- Steven. - Grita Oliver desde la sala.

- ¿Ahora qué? - Grita Steven muy molesto.

- ¿Compraste las cosas para la fiesta?

- ¿Cuántas veces debo decirte que necesito una identificación para comprar licor?

- Por un momento olvidé que eras menor de veintiuno. Encárgate de todo aquí, yo iré a hacer las compras.

Oliver toma las llaves del auto y sale del apartamento, abre la puerta del auto, de pronto ve a Addison del otro lado de la calle caminando hacia el campus.

- Addison - Grita Oliver.

Ella voltea al escuchar su nombre, sonríe al ver a Oliver.

- ¿Estás ocupada?

- No, de hecho estoy regresando a mi dormitorio.

- ¿Quieres venir a una fiesta? Justo ahora voy a comprar algunas cosas ¿Me acompañas?

Addison lo piensa por un segundo cruza hacia el otro lado de la calle y se para frente a Oliver.

- No gracias. - Dice cabizbaja. - Tengo que estudiar.

- Vamos, no seas aguafiestas, será divertido. - Insiste.

- Está bien. - Dice insegura. - Quizás solo una hora.

- Una o dos, vamos sube al auto.

Oliver conduce hasta el supermercado, se estaciona, abre la puerta de Addison para que pueda bajar, entran al supermercado, Oliver toma una carreta, caminan por los pasillos de las frituras y posteriormente del licor tomando todo lo que necesitan.

- Ese es demasiado licor - Dice Addison sorprendida al ver tantas botellas de alcohol juntas.

- ¿Qué nunca has estado en una fiesta? - Se burla Oliver.

- Sí, pero nunca he bebido. - Dice nerviosa.

- Eso es muy creíble, pareces esa clase de chica.

- No necesito licor para divertirme en una fiesta.

- Un punto para la chica que nunca ha bebido.

Ambos se ríen y continúan con su compra, Addison ve algunos chocolates a la distancia, así que corre hacía aquel pasillo, toma algunos y los mete en una canasta.

- ¿Quieres alguno?

- Yo invito. - Dice Oliver.

- Por supuesto que no, yo invito los chocolates ¿Cuál es tu favorito?

- Me encantan los Hershey's de chocolate blanco.

- Pues tendrás un Hershey's de chocolate blanco, bueno que sean seis sólo porque me agradas.

- ¿Sólo te agrado? - Pregunta con una sonrisa pícara.

Addison se sonroja, comienza a reír y continúa caminando sin decir nada.

- ¿Sólo te agrado? - Pregunta de nuevo.

- Te lo diré en unas semanas - Dice misteriosa - ¿Y qué opinas de mí? ¿Te agrado?

- No sólo me agradas y lo sabes. - Dice con una tímida sonrisa.

Addison se pone tan roja como un tomate, hace su mejor intento por no reír tapando su boca con sus manos.

- Te ves hermosa cuando te sonrojas.

- Ya déjame en paz. - Dice Addison avergonzada dándole la espalda a Oliver.

Oliver se pone frente a Addison, intenta descubrir su cara tomando sus manos, ella intenta evitarlo, se da la vuelta nuevamente, hay una pequeña lucha entre ellos hasta que finalmente Oliver logra quitar las manos de Addison de su rostro.

- Eres muy hermosa. - Dice sonriente.

- Vamos a pagar. - Dice Addison evadiendo el comentario de Oliver.

Ambos van a la caja, pagan todo lo que llevan, suben al auto todas las cosas y regresan al apartamento de Oliver, son las siete así que comienzan a arreglar todos los aperitivos y los últimos detalles para la fiesta.
Steven, que estaba en su habitación se sorprende al ver a Addison en su apartamento.

- Addison, no creí que vinieras. - Dice Steven abrazándola.

- Oliver me invitó. - Sonríe. - Eso es estupendo, por lo menos habrá alguien conocido, todos los que vienen son amigos de Oliver.

- ¿En serio? ¿Tú no invitaste a nadie?

Algunos chicos de una clase, pero no los conozco realmente, si quieres puedes invitar a una amiga

- ¿En serio? - Dice Addison emocionada.

- Sí, claro ¿Porque no?

Addison toma su celular y llama a su compañera de cuarto para invitarla a la fiesta, ella accede en seguida. Todos terminan de alistar el apartamento para la fiesta, los invitados comienzan a llegar, Oliver pone música y la invita a bailar, él es muy bueno en eso, se podría decir que es su especialidad, tiempo después el apartamento está repleto de gente desconocida, Oliver está con sus amigos, así que ella decide darle espacio, el ambiente de las fiestas no es realmente lo suyo, se sienta en el sofá y revisa su celular.

- ¿Te estas divirtiendo?  - Pregunta Steven sentándose junto a ella.

- No lo sé, es mi primera fiesta en un largo tiempo, me siento fuera de lugar en alguna forma.

- Te entiendo.

- Fondo fondo fondo. - Grita una gran multitud al rededor de Oliver.

Steven y Addison lo ven tomando una botella de cerveza de un solo trago.

- ¿Quieres algo de beber? - Pregunta Steven.

- Estoy bien, gracias.

- ¿Quieres bailar?

- Claro. - Sonríe.

Steven la ayuda a levantarse del sofá, la guía tomando su mano hasta el centro de la sala y comienzan a bailar.

- ¿Hace cuanto no vas a alguna fiesta?

- Hace dos años fue mi primera fiesta y la última, imagino que tú has ido a muchas.

- Unas cuantas, a Oliver le gusta organizar muchas fiestas.

- Entiendo.

- ¿Por que nunca fuiste a otra fiesta?

Addison cambia el gesto en su rostro,  deja de bailar y mira hacia el suelo.

-E... Es... bueno. - Tartamudea. - Mi primera fiesta... Tenía 17,  mis amigos bebían mucho, durante la fiesta me sentí mal, uno de mis amigos, Milles, se ofreció a llevarme a casa, en el camino me di cuenta de que conducía erraticamente, le pregunté si se sentía bien, el dijo que estaba perfectamente bien, unas calles más adelante se pasó una señal de alto, una mujer en su camioneta nos chocó de lado y el auto se volcó, cuando desperté estaba en el hospital, mis padres me dijeron que Milles murió en el accidente. - Lágrimas comienzan a brotar de sus ojos. - Hasta ahora no había asistido a ninguna fiesta. Lo siento Steven, ya no quiero estar aquí. - Dice limpiando las lágrimas en su rostro con sus temblorosas manos.

- Addison, espera. 

Ella prácticamente corre hacía la puerta, Steven la sigue, pero Oliver lo detiene.

- ¿Qué le hiciste? - Dice molesto.  ¿Por qué esta llorando?

- Nada. - Dice Steven saliendo por la puerta.

Steven corre hacía el campus de la universidad, busca a Addison, pero no la encuentra, va hacía los dormitorios y toca su puerta, esperando que este allí.

- Addison abre por favor.

- Estoy bien Steven. Ve a divertirte. 

- Se que no estás bien vamos, déjame entrar. - Dice sin dejar de tocar.

Addison limpia las lágrimas de su rostro y se levanta a abrir la puerta.

- Lo lamento. - Dice Steven abrazándola.

- No es tu culpa, es algo de mi pasado que me seguirá durante toda mi vida, no he podido superarlo, ni siquiera he  tenido el valor de ver a sus padres, de pedirles perdón por haber provocado la muerte de Milles. Me aterra pensar en lo que me dirán, sé que me odian.

- Ellos no te odian - Dice Steven limpiando las lágrimas del rostro de Addison. - Lo que pasó fue terrible, pero no fue tu culpa ¿Cómo podrías haber sabido que eso pasaría?

