Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🍰!! ' Capítulo 12

꒰ Rápido ꒱
¡ 12 !

—¿Y bien...? —Namjoon susurró, no quería ser regañado en la biblioteca.

—¿Y bien, qué?

—Así que tú y Yoongi...

—Dios mío, Namjoon, deja de vacilar y sólo dilo —Jimin susurró en un tono más alto, no le gustaba que le distrajeran cuando estaba concentrado.

—Así que ustedes dos son...

—Novios, sí.

—Wow.

—Sí, wow —repitió aún copiando los párrafos que necesitaba en su libreta.

—Y, ¿cómo fue que pasó?

—Sólo se lo pedí, él acepto y eso fue todo —hojeó aún más el libro, ya se comenzaba a desesperar, no podía encontrar los párrafos que les habían dejado de tarea.

—¿Así de fácil?

—Es que es así de fácil. No hay que complicarse mucho, ¿eh? —sonrió levantando una ceja en dirección de Namjoon.

—Oh, vamos, no me molestes —susurró dándole un pequeño empujón.

—No lo hago —rió—. Si tú te pusiste el saco, no es mi culpa.

Namjoon mordió sus labios y abrió su libreta, se la pasó hablando con Jimin y no había avanzado nada de lo que tenía que hacer.

Por otro lado, Jimin quería golpearse contra la mesa, la filosofía nunca se le había dado bien, era una tortura tratar de descifrar los párrafos que tenía que copiar e interpretar, él pondría cualquier cosa que se le viniese a la cabeza y hacerlo pasar por una interpretación, pero no era así de fácil, una vez lo hizo y le fue mal.

Estaba tan concentrado en el libro frente a él que no se dio cuenta cuando su novio de cabellos rosados entró por la puerta de la biblioteca; trayendo en sus manos la lonchera que todas las tardes llevaba para su primo. No se dio cuenta de la presencia de Yoongi hasta que Namjoon le golpeó en la costilla.

Su mejor amigo se ganó un ceño fruncido pero fue suavizado cuando le señaló a su novio hablándole al bibliotecario.

Desde su lugar podía ver la sonrisa de Yoongi, podía ver cómo cubría su rostro para silenciar la risita que siempre soltaba.

Sonrió feliz, ver las manos de Yoongi cubiertas en aquel suéter pastel mientras trataba de acallar su risilla le dio un calor en su pecho.

—Oh, señor enamorado —Namjoon le codeó mientras se reía—. Tus ojos le envían corazones a Yoongi.

—Bueno, por lo menos yo le hago corazones a alguien que es mi novio y no como tú, que se los da a alguien que no es su novia.

—Deja de atacarme por alguna vez en tu vida.

—Tú empiezas, yo sólo te sigo el juego.

Jimin hizo oídos sordos a las muecas de Namjoon a su lado y volvió a buscar a Yoongi, pero él ya no estaba junto a su primo, lo buscó por el lugar con la mirada hasta que sus ojos fueron cubiertos.

Su piel fue cubierta por unas suaves manos y una suave tela, su nariz se impregnó del olor dulzón; duraznos y rosas, supo al instante de quién se trataba.

—¿Quién me está cubriendo la vista?

Una risilla fue ahogada.

Yoongi creía que Jimin no lo había visto, por lo que se le ocurrió la genial idea de sorprenderlo.

—¿Eres tú, Namjoon?

Otra risilla fue ahogada. Una bien oída por Jimin.

—Oh, vamos, Nam, tengo que terminar mi tarea.

—No soy Namjoon —Yoongi trató de hacer su voz más gruesa, en el intento de no ser descubierto.

—Ya lo decía yo, Namjoon no huele tan bien.

Y un nuevo golpe fue dado en la costilla de Jimin, esa acción fue la detonante para que Yoongi dejara de cubrir los ojos del pelinegro porque necesitaba acallar su risa.

Jimin se unió a la silenciosa risa mientras se giraba en su silla y miraba a Yoongi.

Qué dichoso era el corazón y el estómago de Jimin, mariposas aleteaban por doquier mientras miraba las mejillas sonrojadas y los dedos rosaditos de su novio.

—Así que eras tú todo este tiempo —susurró tomando la mano libre de Yoongi para acariciarla.

—¿Te he dado una sorpresa? —Yoongi sonrió.

—Una muy linda.

Fue un pequeño lapso de tiempo en el que se miraron a los ojos, mirando los orbes castaños del otro, admirando cada pestaña, fue breve, pero parecía una eternidad. Parecía que podían estar una eternidad admirando los orbes del otro.

Yoongi tomó una silla y la acercó a la mesa, miró toda la pila de libros en esta.

—¿Qué es lo que tienes que hacer?

