejillas sonrojadas.

— ¡Basta!— Se quejó. — Terminaré más rojo que un tomate.

Lisa alzó sus brazos en modo de defensa y simplemente miró las hojas con números que ella sentía jamás entendería. Se levantó del sillón y arregló su ropa. Jungkook la miró confundido.

— ¿Qué esperas?— Preguntó tomando su bolso.— ¿Nos vamos a comer un helado o seguimos matándonos la cabeza con algo que sabemos es caso perdido?

Jungkook la miro con una cara divertida.

— ¿No quieres impresionar a tus padres?

Lisa le tomó de la mano ayudando para que levanté y dejando su rostro muy cerca del suyo.

— A la única que debo impresionar es a mi.— Susurró y después le guiñó un ojo.— ¡Vamos!— Dijo antes de arrastrarlo fuera de la casa.

Jungkook sonrió.

Eres increíble, Manoban.