Acoso
En un restaurante, sentado en el fondo de este, terminando de tomar una malteada de fresas, Ken miraba a un anciano delante de él. Kuzen Yoshimura, padre de Eto, lo miraba con una mirada seria.
Era sábado, no había clases, pero habían pasado do cosas en la semana que lo habían dejado muy pensativo. El pelinegro miró al mayor, puso una cara de poker y suspiró.
Kuzen: así que pasó eso. Sabes que tendrás que hacerte responsable, ¿cierto?
Ken: sí, señor.
Kuzen:*suspiró* siempre supe que ustedes dos iban a estar juntos de una u otra manera. El comportamiento que ella tenía hacia ti, como el tuyo hacia ella era distinto. Me alegra que ella consiguió estar contigo... Pero, ahora mismo, estoy un poco enojado contigo por lo que hicieron.
Ken: lo siento. Aceptaré la responsabilidad.
Kuzen: siempre tratando de resolver tus errores.*suspiró* ¿Qué harás con tu relación con Itsuki? Por lo visto, ella sigue enamorada de ti y tú de ella.
Ken: sobre eso... No sé qué hacer. Amo a Itsuki y a Eto.
Kuzen: sabes que eso está mal, ¿verdad? La sociedad no te vería con buenos ojos. Deberías elegir a una de ellas...
Ken: no puedo...
Kuzen: ¿huh? ¿Por qué?
Ken: no quiero herir a nadie. Amo a las dos. Aunque no se que pensar sobre la propuesta de Eto.*mirando a su suegro*
Kuzen: ¿la propuesta de Eto?
Ken: ella y Itsuki quieren... hacer un trío.
~Flash back~
Se podía ver a un pelinegro anonadado por lo que había escuchado... Delante de él se encontraban las dos chicas que dominaban en su corazón, Eto y Itsuki. Ambas miraban al pelinegro con suma atención y nerviosismo; esperaban la respuesta de lo que le habían pedido. La azotea había quedado en silencio absoluto, sólo se podía escuchar el viento pasar...
Eto: ¿y bien?*rompiendo el hielo, nerviosa*
Ken: ¿podrían... repetirlo?
Itsuki: p-por favor, h-haz un t-trío con n-nosotras.*nerviosisíma*
Ken:*dando un paso hacia atrás* bueno... Yo... Yo...*dándose media vuelta* ...necesito pensarlo.*yéndose*
Y sin más, el pelinegro se fue de la azotea, dejando confundidas y deprimidas a las dos chicas, quienes miraban con tristeza como se iba el chico.
Los días siguientes fueron algo incómodos para los tres, por más que las chicas quisieran estar cerca del pelinegro, este simplemente se iba del lugar y no lo veían hasta que se acababa el descanso. Eto intentaba hacer que olvidara el trío y que volviera con Itsuki, pero este no le respondía e intentaba apartar ese tema... Sus pensamientos estaban más enfocados en qué hacer.
~Fin del flash back~
Kuzen había quedado anonadado por lo que le había contado el pelinegro. La verdad nunca se esperó que eso sucediera. La peliverde y la pelirroja querían hacer un trío con el mismo chico.
Ken se encontraba con la cabeza agachada, apenado. Mientras que Kuzen sólo dibujó una pequeña sonrisa y empezó reír levemente. Al oír la risa, Ken miró al anciano.
Ken: ¿qué es tan gracioso, Kuzen-san?
Kuzen:*parando de reír* tú falta de experiencia, Ken-kun. Eso es gracioso.
Ken: ¿huh?
Kuzen: el corazón de una mujer es un misterio para los hombres, no sabemos cómo comportarnos o qué hacer, en ocasiones, para hacerla sentir bien. Pero también, es muy frágil.*mirando al pelinegro* Una chica puede ser muchas cosas, pero cuando se trata de amor, son capaces de hacer lo que sea con tal de lograr que esa persona se fije en ella.*mirando hacia fuera del restaurante* Y cuando por fin está con la persona que ama, lo cuida como si fuera su tesoro más valioso.
Ken: no entiendo.*cabizbajo*
Kuzen: je, je, je... Es normal, Ken-kun. Eto siempre a sido muy pegada a ti, y Itsuki pude ver que te ve cómo una figura a seguir. Ambas te aman y tú las amas a las dos, ¿cierto?
Ken: sí, pero...*suspiró y le sonrió levemente a Kuzen* Supongo que ya sé lo que debo hacer...
Kuzen: la sociedad no importa, Ken-kun.
Ken: sí. Gracias, Kuzen-san.
Kuzen: de nada. Ahora, como pago por este consejo, ayudarás a Touka con los clientes.
Ken: ¿eh...?
~Time skip~
Se podía ver a un pelinegro limpiando unos platos sucios, mientras tenía una mirada algo enojada.
Ken:*suspiró* esto no era parte del plan...
???: lástima. Ahora eres mi ayudante.
Ken: sólo por hoy, Touka.
El pelinegro volteo, mirando a una chica peliazul de ojos del mismo color. Cabello corto, y su flequillo le cubría el ojo derecho. Esta lo miraba con una leve sonrisa, mientras se acercaba.
Touka: hola, Kaneki. ¿Necesitas ayuda?*burlona*
Ken: para nada. Además, ya terminé.*secándose las manos*
Touka: vaya... Y, ¿cómo te ha ido últimamente?
Ken: lo normal.*apoyándose en la pared con los brazos cruzados* ¿Donde está el inutil de tu hermano?
Touka: salió con unos amigos suyos.
Ken: ¿y Hinami-chan?
Ken: bueno, iré a saludar. Atiende a los clientes mientras no estoy.
Touka: ¡oye, pero si tienes que ayudarme!
Ken: sólo serán unos minutos, niña.
Touka: ¡tengo tu misma edad!*enojada* Asshh, como lo odio.*yéndose a entender a los clientes*
~Mientras tanto con Ken~
El pelinegro se encontraba caminado por la casa que se encontraba detrás del restaurante, yendo a la habitación de Hinami.
El pelinegro llegó a la puerta de su habitación, tocó un par de veces, y en ese momento una niña de unos 13 años abrió la puerta, y al ver al pelinegro le sonrió.
Hinami: bienvenido, Onii-chan.*abrazándolo*
Ken: hola, Hinami-chan.*acariciando su cabeza* ¿Se encuentra tu mamá?
Hinami: no, fue a acompañar a papá en su trabajo. Volverá más tarde.
Ken: ya veo. ¿Y qué haces?
Hinami: estudio inglés para la escuela.*mostrándole un libro* Pero se me da fatal.
Ken: ¿quieres qué te ayude?
Hinami: ¡¿en serio, Onii-chan?!*con estrellitas en los ojos*
Ken: sí.*dándole una sonrisa*
Hinami: pasa, pasa.*empujándolo para que entrara*
~Time skip~
Se podía ver a un pelinegro y a una castaña bajando del segundo piso, regresando al restaurante Anteiku. En ese momento, un fuerte pisada llamó la atención de ambos, mirando a una Touka con una expresión de enojo hacia el pelinegro.
Touka: así que... al fin te apareces... Ken Kaneki.*acercándose al pelinegro*
Hinami: oh, no.*escondiéndose detrás de Ken* Onee-san está enojada.*asustada*
Ken: Touka, ¿qué pasó ahora?
Touka: ¿"qué pasó ahora", dices? ¿Te marchas por una hora y eso es lo primero que dices? ¡Eres un idiota!*intentando golpearlo*
Ken:*esquivándola* estaba ayudando a Hinami-chan a estudiar.
Touka: ¡pero eso no te da derecho a abandonarme!
Ken: pues, de hecho, sí.
Touka: ¡ahhh!
???/???2: ¡podrían callarse!*molestas*
Ken:*agarrando de las manos a Touka* oh, Kurona, Nashiro, hola.
Kurona: hola, Kaneki-senpai.
Nashiro: buenas tardes, senpai.
Touka: ¡sueltáme!
Ken: ¿qué les trae por aquí, chicas?
Touka: ¡no me ignores!*pateándole la cara*
Kurona/Nashiro/Hinami: ¡¡senpai/Onii-chan!!
Touka: quedan 15 minutos antes de que me turno se acabe. ¡Tú atenderás a los clientes de ahora en adelante, ¿entendido?!
Ken: sí, sí...
Sin nada más que decir, Touka de fue, dejando a Ken con las gemelas Yasuhisa y Hinami, quienes lo revisaban.
Kurona: senpai, ¿se encuentra bien?
Ken: sí, ya estoy acostumbrado a sus golpes.
Sin darse cuenta, Nashiro se acercó a la mejilla golpeada por Touka y le dió un pequeño beso. Dejando sorprendidas a las presentes y confundido al pelinegro. La albina se separó y le sonrió con las mejillas sonrojadas.
Ken: Nashiro.
Nashiro: un beso alivia el dolor. Lo leí en un libro. Dígame, ¿se siente mejor, senpai?*sonrojada*
Ken: sí. Un poco.*sobándose la mejilla*
La respuesta del pelinegro hizo sonreír de felicidad a la albina y hacer sentir celos a la pelinegra, quién se cruzó de brazos mientras murmuraba cosas.
Ken:*suspiró* ¿qué hacen por aquí, chicas?
Nashiro: vinimos a tomar algo. Estudiar todo el día es algo agotador.*sonriéndole* ¿Y usted senpai?
Ken: vine a hablar con Kuzen-san, y me terminó metiendo aquí.
Kurona: qué mala suerte tienes, senpai.*burlona*
Ken: sí, lo sé.*estirándose* en fin, iré a atender a los clientes. ¿Pueden cuidar a Hinami-chan mientras no estoy?
Hinami: ¡no soy tan pequeña, Onii-chan!*haciendo un puchero*
Ken: para mí sí lo eres.*burlón*
Kurona: Hinami-chan, vamos a jugar.*sonriéndole*
Hinami: ¿volver a jugar con Kuro-san y Shiro-san? ¡Sí! ¡Vamos, vamos!*emocionada, tomando de las manos a las gemelas y llevándoselas a su habitación*
Nashiro: nos vemos, senpai.
Kurona: tendrás que hacer algo por nosotras después.*dijo mientras subían al segundo piso*
Ken: (vaya... Hinami-chan se ve muy feliz)*sonriendo levemente* (me pregunto... ¿cómo se hubieran llevado esas dos...?)*pensó con una sonrisa nostálgica*
Después de eso, Ken soltó un suspiro y fue a atender a los clientes. Al llegar no había nadie, al parecer Touka se había encargado de todos los que habían llegado, pero aún faltaban 15 minutos, así que podrían llegar más...
Y así fue...
La puerta fue abierta por una chica de cabello rosado largo, con dos coletas que lo amarraban. Ken volteo a ver a su cliente abriendo los ojos de la sorpresa, al ver quién era.
Ken: no puede ser... ¿Por qué tenías que ser tú, Nino?*suspirando*
Nino Nakano, segunda hermana de las quintillizas, miraba con incredulidad al pelinegro; no se esperó que él estuviera aquí.
Nino: tú... ¿Qué haces aquí?*preguntó con su típico tono de hostilidad*
Ken: eso mismo te podría preguntar. Anteiku queda muy lejos de tu departamento, ¿qué haces aquí?
Nino: salí de casa. Quería despejar mi mente.
Ken: ¿tú mente? ¿Por qué?
Nino: ¡eso no te importa! Ahora responde, ¿por qué estás aquí?
Ken: este restaurante es del padre de Eto. Vengo de vez en cuando a pasar el rato, y en algunas ocasiones, ayudo a los que trabajan aquí.
Nino: ¿estás ayudando a alguien?
Ken: a una amiga. En fin, ¿vas a ordenar algo?
Nino: ¿eh? Ah, sí, claro.*sentándose en una mesa* ¿Qué hay en el menú?
Ken: todo lo que ves aquí.*entregándole el menú*
Nino:*observándolo* hay mucho a elegir... Pero creo que tomaré esta: una tarta de manzana y una malteada de chocolate.
Ken: marchando.
Nino: y qué sea rápido, Kaneki.*sonriendo de manera arrogante*
Ken: eres odiosa.
Nino: el sentimiento es mutuo.*dijo con una sonrisa*
Ken se fue a preparar el pedido de Nino, mientras esta última miró a una ventana que daba afuera del restaurante, mirando el cielo azul que había el día de hoy. Los minutos pasaron, Ken volvía con la tarta de manzana y la malteada de chocolate. El pelinegro miró a la pelirosa, dándose cuenta cuenta de lo pensativa que estaba, y parecía un poco asustada.
Eso despertó la curiosidad de Ken, quién se acercó con la comida en sus manos y la puso en la mesa, llamando la atención de Nino.
Ken: aquí está la orden.
Nino: ah, sí.*tomando la tarta y empezando a comerla*
Ken: ¿qué te sucede, Nino?*serio*
Nino: ¿eh? ¿De qué hablas?
Ken: pareces deprimida... No. Más bien... asustada. ¿Te sucede algo?
Nino: no es nada. Mejor metéte en tus asuntos y deja a los demás.
Ken:*suspiró* ¿aún no logro entenderte?
Nino: ¿de qué hablas?*curiosa*
Ken: eres la única que aún no me acepta. Tus demás hermanas ya lo hicieron. Incluso somos amigos, pero tú eres la única que es mi "enemiga".
Nino: ¿ha? ¿Qué tonterías dices? Por lo menos tú no me acosas.*rápidamente se tapó la boca*
Ken: ¿acosarte?
Nino: no es nada, puedes irte, ya me serviste mi comida, no es necesario que estés aquí.*mirando hacia otro lado*
Ken: Nino, ¿qué te sucede?*preguntó aún más serio que antes*
Un silencio entre ambos se hizo presente. Nino miraba con nerviosismo como el pelinegro lanzaba su mirada penetrante hacia ella. La quintilliza bajó la cabeza y suspiró.
Nino: ¿p-puedo confiar en ti...?
Ken: sólo tú puedes tomar esa decisión.
Nino: yo... estoy asustada...
Ken:*sentándose al frente de ella* ¿por qué?
Nino: yo... estoy siendo acosada por alguien.
La respuesta de la pelirosa hizo que el pelinegro abriera un poco los ojos de la sorpresa. Nino seguía con la miraba baja, mientras apretaba con fuerza la falda que llevaba puesta...
Nino: todo inició desde que volvimos del campamento. He recibido más de 30 cartas de amor desde el jueves hasta ahora.*sacando su celular* Al principio pensé que era una broma y que eventualmente se iba a detener. Pero...*mostrando su conversación* de alguna manera consiguió mi número. Y me ha escrito muchas veces.
Ken:*mirando el celular* no tiene nombre... Sólo son puntos.
Nino: pero eso no fue lo que verdaderamente me asustó.*mostrando una foto* Sino esto.
Ken: ¿qué...?
En la imagen, se podía ver claramente a Nino entrando a su departamento. Lo que significan que el acosador sabía dónde vivía. El pelinegro miró a la chica, notando que se encontraba temblando levemente.
Ken: ¿haz hablado sobre esto con tus hermanas?
Nino: no. No quiero preocuparlas.
Ken: ¿y con tu padre? Él podría darte un guarda espaldas y se acabó.
Nino: lo sé. Pero no quiero molestarlo.
Ken: no seas tonta. Claro que deberías llamarlo, un padre debe cuidar de sus hijos.
Nino: lo sé, pero...*sollozando* el miedo no me deja pensar con claridad.*abrazándose a sí misma* Yo... no sé qué hacer... Tengo miedo... Mucho miedo.*temblando* No sé si deba llamarlo, no sé si esto es una broma de mal gusto... Yo...
Nino fue callada por un cálido abrazo que Ken le dió. La pelirosa se sorprendió, pero, por alguna razón, no opuso resistencia... Simplemente correspondió al abrazo.
Ken: ¿te sientes mejor?
Nino: sí. Un poco...*separándose*
Ken: escucha.*tomándola de un hombro* No te preocupes, yo estoy aquí para ayudarte.*limpiando las lágrimas de Nino* Ahora, llamemos a tu padre.
Nino asintió y marcó el número del señor Nakano.
Marou: ¿hola? ¿Nino?
Nino: hola, papá.
Marou: ¿qué necesitas?
Nino: bueno, yo... Yo...
Al ver que no podía hablar, Ken decidió intervenir, tomando el celular de la pelirosa y colocándoselo cerca de su oído.
Ken: buenas tardes, Marou-san.
Marou: ¿huh? Kaneki-kun. ¿Qué sucede? Nino era quien estaba al teléfono, ¿por qué ahora...?
Ken: lamento interrumpirlo, pero esto es un asunto de emergencia.
Marou: ¿emergencia?
Ken: Nino está siendo acosada por alguien.
Marou: ... ¿Qué estás diciendo, Kaneki-kun?
Ken: Nino está siendo acosada. Me lo acaba de decir hoy. Me ha mostrado los mensajes que ella ha estado recibiendo durante esta semana. Y lo más preocupante es que hay una foto de ella entrando a su departamento.
Marou: ¿no es una broma?
Ken: no.
Marou:*suspiró* ya veo. Kaneki-kun, necesito que hagas algo por mí.
Ken: ¿huh?
Marou: desafortunadamente, tengo unas reuniones en 10 minutos. Por eso te pido que seas tú quien ayude a mi hija.
Ken: ¿eh?
Marou: sé que puede sonar repentino, pero actualmente, eres la persona que más confían mis hijas. Así que eres el único en quién puedo confiar para esto. Por favor, ayuda a mi hija y te paga aumentará.
Ken:*suspiró* está bien, Marou-san. Pero no lo haré por el dinero.
Marou: ¿huh?
Ken:*mirando a Nino* lo haré por ella.
Marou:*sonriendo levemente* gracias, Kaneki-kun.
(Próximo capítulo: El testigo es la luna)
Lore-craft: ¡¿ey qué pasa chavales?! ¿Todo bien, todo correcto? ¡Y yo que me alegro!
¿Cómo les va en sus casa? Aquí les traigo un nuevo cap para que no se me aburran.
No tengo muchas cosas que decir, salvo que estoy aburrido aquí en mi casa. Pero bueno, ustedes vinieron fue a leer el cap, no ha escuchar mi vida.
Bueno, como dicen los youtubers, voten el cap si les gusto, comenten y siganme.
(Pobre Itsukirby...)
Sayonara......
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