—Ah, tengo que interpretar lo que Maquiavelo trataba de decir en el Príncipe.

—Pero eso es fácil.

—No lo es.

—El Príncipe es un tratado político, trata de explicarle a Lorenzo de Medeci cómo debería de gobernar para unificar a Italia y qué debería hacer para sacarla de la crisis —explicó susurrando.

—Já, creí que hablaba de algún cuento.

—No es tan difícil de entender —sonrió—. Si quieres puedo ayudarte.

—Siempre me llevé filosofía a verano, gracias por la ayuda —acarició el dorso de la mano de Yoongi mientras le sonreía.

El resto de la tarde Yoongi se la pasó explicándole a Jimin sobre el libro, el pelinegro lo miraba atento mientras le daba ejemplos y hacía dibujos para explicarle en su libreta. Sólo eran ellos dos, ya que Namjoon los vio tan metidos en su propio mundo que decidió irse y hacer la tarea en su casa.

Jimin estaba completamente encantado por toda la información que Yoongi le soltaba, su novio era muy hermoso pero lo que ahora le haría comer de su mano era lo inteligente que era, le hablaba del libro mientras hacía referencias a acontecimientos importantes en la historia para hacerlo más fácil.

Hablaba con tanta facilidad que lo tenía sumergido en él, Jimin no podía hacer nada más que mirarlo atento mientras los ojos de Yoongi se iluminaban por recibir tanta atención.

—Wow.

—¿Qué pasó?

—Es que te lo sabes todo y lo explicas de maravilla —suspiró—. Eres muy inteligente, Yoonie.

Las mejillas de Yoongi se tiñeron en rosa mientras sonreía.

—Ah, gracias —sonrió—. Mi papá me enseñó todo eso, él es docente de historia en una universidad.

—Entonces tengo que felicitarlo, eres muy inteligente.

—Para, me harás sonrojar.

—¿Lo haré? Pero si ya estás sonrojado —sonrió mientras se acercaba más al rostro de Yoongi, casi juntando sus narices—. Estás como una pequeña manzana.

—Basta —rió mientras trataba de alejar a Jimin.

—Una linda manzanita que quisiera comer —dijo mientras colaba su nariz al cuello de Yoongi, aspirando su ligera colonia, Yoongi olía tan bien, podría estar todo el día oliéndole la piel.

Jimin sonrió de medio lado mientras aún metía aún más su nariz en aquel espacio, tenía un pensamiento algo malvado rondando por su cabeza mientras le hacía cosquillas. Dos pequeños cuernos salieron por su cabeza cuando se propuso a llevarla a cabo, tomó de la cintura a Yoongi mientras lo acercaba más a su cuerpo y empezó a llenar de besos el cuello del pelirosado, quien tuvo que reprimir algunos jadeos mientras trataba de alejar a Jimin.

—Y-Ya —trataba de cerrar el espacio entre su cuello descubierto porque la respiración de Jimin le causaba cosquillas.

—¡Hey! —ambos saltaron en su sitio mientras tenían los ojos abiertos cual cerbatillos.

El primo de Yoongi se acercaba a ellos con un ligero ceño fruncido, Jimin suavemente y despacio dejó la cintura de Yoongi para ponerse erguido en su silla, fingiendo que nada pasó, pero las mejillas de Yoongi los delataban.

—Taehyung —saludó Yoongi.

—Salgan —pidió.

—¿Qué? P-Pero nosotros no hacíamos nada malo —la cara asustadiza de Yoongi lo decía todo.

—Sí, claro. Miren, a mí no me importa si se manosean en público pero ya tenemos que cerrar la biblioteca —explicó reprimiendo su risa, la expresión de Yoongi valía mucho dinero.

—Dios, creí que nos echarías para siempre —habló Jimin soltando un suspiro.

—No, tranquilos —sonrió—. Pueden manosearse en público otro día.

—Ya, no lo digas así —habló Yoongi ocultando el sonrojo de sus mejillas—. Ya nos vamos.

—Bien —asintió Taehyung y luego les dio la espalda.

Jimin le ayudó a Yoongi a guardar sus cosas mientras aún veía el sonrojo en las mejillas del mayor.

—Y pensar que tu primo me gustaba... —habló Jimin riendo—. Podríamos ser buenos amigos, después de todo.

—A él le gusta molestarme, supongo que podrían serlo.

—Es que tus mejillas se vuelven rojitas —apretó una sonriendo—. Una manzanita apetecible.

—Deja, ahora vamos.

—Vamos a manosearnos en público afuera.

—¡Jimin! —Yoongi lloriqueó mientras cubría su rostro.

El pelinegro sonrió por aquello y lo acercó de la cintura para besar el dorso de sus manos, luego besó una mejilla y luego la cabeza de su novio.

