🍰!! ' Capítulo O3
ര ' Opuestos.
¡ O3 !
Jimin se encontraba sentado en una banca frente a la biblioteca, tenía un cigarro encendido reposando en su mano mientras buscaba con la mirada al de cabellos rosados que iba a ayudarle. Veía pasar a muchas personas, algunas de ellas le miraban coquetamente y él les daba una sonrisa.
—¿Jimin? —preguntó alguien frente a él, con unos lentes de sol puestos y un gorro gris.
—¿Sí? —preguntó con el ceño fruncido.
Aún tenía el cigarro en sus manos que lo calaba mientras veía a la persona frente a él, no sabía quién diablos era.
«Wow», pensó Yoongi al ver el ceño fruncido confundido del pelinegro, aquel que hacía que sus rasgos se marcaran. Jimin pensó el "wow" porque Jimin se veía muy guapo con el ceño fruncido y con el cigarro aún reposando en sus labios y también porque no creía que tan rápido se iba a olvidar del tono de su voz.
Yoongi quitó sus lentes y le sonrió a Jimin saludándole con la mano. El tatuado sorprendido correspondió el saludo mientras se golpeaba mentalmente, ¿cómo no pudo reconocer el tono de voz del más bajo?
—Oh, perdón, no te reconocí —se excusó.
—Lo noté —soltó una pequeña risilla mientras se sentaba a su lado.
Jimin por cortesía tuvo que expulsar el humo en otra dirección que no sea la angelical cara de Yoongi.
—Bueno, no me puedes culpar, vienes oculto entre ese abrigo opaco y ese gorro gris, rematándolo con esos lentes —señaló el conjunto de ropa mientras sonreía—. ¿Te escondes de alguien?
—No, nada de eso —sonrió, haciendo que sus ojitos desaparezcan y que sus mejillas se abulten alrededor de ellas—. Sólo lo que no quiero que Taehyung me vea.
—¿Por qué? ¿No íbamos a reunirnos para que me ayudes con tu primo?
—Sí, lo haremos. Tú hablaras con Taehyung con mi ayuda, sólo que no quiero que él me vea y sepa que yo te estoy ayudando.
—Está bien —apagó lo último que quedaba de su cigarro contra el pavimento—, si tú crees que es un buen plan, pues lo es.
—Yoonie siempre tiene la razón —asintió mientras se levantaba del asiento y volvía a ponerse su disfraz.
Jimin soltó una risa ahogada mientras veía lo abrazable que se veía Yoongi, con aquel abrigo una talla más grande que él, aquel gorro que cubría sus cabellos rosados y esos lentes oscuros que reposaban sobre su fina nariz. Quiso por algún impulso apretar la pequeña nariz pero se contuvo, iba a ser muy raro hacerlo.
Lado a lado entraron a la biblioteca siendo envueltos por el ambiente pacífico y silencioso, Yoongi antes de entrar por la puerta de dedicó a husmear desde su posición.
—Debe de estar acomodando libros en los pasillos —murmuró viendo a Jimin, quien sólo se dedicó a asentir.
—Parece que queremos robar espiando a los demás desde la puerta —murmuró de vuelta.
—Sí, lo parecemos —asintió—, por eso entremos ya.
Y otra risilla fue soltada mientras Yoongi tomaba a Jimin de la mano para guiarlo a los sillones que se encontraban justo en frente del servidor de su primo. Jimin bajó su mirada hasta posarla en la mano de Yoongi envolviendo la suya, luego bajó a ver el respingón trasero que estaba cubierto en parte por el abrigo. Rápidamente quitó la vista de ahí pues creía que sería descubierto por Yoongi.
Yoongi se sentó en el sillón palmeando el lugar vacío a su lado siendo seguido por Jimin.
—Bien, ¿ahora qué hacemos?
—Esperar a que Taehyung aparezca para que tú puedas hablarle —aún con los lentes puestos miró a Jimin y le sonrió—. Mientras tanto cuéntame sobre tu interés por mi primo. Tengo que aprobarte.
Jimin rió mientras mordía su labio inferior callando el sonido, muchos ojos le miraron por haber interrumpido su atmósfera de paz y libros. Se disculpó agachando la cabeza, ladeó su cabeza para ver a Yoongi quien se encontraba intentando suprimir el sonido de su risa tapándose la cara con su manga.
