10: Mariposas en el aire
Los días pasaban, se había vuelto una rutina el pasar mucho tiempo al lado del otro. Ya sea viendo películas los fines de semana o sentados en la biblioteca mientras trataban de terminar sus tareas.
Se habían vuelto cercanos en un abrir y cerrar de ojos, compartían risas, dulces, botanas y refrescos cuando estaban juntos.
Incluso Minho iba a recoger a Jisung de sus ensayos en su academia, siempre invitándole un helado después de eso. Incluso hubo una vez en la que Jisung fue a recoger a Minho de su "gimnasio" —que era el lugar donde peleaba— Jisung con una sonrisa le había llevado unos sándwiches para reponer su cansancio, algo que Minho había agradecido mucho, pues estaba molido en cansancio.
En ese tiempo ambos se dieron cuenta de la gran atracción que sentían por el otro, cada vez que Minho hacía alguna broma o lo halagaba, Jisung no podía no sonrojarse hasta convertirse en un tomate, lo mismo pasaba con Minho, que era incluso más conflictivo, Jisung podía entrelazar su mano con la suya o simplemente reposar su cabeza en su hombro y se volvería un tomate que apenas puede pronunciar una palabra.
Ambos estaban consientes de todo lo que pasaba entre ellos, pero ninguno era tan valiente como para dar el primer paso.
Jisung era tímido y Minho tenía miedo de arruinar todo.
Es que era un conflicto entre ellos, habían tenido novios en el pasado, Jisung podía coquetear muy bien y Minho podía ser claro con las cosas, pero se complicaba cuando se trataba del otro.
Solamente querían hacer las cosas bien, por todas esas mariposas que aleteaban en sus estómagos cuando se miraban a los ojos.
Por eso ahora Minho quería golpear su cabeza contra la mesa, hacer un hueco en la pared con su cabeza o romper un ladrillo en esta. Cualquier opción estaba bien.
Estaba muy frustrado, no podía encontrar una forma de acomodar todas las palabras en su lengua para confesarle a Jisung que su corazón se agitaba cuando sonreía.
— Deja de morderte los labios, te los harás sangrar. — Reclamo Hyunjin mientras le daba un manotazo a la boca de Minho.
— No tenias porqué hacer eso. — Minho devolvió la palmada aún más fuerte.
Con eso, empezando una pequeña pelea en donde se devolvían los golpes en diferentes partes de sus rostros.
— Ya basta, abusivo. — Se quejó Hyunjin.
— Dejare de hacerlo si me ayudas. — Dijo mientras le daba una palmada a la frente del castaño.
— Ya, ya, maldito manipulador. — Se alejó de la palma de Minho mientras lo empujaba. — ¿Qué quieres?
— Veras. — Para él era una tortura admitir todos los sentimientos que tenía por Jisung, iba a ser más difícil admitirlos frente a su mejor amigo. — Tengo un amigo... que no sabe que hacer sobre sus sentimientos.
— ¿Sentimientos? — Hyunjin quiso reírse, como conocía a Minho de toda su vida podía distinguir cuando le mentía, esta era una ocasión.
— El... gusta mucho de alguien, pero no sabe como decírselo, ya que esta persona es alguien importante para él, se pone muy nervioso cuando está con él, siempre se sonroja cuando están juntos y su corazón se agita al verlo sonreír. —Suspiró. — Mi amigo no sabe como confesarse.
— Wow. — Sonrió. — Y... ¿por qué no puede confesarse?
— Porque ambos son muy distintos, entre ellos hay un gran contraste, siente que si lo hace arruinará todo, él no quiere eso, no quiere perderlo...
—No quiere perder a Jisung. — Completó.
Minho fue atrapado en su propia trampa, como siempre pasaba, sus mejillas enrojecieron y trató de ser tragado por la tierra. No tenía alguna escapatoria, lo único que podía hacer era admitirlo con un vago asentimiento.
— Supe desde el primer momento que hablabas de Jisung y de ti. — Molesto Hyunjin. — Ay, Honnie, que lindo verte tan nervioso por alguien, creía que primero me moriría antes de verte sonrojar por alguien.
— Si solo me vas a molestar, dejémoslo.
— No no, solo estoy gozando. — Rió. — Pero te voy a ayudar. Mira, se que te pones nervioso con Jisung y te entiendo, confiésate como mejor quieras, no planees una gran hazaña porque te pondrás más nervioso. Solo tómale de las manos, míralo a los ojos y dile que quieres casarte con él.