—Ya, dejaré de molestarte hasta mañana.

—¿Hasta mañana?

—Me gusta verte sonrojado.

Yoongi asintió mientras reía.

Ambos se tomaron de la mano y salieron del lugar, platicaban sobre lo que hicieron en el día, Yoongi le contó a Jimin que los ensayos para su próxima obra ya finalizaban y pronto los boletos saldrían a la venta, a lo que Jimin con la mayor simpleza del mundo le contestó con un "sabes que estaré ahí, no importa si sólo abres el telón, iré a verte".

Caminaban por la plaza mientras veían al horizonte cómo el sol empezaba a ocultarse sobre las montañas causando un mar de colores, Yoongi miraba la paleta rojiza mientras la fotografiaba con su celular, Jimin hizo lo mismo, pero con la diferencia de que él no apuntó hacia el cielo, sino que apuntó hacia su novio, su perfil se mezclaba bien con los colores del cielo y aquel plus de que estaba distraído le añadía más puntos a la foto. Aquella foto que conservaría como un lindo tesoro.

Ese día Jimin no había traído su moto porque simplemente quiso ir en bus con Yoongi, aquel viaje en el bus siempre les traía buenas anécdotas, como aquella vez que un señor se cayó al bajar y derramó todo su pan en el piso, Jimin rió como si no hubiese un mañana y Yoongi se dedicó a regañarlo.

Ambos esperaron en la parada del bus y se subieron al primero que llegó, Yoongi con vista a la ventana y Jimin a su lado.

—Mira —Yoongi señaló con su dedo índice—, la feria ya se ha instalado.

—Deberíamos ir, ¿no es así?

—Ajá, vayamos con todos.

—¿Todos? —preguntó alzando una ceja.

—Tus amigos y los míos —sonrió.

¿Cómo podría decirle que no a aquella sonrisa y a esos ojitos?

—Se los diré, pero tenlo por hecho.

Yoongi asintió y recostó su cabeza contra el hombro de Jimin.

El pelinegro le sonrió mientras le despeinaba.

Viendo por la ventana pensó en todo lo que le habían dicho desde que se supo sobre su relación con Yoongi.

Algo que frecuentaba en eso era la frase "fueron muy rápido".

Puede que haya sido así, pero son adolescentes, es su amor adolescente y estos siempre son rápidos e intensos, siempre llegan a colarse entre los huesos de forma rápida.

Jimin lo había sentido así, no fue mucho tiempo en el que Yoongi ya se había pegado a su sistema y había pasado lo mismo con Yoongi.

Jimin pensaba que, si los sentimientos eran mutuos, ¿por qué deberían esperar?, aveces mientras uno más alarga las cosas más se oxidan. Además, la vida es así, en un parpadeo ya las hojas caen y el otoño llega.

El tiempo no espera a nadie.

Jimin no quería hacer esperar aquel palpitar en su corazón que hacía estragos con tan sólo pensar en Yoongi.

Habían hecho las cosas rápidas entre ambos, porque no podían esperar más a sentir los cálidos besos que se daban al despedirse o la suavidad entre sus manos cuando las entrelazaban.

Como ahora, que sus manos estaban entrelazadas mientras miraban por la ventana.

El bus se detuvo en la parada y ambos se bajaron, la casa de Yoongi era cercana a esa parada. Cuando ambos iban en bus siempre Jimin acompañaba a Yoongi hasta la puerta de su hogar.

—Bueno, ya es hora de mi beso de despedida —Jimin habló mientras acariciaba la cintura de Yoongi.

—Antes de eso —enredó sus brazos en el cuello de Jimin—, ¿qué te parece si mañana vemos alguna serie o alguna película?

—Me parece bien —asintió.

—Entonces es una cita —sonrió.

—Una cita.

Ambos se sonrieron mientras se miraban. Yoongi se paró de puntas y llegó a los labios de Jimin, ambos se dieron un suave beso mientras se abrazaban.

Se tuvieron que separar, pero antes de alejarse Jimin le dio un beso a la pequeña nariz de Yoongi, logrando que soltara aquella risita que a Jimin le volvía loco.

—Buenas noches, Jiminie.

—Buenas noches, Yoonie —volvió a besar la pequeña nariz—. Gracias por ayudarme.

—No tienes por qué agradecer.

—Bueno, igual te lo agradezco.

Yoongi asintió sacando sus llaves de su mochila y abriendo la puerta de su casa, antes de entrar a esta le dio un fugaz beso a los labios de Jimin.

—Nos vemos mañana.

Y cerró la puerta.

Jimin solamente suspiró como enamorado mientras se alejaba de la puerta.

Había caído tan rápido por Yoongi, pero no se arrepentía en lo más mínimo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro