Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

capítulo XI: me gustas.

Su espalda reposaba en la pared mientras desataba sus zapatillas y guardaba sus cosas en su bolso, su clase había terminado hace una media hora pero se había quedado con sus amigas estirando y enfriando su cuerpo para que no sufriera algún desgarre.

Ya tenía sus cosas en su bolso, todo bien ordenado y bien doblado, se puso su gran abrigo negro encima porque vio por la ventana como las hojas en los árboles eran agitadas por el viento, haciéndolas caer y volar por el aire.

Con su bolso colgado hacia un lado y el abrigo cerrado hasta el cuello salió de la academia, fue acompañada por su grupo de amigas de baile, hablaban contando lo que habían hecho en el día y reían por las anécdotas que cada una tenía para compartir. Dahyun escuchaba todo con mucha atención, caminaba junto a ellas pateando pequeñas piedras que se cruzaban en su camino. Riendo por cómo sus cabellos eran desordenados por la fuerte brisa, cada mechón estaba siendo agitado por el viento mientras lo volvía un pequeño nido rosa. Con más risas trataba de peinarlos pero era imposible pues cada vez que lograba que se quedara en su lugar el viento lo desordenaba.

Después de darse por vencida con acomodar el pequeño nido rosa en su cabeza siguió caminando, al alzar la cabeza vio una silueta conocida recostada en un árbol.

Sonrió cuando confirmó quien era por sólo ver su perfil.

Sana la esperaba.

Quiso ir corriendo a saludarla pero no quería ser algo rara o desubicada de su parte, solo se despidió de sus amigas agitando su mano y soltando un suave "nos vemos luego", empezó a caminar lejos de ellas para ir hacia donde su querida Sana la esperaba.

La tatuada se irguió en su lugar mientras veía a la pelirosa caminar en su dirección, soltó un suspiro al ver lo hermosa que se veía con aquel abrigo dos tallas más grande que ella.

Era tan hermosa que provocaba que se sonrojara mucho.

—Sanari.— Saltó Dahyun hasta ponerse enfrente de Sana, sonriendo y ondeando su mano mientras saludaba.

-Dubu. —Saludó de vuelta sonriendo.

Siempre que estaba cerca de Dahyun sonreía mucho, demasiado, las mejillas le llegaban a doler.

-¿Viniste a recogerme?-Codeó Dahyun mientras molestaba a Sana.

-S-sí. —Tosió. —Quería dar una vuelta contigo por el parque botánico...—

-¡El parque botánico!-Repitió emocionada.- ¡Claro! Me gusta ir mucho allí, cada vez que puedo voy a observar las flores que tienen, son muy lindas.

-Lo son.-Asintió.-Entonces...vamos.

Ambas rieron asintiendo y empezando a caminar lado a lado.

Sana no había traído su moto pues aquello haría que el viaje sea más corto y ella no quería eso, necesitaba llenarse de valor. Miró de reojo a Dahyun quien miraba al piso, siguió la mirada de la pelirosa para ver qué le había robado la atención, se encontró con el pie de Dahyun pateando una piedra muy concentrada.

Sonrió mientras la miraba, tenía el ceño fruncido y los labios hechos un piquito. Se veía tan adorable que atacaba directamente a su corazón.

Lo que Sana no sabía era que Dahyun pateaba aquella piedra porque estaba nerviosa, podría empezar a temblar de nervios, se llenaba la cabeza de valor mientras pateaba la piedra cada vez más fuerte, no tendría otra oportunidad cómo está.

Y si bien Sana no acepta sus sentimientos no sería el fin del mundo, solo sería el fin del helado de vainilla que su mamá había comprado la semana pasada.

-¿Cómo te ha ido en tu clase?-Preguntó Sana ,sacando de sus pensamientos a Dahyun.

-Oh, me fue bien, hoy practicamos la del Cascanueces, nuestra profesora quiere presentar esa en el próximo festival, pero nosotros queremos presentar la de Don Quijote.-Rió.-Todo el salón está hecho un caos por los que quieren el Cascanueces y los que quieren el de Don Quijote.

-¿Y tú cuál quieres?

-Si te soy sincera, me da igual, aunque le voy más al del Quijote.—

-¿En este festival serás la protagonista?