— Dios, Jinnie. — Minho rió mientras empujaba a Hyunjin.
— Bien, cambia eso con tus sentimientos, dile lo que sientes al verlo y que es lo que quieres con él... después le dices que te quieres casar.
Ambos siguieron riendo mientras Hyunjin aún molestaba a Minho.
Otra escena algo parecida se formaba en la casa de Jisung. Quien tenía la mirada clavada a la pared mientras sus amigos repartían las cartas con las que iban a jugar.
Félix se dio cuenta de la ausencia de Jisung y agitó su mano frente a él, logrando que Jisung les prestara atención.
— ¿Donde estabas? — Sonrió Félix.
— ¿Eh? Aquí. — Jisung sonrió sosteniendo la baraja que había sido designada para él entre sus manos.
Sonriendo por la buena racha que tenía en el juego. Aún así, la alegría de saber que ganaría no reemplazaban los pensamientos sobre sus sentimientos por Minho.
Pensando en cómo se alegraba cuando lo tenía cerca, en cómo siempre quería tomar su mano o en cómo se sonrojaba cuando se daba cuenta de que Minho lo observaba. Se mordió el labio mientras tenía la mirada perdida entre sus cartas. Pensando en qué hacer sobre sus mariposas en su estómago.
— ¿Sunggie? — Preguntó Winter. — ¿Pasa algo?
— No, todo bien.
— Oh, vamos Jisung, te pasa algo, no has hablado nada en lo que estamos aquí. — Dijo Félix.
— El parlanchín Jisung desapareció. — Changbin se unió.
— No, estoy bien... sólo que estoy pensativo.
— Bien, suelta que es lo que te tiene tan distraído, no empezaremos el juego hasta que no lo digas. — Winter hablo mientras dejaba sus cartas en el piso.
Jisung suspiro, imitando la acción de su amiga, escondiendo sus cartas para que nadie las viera. Queriendo saber cómo empezar sin que sus mejillas enrojecieran.
Mordiendo ligeramente su labio y jugando con sus pulgares, siendo observado por los ojos de sus amigos que esperaban pacientemente.
— Yo... uhm. — Sonrió por los nervios. — Bueno, pasa qué me gusta alguien y no se cómo decírselo, porque no se si mis sentimientos son correspondidos. Yo... lo quiero mucho, él siempre logra hacer que me sienta especial cuando me mira y cuando me deja tomar su mano. No quiero arruinar las cosas con él.
— ¿Es Minho? — Preguntó Changbin.
— Sí...
— Desde que abriste la boca sabía que se trataba de Minho. — Sonrió Félix.
— Yo también. — Winter chocó los cinco con Félix.
— Ya, ayúdenme, no sé qué hacer, me pongo muy tímido con él.
— Solo... ¿se sinceró? — Sugirió Changbin.
— Oh, que genial idea, Bin. — Rió Félix.
— Pero es así, tiene que ser sincero con lo que siente por Minho, hablarlo con él y eso es todo. — Se defendió.
— No es tan fácil. — El pelirosa puchereo.
— Hmm, si lo es, solo habla con él.
Jisung quiso caerse de espaldas, había tratado de hacerlo pero simplemente no lograba que las palabras salieran de su boca, se ponía nervioso y tímido, había tratado muchas veces de hablarlo con Minho incluso por mensaje, pero simplemente se acobardaba.
— Hey. — Habló Changbin mientras sostenía su mano. — Solo respira, míralo a los ojos y confiésale lo que tu corazoncito siente. No lo sobre pienses mucho, es por eso que te pones nervioso, deja que todo fluya.
Y fue como esa chispa de esperanza empezaba a ondear en su interior, sonriendo por el consejo de Félix y que haya sido más esperanzador.
— Gracias Lixie. — Sonrió Jisung mientras pasaba un brazo por los hombros de Félix.
— ¡Nosotros te dijimos lo mismo! —Exclamaron Winter y Changbin al mismo tiempo.
— Pero yo lo dije de forma hippie. —Félix les saco la lengua.
Jisung rió.
Sintiendo aquellos nervios en su estómago al pensar en el día en el que se sinceraría con Minho, pero respirando para que se alejaron ya que estos habían sido su peor enemigo cuando quería hablar con el tatuado.
Sentía emoción, de tomar las manos de Minho para mirarle a los ojos mientras le contaba sobre las mariposas en su estómago.
Ambos esperando por el día en el que esas mariposas pudiesen volar juntas en el mismo jardín.
¡Ya la historia tiene portada esta maravillosa!
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