¿Cómo conseguir un corazón roto?
tw: pelea/discusión familiar, familia disfuncional. No hay violencia física, pero si se da una discusión bastante seria que podría ser desencadenante o resultar incomoda.
Observo los movimientos seguros de Ben, vestido en un traje sin corbata negro que le queda ligeramente suelto en sus puños y piernas, servirnos dos copas de vino tinto. Sonrío de costado con nostalgia. Él tiene 18 años hace dos semanas y yo tengo 16, el próximo año empiezo mi último año de secundario y él su primer año de universidad.
Ambos sabemos que en teoría no debería estar bebiendo, pero siendo nuestra noche especial, hemos hecho una excepción. Nos encontramos en la terraza del edificio en donde vive su papá, ya que sus padres están separados, y por precaución, nos sentamos al lado del borde y apoyamos nuestras espaldas en la baranda de vidrio.
—Te ves hermosa —dice, casi suspirando las palabras. Uno mi mano derecha con su izquierda, inclinando mi cabeza hacia su hombro—, siempre lo haces, pero hoy parece que te has vestido para romperme el corazón.
Una risa corta se me escapa, al mismo tiempo que una lágrima. Sé por el movimiento de su pecho que él está tomando profundas respiraciones.
—Es solo un vestido.
—Sabes que no es solo por el vestido, eso no es lo que te hace hermosa. Y así te quiero recordar cada vez que mire hacia atrás.
—Seguiremos siendo amigos. —Le recuerdo esperanzada. Aun cuando sé que pactamos no hablarnos por todo el verano para que al empezar el año podamos hacerlo sin extrañarnos tanto—. Recuérdame, ¿por qué estamos cortando?
—Porque estamos en dos etapas diferentes, y aunque somos chicos, sabemos que la distancia y los distintos horarios, nos van a matar.
—Estaremos cerca pero lejos —murmuro al aire y él asiente—; te quiero, Ben. Creo que podría haberte amado.
—Yo también, Sofía. Creo que podrías haber sido el amor de mi vida, si solo...
—Estuviéramos en la misma página.
Muchos pensarán que somos dramáticos, pero no entienden el modo en el que Ben y yo siempre hemos sido complementarios. Es mi amor de infancia y adolescencia.
Por esas razones no pude hacerme la idea de retenerlo. Él va a estudiar a la universidad de la ciudad, que no queda a millones de kilómetros, queda cerca, pero él va a conocer a otras personas de su edad y más grandes; gente que tendrá sus mismo gustos, y no quiero encontrarme siendo la novia adolescente olvidada. Quiero que sea el mismo y que si se tiene que enamorar, que lo haga.
Yo necesito disfrutar mi último año de secundaria, antes de empezar una carrera que si bien me gusta, no es mi sueño. Pero sé que me sacara de este país, me ayudara a tener el futuro que quiero.
—Gracias, Ben. Por ser mi primer novio, mi primera vez, mi primer amor —Acaricio su mejilla, y sus ojos se cierran con mi tacto—. Gracias por hacerme sentir querida y enamorada. Gracias por hacerme sentir tu mundo.
—Gracias, Sofía. Por ser la persona a la cual quiero contarle todo, por hacerme ver que puedo y merezco más, por hacerme una mejor persona y por ser mi segunda novia —dice guiñándome un ojo a lo último. Nuestras manos unidas sobre su corazón, lo siento latir con fuerza y su nuez de Adán se mueve al tragar fuerte—. Gracias por ser mi amiga, mi mejor amiga.
Con esas palabras, sus labios se encuentran con los míos y la noche se vuelve fugaz. Debajo de las estrellas, sin saber cuándo será de mañana, ambos nos besamos y sentimos más cerca de lo que alguna vez pudimos haberlo sido.
Mi vestido negro se arrastra por el suelo de la parte de atrás al entrar a mi casa, pero no me encuentro con silencio. Como uno espera a las 7 de la mañana de un domingo.
Mi papá me mira saliendo de su habitación, despeinado con una mueca por los gritos. Yo me encojo de hombros y dejo mis zapatos de tacón en la puerta. Junto a los bombones y carta de Ben.
