Jungkook se encontraba ansioso.
Era sábado por la noche y el menor no podía evitar no ver cada dos minutos su celular mientras movía sus pies y saboreaba un caramelo ácido en su boca.
Taehyung había aceptado venir el sábado a su casa para acompañarle en su maratón de películas; le había dicho que llegaría a las siete, faltaban cinco minutos, y aquello le ponía más y más nervioso.
Se levantó del sillón queriéndole dar un nuevo orden a las bandejas llenas de palomitas y papas fritas, lo había hecho unas cinco veces durante toda la tarde. Acomodó los controles, los vasos y los pequeños dulces y cuando por fin quedó contento con el resultado dejo salir un suspiro profundo, Jungkook quería darle una bonita impresión a su visita.
Los cinco minutos que parecían eternos llegaron a su fin. Jungkook era una persona puntual, por eso creyó que Taehyung también lo sería, pero cuando la manecilla marcó las siete y punto no vio ningún rastro del mayor, por lo que tuvo que aceptar que era igual de impuntual que sus amigos.
Por eso decidió relajarse, prendiendo la televisión en algún canal aleatorio mientras le daba fin a los dulces que supuestamente había comprado para compartirlos con el pelinegro. Le iba a dejar unos cuantos, esperaba hacerlo.
Las manecillas siguieron su curso, marcando casi las ocho menos cuarto de la tarde y Taehyung aún no se hacía presente en la casa del menor; tampoco le había enviado un mensaje avisándole que llegaría tarde.
"¿Le habré dado bien mi dirección?"
Otra media hora pasó, marcando una nueva hora en donde Jungkook se sintió decepcionado.
"Quizás es por el tráfico, sí, de seguro es por eso que Hyung está tardando" si bien Jungkook se sentía un poco triste aún confiaba en la palabra del pelinegro.
Y quizás no era para tanto pero el menor había esperado por esta noche con ansias y pensar que había una posibilidad de que Taehyung le dejara plantado hacia que su pecho doliera.
Ademas había puesto todo su esfuerzo en planear una noche de películas agradable. Tal vez el mayor tenía mejores cosas que hacer un sábado por la noche, algo mucho más interesante que estar envuelto en una manta mientras comía palomitas y frituras.
Y Jungkook tal vez tenía razón en cierta parte porque Taehyung tenía algo más que hacer lo cual le había tomado más tiempo de lo que creía.
Mas el pelinegro no faltaría a la noche de películas que él por su parte también espero con quizás más emoción que el mismo Jungkook.
Taehyung tomó sus cosas y, con toda la prisa del mundo, se apuro en meterlas todas a su mochila, mientras de vez en cuando miraba el reloj empotrado en la pared de los vestidores, maldiciendo por lo rápido que pasaban los segundos, limpió las gotas de agua de su rostro con una toalla y en el trozo de espejo colgado tuvo que asegurarse de que su rostro estuviese presentable.
Creyó que la pelea duraría lo que siempre duraba y que podría estar puntual en la casa de Jungkook pero el inconveniente de los jueces fue lo que la retrasó tanto. Si bien era algo a su favor, aquello había logrado cabrearlo y obtuvo una victoria casi al instante; aún así, la victoria de estar puntual en la casa del pelirosa la había perdido.
"Tengo una fiesta en la facultad, ¿te apuntas?" habló Jaehyun a su lado mientras tomaba de una botella de agua.
"No puedo, tengo planes" Taehyung contestó sin mirarle, cerrando con éxito su mochila el pelinegro exhaló el aire que tenía contenido, al fin podría irse.
"Nunca me fallas en una fiesta, ¿qué tienes que hacer?"
"Tengo planes, nada más"
"¿Cuál es su nombre?" Jaehyun sonrió contra la botella. Conocía a Taehyung como a la palma de su mano, sabía que aquella desesperación por irse se debía a alguien.
"No creas que todo mi mundo gira en follar, por Dios"
"Es que es así" el castaño dijo. "¿Quién es la o él afortunado?"
"Ya, Jae, te dije que no es nada de eso"
"¿Entonces?"
"¿Tú no aceptas un no por respuesta?" Taehyung le pregunto con las cejas fruncidas. "Jungkook me invitó a una noche de películas" respondió sin más, dispuesto a irse del lugar.
"Oh... Jungkook. ¿Quién diablos es Jungkook?"
"Nos vemos Jae"
Y sin esperar la despedida de su amigo, salió del lugar colocándose su casco y preparando su moto para partir. No quería seguir mirando la hora o iba a enloquecer.
Solo esperaba que Jungkook aún siguiera dispuesto en continuar con la noche películas.
⠀
⠀
Ya había pasado mucho tiempo y Taehyung no había hecho acto de presencia, ni siquiera respondía sus mensajes donde le preguntaba si podría venir o no, los había leído sí, mas no los había respondido. Manteniendo sus pucheros Jungkook se envolvió más en la manta que estaba encima suyo, sería otra noche a solas.
Vio la mesita frente a él y se sintió estupido, había comprado tantos bocadillos en vano, tendría que guardar la mayoría pues no lograría acabárselos todos. Miró la pila de DVD's encima de esta y suspiró frustrado, había elegido las mejores de su colección para verlas acompañado del pelinegro y ahora las vería solo.
Se levantó del sofá para ir hacia la cocina y traer algunos recipientes para guardar el exceso de bocadillos que había; colocó la manta en sus hombros, le hacía frío y así podría retomar su posición en el sofá tranquilo. Con los recipientes en sus manos los postró en la mesita, y cuando empezó a llenar uno con las palomitas, escuchó el timbre. No se sorprendió pues creyó que eran sus padres, así que dejando en su lugar los recipientes se encaminó hacia la puerta, pero antes de abrirla se aseguró de mirar quien estaba detrás de esta y se llevó la gran sorpresa de ver a Taehyung.
Con una sonrisa y una botella de refresco, Jungkook miró el reloj de su sala, ocho y media, frunció el ceño y antes de hablar fue interrumpido por el mayor.
"Perdóname bonito, tuve un inconveniente, por eso llegué tan tarde" el pelirosa asintió, distraído por la pequeña fisura en el labio inferior de Taehyung. "Traje refresco~"
"No importa Hyung, pasa" Jungkook le sonrió bonito; con sus mejillas abultadas y sus ojos grandes volviéndose chiquitos. "Creí que no vendrías, estaba apunto de guardar todos los bocadillos"
"Y lo siento mucho por eso" Taehyung le dijo en voz baja, cerrando la puerta a su detrás. Entró mirando los bocadillos bien ordenados en la mesita y sonrió, también se percató de la pila de película. "Espero que podamos acabar con todas esas películas"
"Oh, las traje para que puedas elegir las que más te gustan, todas son mis favoritas"
"¿De qué género son?" preguntó sentándose en el sofá, mirando con ternura a Jungkook quien aún tenía la manta sobre sus hombros, recogía los envases de la mesita y caminaba con la manta arrastrándola por el piso. Era muy tierno.
"Todas son de terror" sonrió volviendo de la cocina. Se sentó al lado de Taehyung tomando la pila de películas y pasándosela.
"Oh..." las películas de terror nunca habían sido sus favoritas, desde niño las había evitado a toda costa, fueron muchas sus noches en vela por ellas, además Taehyung prefiria mil veces las películas infantiles pero iba a hacer un esfuerzo, por Jungkookie. "Hmm, esta luce interesante"
"¡El resplandor!" dijo emocionado, dando un pequeño saltito en el sofá y levantándose para ponerla.
Taehyung tuvo que llenarse de valor para las próximas horas viendo aquella película, podría verse todo lo intimidante que quería pero cuando se trataba de algo de terror, era una pequeña gallina que se escondía en su nido. Jungkook volvió a su lado pasándole la manta para que se cubriese del frío que ya empezaba a hacer, también tomó el tazón de palomitas para que los dos pudiesen comer. Cual cliché ochentero sus manos se encontraron en el tazón de palomitas, por lo que el pelinegro no dudo ni un segundo en acariciar la suavidad de las pequeñas manos del menor mientras Jungkook solo podía sentir sus mejillas calentitas, desviando su mirada hacia la televisión, queriendo pasar desapercibido la situación que tanto le abrumaba.
Como era previsto desde el principio, el mayor daba pequeños saltos cada vez que llegaba a asustarse, todo siendo presenciado por el de cabellos rosados, quien lo miraba con una sonrisa. No podía creer aquello, quien sea que los viese podría apostar su cabeza a que Jungkook sería el que esté saltando del miedo. Pero no era así.
Una escena en particular hizo que Taehyung sostuviese la manta fuertemente contra sus dedos y soltara un pequeño "mierda". Algo parecía que no le permitía despegar la vista de la pantalla, estaba muy asustado pero no podía dejar de ver; parecía un pequeño osito asustado por la escena en donde aparece todos esos litros de sangre al abrir una puerta, o así lo veía.
Jungkook palmeó su mano, dándole una especie de consuelo, cosa que sí funcionó porque Taehyung se sintió calmado. La cálida y suave mano del menor logró quitarle aquel miedo que se había acumulado en su estómago.
Las horas mirando la película pasaron, comiendo palomitas y papas fritas mientras sus manos se rozaban de vez en cuando. Cuando los créditos del filme aparecieron en la pantalla, el pelirosa se encontraba muy cómodo con la cabeza apoyada en el hombro de su hyung, se sentía bien.
El mayor lo miró de reojo, Jungkook llevaba palomitas a su boca mientras se acomodaba mejor en su hombro, sonrió por la forma en la que sus cabellos color algodón se escurrían por su hombro.
"Oh" de forma rápida el menor se levantó, no se había percatado que se había dado el gusto de reposar su cabeza contra Taehyung, ahora estaba algo abochornado. "H-hmm, ¿qué tal? ¿Te gustó la película, hyungie?"
"Sí, un poco" mintió sonriendo. Era una de las películas favoritas de Jungkook, no iba a decirle que no le había gustado ni un poco, era interesante, pero nunca de su gusto.
"No mientas" rió. "Parecía que querías hacer de todo para que la película terminar"
"Es que, las de terror no son mis favoritas. Me dan miedo"
"¡Debiste decírmelo!" Jungkook le reprochó con las cejas fruncidas. "Prácticamente te obligué a verla, perdón"
"No, no, no" Taehyung tomó las manos de Jungkook para que lo mirase a los ojos. "No me obligaste a nada, yo quería verla. Tranquilo"
Las mejillas de Jungkook enrojecieron, tenía a Taehyung mirándolo a los ojos sin decir nada, aquello de muchas maneras le ponía muy nervioso. Sobre todo el que el ambiente se haya puesto tan cómodo por aquello. Tratando de calmar sus nervios, recorrió el rostro del pelinegro, nuevamente topándose con aquella fisura en su labio inferior.
Levantó su mano dirigiéndola hacia la herida, con su pulgar la acarició suavemente percatándose que era profunda y reciente, frunció el ceño e hizo una mueca de disgusto.
"¿Cómo te la hiciste?"
El dilema de Taehyung empezó ahí.
No supo si sincerarse con Jungkook sobre su tardanza o inventarle algo. No sabía el porqué de su actuar, nunca le había avergonzado su pequeño hobby, incluso a veces lo presumía. Pero en este momento era distinto. Viendo la vida ordenada y pulcra de Jungkook, no supo reaccionar, y tal vez era un error pensar que él le juzgaría, en todo este tiempo nunca lo había hecho. El mismo miedo que se instaló en su estómago al ver la película apareció.
"Eh..."
Fue salvado por la campana, mejor dicho, por el timbre. Jungkook se levantó del sillón yendo hacia la puerta para abrirla, Taehyung se tiró en el sofá suspirando. Se sentía tonto por querer mentirle, él no merecía eso.
"¡Bienvenidos!"
Taehyung escuchó la vocecita emocionada de Jungkook y por curiosidad miró hacia la puerta, encontrándose a una pareja bastante elegante, ambos llevaban trajes y portafolios. Al parecer no se habían dado cuenta de su presencia.
"Llamaré a la grúa, al parecer a alguien se le hizo una buena idea estacionar su moto en puertas del garaje" comentó el hombre en dirección de su esposa.
El pelinegro quiso golpearse, él había hecho eso.
Genial, ahora sus padres pensarán mal de mí.
"No, no lo hagas. La moto es de Taehyung-hyung" el menor le comenta a su padre con una sonrisa en su rostro.
"¿Taehyung?" preguntaron al mismo tiempo.
Jungkook fue hacia el sillón, pidiéndole al mencionado que se levantara pues aún se encontraba muy cómodo recostado. Lo hizo, limpiando los restos de palomitas que se habían impregnado a su chaqueta.
"Mucho gusto" sonrió este extendiendo su mano en dirección a los padres del menor.
"El gusto es nuestro" la señora Jeon sonrió estrechando la mano del pelinegro.
Se dio cuenta que la mayoría de las facciones de Jungkook habían sido heredadas de su padre, pero la sonrisa de conejito la había sacado de su madre. Le había agradado, pues en cuanto estrecharon sus manos la madre del menor le había hecho una pequeña conversación. En cambio el señor Jeon... aún lo miraba, parecía inspeccionarlo mientras hablaba con su esposa; se sentía intimidado.
"Un gusto conocerte, Taehyung"
Sintió un peso menos en sus hombros cuando escuchó al hombre hablar, quien también estrechó su mano, de forma firme y fuerte, pero lo hizo.
Hablaron un poco con Jungkook y luego desaparecieron al subir por las escaleras.
Otra vez estaban solos.
"Ellos dijeron que no te quedes hasta tan tarde, es peligroso conducir muy de noche" susurró el menor envolviéndose en la manta.
"No es tan tarde..." murmuró viendo el reloj. Y sí lo era, faltaban pocos minutos para que sean las doce. "Bueno, sí lo es"
"Entonces aquí termina nuestra 'maratón'" hizo comillas en la palabra. "Te acompañaré afuera, quiero percatarme que te vayas bien.
"Que modesto"
Recibió un pequeño golpe por parte del pelirosa mientras los dos reían. Jungkook se levantó envuelto en la manta y tomó los únicos dos dulces que había guardado para el mayor, los extendió en su dirección y como un pequeño secreto, los guardó en su palma.
Taehyung tomó sus cosas y salió de la casa de Jungkook siendo acompañado por él, aún teniendo los dulces en su palma.
Cuando llegaron a su moto, Taehyung se recargo y desenvolvió uno de los dulces, con la intención de compartirlo con el menor debido a que el chico miraba la golosina con sus ojitos brillantes y sus labios algo entrebiertos, así que el pelinegro lo llevó a su boca, sin esperarse que las mejillas del menor se colorearan rápidamente mientras tomaba el dulce entre sus labios. Él también desenvolvió el último dulce en su palma, pensando que de alguna forma aquel dulce sabría mejor si lo probaba desde la boca del pelirosa.
"Gracias por haberme causado un miedo que perdurará toda la semana" Taehyung le dijo, tomando su casco para colocarselo.
"De nada, puedo seguir haciéndolo" Jungkook sonrió, mostrando sus dos dientecitos delanteros.
"Okay, nos vemos el lunes, ángel" se dio el atrevimiento de despeinar los cabellos de Jungkook y apretar una de sus mejillas, quería hacerlo desde hace mucho.
"Nos vemos el lunes, hyungie"
Fue lo último que se dijeron. Jungkook veía cómo Taehyung se perdía en la calle encima de su moto, solamente pudo suspirar acariciando su mejilla y aún sintiendo cómo le daba el dulce en sus labios.
Quería gritar de la emoción. Y tal vez lo hizo, pero de forma silenciosa, no quería asustar a sus padres que lo espiaban desde su ventana.
Taehyung también quiso gritar de la emoción, pero solamente se dedicó a sonreír como un tonto, sería raro escuchar a alguien en una moto gritar.
Jungkook se dio cuenta, gracias a aquellos pequeños actos descarados por parte de Taehyung, que le gustaba y mucho.
Taehyung caía más en aquel pozo llamado Jungkook, gracias a todas las pequeñas cosas dulces que hacía por él y en cómo sus mejillas siempre estaban teñidas en carmín, le gustaba y mucho.
⠀
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro