18; Los gemelos.
DESCRIPCIÓN Donde Rosé y Jimin hacen una apuesta, donde incluyen el sexo del bebé de Lisa.
* * *
— Rosé, mi amor ¿Podrías parar de comer y prestarme atención?
La voz de Jimin hizo que Rosé volteara a ver a su esposo; mientras sus mejillas estaban más que llenas por los aperitivos de la mesa frente a ellos.
Jimin sonrió. Parecía una adorable ardillita.
— ¿Quieres un poco?— Le preguntó suavemente. Su mano le tendía una brocheta pequeña.
Jimin negó:— ¿Sabes qué quiero?— Le respondió con otra pregunta. Ella negó curiosa y confundida.— Quiero que me prestes atención.— Rosé sonrió al ver su puchero tierno.
Dejó de comer y se acercó a su esposo, envolviendo sus brazos en el cuello de este y hundiendo su rostro en ese lugar, aspirando su rica colonia.
Jimin la abrazó fuertemente de la cintura y cerró los ojos ante aquel reconfortante abrazo. Para él, Rosé siempre daba los mejores abrazos. Así que siempre que se sentía mal o no, corría hacia ella.
Se separaron lentamente y Jimin le dio un corto beso en los labios, sacando una sonrisa de estos.
— Cariño, vamos. Pronto darán los resultados y ya sabes que soy team boy.— Dijo y señaló su gorro azul.
Rosé frunció el ceño, sin estar de acuerdo.
— Seré team girl siempre, mi amor.— Dijo y también señaló su gorrito rosado, con una gran sonrisa en el rostro.
Qué linda que es esta mujer, pensó Jimin.
— Hagamos una apuesta.— Rosé jugó con su cabello rojo oscuro pensándolo, para después asentir levemente.— Si yo gano te pintas el cabello de rubio.— La chica abrió sus ojos exageradamente y miró su cabello, casi que muriéndose.
No se vería bien siendo rubia.
— Y si tú pierdes, te harás un tatuaje con la frase que te dije el otro día. Aquí.— Dijo y señaló el lugar donde se encontraban las costillas.
Jimin lo dudó un segundo pero después aceptó tendiendo su meñique frente al rostro de su novia. Rosé bufó y enganchó su meñique con el de Jimin, que al final le dio un tierno beso a estos.
Instantes después, el momento más esperado por todos se avecinaba y se sentía la emoción en el aire.
Lisa estaba al lado de su esposo Jungkook. Acariciando su barriga de siete meses mientras miraba la caja frente a ellos, todos expectantes. Los nervios y emociones a flor de piel.
Aquella caja llamaba la atención de todos, con la pregunta escrita al frente ¿Chico o chica? En letras blancas y el resto con tonos rosas y azules.
Jungkook estaba nervioso. Fuese el género que fuese, iba a amarlo con toda su vida; tanto como ama a Lisa y más de lo que se ama a él mismo.
— ¡Yo haré el conteo!— Dijo Yoongi emocionado, sorprendiendo a todos por su actitud.
Esto es nuevo.
Jungkook tomó las manos de Lisa entre las suyas y miró nervioso la caja frente a ellos, escuchando de fondo el conteo de su amigo y los gritos de emoción de los otros presentes.
— ¡Tres, dos, uno!— Y con esto dicho la caja se abrió dejando ir globos de... ¿Dos colores?
Azul y rosado eran los colores de los globos y todos los presentes, a excepción de Rosé y Jimin estaban saltando y gritando de emoción mientras corrían a abrazar a Jungkook y Lisa.
Rosé tenía la boca entre abierta sin entender nada y Jimin el ceño fruncido, mientras estaba más que confundido. Se suponía que tendría que haber salido un solo color, ya sea rosa o azul.
Lisa se acercó a ellos y les dio un abrazo, ambos de lo devolvieron aún sin entender.
— No me escucharon por andar comiendo ¿verdad?— Les regaño Lisa al separarse del abrazo.— ¡Tendremos gemelos!— Expresó llena de alegría la chica, para después ir a abrazar a Jennie y Yoongi, dejando solo a los otros dos chicos.
— Espera...— Murmuró Rosé y miró a Jimin con expresión de horror.— ¿Eso quiere decir que tendré que pintarme el cabello de rubio y tú hacerte el tatuaje?
Oh mierda.
* * *
Dos meses después.
— ¡Jeon Jungkook te juro que si no estás aquí en menos de un minuto quemaré tu colección de álbumes de IU!
El grito de Lisa resonó por cada parte de su casa. El pobre chico corría con un bolso donde iban pañales, ropa de bebé y todo lo necesario para este. Sus manos temblaban con cada segundo que pasaba y considerando el estado de Lisa, estaba seguro de que si no se apuraba sí quemaría los discos de su amada IU.