— ¿Todo salió bien? —La pregunta es formulada con un tono de preocupación y cuidado, me encojo de nuevo de hombros y él suspira pasándome un brazo por mis hombros—. Ven aquí, princesa.
Cuando choco con el pecho de papá, dejo salir las lágrimas que he estado ocultando de mi ex-novio. Papá me abraza con fuerza y trata de ayudarme a respirar sin atragantarme con las palabras que no puedo decir.
—El tiempo curará la tristeza, tal vez el dolor. Pero siempre estaré para que puedas apoyarte en mí, mi princesa.
Mantenemos la misma posición hasta que dos pares de pasos se acercan desde la cocina e interrumpen el pasillo en donde estamos parados.
— ¡¿Dónde estuviste?! ¡Sara!
— ¿Por qué te interesa tanto mi vida, mamá? Si Sofía estuvo afuera toda la noche, mírala, acaba de llegar. ¿Por qué siempre soy yo?
— ¡Ella no tiene un niño de 4 años esperando en casa!
Papá me da una mirada chequeándome, pero no tiene porqué; estoy acostumbrada de todos modos. Y hoy no es un día en el que me preocupe saber que piensa Sara de mis horarios.
—Sara, ¿debo recordarte que Sofía tiene 16 años y tú, 26 años? No hay comparación, y segundo, ella jamás nos ha mentido como tú —dice papá parándose entre medio de ambas. Mamá frunce el ceño cuando Sara lanza una risa—. ¿Qué es tan gracioso?
—Que piensen que Sofía no se estuvo revolcando con su noviecito, ¿piensan que es una santa?
— ¡Sara! —Mamá abre sus ojos sorprendida.
—No hables de mi hija así —responde papá a la vez.
—A ella si la defiendes, ¿no? Porque es tu sangre y yo no.
— ¡Yo te mantengo! A ti, a tu hijo, en nuestra casa —contesta duramente y apuntándola con un dedo. Pero sin acércasela, con mamá a un lado—. No te eche cuando quedaste embarazada y estabas sin trabajo, mantuve tu carrera, y ayude, ayudamos, con todo lo de Simón; ¿todavía tienes el descaro de reclamarnos?
— ¡Los dos solo ven errores en mí! ¡Jamás en ella! Sofía es perfecta para ustedes, perfecta en donde yo no lo soy. ¡Ambos no ven la verdad!
Esta vez, levanto la mano y le pido que no diga nada. Río de forma seca y seria.
— ¿Sabes qué es gracioso de verdad, Sara? Gracioso es ver que, cuando yo estoy teniendo una noche de mierda, en la que corte con mi novio y en la que, lo último que quería hacer es "revolcarme" con Ben porque estamos ocupados despidiéndonos —contesto haciendo las comillas con mis manos y vuelvo a reír—; tú, Sara, has conseguido, por no sé cuanta vez, hacerte de esta noche tu show.
— ¡Mamá siempre se queja de mis llegadas tardes, pero no de las tuyas! ¡Tú siempre te las arreglas para quedar bien!
—Sara, tal vez será porque yo no me olvide de usar condón y no tuve un hijo. Será porque jamás llegue tarde sin avisar que lo iba a hacer. Solo tal vez, ¿no? —Ella solo me mira, sin nada más que decir—. Ben y yo pudimos haber cortado, y eso me daño, no lo dudes. Pero mi corazón está roto al ver que mi única hermana no es capaz de dejar su narcisismo una noche para estar para mí. Como yo lo estuve, cada maldita vez.
≫Ahora sé cómo se consiguen los corazones rotos en esta casa.
¡Sorpresa! Vine a dejar esto, porque en realidad esto venía antes del capítulo 17, pero decidí dejarlo para después porque se venía cargadito.
La familia de Sofía es disfuncional, jamás diré que es una familia modelo. Es una familia a la que le falta MUCHA COMUNICACIÓN E IR A TERAPIA. Así que no lo tomen como algo que apoyo o ideal, porque no lo es.
Pero todos, cada uno de los personajes, hacen su mejor intento en el momento y a veces eso no es suficiente :(
De todos modos, espero que les haya gustado y nos vemos pronto.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro