Capítulo 18: Un hombre.
Me levanté a las 5:15 de la mañana, me cambié y bajé a desayunar unas galletas y un vaso de leche. Me fijé por la ventana para saber si Joseph había llegado. Me esperé otros cinco minutos y sonó la puerta. Agarré la mochila y salí, y ahí estaba él, parado a lado de la camioneta, se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla.
−Hola.- dijo con voz suave.
−Hola.− le sonreí.
Nos subimos a la camioneta y la camioneta arrancó.
−¿Como dormiste?− preguntó.
−Bien. ¿Y tú?
−Más o menos.
−¿Por que?
−Digamos que no pude dormir.
−Ah, ¿tuviste una pesadilla?
−No.− negó con la cabeza.
−¿Entonces?
−A veces sufro insomnio y anoche se me dificultó mucho poder dormir.
Me quedé perpleja ¿insomnio?
−Ah...− no sabía que decir realmente.
De acuerdo, no sé si ya me estaba volviendo loca o es que en realidad era él. ¡Pero _____, él ya no estaba!
−Extraño a mi mamá.− comenté mientras suspiraba.
−Pronto regresará.− acarició mi espalda.
−No lo sé, ya tiene un mes que se fue, y no me ha llamado, ni siquiera un mensaje me ha mandado.
−Tal vez está muy ocupada como para agarrar el teléfono y llamarte.
−Puede ser...− relamí mis labios.
−Y bien, ¿que harás con esas niñas?
−Pues me gustaría gritarles. Decirles sus verdades.
−_____...
−Está bien, si me hacen otra cosa le diré a la orientadora.
−Bien.
Llegamos a la escuela y agarré la mochila.
−Que te vaya bien.− me dio un beso en la mejilla. −Te quiero.− dijo con ternura.
−Yo también te quiero mucho.− le sonreí.
−Anda.
Me bajé de la camioneta y me encaminé en la entrada, me quedé parada unos segundos.
−Gracias a Dios que volviste.− murmuré. Sin más entre a la escuela.
[•••]
No hubo problema alguno cuando llegué al salón, aún que si algunos se mostraron extraños conmigo, hasta se me quedaban viendo y como tratando de decirme que les perdonará. Pero ¿como para que los iba a perdonar cuando yo ya habia intentado tener una amistad con ellos? ¿para que les iba a perdonar cuando Daniella se juntó con Julia y Abigail y que estuvieron en contra mía? Y a decir verdad, parecía que yo era superior a ellos. Y lo cual no era cierto, pero a la vez me sentía así y era absurdo, ahora que ellos se mostraron de esa manera. La orientadora no me dijo nada, es como si nada hubiera pasado. Que absurdo.
El timbre sonó, recogí las cosas y salimos del salón, me dirigí hacia el parque y me senté donde siempre me sentaba. Me comía una paleta cuando la camioneta se paró en frente del parque, sonreí y me levanté, la puerta se abrió y abracé a Joseph.
−¡_____!
Escuché una voz detrás de mí.
−¡Lisbeth!− me sorprendí.
−¿No nos vas a presentar?
−Eh...− giré la cabeza para ver a Joseph que también se había sorprendido. −Sí... Joseph, ella es Lisbeth, mi mejor amiga de la primaria... y Lisbeth, él es Joseph, un amigo...− ya estaba comenzando a ponerme nerviosa.
−Mucho gusto.− dijo Lisbeth en tono de coqueta ¿pero que rayos?
−Mucho gusto.− dijo tímido.
−¿Así que él es que te recoge todos los días?− me miró.
−Sí... es él.− afirmé.
−¿Son novios?− preguntó.
−No. Es mi amigo.− dije riéndome.
−Ah...− susurro, así que era como una respuesta diciéndome "no te creo."
−Bueno... Joseph me dejará en casa... así que mañana nos vemos... si quieres.− dije aún sorprendida.
−Esta bien, ya me voy. Hasta luego...− le guiñó el ojo a Joseph.
−Hasta luego...− dijo Joseph.
Vimos como se alejaba Lisbeth, nos subimos a la camioneta y me quedé muy pensativa todo el trascurso hasta que llegamos al desván.
−¿Estas bien?− preguntó una vez que ya estamos dentro del desván.
−Sí... bueno, en realidad no.− respondí.
−¿Por qué?
−Es... solo que Lisbeth... jamás pensé que dijera todo eso.
−Yo tampoco...
−Creo que le gustas.− dije al pasar unos segundos.
−¿Qué?− rió nervioso.
−Sí, creo que le gustas.
−No es cierto... es solo que esa es su forma de ser.− tocó mi hombro.
−Quién sabe... solo que me... me molestó que dijera eso.
−¿Te molestaste?
−Eso creo...
−Oh _____, no pasa nada.
−Olvidalo, estoy loca.− rodeé los ojos.
−Pero así me gusta como eres.
Al principio creí que había escuchado mal.
−¿Te gusta como soy?
−Claro, sabes _____, no he conocido a alguien así como tú. Pero no me lo tomes hasta allá.
−No, claro que no, es solo que me sorprendes.
−Es verdad.
-A mi me gusta como eres también.− sonreí.
Rozó mi mentón.
[•••]
Casi eran las seis de la tarde, habíamos jugado al ajedrez, me ganó tres veces y yo solo una, también hablabamos de la vida, como es que ahora habían cambiado tantas cosas, como es que las personas de antes habían cambiado, y como me hubiera gustado vivir en los 80's y me sentía a salvo con él y sentía tanta paz cerca de él. Había llegado a la conclusión que esto lo había llegado a sentir varias veces con Michael.
¿Y si era él? Me repetía a mi a misma que dejara de pensar esas ideas tontas.
−¡Detén la camioneta!− alcé la voz.
−¿Que sucede?
−¿Que hace ese carro en frente de la casa?− pregunté confundida.
−¿No es de tu mamá?
−No, no tenemos coche.
Nos detuvimos en la parte de atrás de la casa, me bajé y bajé la mochila.
−Creo que ya llegó.
−¿Que le dirás a tu mamá?− preguntó preocupado.
−Le diré... que había mucho tráfico y que... fui a casa de una amiga.
−Hazlo con seguridad.
−Sí, esta bien.
Me mordí el labio inferior algo nerviosa.
−Mañana paso por ti en la mañana, _____.
−De acuerdo.
Se agachó hacia a mí y me dio un beso en la frente.
−Te quiero mucho.
−Yo también Joseph.
Suspiré y caminé hasta llegar a la puerta de la casa, llaveé la puerta y abrí lentamente.
−¿Mamá?
Entré y lentamente cerré la puerta, buscaba a mamá con la mirada hasta que llegué a la cocina. Pero mi mama no estaba sola, estaba con alguien.
Un hombre.
−Hija, te presento a Derek, es mi pareja.
¡Hola! ¿como están?
¿Como se la pasaron el Día De Muertos? Yo me disfrace de bruja xd, ¿y ustedes?
¿Que tal el capítulo? Vayanse preparando por que falta poco para que sepas quién es en realidad Joseph...
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