— ¡Ya voy, Lili!— Gritó de vuelta mientras iba a su cuarto a toda velocidad.
Lisa estaba sentada en el borde de la cama, sus manos apoyadas en esta mientras intentaba regular su respiración. El flequillo que hace unos días había cortado se estaba pegando a su rostro, así que tiró todo su cabello hacia atrás y lo puso en una cola de caballo.
— Aquí estoy, mi vida.— Jungkook llegó completamente agitado hasta Lisa, que sólo extendió su mano para que el anterior nombrado la ayudase a levantar.
Jungkook cerró los ojos lleno de dolor cuando Lisa clavó sus uñas en su brazo descubierto, ya que había sentido otra contracción.
— ¿Estás bien?— Preguntó preocupado.
— Claro que estoy bien ¿No me ves? Tan bien que estoy apunto de llorar del dolor.— Dijo sarcástica.— Claro que no estoy bien, cabeza de coco. Tus hijos me están matando.
Jungkook tragó fuerte y continuó ayudando. Tenía un brazo alrededor de su cintura y otro donde Lisa se estaba apoyando. Además, donde clavaba sus uñas de vez en cuando.
Al estar en el carro, Jungkook pudo respirar sólo un poquito más. Era de madrugada así que debía tener cuidado porque que estaba muy oscuro. Irían al hospital de su gran amigo Namjoon, que estaba esperando desde hace meses el nacimiento de los famosos gemelos.
— Jungkook...
— Tranquila, amor. Falta poco.— Mintió.
— Jungkook...
— Amor calma, eso no le hará bien a los niños.
— Jungkook...
— Respira, es mejor si...-
— ¡Pero déjame hablar!— Gritó histérica haciendo que Jungkook parara el carro a mitad de la calle. Giró la cabeza hacia Lisa y abrió los ojos lleno de pánico.— Si no manejas más rápido voy a tener a los gemelos en esta maldita carretera dentro de tu jodido carro, y tú no quieres eso ¿Verdad?
Jungkook negó lleno de miedo y aceleró el paso, su corazón saliéndose cada cinco minutos ya que Lisa gritaba más de lo que respiraba.
Al ver la entrada del hospital pudo suspirar más tranquilo. Secó su sudor con la manga de la camisa que traía y se apresuró a ayudar a Lisa.
Algunas enfermeras al ver que se trataba de una embarazada a punto de dar a luz, llevaron una silla de ruedas y la sentaron allí. Lisa cada vez más impaciente.
— ¡Jungkook!— Lo llamó asustada al no verlo allí.
— ¡Aquí estoy!— Dijo sosteniendo su mano fuertemente y dándole una sonrisa.— Tranquila, va a estar bien.— Le aseguro. Lisa sonrió.
Jungkook.
Acomodé el tapabocas para que no se cayera ni nada parecido mientras veía a Lisa. Mi mano sostenía la suya.
Faltaba poco para que nuestros bebés dieran su primer vistazo al mundo y debo decir que estaba más que emocionado. Sentía que en cualquier momento me iba a poner a llorar o incluso desmayarme de la emoción que todo eso me causaba.
— ¡Falta poco, señora Jeon!— Le dijo el médico.— Ya puedo ver la cabeza de la niña.— Sonreí ante sus palabras y miré emocionado a mi esposa que estaba teniendo un difícil momento.
Minutos pasaban y se sentían como la eternidad misma. Mis ojos siempre estaban en Lisa y en sus facciones asegurándome de que todo estuviera bien.
Lloriqueos de bebé me hicieron levantar la mirada. Los ojos se me llenaron de lágrimas al ver cómo mis dos hijos eran sujetados por las enfermeras auxiliares, sonreí cautivado con estos. Miré a Lisa y deposité un beso en su frente, esta sonrió desganada y cerró los ojos.
Me acerqué a ver a los niños y casi que grito de emoción cuando los vi allí; acostaditos y con los ojos entrecerrados. Tan frágiles. Me dieron más ganas de llorar.
— Señor Jeon ¿Podría por favor esperarnos afuera?— Asentí no muy seguro mientras me dirigían a la salida de la habitación.
Al quitarme la bata, tapabocas, guantes y todo lo que me pusieron para poder estar en el parto, salté de alegría.
Al llegar a la sala de espera todos nuestros amigos llegaron para hacerme preguntas. Felizmente las respondí todas hasta que mis ojos captaron algo más.
¿Una cabellera rubia?
— ¿Rosie?— La nombrada se volteó y Jimin me miró con una sonrisa que devolví.— ¿Qué te pasó en el pelo?
Rosé miró nerviosa a Jimin y suspiró jugando con su cabello.
— ¿Fue una apuesta?
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