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Invitación


~Días después/ En los pasillos de la escuela~

Nuestro pelinegro se encontraba caminando por los pasillos de su escuela, mientras leía un pequeño libro. Todo parecía estar tranquilo, hasta que...

Yotsuba: ¡Kaneki-san!*empujándolo* Es mañana, ¿estás listo?

Ken:*levantándose del suelo* sí, estoy listo.

Yotsuba: qué emoción. Ya quiero hacer las actividades, como senderismo, esquí, la prueba de valor, y... ¡la fogata!

Ken: y dale con eso. Ya te dije que esa leyenda no es verdad.

Yotsuba: qué aguafiestas eres, Kaneki-san. Tienes que tener fe.

Ken: la fe la perdí hace diez años. Además, ¿cuál es la probabilidad de que la leyenda sea real?

Yotsuba: ¿y cómo explicas que personas hayan empezado a salir después de eso?

Ken: eso es fácil de decir. Las personas se confiesan al chico o a la chica que le gusta, y si hay suerte aceptan, y así, mi querida Yotsuba, es como se le haya una explicación lógica a una leyenda.

Yotsuba: ¿sabes qué? Mejor cree tú en tus cosas y yo en las mías, jejeje...*observando a Miku* ¿Te ocurre algo, Miku? Estás más callada de lo normal.

Miku: ¿por qué nos enamoramos?

Ichika: porque sientes un deseo de estar con esa persona y no querer que ella esté con alguien más. En pocas palabras: quieres que sea solamente tuya. Seguro lo entiendes, ¿verdad, Miku?

Miku:*sonrojada* no.

Ken: ¿qué quieren hacer ahora? ¿Estudiar?

Ichika: yo tengo un rodaje. De hecho, ya te mandé un mensaje. Aunque yo creo que deberías dejar de estudiar un poco.

Ken: no estoy estudiando. Solo leo algo.

Yotsuba: ¿qué lees, Kaneki-san?*acercándose más al pelinegro*

Ken: demonología.

Ichika:*sacando una cruz* padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Por favor, no dejes que el alma de Ken-kun vaya al Infierno por leer ese libro.

Ken: esto es un simple libro de historia que la biblia no se atreve a decir. Solo me estoy informando sobre lo que no dice "la palabra de Dios".

Itsuki:*acercándose* hola.

Ken: ho...

Yotsuba: ¡Itsuki, rápido! ¡Trae agua bendita, hay que salvar el alma de Kaneki-san!

Itsuki: ¿eh? ¿Por qué?

Miku: Ken estaba leyendo un libro sobre la demonología. Ayúdanos a salvar su alma.*preocupada*

Ken: ¡suficiente de esto!*alzó la voz* Leer sobre la demonología no es un pecado. Solo me informo de cosas que la biblia no dice. No cometo ningún pecado al informarme sobre Azazel, Astaroth, Asmodeus, Lucifer, Samael, etc. Además, ¿no tenías algo qué hacer Ichika?

Ichika: ¡cierto! ¡Rayos, se me olvidó! ¿Miku podrías hacer lo mismo de siempre, por favor?*entregándole una peluca*

Miku: claro.

Itsuki: Yotsuba, ¿podrías ayudarme a llevar unos libros a la biblioteca?

Yotsuba: ¡claro!

Itsuki: Kaneki-kun, ¿qué harás ahora?

Ken: nada importante. Más tarde las alcanzo.

Sin nada más que decir, el pelinegro fue en la dirección en la que Miku se había ido hace unos momentos.

~Time skip~

Ken había estado esperando a Miku quién había entrado al baño de mujeres hace unos minutos atrás. La curiosidad del pelinegro era lo que lo movía en ese momento, quería saber cuál era el favor que Miku le hacía a Ichika.

Ken: (es oficial. Me he vuelto un chismoso)*cabizbajo*

Unos minutos después salió Ichika del baño donde había entrado Miku. Ken había quedado confundido, ¿cómo era posible de que Ichika apareciera, si Miku era la que había entrado?

Ken: (oh, ya entiendo. Miku se disfrazó de Ichika)*entendiendo* (Pero ahora mi pregunta es: ¿por qué lo hizo?)

Miku comenzó a caminar, siendo seguida por Ken.

~Time skip~

Miku había llegado al salón de clases de Ichika. Afuera de este, se encontraba Ken apoyado a la pared escuchando lo que estaba pasando.

Miku no estaba sola en el aula, también estaba otro chico. Esto último llamó la atención del oji-gris, quién agudizó más sus oídos para escuchar mejor.

???: Nakano-san, gracias por venir.

