capítulo XV: Luna llena.
-¡Mira, Sanari, empieza a nevar!--Grito emocionada Dahyun mientras trataba de sacar su mano por la ventana para atrapar un copo de nieve.
Tocó el copo con su dedo índice pero este se derritió al tacto, sonrió como una niña pequeña, soltando risillas y alegrando el ambiente, llenando cada rincón de un color amarillo y de un calor hogareño.
Dahyun era así, su presencia llegaba a pintar cada esquina de las habitaciones, llenando el lugar de su ligero perfume y de sus lindas risillas, alegrando la vida de todos. Dahyun era la felicidad de muchos, era el sol en la mañana y la luna en la noche, las estrellas y las nubes, cada pequeño detalle que hiciera feliz a alguien.
Era todo.
Sana la veía así y no solo era por estar completamente enamorada de Dahyun, sabía de su buena reputación entre todo el mundo, todos tenían algo bueno que decir de Dahyun, todos contribuían con un pequeño grano para añadir a las cosas que los había hecho amar a Dahyun.
¿Cómo no podrían hacerlo? Si tan solo ver sus ojos te provoca muchos sentimientos.
Se sentía muy suertuda al tener a alguien como Dahyun a su lado. Agradecía mucho el haberse fijado en Mina, si no fuera por eso, nunca sus caminos se hubiesen unido. Aunque a veces creía algo contrario, que no importaba que, en algún momento de sus vidas sus caminos se unirían, porque en algún momento tendrían que estar tan enamoradas como ahora.
El amor joven, tan dulce, tan arrebatador, lo vivían en sus pieles con intensidad.
Dahyun recostó su cabeza en el hombro de Sana cerrando un poco sus ojos para así poder descansar algo antes de llegar a su destino, Sana siempre recostaba su mejilla contra los cabellos rosados de su amor. Ambas sintiendo el palpitar de sus corazones muy de cerca.
....
-Ah.-Lloriqueo, metiendo sus manos en sus bolsillos y sacando una cajetilla de metal donde escondía sus cigarros. Saco uno y lo encendió, el cigarro podría darle calor.-Hace demasiado frío.-
-¡Es tan hermoso!-Grito Dahyun a lo lejos alzando entre sus manos cubiertas de lana una bola de nieve. -¡Mira esto, Tzuyu!-
Sana echó el humo de sus pulmones mientras veía a Dahyun, con una sonrisa veía como aquella persona llena de luz correteaba por la nieve mientras jugueteaba con las bolas de nieve que había formado, jugando un momento con sus amigas mientras su risilla era la música de ambiente.
Era increíble, que la alegría de Dahyun, le trajo más calor a su cuerpo que el cigarro entre sus dedos. Con una sonrisa algo boba la miraba, muy enamorada. Muy feliz.
-Vas a desgastar a Dahyun, pídele una foto, así tienes algo que mirar para siempre.-Dijo Momo a su lado.
-Cállate y ayúdame a abrir la puerta.-Empujó con su codo a su mejor amiga.
-Tantos años y aún no puedes abrir esa puerta. Tus padres estarían avergonzados.-Se burló Momo.
-Por favor, abran las puertas que me estoy congelando aquí. -Se quejo Jihyo abrazándose a su propio torso.
-Vamos a abrir esa puerta.-Susurro Momo tomando las llaves de las manos de Sana.
Sana solamente ahogó su risa y evitó burlarse, tomando sus maletas y las de Dahyun para meterlas dentro. Una vez la puerta fue abierta dejó las maletas en la sala y prendió el aire acondicionado, frotaba sus manos mientras aún tenía la mirada pegada en Dahyun; era hipnotizante verla tan feliz. Dahyun desde las afueras le sonrió mientras sacudía su mano.
....
-Fue una buena cena.-Sonrió Dahyun limpiando sus labios. -Pero estoy muy cansada, así que buenas noches a todas.-
Dahyun se levantó de la mesa recibiendo las buenas noches de sus amigas y tomó de la mano a Sana levantándola también de la mesa, su novia tatuada se despidió de todas también recibiendo muchos silbidos por parte de todas; molestándolas y sugiriendo que harían muchas cosas interesantes allá arriba.
Ambas sonrieron algo avergonzadas y sonrojadas, entrelazando sus manos mientras subían por las escaleras. Al entrar a la habitación se quitaron los zapatos y se deshicieron de sus chalinas pues la alcoba ya estaba bien ambientada. Se dieron un corto beso en los labios y se tiraron a la cama de espaldas. Se quedaron en silencio por muchos minutos mientras veían la pared encima de ellas; estaba llena de estrellas fosforescentes que Sana había pegado en su niñez mientras visitaba a sus abuelos. Dahyun rodó por la cama hasta llegar a la mesa de noche al lado de la cama, husmeó en los cajones y encontró un libro pesado, lo sacó de su sitio y lo miró desde su cómodo lugar dándose cuenta que era un lindo álbum de fotos.
-¿Tú hiciste este álbum?-Preguntó Dahyun señalando las coloridas pegatinas de autos y estrellas que estaban adornando cada foto.
-Oh, sí. Siempre mi papa imprimía las fotos tomaba de las cámaras desechables que vendían que en las tiendas cercanas, tengo todas esas cámaras guardadas en algún lugar, tenía una que era de Winnie Pooh.-
-Yo tenía también de esas cámaras, pero nunca supe que las fotos se podían imprimir, he desperdiciado la mitad de mi vida.-
Ambas rieron. Dahyun siguió hojeando el album riendo por las fotos graciosas que Sana tomaba cuando era una niña, muchas de ellas eran fotos de sus juguetes y de ella mientras apuntaba la cámara a su rostro.
-Eras muy tierna de niña, parecías una pequeña cachorrita. -Sonrió Dahyun señalando la sonrisa y dientes de Sana.
-¿Y ya no soy tierna?-Preguntó Sana fingiendo estar ofendida.
-Eres tierna.- Pellizco una de las mejillas de Sana, haciendo que ambas rieran.-Ahora eres una cachorrita con tatuajes y una chaqueta de cuero.-
-Que lindas descripciones das.-Sonrió con los ojos cerrados acurrucándose del lado para estar cerca a Dahyun.
Dahyun dejo el álbum de fotos en el piso mientras se acurrucaba de lado, estando nariz con nariz con su novia, sonriendo tímida mientras veía y contaba los lunares de Sana, pasó una de sus manos a la mejilla de Sana y la acercó a sus labios; beso primeramente su nariz, justo en uno de sus lunares y luego dio un beso sobre sus labios. Sana profundizó el beso acercándola más hacia su cuerpo por la cintura.
Pronto el inocente beso se convirtió en uno más apasionado, comenzaban a acariciar sus cuerpo suavemente contra la tela, acallando gemidos y suspiros contra sus labios. Sana comenzó su camino de besos desde los labios de Dahyun hasta su cuello, mientras la besaba acariciaba su cintura y su espalda baja logrando que los suspiros de Dahyun se agravaran.
-Te amo mucho.-Susurro contra los labios de Dahyun, logrando que su novia sonriese tímidamente. -Eres tan hermosa.
-Yo también te amo.-Sostuvo su rostro, elevando su mentón y haciendo que la mire a los ojos, para que vea toda la sinceridad con la que repetía aquellas palabras; hablando con el corazón y el alma.-Te amo mucho, Sanari.-
Ambas sonrieron mirándose a los ojos, con un leve sonrojo sobre sus pómulos y entrelazando sus manos por debajo. Nuevamente se dieron un beso sobre sus narices y los besos siguieron.
Pronto ambas tenían pocas prendas sobre sus cuerpos, las manos suaves hacían calor contra su desnudez, acariciaban con tanta delicadeza y con tanta dulzura; como si fueran los pétalos de un tulipán. Los gemidos siendo ahogados contra sus labios mientras sus manos estaban entrelazadas. El dulce sentir en su vientre bajo de hizo presente una vez cuando sus cuerpo empezaron aquella fricción placentera, quitándose las prendas bajas Sana hizo su camino de besos haciendo gemir a Dahyun contra sus labios, llegando hasta sus muslos para besar el interior de ellos; besando cada porción de piel y delineando con sus dedos la suave piel de Dahyun. Preparo a Dahyun entre besos y caricias, deleitando sus oídos con los suaves gemidos de Dahyun, trataba de ser algo sigilosa pues sus amigas aún se encontraban en la planta baja jugando juegos de borrachas. Cuando Dahyun estuvo lo suficientemente preparado Sana con un beso en su pecho introdujo un dedo en ella, entrelazando su mano restante con la de Dahyun.
La sensación de estar juntas siempre era la misma; cálida y hogareña, entre los brazos de la otra podrían sentir aquello llamado hogar, uno tan seguro y cálido que les ponía las mariposas en sus estómagos.
Sus cuerpos se enredaron uno contra otros con las manos entrelazadas sobre las sábanas mientras gemidos suaves y roncos eran soltados, sus cuerpos se mecieron al ritmo de la otra, besando la piel que podían mientras se miraban a los ojos y sonreían. Se amaban tanto. Tanto que les hacía demasiado feliz, el haber encontrado a alguien que les mirara a los ojos sonriendo y con él sonrojó sobre sus mejillas. Se sentían afortunadas de poder estar juntas y ser compañeras en la corta vida que habían recorrido.
Con un beso profundo ambas llegaron a su esperado orgasmo, desplomándose contra el cuerpo contrario y abrazándose mientras recostaban sus cabezas en sus cuerpos.
La luna iluminaba sus cuerpos desde lo alto, alumbraba el piso de la habitación mostrando las prendas regadas junto al al álbum de fotos. Sana extendió la sábana contra sus cuerpos y las cubrió mientras aún se seguían abrazando. Dahyun se recostó aún más en el pecho de Sana delineando los tatuajes que tenía sobre su pecho haciendo pequeñas cosquillas en su novia.
-Me gusta mucho cuando estamos acurrucadas, se siente muy bien.-Susurro Dahyun.
-Se siente como si estuviera en casa.- Dijo Sana acariciando la cintura desnuda de Dahyun-Te sientes como mi hogar.
-Ya~-Rió avergonzada Dahyun ocultando su rostro en el pecho de su novia.-Me sonrojas.
-Que suertuda, yo al hacerte sonrojar.-Rió de vuelta Sana.
-Presumida.-
-Un poco.-
Ambas rieron y una última vez se miraron a los ojos antes de volver a recostarse el una contra la otra . El latido de sus corazones era la mejor canción de cuna, les pudo dar tranquilidad profunda e imperturbable con la que pudieron llegar a dormirse. Estando a salvo entre sus sueños.
Bajo la luz de la luna llena; ambas encontraron la tranquilidad sobre el cuerpo de su amada. Bajo la luz de luna soñaron con tomar té mientras leían o recitaban poesía. Bajo la luz lunar entrelazaban sus manos por debajo de las sábanas.
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