- Si perdiera a alguien más no se que haría, me es difícil superar la muerte de alguien a quién amo, pasé medio año encerrada en casa después de la muerte de Milles, gracias a mis padres terminé ese año estudiando en casa.

Las palabras de Addison retumban en la mente de Steven, ella merece saber la verdad, no podría vivir en paz consigo mismo sino le advierte ahora mismo.

- Necesito decirte algo. - Dice Steven decidido.

Addison lo observa con curiosidad.

- Aquí estás. - Dice Oliver entrando a la habitación. 

Abraza a Addison y ve a su hermano enfadado.

- ¿Qué le hiciste? - Dice Oliver empujando a su hermano. - Responde.

- Nada. - Dice Steven entre dientes.

- Estoy bien. - Dice Addison suspirando. - No es nada.

Steven le regresa el empujón a su hermano, ella se pone en medio de los dos, sus manos tocan el pecho de ambos para evitar que se acerquen.

- Ya basta. - Dice molesta. - Fuera de mi habitación.

- Ves, la enojaste. - Dice Oliver.

- Es tu culpa. - Dice Steven con frustración.

- Es mi culpa, no debí haber ido a esa fiesta, no estaba lista.

- ¿A qué te refieres?

- Steven puede decírtelo luego, ahora váyanse de aquí, quiero estar sola.

Addison va a la puerta para que ambos salgan, cuando están afuera cierra la puerta.

- ¿Qué le hiciste? - Pregunta Oliver un poco mas calmado.

- ¡Que no le hice nada! 

- ¿Entonces? 

- Ella me contó algo sobre su pasado.

- Vamos hermanito, no me dejes esperando, dime que es.

- Ella estaba en una fiesta cuando tenia 16, uno de sus amigos se ofreció a llevarla a casa por que se sentía mal, él había bebido, en un cruce se pasó el alto, una señora los choco de lado, él murió al instante, ella despertó días después en el hospital, sus padres le contaron lo que sucedió, desde entonces no había asistido a ninguna fiesta, ella pensó que podría ir esta noche, que eso no la afectaría, pero no fue así, lo único que quería era salir de allí, así que lo hizo, por eso salió corriendo.

- Es por eso que cuando le pregunte si quería venir a una fiesta ella al principio dijo que no.

- Es tu culpa en todo caso, ya deja de culparme por tus errores.

- Yo no tenía idea. - Dice perplejo.

- Yo tampoco, así que deja de culparme.

- Lamento haberte gritado y empujado, es solo que ella me gusta mucho, con ella no lo sé... Soy diferente que con cualquier otra chica.

- Sabes que a mi también me gusta ¿No es así? Oliver, no voy a permitir que le hagas daño, no quiero verla sufrir.

- Hermanito, ella no va a sufrir, lo único que voy a hacer es hacerla feliz, lo más feliz que pueda hacerlo en este tiempo.

- ¿Cómo estas tan seguro de que quiere estar contigo? 

- ¿Cómo estás tan seguro de que querrá estar con alguien como tú?

- ¿Perdón? ¿Quién es el que ha tenido cientos de novias? En mi vida he tenido dos novias y una de ellas esta loca.

- Por eso no querrá estar contigo, Melissa te sigue a todos lados, ella cree que aún siguen juntos, nunca dejará a Addison en paz.

- Yo voy a pedirle que se aleje de mi, Addison estará bien conmigo, yo puedo ofrecerle más de lo que tu podrás, conmigo no va a sufrir ningún instante de su vida, contigo... Le romperás el corazón, vas a destrozarla ¿Es eso lo que quieres?

- No es así Steven, ya déjame en paz. - Dice molesto.

Ambos caminan en silencio hasta su apartamento, la fiesta continua hasta horas de la madrugada, luego de despedir a todos de la fiesta, Oliver y Steven van a sus habitaciones sin siquiera dirigirse una palabra, ambos piensan en todo lo que dijeron, meditan hasta quedarse dormidos.