Miku: este... Maeda-kun, ¿cierto? ¿Dónde está el resto de la clase?

Maeda: lo siento. Te mentí para que vinieras.

Miku: ¿hmn?

Maeda: ¡por favor! ¡Baila conmigo en la fogata!*totalmente sonrojado*

Miku: ¿eh? ¿Por qué?

Maeda: b-bueno... Es que... me gustas.*sonrojado*

Al escuchar eso, el rostro de Miku se ruborizó de gran manera, mientras empezaba a pensar en lo dicho.

Miku: (es cierto. Ichika es muy linda. ¿Le pasará a menudo?) Ya veo. Te responderé después.*dándose media vuelta*

Maeda: quisiera escuchar la respuesta ahora.

Miku se empezaba a poner más nerviosa por la insistencia en el castaño. Si esto seguía así, sería descubierta.

Miku: b-bueno... Tengo algo que hacer.

Maeda: un momento.*acercándose* te ves diferente hoy, Nakano-san. ¿Será tu cabello? ¿Tu forma de vestir?

Ken:*entrando* Ichika, aquí estabas.

Miku/Maeda: ¿eh?

Ken: tus hermanas te están buscando. Vamos con ellas.

Miku: Ken...

Maeda: ¿quién eres tú, mocoso? Y no llames a Nakano-san por su nombre.*serio*

Ken: ¿por?*tomando de la mano a Miku* Vamos, se hará tarde.

Maeda: ¡¿qué crees que haces?! ¡¿Suelta a Nakano-san ahora mismo?!

Ken: lo siento. Pero me la llevaré.

Maeda: desgraciado.*apretando su puño* Suéltala ahora.

Ken: no es tu problema.

Maeda: Nakano-san está a punto de darme la respuesta a una pregunta muy importante.

Ken: desde mi punto de vista, la familia es más importante que un tonto enamorado.*sereno*

Maeda: maldito.*enojado* ¿Cómo te atreves a espiar a las demás personas?

Ken: eso no es de tu incumbencia.*abriendo la puerta* ¿Nos vamos?*dándole una leve sonrisa*

Miku: mmm...*asiento levemente avergonzada*

Maeda: suéltala... ¡ahora!

Sin previo aviso, Maeda tomó de la mano a Miku, juntándola a su cuerpo. Ken solo frunció el ceño mientras miraba al castaño.

Ken: eres muy molesto, ¿sabes?

Maeda: ya te he dicho que Nakano-san tiene que responder.

Ken: ¿tiene? Te diré algo. Una persona ni puede obligar a otra a quererla o a hacer que corresponda a sus sentimientos.

Maeda: vete de aquí, ¿o es que quieres que te saque yo?

El ambiente se había puesto más tenso ante la amenaza de Maeda. Miku se ponía más y más nerviosa, mientras que Ken solo miraba al castaño de forma neutral, para luego cambiar esa expresión por una leve sonrisa. 

El pelinegro miró a la castaña, la cual seguía muy nerviosa, y le guiñó el ojo. Nuevamente el pelinegro miró al castaño y se empezó a acercar a él.

Ken: ya veo. Me iré...

En un rápido movimiento, Ken tomó la mano de la tercera quintilliza y la acercó a él.

Ken: ... Con ella.

Maeda: ¡desgraciado!

El castaño tomó de la camisa al pelinegro y lo atrajo a él, mientras  que con su mano derecha tenía un puño listo para golpear al oji-gris.

Miku: ¡cálmate!

La voz de Miku fue ignorada completamente por Maeda, quién solo quería golpear al pelinegro por haber arruinado su momento. Ken solo mantenía la calma en ese momento, viendo como el puño de Maeda se acercaba a su rostro. Por instinto, Miku cerró sus ojos.

Pumn!~

El sonido de un golpe de escuchó por toda el aula vacía. Miku empezó a abrir los ojos con preocupación de ver al pelinegro herido, pero su sorpresa fue grande al ver a un Maeda tirado en suelo, mientras sostenía con fuerza su mandíbula, y un hilo de sangre salía de su boca.

Quién había recibido el golpe no había sido Ken, sino Maeda. El pelinegro veía al castaño con seriedad, la sonrisa que había mostrado segundos atrás había desaparecido. Miku estaba sorprendida, ya que ella espero que el pelinegro fuera golpeado.

Ken: Ichika. Vamos. Se hará tarde.*sin quitarle la vista de encima a Maeda*

Miku: claro.

Maeda: espera, maldito.*levantándose*

Ken: mmm...