Y nuevamente Jimin se encontraba perdido en cómo las mejillas de Yoongi se teñían de carmín mientras que la gran manga cubría la mitad de su rostro.
—Uhm, Taehyung me gusta, siento que somos compatibles —se encogió de hombros girando su vista a cualquier lugar que no sea Yoongi.
—¿Ah sí? ¿Y por qué crees que son compatibles?
—Porque me rechazó a la primera, traté de invitarlo a salir pero él me rechazó, además míranos, ambos tenemos el mismo estilo.
—El mismo estilo frío punk.
—Exacto, imagínanos a los dos en mi moto mientras vamos a algún bar de mala muerte y cenamos cigarros —bromeó.
—¿Cenando cigarros? —preguntó Yoongi confundido, ladeando su cabeza inocentemente.
—Es un decir, no lo comeríamos literalmente, pero tú entiendes.
—En realidad no.
—Bien, te lo explico —suspiró—, es una broma entre las personas que fumamos.
—Oh —abrió su boca sorprendido y asintió —, pero a Taehyung no le gusta fumar y mucho menos el olor del cigarro.
—Auch.
Jimin recostó su cabeza en el respaldar fingiendo estar herido por la confesión haciendo que Yoongi ría apoyando de lado su cabeza contra el sillón. Tenía una vista perfecta del perfil de Jimin, podía ver detalladamente la firme mandíbula y también una pequeña cicatriz que adornaba su mejilla izquierda.
Como un niño curioso, no pudo evitar tocar la cicatriz y sentir lo profunda que era, no era tanto, pero sentía mucha curiosidad en saber qué había provocado aquella marca.
—Me la hice cuando era pequeño —murmuro Jimin mirando de reojo a Yoongi, quien sólo asintió levantando su cabeza y mirando hacia el escritorio que guardaba el trasero de Taehyung todas las tardes, desviando rápidamente la vista cuando encontró a su primo muy atento mirando algo en un libro.
—Taehyung está ahí —anunció golpeando el costado de Jimin—, ve a hablarle.
—Ya lo intente, cariño —miró cansado—. Siempre me corta "gentilmente", dame otro consejo para acercarme a él.
—Uhm, pregúntale sobre música.
—¿Música?
—Sí, él estudia eso —sonrió—. Agarra un libro acerca de eso y pregúntale qué es lo que piensa sobre él, porque, créeme que se ha leído todos los libros de música de la biblioteca, ahora mismo está leyendo uno.
Jimin se giró a ver a un Taehyung concentrado en un libro en su escritorio mientras que con una mano libre sellaba un montón de libros. Chasqueó con su lengua y asintió levantándose del lugar para ir a la sección de música.
No tenía idea alguna de lo que iba a escoger, tenía que pensar muy bien para así no lucir muy estúpido, más de lo que ya lucía por estar casi tres meses detrás del bibliotecario. Había muchos títulos separados por secciones, no podía ser tan difícil, agarró uno en sus manos y con la intención de ir hacia Taehyung se giró, sorprendiéndose de muerte cuando vio a un pequeño encubierto detenerle.
—Lucirás como un estúpido —murmuró negando en desaprobación.
—Eso ya lo sé, pero déjame —quiso evadirlo pero Yoongi fue más rápido y le arrebato el libro—. Hey.
—¿"Cómo leer partituras en simples pasos"?
—No sé leerlas —se encogió de hombros tratando de arrebatar el libro de las manos de Yoongi.
El contrario negó divertido, dejando el libro en su lugar para él mismo sacar otro libro que de verdad llegaría a interesar a Taehyung, básico pero funcional.
—¿"Musicología: armonía, teoría y composición"? —leyó el título.
—Es algo básico y principal en la carrera de Taehyung por lo que él sabe muy bien sobre eso, si le dices que te explique algo "que no entendiste" él lo hará con mucho gusto.
—Si tú lo dices...
—Yoonie no se equivoca —sonrió triunfante.
—Yoonie no se equivoca —Jimin murmuró de vuelta.
Con el sentimiento de orgullo en su pecho, Yoongi vio cómo Jimin iba caminando hasta Taehyung, esperó pacientemente vigilando que todo saliera bien cuando por fin Jimin empezó a hablar con Taehyung. Quiso aplaudir emocionado cuando su plan dio frutos, Taehyung hablaba tranquilamente con Jimin mientras señalaba el libro y con su dedos seguía las líneas de éste.
Jimin encantado por la conversación dio todo de sí para tratar de seguirla pues estaba muy perdido con toda la información que el chico frente a él le daba. Se giró para encontrarse con los lentes de sol de Yoongi, quien le señalaba la puerta sugiriendo un "estaré afuera por si me necesitas", a lo que Jimin asintió con una sonrisa.
Yoonie no se equivoca.
Al salir de la instalación por fin pudo quitarse el molesto abrigo que se había puesto, lo guardó en su mochila mientras buscaba algún lugar en el pasto para recostarse mientras esperaba a Jimin. Dejó que el viento sople en su cara y que ligeros rayos de sol destilen en sus pómulos. Amaba echarse sobre el césped mientras el sol le daba a la cara, le hacía sentir vivo y feliz.
Pasando unos minutos en los que se dedicó a recolectar a su lado hojas que caían encima de él, una sombra tapó los rayos de sol, confundido Yoongi se quitó los lentes y con una sonrisa recibió a la sombra que le estorbaba del sol.
—Hablaron un buen rato.
—Sí, ya lo creo —se encogió de hombros tirando su mochila al lado de Yoongi para sentarse a su lado—. ¿Qué haces?
—Descanso y recolecto hojas.
Vio el pequeño montón de hojas al lado del chico, se puso a buscar hojas cerca de él para que la pequeña torre de Yoongi siga creciendo.
En silencio lado a lado se dedicaban a poner una hoja encima de otra, sonriendo cuando se desbordaban y cuando éstas caían al rostro de Yoongi.
La conversación con Taehyung había estado bien, muy bien de hecho, pero sentía que le había faltado algo. No sintió decepción o algo porque se la esperaba de esa forma, pero había algo que faltaba.
—¿Y qué tal? —Yoongi se sentó quitándose sus lentes, por fin.
—Todo bien, supongo —dijo mientras veía las ligeras sombras que no había notado antes, los bordes de los párpados de Yoongi estaban con un pequeño color azulejo y pequeñas brillantinas sobre éste, haciendo lucir los ojitos de Yoongi más bellos de lo que eran.
—¿Encargaste algún libro?
—No, me dan terror. Estar tanto tiempo estudiando para los exámenes te hace ganar una fobia por los libros.
—Tienes razón —asintió soltando una risita.
Yoongi tomó en sus manos su mochila para guardar lo que restaba de sus pertenencias en ella, ante la atenta mirada de Jimin quien inspeccionaba la rellena mochila de Yoongi.
—¿Puedo preguntarte algo?
—Claro —Yoongi asintió.
—¿Fuiste a algún lugar o irás a alguno? Es que tu mochila está tan rechoncha que parece explotar.
—Iré a la casa de mi novio —sonrió Yoongi con cizaña.
—Oh, no sabía que tenías —comentó algo, ¿decepcionado?
—Es un chico malo, muy malo. Está en negocios turbios —respondió haciendo preocupar a Jimin.
—Uhm, ya veo —asintió sacando la cajetilla que había guardado en su mochila para encender un cigarro—. Deberías de tener cuidado, no es bueno meterse con personas que tienen esos negocios, cualquier momento podrías salir herido y...
Fue interrumpido por las incesantes risas de Yoongi, quien no pudo contenerse y estalló en carcajadas mientras se agarraba su estómago.
—¿De que te ríes? Sólo me preocupo por ti —bufó molesto.
—Lo sé, lo sé —limpio una lágrima que se escurría por su ojo—, sólo que... —volvió a reír—, te vi la cara.
—¿Qué? —frunció el ceño.
Nuevamente cautivando la atención de Yoongi, pudo admirar cómo los rasgos de Jimin se endurecían mientras calaba de su cigarro.
—Fui a una audición para mi academia.
Y parecía que un peso se había quitado de los hombros de Jimin, sintiéndose abrumado por la decepción que había sentido cuando Yoongi mencionó a un supuesto novio y la preocupación por el bienestar del chico, tuvo que soltar una risilla para luego querer abofetearse.
—Qué bien, espero que hayas quedado.
—Yo también lo espero —asintió sonriendo.
Jimin no pudo evitar limpiar lo poco que se había escurrido la brillantina de los ojos de Yoongi causado por la incesante risa y por las lágrimas de gracia, con su pulgar limpió lo poco que se había escurrido. Yoongi se sorprendió por el toque repentino del pelinegro sobre su piel pero no se alejó.
—La brillantina se escurrió —mostró su pulgar.
—Gracias —desvió su mirada.
Porque no quería que Jimin viera sus mejillas coloreadas de carmín.
—Dime el porqué hacemos esto —Jimin habló mientras soltaba el humo del cigarro.
—¿Hacer qué?
—¿Por qué me ayudas? Es que aún no comprendo cómo alguien como tú podría ayudarme con alguien como Taehyung.
—Somos familia —se encogió de hombros—, además, el consejo que te di antes te sirvió muy bien.
—Sí y te lo agradezco, sólo que...
—¿Qué?
—Somos polos opuestos.
Yoongi sonrió mirando a Jimin.
Yoongi sabía aquello, sólo bastaba con mirarlos a los dos y ver todos los contrastes que resaltaban. Jugando con sus dedos arrancó un pequeño trébol que estaba debajo de sus pies, observándolo bien y contando las hojas de éste.
Su acompañante había notado aquello, quien no dudó ni un segundo en mirarle.
—Los polos opuestos se atraen —confesó Yoongi mirando a Jimin.
El pelinegro entrecerró los ojos, reprimiendo una risilla, él había estudiado durante semanas física y de alguna forma le causó gracia aquellas palabras.
—Eso es con los magnetos, nosotros somos personas.
Yoongi se encogió de hombros tomando su mochila entre sus brazos para luego colgársela y pararse del cómodo césped que le había servido de colchón.
—Pero mira, ahora nosotros, polos opuestos, podemos estar juntos —sonrió.
—No tiene sentido —siguió a Yoongi mientras sacudía sus pantalones por el césped que se había colado en ellos.
—Tampoco el que no hayas podido conseguir una conversación con Taehyung sin mi ayuda —se defendió, sacándole la lengua.
—Touché.
Jimin se ofreció a acompañar a Yoongi hasta la parada de autobuses para seguir hablando sobre cosas sin sentido y debatiendo sobre la cursilería de "los polos opuestos se atraen".
Cuando se despidió de Yoongi estuvo pensando de camino a su hogar sobre lo que había pasado, sobre todo en cómo había sentido que algo le había faltado a su platica con Taehyung, tal vez era por hacerla forzada acudiendo a la ayuda de Yoongi, acudiendo a alguien más para poder entablar una conversación que no parecía real. Y pensó en cancelar la ayuda del chico, pues no quería perder el gran interés que había ganado por el bibliotecario, si seguía forzando las conversaciones con Taehyung perdería el interés más rápido sin siquiera poder tener una salida juntos.
Buscó muchos pros y contras dimitiendo de la ayuda de Yoongi, encontró muchos pros y solamente un contra. El cual era terminar las conversaciones espontáneas que nacían entre él y el más bajo.
En poco tiempo aquel chico se había ganado la simpatía de Jimin, ahora tenía que admitir y tomar en cuenta el porqué todo el mundo parecía estar enamorado de Yoongi, el chico era una belleza en todos los sentidos, podría hablarle durante horas y jamás se aburriría, también podía admirar su belleza durante horas y jamás le abrumaría, tal vez un poquito y sólo por ser alguien muy bello.
Por alguna razón miró su mano y recordó cómo se había visto envuelta en la mano del más pequeño y en cómo su pulgar había limpiado la brillantina de Yoongi, sintiendo lo suave que era su piel. Frotó lo poco que quedaba de la brillantina esparciéndola en sus dedos y sonrió.
Después de todo Yoongi tenía razón. Siendo polos opuestos habían coexistido cerca del otro de buena manera.
Inconscientemente atraídos el uno al otro.
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