Capítulo 31: Ya No Llores Más
Pasaron tres semanas.
Cada vez que Michael me abrazaba por la cintura, o cuando me tomaba de la mano sentía bonito, pero en el fondo me sentía triste.
¿La razón? lo hacía en frente de los niños, en frente de Greace, en frente de los que trabajaban en la mansión, hasta en frente de los chicos que actuarían en la gira This Is It.
Todas las noches cuando los chicos se dormían, y cuando Michael se despedía de mí dándome las buenas noches me ponía a llorar silenciosamente en la habitación, tapada completamente con las cobijas mientras abrazaba la almohada, me decía en voz baja que me calmará, no lograba hacerlo. En las mañanas me lavaba la cara, todo lo que lloraba en las noches, y es que a veces me preguntaba que... si cada vez que Michael me tomaba de la mano o de la cintura él no sentía bonito...
Pero ¿a quien estaba engañando? Se que él solo quería a Lisa, y no la olvidaba, como quería que se olvidara de ella. Parecía que Michael estaba hechizado por ella.
Esta mañana me levanté, me lavé la cara, me vestí y me recogí el cabello en una cola de caballo. Bajé a desayunar donde los chicos me estaban esperando. Todo fue entre platica y risas, jugué con ellos, lo que quería hacer era olvidarme de todo, solo pasarmela de maravilla con los niños. Comimos hamburguesas caseras, decidimos hacer las hamburguesas, aún que algunos llegaron a quemarse, hubo guerra de comida, limpiamos todo y nos comimos las hamburguesas caseras.
Salimos afuera a tomar aire fresco.
-_____.
Miré a Prince.
-Dime.
-¿Papá hará lo de su falsa muerte?
El corazón se detuvo, la sangre se había congelado, parpadee varias veces.
-¿Que dijiste, Prince?
-Que si... ¿papá hará eso? ¿fingir su muerte?
-No.- dije de golpe.
-¿En serio?- esta vez Paris dijo aliviada.
-Si... miren niños, hablaré con su padre sobre esto... ¿de acuerdo?
Los tres asintieron con la cabeza.
-¿Desde cuando su papá planeó eso?- pregunté mirando a los tres con seriedad.
-Desde hace meses... creo que desde noviembre.- Paris respondió.
-Dios...- murmuré, tapé mi rostro.
-¿Hablarás con papi entonces?- preguntó Paris.
-Si, Paris, hablaré con tu padre sobre esto, no se preocupen niños.
Paris sonrió complacida.
-¿Que quieren hacer?- pregunté.
-¿Vemos una película?- propuso Prince.
-Buena idea ¿cual?
-Vamos adentro.-
Prince se dirigió adentro de la mansión, nosotros hicimos lo mismo. Tardamos un poco en elegir la película, ya que Paris y Blanket elegían diferentes películas.
Los niños se quedaron dormidos, les tapé con una cobija, les di un beso a cada uno de ellos.
Fui con Greace a platicar mientras esperaba que Michael llegará a casa después de sus ensayos.
-¡Ya estoy aquí!
Salí de la cocina y me encontré con Michael.
-Hola.- me sonrió.
-Hola.- le devolví la sonrisa.
-¿Y los niños?- preguntó buscándolos con la mirada.
-Están en la sala, están dormidos.
-Oh.
Nos dirigimos a la cocina, Michael saludó a Greace.
-Necesito hablar contigo, Michael.
-Claro, vamos a la biblioteca.
Tomó mi mano y nos dirigimos a la biblioteca.
-¿Que sucede?
-¿Cuando planeabas decirme lo de el 25 de junio?
Abrió sus ojos sorprendido, se rascó la nuca nerviosamente, después de unos segundos su mirada se encontró con la mía.
-Yo...
Lo interrumpí.
-¿No querías decírmelo? Entonces... ¿que fue eso que me dijiste que te arrepentiste mucho? Que ya era demasiado tarde para arrepentirse.
-Escúchame.- se acercó a mí. Su aroma llegó a mis fosas nasales, lo cual sentí que mi piel se había enrizado. -Me arrepiento de haberlo hecho, pero estamos a unas cuantas semanas para esa fecha, y no lo voy a hacer.
Lo miré sorprendida.
-¿Lo dices en serio, Michael?
-Si, tal vez nunca me dejarán en paz los tabloides... no lo haré, espero que viva más. No quiero crecer.
-Créeme... yo no quiero que crezcas...- dije en un susurro.
Me abrazó.
-Te quiero.- susurró.
-Yo también te quiero, Michael.
Se separó de mí.
En eso sonó su teléfono.
-Discúlpame.
Se alejó y se acercó a la ventana. Yo me senté y cruce mis piernas.
Podía llegar a entender algunas cosas de lo que decía Michael.
-Si... oh, no te preocupes... te llamaré mañana... estaré allí... que descanses... yo también te amo...
Sentí como el corazón me lo apretaban, me quedé paralizada por lo último que había dicho él.
"¿Te amo?"
En ese mismo instante tenia ganas de llorar, de romper cosas, de maldecir.
Tomé una gran bocanada de aire para poder controlarme y no dejar que las lágrimas se hicieran presentes.
-Hey, ¿todo bien?
Se acercó a mí.
-Si... solo estoy cansada, ya me iré a dormir.
-Bien, yo también haré lo mismo.
Acarició mi cabello como otras veces lo hacía.
-Buenas noches.- dijo.
Le sonreí. Salí de la biblioteca y fui corriendo hasta llegar a la habitación.
Sin más no pude evitarlo, apagué la luz y me aventé a la cama, me tapé con las cobijas y agarré la almohada.
-Ya no llores... ya no llores... ya no llores, _____.
Me lo decía una y otra vez.
¿Como podía ser posible que Michael dijera eso? ¿Como pudo haber dicho eso estando yo? Me dolía tanto el corazón.
-¿_____?
Abrí los ojos y me destape de las cobijas y prendí la luz de la habitación.
-Blanket...- le sonreí nerviosamente.
-No puedo dormir... tengo miedo.
Hizo una cara triste.
-Ven.
Abrí mis brazos, Blanket se acercó a mí y lo tapé con las cobijas.
-¿Por que lloras?- me miró inocentemente.
-No estoy llorando...
-Si, tienes los ojos rojos.
-Algo que no tiene importancia.
Alzó los hombros.
-¿Puedo dormir contigo?
Le sonreí.
-Claro.
Se acomodó en la cama.
-Ahorita vuelvo, voy a lavarme la cara.
-No tardes.
-Esta bien.
Me sonrió. Me dirigí al baño, hice mis necesidades y me miré al espejo por unos cuantos segundos.
-Ya no llores más...- me dije.
Me lavé la cara, suspiré y salí. Encontré a Blanket dormido, apagué la luz y cuidadosamente me metí a la cama, acerque a Blanket más a mí, lo abracé y quedé dormida.
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