Maeda: aún... ¡Aún no he terminado!*intentando golpear al pelinegro*

Ken:*esquivando los golpes* ¿sabes algo? ¿Por qué no mejor te caes y no te levantas?

Maeda: ¿eh?

Pumn!~

Nuevamente el castaño recibió otro golpe, pero esta vez fue más fuerte y en forma de gancho. Miku quedó sorprendida por la gran habilidad que demostraba el pelinegro estando en una situación así. Mientras que Ken estaba relajado y sereno.

El cuerpo de un Maeda adolorido cayó al suelo, mientras que sostenía con fuerza su mandíbula, la cual ahora botaba más sangre.

Ken: será mejor que vayas a la enfermería. Esto se acabó.

Maeda: tú...*susurró* Tú eres él, ¿verdad?*levantándose* Tú eres el Segador Negro de la clase de al lado, ¿cierto?

Ken: sí.

Maeda: entonces...*limpiándose la sangre* Nakano-san estará bien contigo. Ni se te ocurra causarle problemas, ¿entendiste?

Ken: sí, sí, ya cállate y ve a la enfermería. Ichika nos vamos.

Miku: vamos.

Maeda: Nakano-san, bailarás con él, ¿cierto?

Miku: bueno... yo...

Ken: así es. Bailaré con ella.

Maeda:*suspiró* ya veo. Me rindo. Te la puedes quedar.*saliendo del aula*

Ken: (por fin se terminó esto)

~Time skip~

El pelinegro y la castaña se encontraban cerca de la salida de la escuela. Habían parada en los casilleros para que Miku se pudiera quitar el disfraz de Ichika.

Miku: ¿crees que esté bien?

Ken: no lo dejé inconsciente, así que creo que está bien.

Miku: gracias por haberme sacado de esa situación, Ken. No sé qué hubiera pasado si no hubieras llegado.*sonriéndole*

Ken:*con una leve sonrisa* no es nada.

Miku: pero ahora... ¿qué harás con el baile? Tendrás que bailar conmigo... Digo, con Ichika.*sacudiendo los brazos*

Ken: solo lo hice para que se callara y nos dejara ir.

Miku: ya veo. ¿Bailarás con ella al fin y al cabo?

Ken: no le veo el problema. Aunque tampoco le veo la necesidad de hacerlo. Pero... preferiría nos hacerlo sabes...

Miku: ¿no quieres bailar con ella?

Ken: no he dicho eso. Lo que intento decir es que, no me gustaría bailar frente a todas esas personas que estarán allí. Me sentiría muy incómodo.

Miku: ya veo.

Yotsuba:*a lo lejos* ¡ahí están!

Al escuchar a la pelinaranja, el pelinegro y la castaña se voltearon a verla. Yotsuba, siempre feliz y enérgica, estaba siendo acompañada de la hostil Nino; y la glotona Itsuki.

Nino: bien, vamos.

Ken: ¿hmn?*confundido*

~Time skip~

Las quintillizas y el pelinegro se encontraban en una tienda de ropa masculina, eligiendo la vestimenta del oji-gris por él.

Aunque el pelinegro afirmaba que el podía elegir solo, las hermanas no les importaba y seguían buscando algo que le quedara bien.

Derrotado, Ken se sentó en una banca a esperar que las quintillizas terminaran de buscar su ropa. Los minutos pasaron y al fin las hermanas habían encontrado lo que creían que le quedaría bien a Ken.

Las chicas volvieron a dónde el pelinegro se encontraba. Lo llamaron y lo invitaron a los probadores de ropa, para (valga la redundancia) probarse lo seleccionado por ellas.

Yotsuba: ¡muy bien, Kaneki-san! Toma, la ropa que elegí para ti y póntela.*entregándole la ropa, entusiasmada* Espero que te guste.

~Time skip~

Las chicas estaban afuera del vestidor, esperando al pelinegro. La emoción de verlo con la ropa elegida por la pelinaranja, hacia que la ya mencionada estuviera impaciente por verlo. Además, tenía algo de nerviosismo también; ya que no sabía si lo que eligió le iba a gustar.

Pero bueno, hizo lo que pudo, basándose en lo que había notado que al pelinegro le gustaba.

Sin hacerlas esperar más, Ken abrió la cortina que le daba su privacidad, dajando que lo vieran.

La pelinaranja, junto a sus hermanas se sonrojaron un poco al verlo vestido así. A sus ojos le quedaba muy bien, y el hecho de llevar pantalonetas, hacia que sus piernas bien trabajadas se robaran la atención de unas cuantas mujeres que pasaban por ahí; y de las propias quintillizas.

Yotsuba: ¿qué tal? ¿Te gusta?*algo nerviosa*

Ken: sí. Se siente... muy cómodo.

Yotsuba:*suspiró* (menos mal...)

Miku: sigo yo.*acercándose al chico* Me esforcé por qué te gustara.*con leve sonrojo, le entregó la ropa*

Ken:*tomándola* la única manera de que me guste, es probármela.

~Time skip~

Nuevamente las hermanas esperaban el chico. Y esta vez, era Miku quién estaba nerviosa y dudosa de que si lo que había elegido había sido del agrado del pelinegro. Nuevamente, las cortinas fueron removidas, dejando ver al pelinegro vistiendo la ropa dada por la castaña.


Un traje tradicional japonés, de estilo un poco más moderno, era lo que llevaba puesto el oji-gris en ese momento.

Un sonrojo apareció en las mejillas de las hermanas al verlo así, pero más en Miku, quién tenía la cara roja. A los ojos de la castaña veía a un mismo ángel. El color blanco de la ropa contrastaba perfectamente con el cabello negro del chico, y sus ojos grises le hacían ver más llamativo.

Miku: ¿qué te parece?

Ken: me gusta. Va conmigo.*dándole una leve sonrisa*

Miku:*suspiró* (qué alivio...)

Itsuki: bueno, toma Kaneki-kun.*entregándole la ropa* La elegí de acuerdo a como fuiste vestido cuando salimos.

Ken:*tomándola* no te preocupes. Hasta el momento ninguna me disgustado, no creo que la tuya lo haga.

~Time skip~

Ahora la que estaba nerviosa era la pelirroja, ya Yotsuba y Miku había recibido la aprobación de Ken. Ahora faltaba ella. Aunque poco a poco se fue calmando, y su mente comenzó a mostrarles pensamientos positivos sobre la respuesta de Ken, animándola.

El momento llegó. Ken abrió por tercera vez la cortina y dejó que ver a las chicas como iba vestido ahora.

El rostro de la castaña y pelirroja se puso rojo cómo un tomate al verlo. Se veía bien... No... se veía demasiado bien con esa ropa.

El corazón de Yotsuba, Itsuki y Miku se aceleró al verlo. Mientras que Nino simplemente intentaba ocultar su sonrojo.

Itsuki: y... ¿qué te parece?

Ken: me gusta. Eres muy observadora, Itsuki. Al igual que Miku y Yotsuba. Bueno, eso es todo ¿cierto? Me iré a cambiar y...

Nino: ¡espera, aún falto yo!*molesta*

Ken: ¿eh? ¿Tú? ¿Tú elegiste ropa para mí?*sorprendido* ¿Quién eres y qué le hiciste a la Nino que conozco?

Las demás hermanas rieron ante lo dicho por el pelinegro, causando que la molestia en la pelirosa aumentara.

Nino: ¡soy yo, idiota!*gritó*

Ken: oh, Nino, regresaste.

Nino: tsk... Cómo sea. Toma y póntelo rápido, quiero irme de aquí cuanto antes.*dándole la ropa*

Ken: sí, sí. Yo también quiero estar lejos de ti.*tomándola*

~Time skip~

La cortina fue abierta por cuarta y última vez, por el pelinegro, quién llevaba puesto la ropa dada por la pelirosa.







Nino: ¿y? Qué sepas que me esforcé.*mirando a otro lado*

Yotsuba: ¿en serio Nino escogió?

Nino: ha ustedes les importa lo que yo hago, ¿okey?

Ken: nada mal, Nino. Me la quedo, al igual que las demás.

Las palabras de el pelinegro hizo que las quintillizas se sintieran felices de saber que sus regalos no se desecharían.

~Time skip~

Las hermanas Nakano y el pelinegro se encontraban afuera del centro comercial, despidiéndose.

Ken: ¿están seguras de esto? No quiero ser una molestia.

Itsuki: ¿qué dices, Kaneki-kun? Claro que no eres una molestia para nosotras.

Nino: tú no hablas por mí, Itsuki. La única razón por la cual te compramos eso, es para que no te confundan con un vagabundo.

Ken: sí, sí. Lo que tú digas, Shotacona.

Nino: ¡ya te dije que no es eso!*avergonzada*

Yotsuba: saben... Esto de salir con un chico... ¡es como tener una cita!

Las demás hermanas se sonrojaron un poco al oír lo que la pelinaranja había dicho.

Ya era tarde, así que decidieron irse cada quien a su hogar.

Yotsuba: ¡hasta mañana, Kaneki-san! ¡Asegúrate de ir!*se despidió*

Ken: ¡sí!*despidiéndose* Ir al campamento escolar.*suspiró* Debemos prepararnos entonces...

El teléfono de Ken comenzó a vibrar, dando a entender de qué tenía una llamada entrante. Ken vió que era su mejor amigo, Hide, quién lo llamaba.

Ken: ¿sí? ¿Qué sucede, Hide?

Hide: verás... Eto....

~Time skip/Casa de Kaneki~

Ken entró rápidamente a su hogar compartido, sosteniendo en su mano derecha una bolsa en la cual sostenía sus medicinas. El chico cerró la puerta de la salida y fue corriendo en dirección a la habitación de la peliverde.

Ken:*entrando* ¡Eto!

La peliverde amiga de Ken, se encontraba acostada en la cama, siendo cubierta por las sábanas de la cama.

Eto: Ken-kun. Qué bueno que estés así.*sonrió*

Ken: Eto. ¿Cómo te sientes?

Eto: bueno... me siento con frío, y algo mareada.*dijo débilmente*

Ken: ¿has vomitado?*sentándose al lado de ella*

Eto: dos veces.

Ken: ya veo. No te preocupes, yo te cuidaré. Hide volverá mañana, al parecer tuvo que hacer turnos extras, así que nos verá en el autobús. Procura recuperate rápido. Tengo estudiantes que asustar, jejeje...

Eto: claro. Lo haré.

Ken: ¿quieres dormir? ¿O quieres algo tomar algo de medicina?

Eto: quiero que estés conmigo.

Ken: ¿hmn?

Eto: quiero que duermas a mi lado, hoy. ¿Puedes?

Ken: Eto... Claro. Lo haré.*dándole una leve sonrisa* No me alejaré de ti.*acostándose*

Estando acostados uno al lado del otro, mirándose a la cara; sin despegar su mirada, acurrucándose más y más. Eto colocó su cabeza en el pecho de Ken, mientras abrazaba su torso, Ken no se quedó atrás y también abrazó la cintura de la chica.

Eto tenía en su rostro una sonrisa inocente, satisfecha, indefensa.... era como una niña pequeña, buscando protección.

Eto: (te amo, Ken-kun)

Fue lo último que dijo antes de caer en las manos de Morfeo, al igual que Ken.

~A la mañana siguiente~

Los rayos de sol habían salido hace tiempo, los ciudadanos de las calles de Tokio ya rondaban por las calles, y los estudiantes ya estaban en sus respectivas escuelas.

Pero en el caso de los estudiantes Eto Yoshimura y Ken Kaneki era algo totalmente diferente, ya que estos dos apenas se iban  levantando de su sueño. Sabían qué día era hoy. Sabían donde debían estar en esos momentos, pero no les importaba.

Ken: ¿te sientes mejor, Eto?

Eto: sí. Gracias a ti, me siento mejor.

Ken: vamos a levantarnos.

Eto: está bien.

Ambos se levantaron de la cama de la peliverde, y prosiguieron a darse un baño. El autobús ya debió haberse ido, por lo tanto no tenían prisa en ir, ya habían perdido su boleto de ida.

Después de bañarse, ambos bajaron las escaleras, queriendo ir a hacer el desayuno. Pero una voz los llamó.

???: así que aquí estaban.

Tanto el pelinegro como la peliverde, miraron al dueño de aquella voz, encontrándose con alguien que técnicamente no debería estar ahí.

Eto/Ken: Itsuki.

Ken: ¿qué haces aquí? ¿El autobús ya partió?

Itsuki: el autobús ya partió.*suspiró* Entiendo la situación. Hablé con Hide y me lo contó todo. ¿Te sientes mejor, Yoshimura-san?

Eto: sí. Gracias al método de Ken-kun para curarme lo estoy.*guiñándole el ojo al oji-gris*

Itsuki: ¡¿método?! Cómo sea, mejor arreglen sus cosas, nos vamos al campamento.*calmando sus celos*

Ken: ¿no que todos se fueron?

Itsuki: los demás. Nosotras no.

~Time skip~

Estando los tres afuera de la casa, el pelinegro y la peliverde se llevaron una gran sorpresa por ver quiénes estaban ahí, esperándolos.

Yotsuba: ¡Kaneki-san, Yoshimura-san, por aquí!

Ichika: vaya que tardaron.

Miku: Ken.

Nino: ¿se puede saber qué estaban haciendo?

Ken: chicas...

Itsuki: tienes que asustar a unos estudiantes, ¿no?*dándole una sonrisa*

Ken: ja, ja, ja... Ni modo. Estoy obligado a ir.*con una leve sonrisa*

(Próximo capítulo: Viaje al campamento)

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