23; La bailarina.
DESCRIPCIÓN Donde Lisa es una de las bailarinas de BIG BANG, y llama la atención del famoso integrante de BTS, Jungkook.
* * *
El instrumental de Bae Bae empezó a sonar, causando gritos de todos los presentes. Los siete chicos empezaron a bailar levemente desde sus lugares exclusivos. El menor de todos con su mirada fija en las bailarinas que habían salido junto a los cantantes.
Ellos no tenían a chicas lindas para bailar sus coreografías.
— Cuidado tiras la baba...— Le susurró Jimin.— Intenta disimular que careces de sexo.
Jungkook le dio una mala mirada al mayor, que sólo empezó a reír mientras sus ojos se achinaban.
Una rubia de flequillo empezó a formar su camino hacia adelante. Bae Bae cambió a Loser, una canción un poco más calmada que la anterior. Mientras los cinco cantaban la canción, su bailarina principal empezaba su solo para esta, ganando gritos y apoyo de los presentes.
Todos parecían estar totalmente enfocados en ella; no podían quitar los ojos de sus movimientos, su cuerpo esbelto o su cabello suelto que se movía por el gran viento presente.
Jungkook tragó fuertemente, sus manos empezando a sudar.
De repente hacía mucho calor.
— Agradece que nadie nos ha reconocido. Hasta el más tonto se daría cuenta de que la estás mirando.— Susurró Hoseok.
— ¿Te refieres a ti?— Susurró de vuelta. El rapero lo miró ofendido y enfocó su atención de vuelta en el concierto, ignorando esta vez al menor.— ¿Iremos al backstage verdad?
Jimin sonrió burlón:— ¿Tienes ganas de ver a esa bailarina?
— ¿Y qué si sí quiero?— Respondió con una pregunta, sus ojos aún pegados en el cuerpo de la chica.
Lisa cerró sus ojos sintiendo cada segundo de la canción, momentos antes de que esta terminara caminó lentamente hacia la parte de atrás, perdiéndose en la oscuridad del escenario, dando como finalizado su solo.
Suspiró mientras tomaba una botella de agua y daba un gran sorbo de esta. Quedaba sólo una canción y tenían que estas presente, así que podían quedarse en la parte de atrás del escenario.
— Lo hiciste increíble, Lili.— Una de las bailarinas le sonrió, su nombre era Jennie. Lisa le devolvió la sonrisa. Ella y Rosé eran sus amigas más cercanas. Tenerlas en este sueño de ser bailarina, la hacía mucho más feliz.
— ¿Saben que BTS está aquí?
Rosé llegó con voz emocionada. La australiana era muy fan de la banda y se encargaba siempre de recordarlo a sus amigas.
— Tal vez vengan al backstage.
Lisa bufó:— ¿Tú crees que alguno de ellos se fijen en nosotras? Sólo les importa el artista, no la bailarinas. Y déjame decirte Rosie, estamos muy lejos de ellos.— Dijo en tono monótono. Rosé hizo un puchero.
— ¿Me vería muy desubicada si le pido una foto a Namjoon? Él es mi bias. — Dijo en tono emocionado casi que dando saltitos.
Sus mejillas regordetas curvadas en una sonrisa, su cabello rubio que ahora estaba ondulado moviéndose por sus saltos y su atuendo blanco luciendo muy bien en ella.
— Te verías muy mal, Rosie. — Le dijo en tono meloso Jennie.— Mejor puedes verlos desde la distancia.— Le aseguró con una sonrisa.
Lisa rió nerviosa:— Bueno, acaban de llegar. Ya puedes empeza a verlos desde la distancia.— Dijo en un susurro.
Jennie y Rosé se voltearon sobresaltadas, casi chillan al ver siete figuras frente a la puerta ahora cerrada. Rosé deslizó sus ojos por toda la existencia de Namjoon, tan obvia que Jennie tuvo que darle un leve pero contundente golpe en las costillas con su codo. La chica se quejó y la miró mal.
— ¿Por qué fue eso?— Susurró.
— Para salvarte. Estás siendo muy obvia, Rosé. — Le susurró, pero con tono duro y casi que en regaño.
La menor bufó.
Por otro lado, a Lisa le valía todo. Estaba cambiando los incómodos tacones de punta gruesa, por unos tenis mucho más suaves para sus pies. Ya estaba cambiada por su ropa de día a día y tenía su cabello suelto en los hombros.
Lucia hermosa.
Ese fue el único pensamiento que cruzaba en la mente de Jungkook al verla. Su rostro de muñeca luciendo hermoso bajo la luz de la habitación. Quería conocerla.
— Estamos felices de que estén aquí chicos.— Les dijo Seungri. Lisa hizo una mueca. El menor de los cinco chicos no le caía bien.
A veces en ensayos lo había atrapado viendo a las bailarinas de maneras muy... atrevidas.
— Lili, espera. Me recojo el cabello y nos vamos.— Le dijo Jennie a Lisa.— Rosé vamos, todavía no te has arreglado.
— Las esperaré afuera.— Las dos asistieron para después irse al baño de chicas.
Lisa suspiró. Jennie, Rosé y ella vivían juntas desde que tenían memoria. Sus familias eran muy unidas y así no hubiesen querido, ellas terminarían siendo como hermanas. Su apartamento en Seúl era pequeño, pero suficiente para las tres.
Jungkook se dio cuenta de que ella se iba y sus piernas morían por seguirla. Quería hacer... y lo haría.
Armandose de valor salió del lugar sin que ninguno de sus compañeros o los chicos de BIG BANG, se dieran cuenta. Caminaba con cuidado de no ser atrapado por alguien, lo que menos quería era que un artículo con su nombre, saliera al día después.
Lisa andaba lento, sus tenis siendo el único sonido que resonaba entre los pasillos vacíos. Hacía una lista interna de los ingredientes que faltaban para el pastel que harían en el cumpleaños de Jennie.
Pasos detrás de ella se escucharon a lo lejos. La chica si se alarmó, mirando hacia atrás. No había nada.
Lisa pensó en las chicas, tal vez eran ellas. Pero las pisadas se hacían más y más pesadas conforme pasaba el tiempo.
Eso definitivamente no sonaba como las zapatilla GUCCI de Jennie.
Acomodó un mechón de su cabello detrás de la oreja y se volteó, encontrándose con... ¿Jungkook de BTS?
Jungkook dio una reverencia tímido, que Lisa rápidamente devolvió confundida.
— Lo siento...— Dijo ella con su voz suave.— ¿Qué se le ofrece?— Preguntó intentando no sonar ruda o grosera.
¿Qué se le ofrecía?... Muchas cosas.
— ¿Puedo saber tu nombre?— Le preguntó levemente. Lisa alzó una ceja ¿Su nombre?
— ¿Se podría saber para qué?— Preguntó la chica, sus ojos viajando desde los pies hasta la cabeza de Jungkook. El chico se removió un poco incómodo ante su intimidante mirada.
Jungkook aclaró su garganta:— Nos gustó como bailaste...— Dijo como si nada.— También nos gustaría tener tu número, para trabajos próximos.
La tailandesa ahogó una risa sarcástica. Lisa no era estúpida. Sabía que bailaba bien, pero también sabía que las intenciones de Jungkook eran otras.
Lisa rió levemente, Jungkook frunció el ceño.
— ¿Qué es gracioso?— Preguntó ahora él confundido.
— No soy estúpida.— Respondió simplemente. Dio un paso hacia adelante, quedando un tanto cerca de él. — ¿Cuáles son sus verdaderas intenciones?— Preguntó en un susurro desafiante.
Jungkook tragó fuertemente.
Lisa podía poner nervioso a cualquiera y eso que no estaban tan cerca.
— ¿Intenciones?— Preguntó como pudo.— Es verdad lo que te digo.
Lisa sonrió:— Tus pantalones no dicen lo mismo.
Jungkook abrió exageradamente sus ojos. La vergüenza carcomiendo todo su ser. Sin querer llevo las manos tapando su... amigo. Mientras sentía sus mejillas más rojas que un tomate.
Lisa rió, acostumbrada a tener ese efecto en los chicos.
— Sí tanto quería mi nombre, no tenía que inventar esas cosas...— Dijo de la nada.— Sólo tenía que preguntar.
Jungkook alzó una ceja. Una idea descabellada cruzando por su mente.
¿Así que solo tiene que preguntar?
— ¿Sólo tengo que preguntar cuando quiero algo?— Preguntó. Lisa asintió. — ¿Me darías un beso?
Demonios, Jungkook. Pensó Lisa. Ella creía que sólo le pediría el número y ya. Pero no fue así.
— Pero si ni siquiera sabe mi nombre.— Dijo Lisa ofendida.– No me besaré con un extraño.
— No soy un extraño, soy Jungkook de BTS.
Lisa alzo una ceja:— Exacto.— Respondió cmo si fuese lo más obvio.— Yo sólo veo al Jungkook famoso. Si me beso con usted será cuando ya lo conozca completamente.
— Como si tú no quisieras darme un beso.— Bufó. Lisa mordió su labio inferior. Jungkook clavó sus ojos en los suyos.— Quieres besarme ¿Verdad?— Preguntó con arrogancia.
— Un beso no le haría mal a nadie.— Dijo en tono coqueto. — Cierra los ojos.— Le ordenó.
Jungkook siendo el descarado que es, lo hizo; cerró sus ojos y estiró los labios. Lisa sonrió pícara. Al ver que lo hizo sacó un papel pequeño y escribió algo, rápidamente.
No era tan estúpida como para hacerlo. Fue a los interruptores del pasillo y apagó las pocas luces que había allí. Para después salir cuidadosamente del lugar, no sin antes guardar algo en el bolsillo de su chaqueta.
El chico sentía los segundos pasar y sus labios no se chocaban con nada.
— ¿Dónde estas, bailarina?— Preguntó de repente y abrió sus ojos, sobresaltandose al ver sólo oscuridad.
Lo había engañado. Frunció el ceño y cruzó sus brazos enojado. Sacó su teléfono del bolsillo de su chaqueta, pero se confundió al sentir otra cosa allí guardada. Con cuidado lo sacó, dando con un papelito.
Incendió la linterna de su teléfono y una sonrisa se plasmó en su rostro al ver de qué se trataba, mejor dicho...de quién.
"Lo siento Jungkook de BTS, pero no soy tan directa. Aquí está mi número, espero te sirva para algo.
Por cierto mi nombre es Lalisa Manoban".
Jungkook sonrió. Lalisa Manoban. Interesante.
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