-No creo, no audicione para los papeles principales. -Miró a Sana.-¿Por qué? ¿Si no tengo  la protagonista no vendrás a verme? ¿ah?—

-Aunque fueras la que abriese el telón igual te iría a ver.— Dijo con una pequeña sonrisa mientras miraba a los finos ojos de Dahyun.

Dahyun desvió la mirada rápidamente, las mejillas empezaban a acalorarle y no quería que Sana le viera convertida en un pequeño tomate.

La puerta de rejas del parque estaba frente a sus narices, Sana pagó por las entradas de ambas después de tener una pequeña discusión con Dahyun que le exigía que le deje pagar por su entrada.

Entraron al lugar observando toda la flora, Dahyun tenía los ojos iluminados mientras miraba unos colibrís volando cerca de unas flores, sacó su celular rápidamente y le tomó una foto, se la mostraría a sus padres y a sus amigas.

-En verdad te gusta estar aquí.—Comentó Sana enternecida.

-Mucho, de niña siempre venía con mi mamá aquí, nos gustaba observar las flores mientras tomábamos té o leche chocolatada.-Sonrió.-Que grosera... ¿Cómo te ha ido hoy, Sanari?

San soltó una risilla.-Me ha ido bien.

-Ah, cuéntame más, siempre soy yo la parlanchina.

-No tengo mucho que contar.-Fingió pensar.—A ver...antes de venir a tu academia fui a la casa de Momo, jugamos un rato con el xbox y luego me echo.

Y antes de jugar me regaño durante media hora, me llamo cobarde por no poder decirte lo mucho que me gustas. Pensó, pero Dahyun no tenía por qué saber eso.

-¿Por qué?

-Jihyo iba a ir a su casa y tenía que limpiar, necesita mantener su buena imagen con ella.

Dahyun rió tímida. —Pero a ella no le importa si Momori es desordenada o no, a ella le gusta a pesar de todo.

De alguna extraña forma terminaron hablando de Momo y Jihyo mientras caminaban por los caminos empedrados y llenos de hojas, hacían bromas sobre lo cobardes que eran esas dos por no hacer nada con su relación, y era gracioso, porque, Dahyun y Sana aún no podían verse a los ojos cuando la otra sonreía ya que sus mejillas se teñían en carmín, ellas eran las verdaderas cobardes.

Llegaron a una parte llena de plantas colgantes, parecía algún lugar oculto en algún libro de fantasía. Se sentaron en el césped mientras Dahyun seguía hablando sobre su mejor amiga y la mejor amiga de Sana.

Era como una cortina de humo para ambas, así se olvidaban sobre los planes que habían tenido para ese día.

Pero el reloj avanzaba y Sana parecía escucharlo al lado de su tímpano. Tenía que hacerlo o explotaría, no podía estar otro momento mirando los ojos brillosos de Dahyun mientras soltaba pequeñas risitas y cubría su rostro con su mano, tenía ganas de gritar a los vientos lo linda que era.

Lo haría.

-Dahyun.—

—¿Mmm?—

-Tengo que decirte algo...—

Seguro tiene una novia o un novio o peor aún...aún le gusta Mina, maldición. Pensó Dahyun, no supo cómo llegó a esa conclusión, pero lo hizo.

-Oh, dilo.—

Pero Sana no podía, parecía que ahora mismo una venda se había puesto en su boca.

-Y-yo-Fue interrumpida por Dahyun y le agradeció, pues lo que soltaría sonaría demasiado estúpido.

-Yo también tengo algo que decirte.

-Okay, ¿quieres decirlo tú primero?

-No no, solo te avisaba.

-Está bien.

Sana estaba aterrada, su cara no reflejaba aquello pero su corazón parecía que pronto tendría una taquicardia.

-Dahyun...me gusta alguien.

¿Qué? Sana, idiota, habla bien. Se dijo a sí misma mientras que en su imaginación se abofeteaba.

-Oh...-La voz de Dahyun sonaba decepcionada, creía que nuevamente Sana le pediría ayuda con alguien.— Me alegro por ti.—

En el interior de Sana parecía estar en llamas mientras que muchas mini Sana corrían en pánico, el cerebro dejó de funcionar y causó un terrible caos.

Y nunca le había pasado aquello parecido, ella siempre tenía el control de las cosas, sabía las palabras que diría y cómo actuaría, pero estar alrededor de Dahyun siempre le provocaba un caos en su interior. La pelirosa tenía un gran poder en ella.

Sana se encomendó a los cielos para que le dieran la suficiente luz para soltar lo que quería soltar.

-A mi también me gusta alguien.

-Me gustas, Dahyun.

Ambas se miraron a los ojos con pánico, habían hablado al mismo tiempo pero habían logrado entender lo que la otra había dicho.

Ahora el caos se llevaba a cabo en el interior de Dahyun, pequeñas alarmas empezaban a sonar en su interior mientras que sus mejillas se tintaban en rojo.

Sana quería morirse, se le había confesado a Dahyun para que ella le dijera que le gustaba alguien más, definitivamente iba a ser su fin.

-Sana...¿Qué?-Dahyun quería asegurarse de haber escuchado bien y no ilusionarse por demás.

Y Sana solo tuvo que resignarse, se había expuesto, tenía que admitirlo.

-Me gustas.

La pelirosa solamente sonrió. Dándole paz al corazón alborotado de Sana.

-Tú también me gustas, Sana.

-¿¡Qué!?-

-Que me gustas.-Rió.-Me gustas mucho, Sana.

-Oh dios.-Sonrió.- Podría gritar de la emoción ahora.

-Te diría que lo hagas pero las personas se asustarían. -Bromeó.

-Bien, entonces. Tosió.-¿Dahyun, quieres novia?—

—Esto es rápido.—Rió.—Pero sí, quiero ser tu novia.—

Sana sonrió parándose y tomando la mano de Dahyun con la suya para que la acompañe, acarició sus mejillas mientras la miraba con mucha ternura, la pelirosa soltaba pequeñas risillas por lo nerviosa que se encontraba, al parecer Sana había recuperado la confianza que había perdido al entrar al parque, porque, tomó suavemente la cintura de Dahyun para luego plantar un suave beso sobre los afelpados labios de la más baja.

Había deseado hacer aquello durante tanto tiempo que disfruto sentir lo suaves que eran contra los suyos, lo bien que olían y lo bien que se sentía el calor de las mejillas de Dahyun.

Se besaban de forma suave mientras envolvían sus brazos en el cuerpo de la otra acercándolos más, sintiendo el latir de sus corazones.

Se separaron del beso mientras se reían, ambas estaban rojas como una manzana.

Pasaron el rato hablando como siempre hacían, solo que ahora Sana podía robarle todos los besos que quería a, su ahora, novia. Volvieron por donde habían entrado cuando el sol se escondió y fue reemplazado por la luna. Hacían su camino entre las calles hasta llegar al vecindario de Dahyun, la pelirosa tenía su brazo envuelto en el de la más alta mientras reía por las anécdotas que Sana tenía.

Sin darse cuenta llegaron a la puerta del hogar de Dahyun, ambas se sonrieron por última vez y después se dieron un casto beso para despedirse.

-Buenas noches, Sanari.-Susurró Dahyun contra los labios de la más alta.

-Buenas noches, Dubu.-Susurró de vuelta dejando un beso en la frente de la pelirosa.

Ondearon sus manos en el aire mientras Dahyun se aseguraba que Sana este bien mientras caminaba entre las calles. Cuando estuvo lejos de su vista entró a su casa para soltar el gran suspiro que había estado guardando.

Ambas lejos de la otra pero con el sabor de los labios contrarios, sonrieron. Se sentían felices por haber confesado y contado a aquellas mariposas en sus estómagos.

Podría decirse que era el inicio de su historia, pero esta había comenzado el día en el que Sana vio a Dahyun en la biblioteca entregándole su almuerzo a su prima. Ahora solo escribirían más capítulos en aquella historia que los volvía unas manzanas rojas.

¡¡¡Por fin se besaron!!!!

solo pasaba a agradecerles por el apoyo a esta adaptación y más aún que llegó a más de 1K de lecturas :3 gracias por todo.

También quería decir que ando escribiendo una historia michaeng cuando lo tenga todo preparado la empezaré.

Me despido, tengan bonito día 💕.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro